Era
una noche de fiestas en mi pueblo, como tantas habían sido ya en mi
haber... Volvía a casa ya cansado con una sensación extraña, como quien
se siente fuera de lugar en una fiesta, que al fin y al cabo era lo que
pasaba... mi tiempo... ya había pasado, mis amigos ya habían madurado,
tenido hijos y no sé, la sensación de que ya nada era lo mismo, que
cuando desfasabamos sin pensar en nada... pero aún así, tenía que
seguir bajando a la fiesta, era como un extraño ritual que se daba
todos los años. Mis amigos ya se habían ido a sus casas y sólo quedaba
yo.
Veía con envidia a las parejas fabricadas por los alcoholes y la euforia
de la fiesta. Cuando me entraron ganas de mear y me fui a una zona
oscura donde aparcaban los camiones para mantener un poco las formas,
me acerqué a un muro detrás de un camión para desbeber las copas que
había tomado. Cuando acabé, me percaté que a unos pocos metros, había
una chica que se la estaba chupando a un chico, una pelirroja con
gafitas y un vestido con la parte de arriba roja y la parte de la falda
con mucho vuelo y con un estampado de flores sobre blanco, con escote
palabra de honor bien escotado y pegado, que hacía ver que tenía unas
buenas tetas.
Se la veía disfrutar, y el chico estaba extasiado. Como ya había acabado
de mear, me dispuse a guardármela, pero la situación me la había puesto
algo morcillona. La chica se dio cuenta, y cuando me di la vuelta me
chistó y me dijo que si quería también me la podía chupar a mí, que le
había puesto muy cachonda ver mi polla morcillona y que quería tenerla
dentro de su boca. El chico no daba crédito, no decía nada, se quedó
inmóvil. Ella se levantó. Quitándose el tanga se dirigió hacia mí y me
lo puso en la mano diciéndome que era un recuerdo mientras se puso en
cuclillas delante de mi bragueta y sacó mi polla que estaba a tope, y
la engulló hasta el fondo y yo cogí su cabeza y empecé a follársela.
Joder, se notaba que le gustaba la caña. Estas cosas solo pasaban en
las pelis porno, pensé.
El chico empezó a masturbarse mientras observaba cómo la pelirroja
engullía mi polla con avaricia. Ella estaba cada vez más puta, así que
la levanté y le pregunté si su culo era virgen, a lo que ella me
respondió con un sí y yo con un no te preocupes porque lo arreglaremos
esta noche. La agarré y la puse contra el muro, dominando a semejante
puta para indicarle quien mandaba. La sujeté por detrás y empecé a
besar y morder su nuca. Levanté la falda de su vestido y buscando su
coño con la punta de mi polla se la metí de golpe aprovechando lo
húmeda que estaba. Ella soltó un gemido de placer y esto me animó a
comenzar un fuerte y decidido vaivén.
El chico nos miraba y no sabía qué hacer, estaba como en shock, así que le
dije que se acercase y empezase a acariciar el clítoris de ella
mientras mi polla entraba y salía. Él, entendiendo quién mandaba en ese
momento, y como un autómata, se acercó y así lo hizo. Cuando estuvo a
unos minutos, le ordené que dejase de usar sus dedos y usase su lengua.
En ese momento ella se empezó a retorcer de placer, sus piernas
temblaban y parecía que se iba a desplomar sobre el suelo, solo se
mantenía en pie por estar apoyada en el muro y ensartada en mi polla
mientras gemía.
Cuando no pudo más le dije al chico que se sacase la polla y se tumbase en
el suelo y a ella le ordené que lo montase y bombease haciendo
sentadillas sobre su polla. Así lo hizo, mientras iba bajando, su coño
engullía la polla de aquel tío... y mi polla volvía a ser lamida por
ella. Estaba a punto de correrme, así que cogí su cabeza para que no
pudiese zafarse de mi polla y me corrí en su garganta. En ese momento,
la muy puta se corrió y el otro chico llenó su coño de leche.
Ella seguía a tope y yo también, y aquel pobre diablo aún seguía en shock
a mis ordenes. El coñito de aquella puta seguía chorreando y decidí que
había llegado el momento de romper el culo de aquella chica, así que la
cogí de la mano, tiré mi chaqueta al suelo y la puse a cuatro patas
sobre la chaqueta y le dije que le iba a doler un poco... Chupé mi
pulgar y se lo metí por el culo, lo tenía muy dilatado por la
excitación, estoy seguro que me había mentido, ese culo no era virgen.
Al meter el pulgar ella dio un gemido de dolor y placer y le dije que se
preparase porque iba a follar su culo. Antes de que pudiese decir nada,
metí mi polla de golpe en su culo y chilló de dolor y empezó a llorar,
pero me dijo que no parase, que se sentía muy puta y quería caña.
Seguía chillando de dolor aunque poco a poco empezaba a disfrutar y su
gemido empezaba a ser de placer. En ese momento, el chico, que seguía
alelado, volvió a estar a punto, entonces se la saqué y le dije a ella
que lo volviese a montar de forma que le pudiésemos hacer una doble
penetración.
La polla del chico volvió a desaparecer en el coño de ella y puse la mía
otra vez a la entrada de su culo y empecé a bombear violentamente. Ella
gemía con dos pollas dentro, yo tiraba de su pelo y azotaba su culo
hasta que empezó a temblar de nuevo y tuvo un gran orgasmo. Cayó
desplomada en el suelo. Yo estaba a punto de correrme. Bajé la parte
superior de su vestido dejando sus tetas al aire y se las llené de
leche. El otro chico hizo lo mismo.
Ella se limpió, se recompuso y se marchó. Yo hice lo mismo. El chico con
cara de empanado se quedo allí. De camino a casa metí las manos en el
bolsillo y encontré su tanga...
Cuando llegué a casa me encontré a mi novia esperándome, con su vestido
rojo. Al abrir la puerta me dijo:
- "Cariño, ¿me devuelves mi tanga? Por cierto, has estado genial, me
encantan tus juegos", mientras entraba al baño a darse una ducha.
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