(Mis anteriores relatos:
Experimentando en pareja,
Los juegos no siempre acaban como esperas,
Cuando la noche te da una sorpresa,
Perdiendo el control en un local liberal,
Mi novia se pierde en un club liberal).
Todas
las mañanas empezaban igual. Como habitualmente, era el primero en
llegar a la oficina, hacía el marcaje de entrada en la máquina de
fichar, arrancaba el ordenador, miraba si había algo en mi casillero y
me acercaba a la máquina de café listo para llenar mi taza. Después de
este ritual, subía a mi despacho y me encerraba a mirar el amanecer
durante unos 10 minutos y a quedarme a solas con mis pensamientos.
Ese día me desperté con una erección tremenda y con una excitación fuera
de mí, no había podido evitar recordar cómo por la noche miraba a mi
pareja mientras se desnudaba y se bajaba las braguitas para ponerse el
pijama. Tiene una colección de braguitas preciosa, a mí me encantan. He
de decir que me encanta su cuerpo, es precioso, depilado a láser y
esculpido haciendo running y ejercicios. Podría montarse un canal de
YouTube si quisiera.
Yo estaba muy excitado, pero ella ya estaba cansada y no me iba a dejar
abalanzarme. No pude evitar irme a dormir pasándome alguna que otra
perversión por la cabeza, y claro, no era de extrañar que me hubiese
despertado tan excitado.
Me levanté y fui directo al baño con la intención de visualizar un vídeo
porno en mi smartphone y masturbarme. Cuando veía porno me encantaba
imaginar que mi pareja era la protagonista. Claramente habíamos pasado
momentos teniendo una sexualidad más activa y llevando a cabo ciertas
perversiones, pero con esto del COVID, y teniendo a nuestro hijo en
casa, era difícil poder tener nada más que algún momento de intimidad
rápido sin más objetivo que alcanzar un orgasmo rápido, así que si
quería perversiones y cosas más allá de eso, solo me quedaba recurrir
al porno y alguna sesión masturbatoria.
Me metí en una web de pornografía. Generalmente me cuesta seleccionar el
vídeo. Me gustan mucho los vídeos de parejas liberales y swingers en
los que, aunque no sean vídeos reales, al menos lo parecen y donde se
note mucha complicidad en la pareja, supongo que esto ayuda a que en mi
imaginación sea a mi pareja a la que visualice y me imagine haciendo
todo lo que hace la actriz.
Después de previsualizar algunos vídeos seleccioné uno que ponía en inglés
un título que decía algo así como "Pareja es invitada a ver un rodaje
porno y hace su primer intercambio delante de las cámaras". No creo que
fuera real, pero lo parecía, que es lo importante. El vídeo empezaba
con una entrevista donde la chica explicaba que invitarle a ir al
rodaje era un regalo de cumpleaños para él. Poco después les
presentaban a la otra pareja que iba a hacer la escena porno y en no
mucho más tiempo se ponían a ello.
La pareja de actores comenzaba a acariciarse y a besarse semisentados en
una cama y la otra pareja no perdía detalle mientras la chica
acariciaba el paquete del chico por encima del pantalón. Los actores
empezaban a desnudarse para que el actor comenzase a realizar una buena
sesión de sexo oral. Poco después la pareja que solo iba a mirar se
animaba a repetir los movimientos de los actores, hasta que se animaban
a tumbarse en la misma cama e ir cambiando de posición haciéndose sexo
oral, primero las chicas a los chicos, luego los chicos a las chicas
hasta que en un momento se produce la magia y como quien no quiere la
cosa se intercambian las parejas y acaban todos con todos.
No entraré en muchos detalles acerca del vídeo porno, puesto que, seguro
que se puede encontrar en la web, pero... hubo una escena que me volvió
loco y que me imaginé haciendo con mi pareja. El actor estaba
penetrando a la chica que no era actriz, ella tumbada boca arriba y con
las piernas abiertas, mientras su novio la besaba y acariciaba su
clítoris, para seguir lamiendo sus pezones hasta bajar a lamerle el
clítoris aún forzando un poco la postura. Me pareció una escena muy
morbosa y mi ya pervertida imaginación me visualizaba a mí y a mi
pareja siendo los protagonistas de la misma.
Ahora, viendo el amanecer, en la oficina, con el café en la mano,
recordaba la escena, pero la rememoraba como si nosotros, mi pareja y
yo, hubiéramos sido los protagonistas. Me produjo una excitación y un
morbo muy difícil de explicar, puesto que, aunque solo estaba engañando
a mi cerebro y yo sabía que no era real, la imagen que creaba en mi
cabeza generaba era muy nítida.
Una llamada me devolvió a la realidad, y debía volver al trabajo, me sonó
el WhatsApp, visualicé en mensaje sin abrirlo ya que estaba hablando
por teléfono, era mi pareja para darme los buenos días. Luego la
responderé, pensé, me entraron varios correos al e-mail, enlacé un par
de reuniones y así hasta que a las 11 de la mañana pude relajarme un
poco y abrir el WhatsApp para responder.
- "Hola cariño, no te he respondido porque no he parado en toda la mañana
hasta ahora".
- "No te preocupes cariñito".
- "No me preocupo, pero ando cachondo toda la mañana, sin saber muy bien
porqué".
- "Seguro que estás pensando en cochinadas, por eso estás cachondo".
- "Tienes razón, me ha puesto cachondo una escena que me he imaginado
contigo".
- "No sé si te la contaré, me da vergüenza ;-)".
- "Anda, si tú no tienes vergüenza, ¿no será miedo de que me atreva a
hacerlo?".
- "Jajajaja, no, es que quizá es algo más pervertido de lo que puedas
soportar", dije para tomarle el pelo.
- "Bueno, esta tarde cuando llegues a casa me lo cuentas".
Al llegar a casa me saludó, entré en casa y estaba en el sofá, hablamos un
poco de cómo nos había ido el día, hasta que llegó la pregunta.
- "Entonces... cuéntame, ¿qué te puso tan cachondo esta mañana?
Así que le expliqué lo del vídeo porno y lo que me excitaba fantasear con
que ella era la actriz, le hablé del vídeo porno que había visto y de
cómo había fantaseado durante el café de por la mañana con la escena de
la penetración y el cunnilingus simultáneo. A ella no le gusta que vea
porno, pero sabe que lo veo y aunque refunfuñó un poco, no tardó ni un
minuto en pedirme que le enseñase el vídeo, así que fuimos a la
habitación y con el Google Chromecast lo proyecté en la tv, mientras
ella se desnudó, se tumbó en la cama y se puso a acariciarse los labios
de su vagina.
He de decir que me encanta su sexo, y me encanta cuando le hago sexo oral,
así que me desnudé y me tumbe de lado para hacerle sexo oral mientras
ella veía el vídeo quedando yo de espaldas a la televisión, estaba
inmerso entre sus piernas disfrutando de su sexo cuando con voz
entrecortada me dijo:
- "¿Esta es la escena que me quieres ver hacer?".
Yo respondí que sí, y que me imaginaba que la chica del vídeo era ella.
Seguí lamiendo su sexo un poco más y se corrió antes de que acabase el
vídeo. Yo estaba con una excitación y erección fuera de mí, entonces
ella me pidió que me tumbase boca arriba y cogió mi pene haciendo que
se lo iba a llevar a la boca, pero en vez de eso me empezó a preguntar.
- "A ti te gusta mucho ver porno ¿no?".
Yo estaba muy excitado y no tenía ni capacidad de pensar y a duras penas
podía articular palabra.
- "Solo cuando imagino que eres tú la protagonista, es lo que más me
pone". Respondí con voz entrecortada.
Ella pasó a acariciar suavemente mi pene sin dejar que llegase al orgasmo,
pero haciéndome estar en la línea máxima de excitación.
- "Ahhhmm, así que te pondría que fuese la chica de ese vídeo. ¿Qué
pasaría si me ves en un vídeo así? ¿Te pondría cachondo?".
Seguía preguntando mientras jugaba en el límite de mi orgasmo. Yo estaba
muy entregado y a punto de correrme respondí:
- "¡Sí!".
- "Pues igual un día a esa hora que te tomas el café en la oficina te
llega un vídeo parecido, pero seré yo con dos extraños".
Se metió mi pene en su boca y me corrí sin poder evitarlo. Cuando me quise
dar cuenta se lo había tragado, eso es señal de que estaba realmente
excitada, solo lo hace si está muy excitada.
Jadeé y caí rendido en la cama, cogí aire respirando profundamente y le
dije con cierto temor, como un niño que sabe que no se ha portado bien.
- "No hablaba en serio".
Ella me respondió con cierta seriedad y toque recriminatorio y me dijo:
- "Bueno, hablaba algo en serio, quizá no del todo, pero si tanto te
excitan esas chicas que ves en el porno, y me dices que es que las ves
imaginando que soy yo, pues igual lo mejor es que me veas a mí, ¿no?
Además, tú los ves sin mí, lo justo es que hiciese un vídeo guarro sin
ti".
- "No es lo mismo, y no hablaba en serio, es el momento de la excitación".
- "Bueno, si tan cachondo te pones imaginando que soy yo seguro que te
pone más cachondo sabiendo que soy yo", me dijo sonriendo pícaramente
para quitarle hierro al asunto, mientras se iba al baño.
Al día siguiente ahí estaba yo en el despacho, de nuevo el primero en
llegar y evadido en mis pensamientos mientras disfrutaba de mi "momento
del café" mientras, recibí un WhatsApp.
- "Hola cariñito, ¿qué tal estás? Espero que más relajado que ayer. He
visto la temática de este vídeo y me resulta interesante ;-)".
Y después un vídeo, evidentemente sabía que no era ella, era físicamente
imposible que le hubiese dado tiempo, aun así, me dio un respingo el
corazón. Salía una mujer físicamente muy parecida a ella, tanto que
podría confundirse, en una cama, de lo que podría ser una habitación de
matrimonio normal con dos hombres, pasándolo bastante bien, los dos
hombres la besaban acariciaban, le daban sexo oral y penetraban con
delicadeza y firmeza.
- "Vaya, parece que esa mujer lo está pasando bastante bien", respondí por
el WhatsApp.
- "Ya. ¿Cuando la ves a ella me imaginas a mí y te excita?".
Yo dudé qué responder, no sé si quería entrar en ese juego, sé que no era
capaz de hacer nada, pero me producía temor y excitación a partes
iguales. Escribía y borraba en el WhatsApp hasta que puse:
- "Sí, me excita, pero me alivia saber que no eres tú en realidad".
Estuvo así unos cuantos días, se convirtió en nuestro ritual de cada
mañana durante el café, mandándome vídeos porno de mujeres haciendo un
trío, siempre me preguntaba lo mismo:
- "¿No te excita pensar que soy yo?".
Tenía morbo el juego en el que habíamos entrado, y yo respondía lo mismo:
- "Sí, pero sé que no eres tú".
Todas las mañanas acababa llegando a las reuniones con una erección que me
costaba disimular.
Una mañana me llegó un WhatsApp distinto, una foto suya con un conjunto de
lencería rojo precioso que tiene y en el comentario ponía: "Este es el
conjunto que me voy a poner para el rodaje de la peli que te va a
llegar mañana".
Yo respondí con un "Jajajajaja, ¡anda ya!", lo leyó, dejó el WhatsApp en
visto y no me respondió hasta las cuatro de la tarde:
- "¡Hola mi amor! ¿Cómo ha ido la mañana?".
- "Bien, ¿y tú?".
- "Bien también, mucho trabajo, ya sabes. ¿Y tú? Que has estado
desaparecida".
- "Mucho trabajo también, aunque he podido hacer todo lo que tenía de
trabajo por la mañana y tu vídeo para mañana ;-)".
- "¡Anda ya!".
- "Bueno, ya está hecho, mañana me dirás qué tal cuándo no veas a una de
esas chicas del porno y me veas a mí (diablillo morado)".
Estaba casi seguro de que no iba en serio, me faltaba media hora para
llegar a casa, tenía un nerviosismo extraño, entre miedo, excitación e
intranquilidad.
Al llegar a casa lo primero que hice fue llegar y preguntarle y solo me
respondía como de broma "Ahhhh mañana verás". Sabía que tenía que estar
de broma. Después de insistir un buen rato me dijo riéndose que lo
había hecho, lo que me dejó más tranquilo, esa risotada era muy
burlona, y tenía pinta de que solo quería jugar conmigo.
Seguimos con la vida cotidiana y preparamos la cena, y cenamos en familia,
vimos una serie y nos fuimos a dormir, era jueves y llegamos agotados a
la cama.
Ahí volvía a estar con el café en la mano... pensando si hoy me intentaría
poner nervioso con alguna triquiñuela más elaborada...
Mi móvil estaba en la mesa y vibró, me llegó un mensaje suyo que ponía
"Quiero que visualices el vídeo en el baño mientras te masturbas".
No sé por qué, pero hice caso, me fui al baño, me encerré en uno de los WC
y me dispuse a abrir el vídeo.
De primeras se veía una habitación vacía, con una cama grande en medio,
era una especie como de local, las paredes estaban pintadas en tonos
oscuros. La cámara estaba enfocando a la cama en plano fijo y sin
esperarlo alguien se coló en el plano y se sentó en la cama. Alguien
con un conjunto rojo. Era mi chica. El corazón me dió un vuelco y se me
puso a mil, lo mismo que mi pene, que pasó de cero a cien más rápido
que un fórmula uno.
Bueno, racionalicé, será uno de los montajes que está haciendo para
hacerme rabiar. Empezó a hablar a la cámara:
- "Hola amor, bueno, después de ver tanto porno y tener que hacer el
esfuerzo de imaginar que soy yo la actriz, he decidido evitar que
tengas que hacer ese esfuerzo", decía de manera socarrona y con un
toque revanchista.
Logré racionalizar y pensar que era un truco hasta que un hombre desnudo
apareció en la escena y se sentó al lado suyo comenzando a besarla de
una manera muy pervertida y a acariciar sus hombros, cuello y espalda.
La cámara comenzó a moverse delatando que había alguien más filmando y
comenzó a cerrar el plano acercándose para mostrar mejor la escena.
Hubo un momento que la cámara enfocó una polla enorme en primer plano,
la del propio cámara, y la mano de mi novia se extendió a agarrarla sin
dejar de besar al extraño.
El cámara dejó la cámara enfocando de manera que no pudiese perder detalle
y entre los dos la recostaron sobre la cama mientras uno le sacaba las
braguitas del conjunto para sumergirse en su sexo comenzando un
cunnilingus muy morboso, a la vez que introducía una falange de su dedo
en la vagina de mi chica, el otro acariciaba su cuerpo, su cuello y su
pelo y ella solo lanzaba pequeños gemidos de excitación.
Estaba excitado, cabreado y dolido a partes iguales, pero he de admitir
que ganaba la excitación. Instintivamente, sin haberme dado cuenta, me
había empezado a masturbar. Masturbarse cabreado es una sensación
realmente rara, pero es indescriptible la excitación que sentía.
En el vídeo uno a mi novia le seguía haciendo un cunnilingus mientras el
otro chico retiró el sujetador y comenzó a lamer sus pechos. El otro
chico dejó de lamer su sexo para comenzar a penetrarla, con un vaivén
al principio lento, y mientras empezaba a penetrarla el otro comenzaba
a lamer la zona externa de su coño. Era hipnótico, no podía creer lo
que veía, solo estaba a punto de correrme, como el chico que salía en
el vídeo que salió de dentro de ella para cambiarse y acabar
corriéndose sobre sus labios, para besarla después. El otro chico
comenzó a penetrarla, se le veía muy excitado, no le quedaba mucho,
salió de dentro de ella para correrse en su vientre. En ese momento,
ella sacó su vibrador para acabar teniendo un tremendo orgasmo.
Los dos chicos desaparecieron de la escena y la cámara empezó a moverse
para enfocar su cara. Ella miró a la cámara y dijo:
- "Amorcito, espero que te haya gustado".
Fue acabar el vídeo y correrme. Me quedé petrificado unos segundos sin
saber cómo sentirme, lo que había visto era sumamente morboso, pero a
la vez me había producido una sensación rara, no sabía qué sentir, me
daba la sensación que yo había sido quien había propiciado que esa
situación se me hubiese ido de las manos.
Continué trabajando distraído con ganas de volver a casa, no sabía si
estaba cabreado con ella o conmigo mismo o con los dos.
Al abrir la puerta de casa me abrió con una sonrisa espectacular y la bata
de andar por casa y me besó de una manera muy ardiente. Me dijo que
nuestro hijo no estaba, que se había ido a casa de sus primos a dormir.
Abrió la bata y la dejó caer al suelo, de una manera muy peliculera,
para quedarse solo con el conjunto rojo que había visto en el vídeo de
por la mañana, cogió mi mano y la llevó a su entrepierna notando algo
de humedad debajo de la fina tela que separaba mis dedos de su sexo.
No sé cómo, pero en ese momento dejé de pensar con la cabeza y pasé otra
vez a un estado de excitación fuera de lo común. Me quede mirándola a
los ojos y me soltó:
- "Cariño, he pensado que igual te haría ilusión montártelo con una actriz
porno, soy algo nueva en la profesión, pero creo que valdrá ¿no?".
Mi manera de responder fue continuar besándola, de una manera delicada y
pasional, acariciaba su nuca mientras y con mi otra mano su sexo por
encima de la braguita, que estaba pasando de húmedo a empapado. Me
estaba encantando notar cómo su respiración se aceleraba, hasta que me
pidió que fuésemos a la cama. Al llegar se tumbó boca arriba, retiró la
braguita hacia un lado y me pidió que proyectase con el Chromecast en
la televisión de la habitación el vídeo que me había mandado por la
mañana, para mientras hacerle sexo oral. No pude negarme y me dispuse a
cumplir sus deseos, me excitó mucho que me pidiese esto y no dude en
saborear su delicioso coño. Supongo que ella estaba muy excitada,
porque no tardó en alcanzar el orgasmo. Ahora me pidió que me tumbase
en la cama boca arriba, así lo hice sin rechistar, mientras miraba el
final del vídeo. Yo estaba tremendamente excitado y mi pene realmente
duro, casi me dolía. Ella se tumbó a mi lado y comenzó a acariciarme el
pene, sin dejar que me corriese y comenzó a interrogarme.
- "Cariño, ¿te ha gustado el vídeo?".
Solo pude asentir con la cabeza.
Ella me sonrió y se dispuso a subirse a horcajadas encima mío, introdujo
mi pene dentro de ella de golpe y no aguanté mucho más acabando en un
tremendo orgasmo.
Quedamos tendidos el uno junto al otro acariciándonos de una manera muy
tierna. Ella comenzó a sincerarse conmigo, tenía muchas cuestiones que
responder.
Por lo visto, cuando yo le explicaba que me excitaba ver porno e imaginar
que era ella la actriz, a ella le empezó a gustar ver porno e
imaginarse a sí misma siendo la actriz y empezó a pensar en hacerme un
vídeo porno, al principio solo masturbándose para enviármelo cuando
estuviese en mi hora del café.
Después de enviarme uno de los videos porno de por la mañana se puso a
buscar por internet para ver si había algún estudio especializado en
hacer videos eróticos para parejas tipo boudoir.
La idea era como mucho llegar a filmar un vídeo de masturbación con el
vibrador, de buen gusto y hecho por gente profesional, que cuide
detalles de iluminación e imagen. Pero nada, no encontró ningún estudio
ni negocio que se dedicase a hacer algo parecido de manera profesional,
aunque encontró un anuncio en una web de anuncios de contactos que
llamó su atención.
El anuncio era de dos especialistas de imagen y sonido con estudio propio
en las afueras de la ciudad, que buscaban por morbo hacer fotos
calientes a una mujer o pareja, todo ello con la mayor discreción y
abiertos a llegar hasta donde se quisiera, sin compromiso de nada.
Tardó un par de días en decidirse a escribir al anuncio, al principio
solo por informarse y contar su idea.
"Hola, había leído vuestro anuncio, me gustaría saber si me podríais
ayudar a darle una sorpresa a mi pareja. A mi chico le encanta el porno
y ve mucho, él dice que me imagina a mí siendo la protagonista siempre
que lo ve y me gustaría que no me imaginase, sino que me viese en un
vídeo porno. No tengo una idea clara de qué quiero hacer, en principio
había pensado en un vídeo masturbándome. Entiendo que sois
profesionales y ya habéis hecho algún vídeo parecido".
Solo el hecho de escribir ese mensaje, la excitación, la posibilidad de
llevar a cabo algo así, le hacía sentir que su corazón palpitaba como
el de un colibrí y que se le iba a salir del pecho. Se pasó el día
revisando el e-mail para ver si alguien respondía. A eso de las 13h del
mediodía había acabado de trabajar y lo estaba celebrando tomando una
cerveza en una terraza, ya no se acordaba del mensaje que había escrito
por la mañana y repentinamente el móvil vibró delatando la entrada de
un e-mail.
"Buenos días, claro que te podemos ayudar, tenemos un estudio bastante
acogedor y experiencia en hacer fotos eróticas, tanto a mujeres solas
que quieren promocionarse en el mundo del porno como a parejas. También
hemos participado en algún rodaje de alguna productora porno de manera
esporádica e incluso hemos participado como actores en alguna. Lo mejor
es que te pases y lo hablemos".
Dudó en responder, de hecho, llegó a darle al botón de borrar e-mail.
Sentía que el juego se le estaba yendo de las manos y que había llegado
el momento de pararlo. Pero no supo muy bien el porqué, bebió la
cerveza de un trago y se dispuso a responder.
"Me parece bien pasar por vuestro estudio, aunque con lo indecisa que
estoy y estando algo lejos, si me lanzo a ir es para rodarlo ese mismo
día, mañana cojo el día libre y me acerco".
No sé creía lo que acababa de hacer, estaba con esa sensación que tienes
antes de montar en una montaña rusa, era una mezcla de miedo y
excitación muy fuerte. La respuesta no tardó en llegar.
"Ok, te esperamos en la dirección de nuestro estudio mañana a las 12 de la
mañana".
Se pasó la tarde viendo qué ropa se iba a poner y frente al espejo
pensando que posturas iba a mostrar en el vídeo, aunque le intimidaba
hacerlo con dos actores porno (aunque fueran ocasionales) delante.
Cuando yo llegué de trabajar, supo disimular bastante bien, la tarde-noche
transcurrió con normalidad como en cualquier casa de cualquier familia.
Al día siguiente ella se despertó de un salto, estaba nerviosa y excitada,
tenía ese cosquilleo en el estómago de quien va a hacer algo nuevo y
prohibido como una colegiala que se escapa de noche de casa de sus
padres sin que la vean.
Se hizo una foto para mandarla y anunciar lo que iba a hacer con un
conjunto precioso de color rojo, de mis favoritos. Según me confesó, en
ese momento pensó en simplemente hacer un vídeo en casa y mandármelo e
hizo varios intentos, alguno quedó decente. Así que me mandó una foto
para picarme con la intención de dejarlo ahí.
Me mandó la foto esperando una reacción mía asustadiza, pero cuando
recibió de respuesta un "Jajajaja, ¡anda ya!" por mi parte, haciendo
ver que no la creía, no supo qué le pasó que le dieron ganas de
tomárselo como un reto, como que nunca le tomaba en serio en nuestros
juegos, como si siempre fuera ella la que se echaba atrás en nuestros
juegos morbosos y se acaba asustando. Así que se vistió, metió su
vibrador en el bolso y ya decidida como en un arrebato se dispuso a
conducir durante una hora hacia el estudio.
Había llegado a la cita algo antes de lo acordado. Menos mal que estaba en
una plaza y había una terraza montada donde se sentó. Dudó entre
pedirse un café o una cerveza, pero para calmar los nervios optó por la
segunda, que prácticamente se bebió de un trago. Con los nervios
aplacados, pagó la cerveza y se dispuso a ir al estudio.
La entrada era muy discreta, una puerta metálica tipo industrial. Llamó a
un interfono y la puerta se abrió, cogió aire y entró.
Al entrar se encontró a dos chicos de buen ver de entre 30 y 40 años, uno
de ellos rapado, vestido cómodo, como de andar por casa, y el otro con
un atuendo más formal. Se saludaron y uno de ellos dijo:
- "Hola. ¿Carmen?".
- "Sí, soy la que escribí ayer a vuestro anuncio".
- "Muy bien, pues nosotros somos Fran y Edu, un placer que nos hayas
venido a visitar", dijo muy cortésmente.
Le enseñaron el estudio. Había varias salas, una de ellas tenía cuerdas y
argollas para suspenderse, por lo visto realizaban también talleres de
BDSM de una modalidad que se llama Shibari que consiste en atar a un
modelo y suspenderle, con un toque de sumisión. Le enseñaron fotos de
esas sesiones, la verdad que bastante artísticas y morbosas, también le
enseñaron alguna sesión de fotos de alguna modelo-actriz porno para
inspirarse en cómo quería enfocar el vídeo. No podía evitar excitarse.
Cuando estaban visualizando fotos en el ordenador había una carpeta
llamada "Castings porno" que le llamó la atención. Le dijo a Fran que,
si podía ver algún vídeo, quizá se inspiraba más porque ella tenía
interés en hacer un vídeo más que una sesión fotográfica.
Fran abrió uno de los vídeos, en los que se veía una chica haciendo una
entrevista a cámara y al finalizar la entrevista entraban en el plano
Edu y Fran, quienes empezaban un trío con ella. Se parecía mucho a los
vídeos que me había estado mandando por la mañana los últimos días.
Edu le preguntó si le gustaba la composición de la habitación, la
iluminación y la imagen del vídeo. Ella en ese momento estaba más
pendiente de ver cómo aquella modelo se lo estaba pasando que de la
imagen, composición o cualquier otra cosa. Estaba realmente excitada,
la situación era muy morbosa.
Para romper el hielo, Fran le preguntó qué tenía en mente. A lo que
respondió de manera automática y fruto de la excitación y nerviosismo
de aquel momento:
- "Quiero hacer lo mismo que he visto en el vídeo de esa chica".
Justo después de decir esa frase, sintió que ya no había marcha atrás.
Así que fueron los tres a una habitación con las paredes oscuras, un par
de focos de iluminación indirecta y una cama enorme en el centro y se
desnudó quedándose solo con el conjunto rojo para sentarse en el borde
de la cama, mientras Fran iba preparando la cámara y Edu desnudándose.
Cuando Fran le hizo una señal, una luz roja de la cámara se encendió y
ella comenzó a hablar:
- "Hola amor, bueno, después de ver tanto porno y tener que hacer el
esfuerzo de imaginar que soy yo la actriz, he decidido evitar que
tengas que hacer ese esfuerzo".
En el momento de acabar la frase, no sabía muy bien cómo había cruzado esa
frontera, ni las consecuencias que podría llegar a tener, lo que sabía
es que estaba realmente excitada y que se lo iba a pasar genial.
Notar cuatro manos desconocidas volcadas en solo darle placer, pensar en
mi reacción cuando yo lo viese y que de alguna manera me estaba dando
una lección por no haberla creído capaz y por y demostrarme que si ella
quería podía ser mucho más lanzada que yo.
La sensación de solo dejarse llevar por el placer y centrarse en el
disfrute que dos hombres le podían dar a la vez.
Después de que describiese esta experiencia, seguía sin saber cómo
sentirme. El solo hecho de que ella me describiese todo el proceso que
había seguido para acabar haciendo el vídeo ya me había puesto
cachondo, pero el hecho de no haber estado presente y no haber
participado hacía que me sintiese mal. Podía cabrearme, enfadarme o
frustrarme, o podía hablarlo con ella e iniciar una manera de vivir el
sexo de una manera liberal...
Y elegí esta segunda opción...
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