Lo
que me ha pasado es increíble, asombroso, flipante: se han follado a mi
novia en mi putísima cara y nunca he sentido tanta excitación.
Llevo 6 años de relación con Esther, bastante tiempo para ser una pareja
joven. Pocas conozco que lleven tanto tiempo juntos. Hemos tenido
nuestros momentos complicados, como todo el mundo, con nuestras
discusiones y movidas, pero por lo general se puede decir que tenemos
una relación sana y estable.
Ella es una chica sobresaliente. En su carrera laboral destaca con creces,
pero a nivel social ya es otro nivel: todo el mundo quiere ser su
amigo, simpática, amable y cercana, preocupada por los que le rodean y
con una gran sonrisa.
Es activa y deportista, con lo que ha conseguido que con los años su
físico sea bastante tentador. Tiene unos pechos pequeños y un culo bien
formado y duro. Castaña natural con unos reflejos muy claros en su
pelo.
Lo cierto es que, realmente, yo durante muchísimo tiempo, y todavía lo
sigo pensando, he dicho que mi chica está bastante por encima de mí,
sin embargo esto nunca me ha generado celos. Ella, por el contrario,
siempre ha sido una mujer de cierta inseguridad, y tuvimos algunos
episodios en nuestra pareja en los que dudaba de mi lealtad cuando
siempre he sido bastante fiel. De hecho, con el tiempo tuvimos que ir a
terapia de pareja, y nos vino genial, rompimos los mitos del amor
romántico en nuestra relación y desde entonces nos ha ido genial.
Claro, que yo tengo un oscuro secreto que nunca le he dicho a nadie: me
excitan muchísimo los tríos, ver cómo follan otras personas y, en
especial, imaginarme como se follan a mi novia.
Todo esto comenzó hace un año aproximadamente, una noche que ella iba a
salir de fiesta y se puso el conjunto más sexy que tenía; se había
puesto una falda de cuero negro y una blusa blanca que hacía bastante
escote. Lo mejor de aquella blusa era que transparentaba lo suficiente
como para que se viese que debajo llevaba un sujetador top bustier
negro que le había regalado hacía tiempo.
Mientras estaba vistiéndose, yo la miraba embobado. Tenía bastantes ganas
de follarla, pero sabía que iba con prisas, porque había quedado con su
amiga Isabel en media hora.
- Estás preciosa, cielo, lo sabes ¿no? le dije mientras me recreaba con
su figura.
Ella, coqueta, me miró y sonrió. Después, comenzó a pintarse los labios.
De pronto, recordé una de nuestras primeras citas, y cómo ella me dejó la
polla manchada de carmín mientras me la chupó en el baño del bar donde
habíamos quedado. También recordé cómo después, una vez terminamos, se
pintó los labios de nuevo en el baño de aquel bar y me miró exactamente
igual. Tuve que salir de aquella ensoñación, porque si no, ni de coña
Esther llegaría a tiempo con su amiga.
Se acercó a mí.
- Bien, ¿Cómo estoy? ¿Cuento con tu bendición? Me preguntó con un atisbo
de duda en su mirada.
- Te lo acabo de decir, cielo. Estás preciosa. Le respondí.
Ella miró indecisa al suelo.
- Ya, pero me da un poco de respeto, hace bastante que no salgo de fiesta
e igual voy demasiado... ya sabes, llamativa. No te importa, ¿no?
Caí en ese momento en que me estaba pidiendo permiso para ir sexy.
- Puedes ir como quieras, no te preocupes. Le dije mientras miraba a sus
ojos seguro de mí mismo.
Ella sonrió al instante.
- De hecho, espera... Y me acerqué a ella, le desabroché un par de
botones de su blusa hasta dejársela abierta a falta de un último botón
que quedaba. Mostrando su sujetador bustier al completo y parte de su
abdomen. Mejor así, que se vea que mi niña es la más atractiva de
todas.
Se quedó mirándome extrañada. ¿Seguro? Voy a una fiesta en la que van
tíos.
- No te inquietes, yo no lo hago. Le respondí tranquilo.
Esther se relajó en aquel instante y me dio un beso.
- Vale, cielo, me voy entonces. Isa y las demás me esperan en su casa para
tomar unas copas En ese momento, se giró y se fue.
Al principio no le di muchas vueltas, encendí mi consola y me puse a jugar
unas partidas con mis amigos a un videojuego de género battle royale
que estaba bastante de moda. Me lo pasé bastante bien y desconecté a
las 2 horas.
Eran ya las 11 y media y Esther debía de estar terminando el botellón en
casa de Isabel. Por lo que saqué el teléfono móvil y le envié un
mensaje.
- ¿Qué tal vas, amor? Recuerda, pásatelo genial con estas. Le escribí. No
esperaba respuesta la verdad, al menos no hasta altas horas de la
noche.
Dejé el teléfono en el sofá y puse Netflix para ver una serie.
Bzzzz, zumbó el móvil. Tenía un mensaje de Esther. Lo miré. Era una foto.
En la foto salía Esther con su amiga Isabel en el espejo del baño
sacándome la lengua. Ambas mostraban signos evidentes de estar ebrias.
Además, Esther había terminado de quitarse la blusa y estaba con el top
bustier que tanto me gustaba. Su amiga Isabel, al parecer, también
estaba muy sexy aquella noche. Llevaba un vestido rojo corto muy
llamativo con una cremallera que se bajaba por delante que estaba muy
abajo. Iban a destacar aquella noche, eso estaba claro.
- Ya han llegado los chicos, ¡salimos ya! Me escribió.
- Jajaja, ¡genial! Yo me acostaré en breve, ¡pasadlo genial! le puse en
un mensaje corto.
- Eso sin duda, jaja, por cierto, Isa dice que estás loco por decirme que
me desabroche la blusa, que se me van a tirar encima, jajaja.
Respondió Esther.
Pensé unos segundos qué escribirle y me acordé de pronto del pintalabios.
Me subió la líbido.
- Puede... Oye, si quieres no lleves la blusa al club, dejasela a Isa en
su casa y ve así, estás tremenda. Escribí en el chat.
- Vale, la verdad es que mejor así, más cómoda para bailar. Pero los
tíos... Ya he pillado como más de uno me miraba en la casa, me siento
como en mis tiempos de caza, jajajaja. Me confesó ella.
Me quedé pensando en ese último mensaje que me había mandado: "Me siento
como en mis tiempos de caza". Seguramente me lo había mandado sin darse
cuenta de lo que significaba al estar un poco borracha, o igual sí,
pero denotaba que tenía esa sensación de expectación de cuando salíamos
de fiesta e íbamos a ligar, que se ponía preciosa, se arreglaba y su
sentimiento era de poderosa mientras los chicos de la fiesta intentaban
follársela.
Me acordé de la mancha en el pintalabios sobre mi polla y ella mirándome
desde el espejo mientras se volvía a pintárselos y sentí vértigo.
-Tú... pásatelo bien. Escribí.
La noche fue pasando y no tenía noticias de Esther. Había pensado en
dormirme, pero me había puesto muy caliente unas horas antes, cuando me
había escrito antes de salir de casa de Isa. Tanto que me puse un vídeo
porno un rato y me masturbé, me dí una ducha y después me puse con la
serie de nuevo.
A eso de las 2 de la mañana, me metí en una red social y pude observar
cómo Esther había subido algunas historias a su perfil. Entré a
cotillear. La fiesta en la discoteca estaba bastante animada, y el
grupo de sus amigas estaban pasándoselo genial. Con ellas, había un
grupo de chavales que eran amigos de Isa, pero no les hacían mucho
caso.
En ese momento, me fijé en Isabel y pinché en su perfil. Estaba muy buena
y me excitaba. Siempre había soñado con tener un trío con ella y
Esther, pero ni de broma me atrevía a comentárselo a mi novia, además,
lo daba por imposible. Isabel era una chica alocada, pero no la veía
capaz de acostarse con su mejor amiga. En su perfil tenía muchísimas
fotos en bikini e incluso en ropa interior y bailando. De nuevo, me
excité y empecé a tocarme un poco con sus fotos. No había visto yo
aquel contenido antes.
Me imaginé que Isa estaba en mi cuarto, con su vestido rojo, se ponía de
rodillas delante de mí, terminaba de bajarse la cremallera de su
vestido y empezaba a quitarme los pantalones. Mi imaginación volaba
rápido...
De pronto, Isabel subió contenido y apareció en mi pantalla.
Esther y ella estaban en una plataforma de la discoteca borrachas ya y
bailando. A su alrededor había dos tíos que bailaban con ellas. Esther,
que no sabía que la estaban grabando, estaba de espaldas a uno de los
chavales, pegando su culo contra su cadera mientras se contoneaba a un
ritmo pautado. Aquel chaval no era tonto y estaba restregándose, y ella
lo podía notar. Prácticamente le estaba masajeando el pene entre sus
nalgas. La cara de ella era de disfrute y desinhibición.
De pronto se me paró el corazón. Sí, estaba pasándoselo en grande con el
chico aquel. Volví a recargar la pantalla y el contenido desapareció.
Isa se había dado cuenta de lo que había subido y lo había borrado. ¿Se
había enterado de que lo había visto? Seguramente sí, pero iba tan
borracha que igual no... ¿Quién sabe?
Navegué por el resto de perfiles de sus amigas. A algunas de ellas no las
tenía agregadas, pero casi todas tenían los perfiles abiertos. Estaban
bastante buenas, era normal. A través de los contenidos de ellas, pude
ver como aquel chico no pertenecía al grupo de amigos de Isa, pero que
se había acercado hacía un buen rato a bailar con ellas. Salía en un
par de vídeos haciendo el bobo y en otro ya subido en la plataforma
invitando a subir a Isa. Lo que no esperaba era que había sido Esther
la que había subido directamente.
Miré también entre los seguidores nuevos de Esther y pude ver cómo le
había agregado, se llamaba Carlos y tenía la cuenta privada.
Ya el resto de la noche estuve atento al teléfono, me encantaría saber qué
estaba pasando, pero difícilmente me iba a enterar de más. Isa, la que
sería mi principal fuente de información, se había percatado de que no
debía subir información sensible.
Por lo que me pude imaginar, solo era un tonteo de discoteca e igual
hacían algo en el baño, yo que sé, lo dejé pasar, en realidad me
gustaba. Mientras tanto, terminé de masturbarme mirando las fotos de
Isabel, me corrí abundantemente pensando en cómo me follaba a esa
guarra en la encimera de mi baño y me quedé medio dormido al correrme.
A las cuatro de la mañana, entró una notificación que me despertó: Isabel
había subido una historia otra vez.
Está vez me llamó la atención porque estaba en "Mejores amigos", una
funcionalidad que tiene la red social para discriminar quien puede ver
las historias, y yo no sabía que estaba entre los "mejores amigos" de
Isa.
En la foto salían Esther e Isabel bailando y guiñando un ojo en el espejo
de un baño, pero no un baño de discoteca, y me fije bien, tenía geles
pequeños y había muchas toallas blancas pequeñas. Estaban en el baño de
un hotel. Y la historia rezaba "juntas, siempre juntas". Esther estaba
bastante ruborizada e Isa había terminado de desabrocharse el vestido,
estaba completamente en ropa interior, llevaba un conjunto rojo como su
vestido, súper atrevido.
No pude evitarlo, le respondí con un emoji de fuego.
Y recibí de vuelta una videollamada de Isabel, la acepté y pude verla
sonriendo a la pantalla.
- Querías esto, ¿no? Me dijo.
En ese momento, Isa cambió la cámara desde la cual transmitía la llamada a
la trasera del teléfono y pude ver cómo Esther estaba completamente
desnuda besando al chico anteriormente mencionado mientras éste le
cogía del culo con las manos. Estaban en una habitación de hotel e
Isabel grababa desde el baño, a escondidas.
- No sabe que estoy grabando y se piensa que no estás en mejores amigos.
¿Quieres que le diga que la puedes ver? Me dijo Isa susurrando.
Yo, en shock por la situación, no sabía cómo reaccionar, pero pronto
retomé consciencia de lo que estaba pasando y respondí. No, no le
digas nada.
Isabel cambió la cámara de nuevo y pude ver cómo me sonreía. Se ocultó de
nuevo en el baño.
- ¿Quieres que le marque algún límite? Está un poco borracha e igual se
deja llevar. Me dijo de pronto muy seria.
- Yo ya sabía que tú querías esto, pero es normal que prefieras...
- Solo que use protección. Le pedí.
Isabel sonrió todavía más, y me guiñó un ojo. Volvió a cambiar la cámara y
la ocultó bien, que apuntase a la cama desde un espejo para que yo
viese qué estaba pasando.
De pronto, Isa me dejo ahí, y se fue para unirse con mi novia y su nuevo
amante, miró hacia el móvil y cuando se aseguró que estaba bien oculto,
se morreó con Esther.
Mientras la besaba, metió su mano en el pantalón del afortunado Carlos, y
empezó a acariciar su polla para ponerla a tono. No tardó mucho. El
espectáculo era bueno, ya daba yo fe de ello.
Aproveché ese momento para poner la grabadora de pantalla, ¡yo eso no me
lo perdía!
Seguidamente, el tipo con suerte se quitó la camiseta y terminó de
desabrocharse el pantalón.
Esther entonces le empujó, como solía hacer conmigo, para dejar claro
desde el principio quién mandaba esa noche. El chaval se recostó sobre
la cama y ella se puso encima.
- ¡Espera! dijo en ese momento Isabel. ¿No deberías escribir a tu chico
para decirle que vas a llegar tarde?
Esther de pronto se acordó de mí y miró hacia los lados, parecía nerviosa.
Joder, tienes razón, ya debería estar en casa . Lo encontró y se
relajó un poco.
Mientras cogía el teléfono, el tío, avispado, aprovechó para empezar a
masturbarla mientras estaba arriba, pero Esther se mantuvo firme, y con
cierta dificultad tomó el teléfono y escribió.
Me entró el mensaje que se superpuso en la pantalla al vídeo.
- Isa está mala, la acompaño a casa e igual me quedo a dormir con ella,
espero que no te moleste. pude leer el mensaje mientras tiraba el
móvil a un lado y comenzaba a comerle la polla a Carlos.
Puse en silencio el micro del teléfono y en ese momento solté un "joder,
qué hija de puta" mientras me masturbaba.
Recuerdo que me sentí realmente bastante voyeur y un tanto humillado,
estaba comiéndole la polla al tío este en el cuarto de aquel hotel con
la complicidad de su amiga, pero también realmente quería, estaba
disfrutándolo, esta sensación que tenía en el cuerpo de vértigo... No
sabía cómo se sentía ella, pero seguro que se sentía sucia: el sabor de
su polla recorriéndole el paladar, la sensación de chuparle los huevos,
y el olor a sexo. Era algo que necesitaba, estaba jodidamente cachonda,
se notaba.
Mientras le estaba chupando la polla, el tío sacó su teléfono móvil para
sacarle una foto mientras Esther movía de arriba abajo la cabeza y le
lamía con dedicación su pene. Ella paró, y en ese momento miró a
Isabel.
- Juntas. Le dijo mientras sonreía.
Isa, que había estado mirando y disfrutando mientras se tocaba, se puso de
rodillas y se metió la polla del chaval en la boca.
Saltó el flash. Sí, aquel encuentro iba a estar bien documentado, pensé.
Normal que a Isa le diese en parte igual, ya estaba ella misma grabando
el encuentro para que yo lo viese, ¿pero Esther? No sabía que era tan
guarra. ¿Siempre lo había sido? Que la cosificaran de esa manera tan
burda era pura fantasía, quería que la usasen más, y ella creo que
también pensaba lo mismo por su sonrisa.
Carlos grabó un vídeo mientras mi chica y su amiga le comían la polla.
Cuando terminó apartó el móvil y le indicó a Esther que parase. Subió
hacia él y se apoyó de rodillas sobre sus piernas. Él le apartó el
tanga y la empezó a penetrar.
Isa volvió a mirar hacía donde yo estaba y conectaron nuestras miradas,
abrió sus piernas y se empezó a masturbar bien fuerte.
Me di cuenta entonces: Isabel me había traicionado y no le había dicho a
Esther nada de la protección. Por suerte, usaba la píldora. Me cabreé,
pero enseguida, al ver como Esther disfrutaba, se me pasó de nuevo. Ya
hablaría con Isabel de aquello.
Tras un rato en aquella posición, Isa se levantó y empujó a un lado a
Esther.
- Me toca, puta Le soltó a su amiga.
En ese momento pasó todo muy rápido. Primero le dio una bofetada en la
cara al chaval, este se levantó y la tiró contra la cama para después
azotarla con fuerza. Seguidamente comenzó a follársela con fuerza,
podía ver como Isa estaba siendo embestida, y la cara de guarra que
estaba poniendo ella.
Esther, en su posición, le cogió del culo al chico y puso una cara muy de
pervertida, y al momento tomó su teléfono de nuevo.
- Isa está mejor, me estoy divirtiendo bastante, luego te veo, ¡te quiero!
Me escribió en un nuevo mensaje.
"Y yo a ti, cielo", me dije para mis adentros.
Isabel poco a poco estaba cada vez más ida. Esther, que se había dado
cuenta de que su amiga no paraba de gemir y de masturbarse a lo loco,
enérgicamente y con prisas, mientras el chaval de la discoteca la
embestía, así que se acercó su cara y la besó con pasión.
Carlos, viéndose poderoso con dos tías como aquellas en su cama, estaba en
su mejor momento, sudando, con los músculos tensados y dándolo todo.
Sacó su miembro de la vagina húmeda de Isa, para disgusto de esta, que
empezó a tocarse de nuevo, y se acercó a Esther, recostándose encima,
que tardó muy poco en colocárselo para que la embistiera.
- ¿Sabe tu novio que eres una zorrita mala? Le preguntó Carlos mientras
iba y volvía con su movimiento pélvico.
- ¡Ahhhh! ¡No, joder! Gritó de pronto de placer mi novia.
Isa, celosa como estaba en aquel momento, se levantó y se puso justo
detrás de la pareja de amantes en la cama, con la cara a la altura del
miembro, viendo cómo se introducía en el coño mojado de su amiga, subió
un poco más, y empezó a juguetear con su lengua por debajo de los
huevos del desconocido, y con la punta de la lengua haciendo círculos
en la zona donde acababan y acercándose poco a poco al culo. No tardó
mucho Carlos en empezar a gimotear de nuevo, mientras seguía con
Esther, de una forma un tanto diferente, con un gemido seco, siguió
frotando delicadamente y al no notar indicio ninguno de rechazo o
protesta, adentró su larga lengua en su culo siguiendo con la caricia
de manera circular.
Por mi parte, en ese momento, estaba flipando, necesitaba que Isa me
hiciese aquello, no sabía que lo necesitaba, pero al verlo me quedé
loquísimo, yo quería.
- Espera, para, que me voy a correr. Dijo Carlos mientras estaba
temblando, había parado de empujar a Esther.
Pero Isa no paró. Orgullosa y poderosa, enterró más su cara en el culo de
Carlos y le hizo flipar en colores. Este, en una mezcla de éxtasis y
locura, penetró profundamente a Esther y comenzó a bombearle su semen
dentro de su coño.
Mi novia acabó chorreando y extenuada, pero aquello no acaba ahí. Isa
apartó a Carlos, que parecía haber entrado en una especie de trance y
empezó a jugar con su lengua mágica en su clítoris. Sus piernas
empezaron a temblar y sus suspiros cada vez eran más cortos e intensos.
Se acercaba al orgasmo, así que Isabel alargó su mano y con el dedo
índice comenzó a frotarle a ella en la zona perianal, adentró su dedo
en su culo delicadamente mientras le comía el coño y continuó dándole
placer. En ese momento, Esther desfalleció, pero Isabel no paró bajo
ningún concepto, deseaba que notase que ella era suya.
Una vez hubo terminado con ella, Isa se levantó y se quedó mirando a los
dos; Esther le sonrió y se giró hacia Carlos, al cual le dio un beso.
Tenía su semen por todo su coño y todavía tenía esa sensación que se te
queda después de un orgasmo, se sentía llena, satisfecha, y al mismo
tiempo una jodida guarra.
- Esto habrá que repetirlo. dijo Carlos.
Esther se rió y miró a Isa para ver su rostro y ver qué opinaba.
Isabel asintió. Y después se fue para el baño, tomando su teléfono,
conmigo en videollamada.
- Dios... pude apenas susurrar.
Ella me observó con curiosidad y con lascivia en su mirada. Acto seguido,
dejó el teléfono apuntando hacia ella, encendió la ducha y comenzó a
masturbarse mientras me miraba.
Su mirada era profunda, intensa y primitiva, estaba ida y su forma de
frotarse el clítoris, hipnotizante y potente... No tardó en correrse de
una forma bastante fuerte. Si hubiese estado en la habitación de al
lado del hotel lo habría escuchado seguro... Desde la habitación pude
escuchar cómo Esther se reía en una carcajada.
- Todavía no lo sabes, pero sois míos y vais a hacer lo que yo quiera.
En ese momento, Isabel colgó la videollamada.
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