Hola
mi nombre es Miguel, tengo 47 años y mi mujer se llama Viki y tiene 42, mi mujer no es una mujer de bandera pero no
esta nada mal, mide 1.70 buen cuerpo, morena, melenita corta, pechos
talla mediana pero bien puestos.
Yo os tengo que decir que soy un
cornudo empedernido y consentidor y mi mujer ahora me complace en todo
lo que le pido, a ella le costó inicialmente como supongo a todas pero
luego una vez iniciada en el tema creo que le gusta tanto como a mi o
mas, os diré que a mi siempre me ha encantado mirar, desde joven que me
gustaba mirar a las chicas mayores, espiarlas si podía etc etc, por eso
poco a poco en nuestros juegos sexuales empecé a introducir el tema de
la posibilidad de introducir a un tercero en nuestros juegos.
Ella como
ya he dicho al principio se negaba al tema pero poco a poco y con
paciencia empezó a tomarle gusto al asunto y a picarle el morbo de la
situación, lo difícil era ahora empezar a introducirla en el juego y
conseguir que ella colaborar.
La primera vez que hicimos algo fue en
un cine, yo le había pedido muchas veces y ese día se lo volví a pedir
que me gustaría que se dejara tocar por alguien fuera quien fuese el
que se sentara a nuestro lado que no pusiera problemas incluso que se
lo pusiera fácil, recuerdo que ese día ella iba especialmente
atractiva, se había puesto un vestido rojo que le sentaba muy bien y
debajo un conjunto de tanga y sujetador que se había comprado, viéndola
así me entraron ganas de hacerle el amor en ese momento pero ella me
dijo que lo dejáramos para luego que tenía ganas de jugar un poco, eso
me encendió aun mas ya que era ella la que me estaba insinuando que le
gustaría hacer algo.
Bueno como os he dicho fuimos al cine a la función
de las 9, la película recuerdo que se llamaba La Princesa prometida o
algo así. Como casi todos los cines son minicines y entramos unos
cinco minutos antes de empezar, yo iba nervioso y excitado y mirando a
ver donde nos podíamos sentar, vi en un lateral que estaban sentados
dos chicos y que a continuación de ellos había justo dos asientos, se
lo indiqué a mi mujer y ella mirándome asintió. Como imaginareis mi
mujer se sentó entre los chicos y yo.
Bueno por no alargarme os diré
que lo que menos vi fue la película porque solo hacia que mirar las
piernas de mi mujer y el brazo del chaval que curiosamente y
discretamente desaparecía debajo del asiento. Mi mujer había estado
insinuándose con su pierna y al final lo estaba consiguiendo y yo me
estaba poniendo morado, mi mujer estaba siendo sobada por un chaval en
mis narices y ella disfrutando del momento. Lo que mas me gusto fue ver
como me miraba el chaval cuando salíamos del cine (supongo que pensaría
que cuernos lleva este tío y que puta tan buena tiene).
Este fue digamos la primera vez que me sentí como
un cornudo y no veas como disfrutamos luego en el coche porque no
llegamos ni a casa pues mi mujer estaba muy caliente y yo deseoso que
me contara todo lo que había intuido pero no visto del todo, me lo
contó todo desde el momento en que el chico le empezó a meter mano con
mucho miedo pero luego se envalentonó y me decía que le metió hasta
tres dedos y que se corrió mientras la tocaba, también me dijo que ella
le había sobado su polla y que el chaval se había corrido en su mano
(eso yo no lo había llegado a ver), no veáis como me la follé y como
disfruté de lo que me estaba contando.
A partir de esta pequeña aventura ya fue todo
mucho mas fácil, este juego lo repetimos en varias ocasiones con
resultados muy satisfactorios pero yo ya quería y esperaba mas de ella,
por lo que le seguí pidiendo que a ver si podíamos conocer alguien que
le gustara y cenar e ir a bailar o tomar algo. Le enseñé las paginas de
contactos y me dio permiso para poner uno para buscar un chico,
recibimos bastantes contactos y de entre todos elegimos a Pepe, 35
años, casado, moreno, buen tipo, vamos, que le gustó a mi mujer desde el
principio, era agente comercial, quedamos con el a tomar algo y
conocernos personalmente en un bar de la zona.
Mi mujer iba de nuevo
preciosa, con un vestido negro ajustado, medias y ropa interior a juego
con el momento, como nosotros ya le conocíamos por la foto que mandó lo
vimos en el bar sentado y fuimos directamente a saludarlo. Vi como Pepe
miraba a Viki y yo ya me sentía excitado, se dieron dos besos y nos
sentamos, pedimos unas copas y empezamos a charlar, al poco eran ellos
los que charlaban y comentaban y yo parecía que ya no estaba, me encantaba la situación era mi fantasía de mirón cornudo y me encontraba
a gusto oyendo y mirando.
Pepe resultó un chico encantador, con fácil palabra
y que poco a poco fue entrándole a Viki, oía como le decía que la foto
que había visto era muy hermosa pero que al natural estaba mucho mas
bonita y apetecible, que le gustaba que hubiéramos quedado y que lo
podíamos pasar muy bien. Mi mujer de vez en cuando me miraba y sonreía, le oí decir a ella que el tampoco estaba nada mal en la foto que nos
había mandado, yo para ver si se terminaba de animar lo que hice fue
levantarme un momento y con la excusa de ir al servicio los dejé solos.
Desde los servicios aun los veía por lo que estuve unos 5 minutos y vi
como el al poco ya se estaba besando con viki y ella le correspondía.
Eso yo lo interpreté como que mi mujer ya estaba preparada para todo y
volví a la mesa, desde ese momento yo era ya no el marido sino
simplemente un mirón ellos seguían con su charla, con las manos
tocándose y de vez en cuando Pepe acariciando a mi mujer discretamente.
Al poco Pepe se levanta y comenta si no nos apetece irnos a otro lado,
mi mujer asiente y nos levantamos, pagamos la cuenta y cuando vamos al
coche él le dice a mi mujer si le apetece acompañarlo. Mi mujer me mira
y le dice que bien, que le gustaría mucho, yo no dije nada y me limité a
seguirlos. Ellos dos iban cogidos como dos enamorados y yo detrás
mirándolos. ¡Qué sensación tan placentera de cornudo consentidor sentía
en ese momento!.
Llegamos donde teníamos los coches y ellos subieron al
de Pepe y yo me fui a recoger el mío. Pepe me dijo "tú síguenos", eso
hice intentando estar siempre detrás de ellos para ver mejor todo lo
que pensaba que podían estar haciendo, mi mujer en dos ocasiones se
giró y miraba para ver donde estaba y me mandó un beso con la mano, la
segunda vez que se giró vi como también después de mandarme el beso
ella desaparecía, eso yo lo conozco muy bien porque me encanta que me
chupe la polla en el coche, es decir mi mujer le estaba comiendo la
polla a Pepe en el coche delante de mi y yo lo estaba viendo (mejor
dicho intuyendo).
Llegamos a un semáforo que estaba en rojo y yo me
puse a su lado, ahora si lo veía claramente, Pepe me miró y yo veía a mi
mujer como subía y bajaba su cabeza comiéndole la polla, Pepe le dijo
algo y ella levantó la cara para mirarme. Que gusto me dio mirarle a los
ojos con la boca abierta y mandándome un beso.
Se puso el semáforo en
verde y continuamos yo detrás y ellos delante, estábamos ya en las
afueras y se desvió a un camino lateral, al poco aparcó en un lateral y
paró el vehículo, yo aparqué detrás de ellos y esperé. En mi interior
sabía ya lo que iba a pasar y efectivamente vi como mi mujer pasaba al
asiento de atrás, luego pasó Pepe y vi como se enfrascaban en besos. Yo
veía porque estaba muy cerca de ellos como mi mujer se colocó encima de
él mirándome, la veía como subía y bajaba, era señal inequívoca de lo
que estaba haciendo, se la estaba follando con el vestido ya bajado, con
las tetas al aire y follando con Pepe a dos metros de donde yo estaba
con la polla empinada. Me hice la mejor paja de mi vida, me corrí
mirando como follaba la zorra de mi mujer y pensando que me encantaba
verla así.
Pasados unos 15 minutos desde que habíamos parado vi como mi
mujer se abrazaba a Pepe y dejaban de moverse, yo intuía que se habían
corrido, al poco se levantó y pasó al asiento delantero y luego Pepe
hizo lo mismo, arrancaron el coche y continuamos. Llegamos al poco a un
restaurante, aparcamos y bajé del coche, ellos salieron y se vinieron
hacia donde yo estaba aparcado. Mi mujer se me acercó y lo primero que
hizo fue estamparme un morreo que me volvió a poner a mil, me cogió
del brazo y muy cariñosa nos fuimos los tres al restaurante.
Fue una
cena muy agradable, Viki estuvo muy cariñosa con ambos y Pepe solo hacía
que decirme que tenía una mujer maravillosa, Pepe se levantó un
instante para ir a los servicios y yo le pregunté a mi mujer que si lo
estaba pasando bien, mi mujer volviéndome a besar me contesta que lo
estaba pasando como nunca, yo la besé y le dije que la quería muchísimo. Viki me cogió la mano y me la llevó a su pierna subiéndome la mano
hacia arriba, en eso se sienta Pepe y mi mujer le dice: "creo que
Miguel ya sabe el regalito que te he hecho", yo le estaba tocando el
coñito y noté que no llevaba el tanga con el que había salido de casa.
Pepe me mira y sacándose el tanga del bolsillo me lo enseña diciéndome:
"tenemos una mujer maravillosa", en eso noto también otra mano donde yo
la tenía y mi mujer que se inclina y empieza a besar a Pepe.
Como ya se
estaba poniendo muy caliente la situación terminamos de cenar y
salimos, mi mujer iba cogida del brazo de los dos y dándonos besos a
uno y a otro, yo ya solo pensaba en verla follar nuevamente pero
conmigo al lado de ella sin ninguna separación, cosa que pensaba iba a
ocurrir muy pronto, ya que tal y como estábamos todos, les pregunté
donde querían que fuéramos y mi mujer adelantándose a Pepe me dice: "¿por qué no vamos al mirador y allí charlamos un ratito?".
El mirador es un
sitio desde donde se ve nuestra ciudad en su totalidad y es muy
tranquilo por la noche y solo suelen ir algunas parejas a dar rienda
suelta a sus necesidades sexuales, también hay de vez en cuando algún
mirón. Le dije pues perfecto vamos para allá, mi mujer en esta ocasión
se subió en mi coche después de darle un buen morreo a Pepe. No
estábamos muy lejos y llegamos en unos 10 minutos, en este tiempo mi
mujer me hizo la mejor comida de polla que me ha hecho desde que éramos
casados.
Aparcamos los coches juntos y no vimos a nadie por los
alrededores aunque eso era lo que menos nos importaba, Viki me dice
pasa detrás que ahora venimos y saliendo del coche se sube al de Pepe,
yo pasé al asiento trasero de nuestro coche y esperé mientras miraba
como se besaban y al poco bajan los dos, cierran el coche de Pepe y se dirigen a nuestro coche, abren la puerta trasera y entra viki primero y
Pepe después. Aunque el coche es amplio, tres en el asiento de atrás
pues como que estábamos muy pegaditos y viki se pone hacia delante, se
levanta el vestido y se sienta encima de Pepe, yo me aproximo a ella y
la beso en la boca y veo como tiene el coño al aire con la polla de
Pepe fuera pegada a su coño.
Ella mientras me besa, me coge la mano y me
la acerca a su coñito, yo empiezo a tocárselo y noto como poco a poco se
va introduciendo la polla de Pepe dentro de ella. Esto es lo máximo, me
siento en la gloria, estoy tocándole el coño a mi mujer mientras otro
se la folla, mi mujer empieza a dar los grititos que tan bien conozco
de placer y gusto y empieza a correrse delante mío con el coño lleno de
polla y yo masturbándola. A estas alturas yo ya tengo la polla fuera en
la mano y tocándome, mi mujer encima de Pepe subiendo y bajando con las
tetas al aire, con una mano de Pepe en cada una de ellas y mi mujer
corriéndose como una golfa sin parar pidiendo mas y mas y morreandome
de vez en cuando.
Al poco, Pepe se corrió dentro de mi mujer y yo le
pedí a Viki que se sentara encima de mi polla que estaba loco por
metérsela, ella se levantó un poco y sentándose encima mía se metió de
un solo intento mi polla, que estaba mas rígida que un palo. Que
sensación en ese momento, estaba follándome a mi mujer después de haber
sido follada por otro, ella me dice: "¿te gusta cabroncete mío, te gusta
ese coñito lleno de lechecita de nuestro amigo?". Yo en ese momento solo
de pensarlo empecé a correrme y a decirle: "si cariño si, me encanta
sentir ese coñito lleno de leche y correrme dentro de el yo también"
Me
corrí como hacía mucho tiempo que no hacía y ella saliéndose de mi
nuevamente se sentó encima de Pepe para volver a follárselo, esta vez
le costó a Pepe correrse un poco mas y mi mujer con la ayuda mía
masturbándola a la vez que se la follaba Pepe se corrió lo que nunca se
había corrido, no contamos las veces pero fue maravilloso. Finalmente
nos arreglamos un poco y estuvimos charlando los tres viendo el paisaje
y cuando nos despedimos ya habíamos organizado otra visita de Pepe para
vernos en unos días, esto ya os lo contare en otra ocasión.
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