.:: RELATOS DE CORNUDOS ::.

  "Una invitación a un café".

 

  Me abrieron los dos sonrientes; ella vestida con una falda, un top insinuante pero no escandaloso pese a esconder un buen par de tetas, la melena suelta y calzada con unas bonitas sandalias con un ligero tacón que marcaban sus bonitas piernas; él con un pantalón chino y un polo, zapatos negros, parecían una típica parejita que va a dar un paseo por el parque.

 - Hola - dije sonriendo - al fin nos conocemos.

 - Buenas tardes, Señor, que contenta estoy de que haya venido al fin - dijo ella apretándose contra mi y dándome un beso en la mejilla cariñosa.

 - Sí, buenas tardes Señor, pase y acomódese - dijo él - pase al salón.

 Un bonito salón, ámplio, un sofá grande, un par de sillones y la típica mesita para el café, una gran librería en la que estaba la tv de plasma, muy elegantemente decorado. Caminé con ellos hacia los sillones pero antes de sentarme me quedé contemplándola

 - Te has puesto muy guapa hoy, perrita

 Ella rió coqueta y se acercó a mi - ¿Ud cree Sr? ¿le gusta? espero que le guste, me vestí para usted - me dijo girando sobre si misma para que la viera bien. Yo llevé una mano a su cadera observándola y luego la llevé por debajo de su falda acariciando su bonito trasero, que comprobé desnudo como esperaba y disfruté mientras ella me sonreía complaciente.

 - Pero este top, no se... quizá mejor así - dije mientras lo bajaba sacando ese bonito par de tetas fuera - ¿No te parece?

 - Claro que sí, Señor, ya sabe que mis tetitas como todo lo q hay en esta casa está a su disposición para todo lo que quiera.

 - Cornudo, ¿y ese café? no ves que la perrita está ocupada, ¿que haces ahí mirando?

 - Si Señor, perdón señor - dijo entre excitado y algo azorado y salió disparado hacia la cocina mientras yo seguía magreando a su mujer. Cuando él volvió yo me había sentado en su sillón favorito, ella de rodillas a mis pies acariciaba mi entrepierna sobre la ropa mientras yo acariciaba su cabecita, jugaba con su pelo o la rascaba tras las orejas.

- Qué perra más mimosa es tu mujer, además parece que ya tiene ganas de una buena ración de rabo eh... solo para mi, por favor. Muy bien, ahora siéntate, perra, ve a por unos pañuelos o foulards tuyos, por favor.

 Ella solícita trotó a su habitación y vino con varios de distintos colores y me los ofreció, yo tomándolos hice sentar al cornudo enfrente de mi y até sus manos a la espalda y sus piernas separadas a las patas de su silla.

 - Mejor así, verdad? sinó como eres un pajillero y un vicioso no podrás resistir la tentación de toquetearte, te dejo las piernas separadas porqué sinó seguro que no paras de cerrarlas haciendo fuerza para darte gustito.

 - Sí señor, qué razón tiene.

 - Señor - me dijo ella - por favor,¿me deja que le coma la polla ya? estoy ansiosa, quiero llevármela ya a mi boca, quiero mimarla, chuparla y besarla...

 - Joder, que puta eres, venga perrita a ver como te portas.

 Nada más darle el permiso ella se puso a desabrochar mi cinturón, mi pantalón y metió su mano para sacarla acariciándola suavemente primero mientras la miraba y luego empezó a besarla con cariño.

 - Mira, cari, que bonita es la polla del Sr tan grande, con esta cabeza tan rica mmmmm... - dijo mientras la chupaba y comenzaba a hacerme una buena mamada mientras yo seguía tomando el café.

 - ¿Está hecha una buena comepollas, eh cornudito? no veas con que vicio se la come entera

 - Si Señor, se ve que la disfruta y espero que ud también, sinó ya sabe que puede darle un buen par de ostias para que se espabile

 - Jajajaja ya lo se, quizá se las de de todas maneras por vicio, pero no seas ansioso que se que estás deseando verlo. Seguro que a ti no te la come así, eh.

 - No señor, prefiero ser yo quien adore el coño de ella.

 Seguí disfrutando de mi café y de lo bien que me estaba chupando la polla, a veces lento y profundamente, luego se la sacó y la lamío golosa parándose en mi capuyo para saborearlo bien y bajando luego a mis bolas que besó y mimó antes de volver a metérsela entera en la boca e ir aumentando el ritmo poco a poco, sabía que tenía ganas de correrme ya y no quería hacerme esperar.

 - Ahora perrita, chupa bien y con cuidado mientras me corro en tu boca pero nada de tragártelo aún, entendido? saboréalo

 - Ahá, Si señor - dijo ella o lo intentó porque no quería sacarse mi polla de la boca ni para hablar y siguió chupando a buen ritmo, atragantándose incluso hasta que notó que me iba a correr y paró adaptándose a mi orgasmo hasta que lo recogió todo en su boca y como yo le había ordenado se puso a saborearlo sonriente. 
Email.

 

 

 

La web de los cornudos

Sólo para adultos

   [Añadir a favoritos]

   [Recomendar esta web]

   [Envíanos tus fotos]