Hace
apenas unos meses, a finales del año pasado, acompañé a mi esposa a la
boda de una de sus compañeras de trabajo y aún cuando Sandra no era parte
de los familiares u organizadores de la fiesta, pude notar que la mayoría
de los amigos de la novia la conocían, así como también toda la gente de
la compañía estaban presentes.
Para mi la dichosa
fiesta se convirtió en algo que en vez de divertido, más bien me resultó
embarazoso, dado que aún cuando no se hablaba abiertamente por el
supuesto recato que mi mujer tenía hacia esos temas, y ella nunca lo ha
confesado. Y yo por mi parte no la he acusado de nada, la realidad
resulta obvia y ya desde antes sabía que mi esposa estaba teniendo un
romance o al menos engañadme con alguno de los hombres de su oficina.
Y lo sabía
simplemente por cómo se fueron dando las cosas, y aquellas ocasiones en
que siendo yo el que contestaba el teléfono, del otro lado al escuchar mi
voz simplemente colgaban, o empezando a notar cómo cada vez resultaba más
frecuente la necesidad de Sandra por quedarse a terminar algún reporte ,
hasta muy tarde en su oficina fuera del horario en que supuestamente ya
tendría que haber regresado a casa como todos los demás.
Además de todo esto y
cuando alguna ocasión yo le había comentado que me había sido imposible
localizarla en su trabajo después de las seis de la tarde, ella me había
contestado que al salir, junto con sus amigos y algunas secretarías de la
compañía se habían detenido a tomar una copa en la algún bar cerca del
oficina, antes de regresar a casa.
Y que al parecer sin
ella darse cuenta, aquellas paradas para tomarse una copa, cada vez más
frecuentemente la estaban haciendo que llegara tarde a casa y más
especialmente cuando de jueves o viernes se trataba.
Resultando que en una
ocasión cuando yo acompañé a su hotel a un par de extranjeros clientes de
mi negocio, descubrí que al menos por esa ocasión la reunión de su
oficina debía de haberse llevado a cabo en el lobby del mismo hotel, pues
desde el restaurante donde yo me encontraba sentado y sin comentárselo a
ellos, pude ver en la recepción a mi mujer junto con un hombre que tras
registrarse recibía la tarjeta llave de una de las habitaciones.
Aunque lo que sí me
causó aún un poco más de sorpresa, fue el considerar que sin duda ellos
dos se encontraban solos sin nadie más de las personas con quienes se
suponía que normalmente ella venía a tomar la copa, incluso resultando
que por la hora no consideraba yo que apenas siendo las tres de la tarde,
nadie más se les fuera a unir y que en cambio de alguna manera sin
haberlo notado yo mi semblante había cambiado al grado tal en que uno de
mis clientes volteando hacia la recepción me pregunto si había yo visto a
alguien conocido o quizás alguien que no se suponía que debería de estar
allí en ese sitio en ese momento.
Y claro está el cómo
supondrán yo no le revelé a mis acompañantes aquel bochornoso
descubrimiento, así como tampoco a llegar a casa se me ocurrió preguntar
a mi esposa, el porqué tenían ella y su acompañante que conseguir una
habitación en aquel hotel a la hora de la comida o que les sirvieran
algunas copas.
Por si todo lo
anterior no hubiera sido suficiente, a Sandra no le bastaba con ello y
frecuentemente los fines de semana me pedía que la acompañara a hacer las
compras de la despensa sin recordar que muchos de los productos que decía
necesitar, durante la misma semana a llegar tarde a casa ella misma me
decía que había pasado al supermercado para buscar las mismas cosas que
después compraba conmigo, pero sin percatarse de que yo me daba cuenta
que ella volvía a casa trayendo consigo sus apenas alguna pequeña bolsa
con víveres o en ocasiones absolutamente ningún paquete., y que por mera
coincidencia en esas mismas noches fuera de casa para hacer compras o
pasadas a tomar la copa con sus compañeros, ella invariablemente al
regresar lo primero que hacía era ir a prepararse un baño caliente para
después bajar a merendar y preguntar qué tal me había ido durante el día
y si acaso, como frecuentemente ocurría, los niños ya se habían dormido,
saber si estaban bien o si habían tenido algún problema en la escuela.
Pasado algún corto
tiempo después el que se hicieron todos estos indicios que apuntaban
hacia la descarada infidelidad de mi mujer, el que yo quise tener un poco
más la firme certeza sobre el doble juego que ella estaba jugando; y fue
por ello que una noche cuando ella ya se había dormido después de una de
sus acostumbradas escapadas nocturnas., que yo entre al baño y vestidor
contiguo al mismo, para buscar alguna prueba más tangible sobre sus
ilícitas actividades fuera de casa; encontrando en el cesto de la ropa
sucia, unos diminutos panties color vino que aún cuando yo sé los había
obsequiado, nunca había tenido la oportunidad de vérselos puestos, pues
ella me decía que aunque al usarlos, la hacía sentir sexy, la prenda de
resultaba algo incómoda de llevar puesta, por lo que únicamente la usaría
en ocasiones especiales, cuando le quedara con alguno de sus ajustados
vestidos o se sintiera especialmente "sensual y dispuesta" para
modelármelos y permitir que yo sé los quitara.
Sin embargo y aún
cuando yo ya me encontraba bajo el supuesto de lo que podía encontrar al
husmear entre sus cosas, no puedo dejar de recordar aquel momento en que
sentí aquella sorpresa al ver que la diminuta prenda que hasta ese día
ella no había querido estrenar para mi, se encontraba hecha bolita bajo
algunas otras prendas. La sensación de vació en mi estómago cuando al
extenderlas sentí una sustancia algo viscosa que se me embarró en la
yemas de algunos de mis dedos y que no fue sino hasta que los hube
desarrollado por completo, que note una clara mancha húmeda y pegajosa al
centro del puente de algodón de la entrepierna de sus pantaletas; e
indudablemente no era más que la prueba tangible de una olorosa
combinación de sus esencias femeninas mezcladas con restos de semen de
algún hombre.
Y especialmente me
causó aquella sensación de salto al vacío, cuando tras el shock inicial
de mi descubrimiento, recapacite en las obscuras implicaciones y
circunstancias de aquélla mancha secándose en sus pantaletas delataba.,
pues yo sabía que Sandra no usa píldoras anticonceptivas y normalmente
extremaba sus precauciones, tanto así como para no dejar que la penetrara
yo sin usar protección, dado el por el momento no queríamos tener la
sorpresa de un nuevo miembro en la familia.
No obstante todo lo
anterior y aunque se qué quizás para quien haya leído hasta este punto;
podría señalar y decir que simplemente soy o era un loco poco hombre por
no reaccionar de alguna otra manera, lo cierto es que me encontraba
sumamente confundido y envuelto en un mar de contradictorias emociones.,
por lo que y tal como lo dije anteriormente, no hice nada o siquiera le
comenté sobre mis descubrimientos, de los cuales supongo que ella aún no
se había percatado.
Así como tampoco le
hice saber en aquella ocasión cuando un viernes por la noche ella me
llamó a casa alrededor de las 10:30 PM para decirme que había ido de
compras y quería entrar al cine con su cuñada, por lo que está la había
invitado a quedarse en la noche a dormir en su departamento, aprovechando
que su hermano se encontraba de viaje.
Yo sin más acepté la
situación, aún cuando sabía de labios de su propia cuñada que ella estaba
al tanto de algunas de las escapadas de mi mujer, y con las que no estaba
muy de acuerdo pues sentía que tarde o temprano las mismas le traerían
problemas con su marido, e incluso ya es más de una ocasión por teléfono
ella me había relatado como alrededor de las 11:00 de la noche, Sandra
había llegado a tocar el timbre de la puerta de su edificio para pedirle
que le hiciera favor de prestarle las llaves de un departamento que ellos
tenían desocupado para vender o rentar., ya que, según le explicaba
Sandra, alguien se había interesado en el que quería ella misma hacerles
el favor de mostrárselo a esta persona. Sin embargo con lo que mi mujer
no contaba era con el hecho de que al hacerlo, y ella suponiendo que todo
mundo es tonto, su cuñada bien se había fijado en que a mi esposa la
esperaban unos metros más adelante de la entrada de su edificio a bordo
de lujosos automóviles, las personas a las que se supone que a esas horas
ella les iba a mostrar el inmueble, tratándose en todos los casos de
hombres solos cuyas siluetas ella alcanzaba a distinguir dentro de los
vehículos, aunque en un par de ocasiones, me contó, que a bordo de los
mismos iban no uno sólo si no dos o más de dos hombres que la esperaban
mientras ella se bajaba a saludarla y por la llave.
Pero lo que
definitivamente en esa ocasión en que a mi mujer se le ocurrió decirme
que se quedaría en casa de su cuñada., y con la que Sandra no contó, fue
que apenas tres o cinco minutos más tarde (aún no se si por coincidencia
o ganas de desenmascarar a mi esposa) su cuñada me llamó pidiéndome que
la comunicara con Sandra. Y que sin apenas darme tiempo para qué le
contestara y le dijera que según lo que yo entendía mi esposa estaba con
ella o sino pronto la vería., cuando ella me pidió que le dijera que no
se hiciera la pesada y contestara el teléfono, pues aquel cuento de que
ahora Sandra se sentía mal y en vez de salir con ella y sus amigas, le
había dejado un mensaje en su contestadora diciéndole que se sentía mal y
se regresaría a casa para meterse en la cama y dormir., ella no se lo
creía.
Yo sin más traté de
fingir desconocimiento de lo que pudiera estar ocurriendo y le dije a mi
concuña qué quizás Sandra le había llamado de su oficina o algún otro
lugar pero que de cualquier manera yo le avisaría de su llamada en cuanto
ella regresara. Pues tal y como era el caso de suponer, para esas horas
yo tampoco creía que mi mujer fuera a llegar a mi casa o la suya y si
bien suponía que mi esposa efectivamente se habría de ir a la cama, al
menos por esta noche no se refería a la cama de nuestra habitación.
Tal y como lo supuse
desde el momento en que colgaba el auricular, aquella fue una larga noche
para mi qué pase entre intentos de dormir y distraerme con algún programa
de televisión que me permitiera apartar de mi cabeza las imágenes de mi
mujer entregándose a otro hombre en algún lujoso hotel del centro de la
ciudad o quizás sobre la cama de algún sucio motel de paso que hay en las
afueras de la misma. Y no fue si no hasta la siguiente mañana cuando por
fin ella regresó y aunque como era costumbre entró al baño, esta vez no
fue a bañarse y salió apenas unos minutos más tarde para irse a la cama y
dormir hasta bien entrada la tarde. Tiempo que tal y como era de
suponerse aproveché para checar nuevamente dentro del cesto de la ropa,
donde por cierto encontré su brassiere, medias y portaligas, con claras
manchas de semen ya seco sobre las mismas, amén de aquellas tremendas
embarradas en la entrepierna de sus pantaletas que aún se encontraban
húmedas y pegajosas con la misma olorosa sustancia combinada de jugos
femeninos y masculinos, que de inmediato penetraron por mi nariz.
Más tarde ese mismo
día, mientras Sandra aún dormía y yo jugaba con los chicos, de pronto
sonó el teléfono que yo fui a contestar, resultando qué para empeorar aún
más las cosas, era una llamada que hacían desde la administración del
Four Seasons de la Avenida Reforma, informándome en uno de los buroes de
la habitación que habíamos utilizado la noche anterior mi esposa y yo.,
habían quedado olvidados un par de zarcillos y que la camarera siempre
atenta a la honestidad y calidad de su servicio, había entregado para su
devolución.
Tal y como era de
esperarse, mi primer reacción la de suponer que simplemente estaban
haciendo una llamada al número equivocado, pero la señorita al otro lado
de la línea tomó los datos de la ficha de registro e incluso me leyó el
nombre de mi esposa y número de tarjeta de crédito con que había pagado
la habitación. Por lo que finalmente y ya sin mucho que alegar le
agradecí la cortesía de haberlo buscado para entregárselos y le asegure
que más tarde durante el día o el transcurso de la semana pasaría yo a
recogerlos.
Sin embargo cuando
terminé la llamada, simplemente me parecía que sería ya el colmo de mis
estupideces hacer delante de ella el papel de idiota avisándole de la
llamada que había recibido o mucho más aún siquiera el pensar en pasar a
recoger las cosas que mi mujer había tenido a bien dejar olvidadas en un
hotel al que se supone que había ido conmigo y no con otro hombre. Así
como también me pareció que ya era el colmo de los descaros el pensar
como mi infiel y adúltera esposa, no sólo me engañaba a mi y a la demás
gente frente a las que aún pretendía comportarse como una respetable y
leal mujer casada, sino que ahora también pretendía hacerme contribuir a
perpetrar sus golferías y pagar por las mismas, mediante el uso de su
tarjeta extensiva que se cargaba a mi mismo número de tarjeta de crédito
y de la cual para ser muy honestos, prácticamente nunca revisaba yo el
estado de cuenta.
Finalmente llego a
esa noche de la fiesta cuando por haber ido a atender unos asuntos de
negocios, yo en vez de llegar a la ceremonia me dispuse para alcanzarla
ya en del salón donde se llevaría a cabo la recepción., resultando qué al
entrar fui conducido hasta una mesa donde se encontraban sentadas ya
otras personas quedado solamente un lugar vacío al lado del mismo.
Sin más me senté en
mi asiento mientras que de manera general saludé a los que serían
nuestros acompañantes durante la cena, aunque ninguno de los ahí
presentes consideró necesario presentarse asimismo., por lo que sin
preguntar por Sandra comencé a buscarla con la mirada en la pista de
baile o alguna otra de las mesas que pudiera yo alcanzar a ver.
Resultando que cuando por fin la encontré, sentí algo similar a un golpe
en la boca del estómago, que más bien me pareció una puñalada directa a
mi dignidad, al verla bailar tan pegadamente al cuerpo de su acompañante
y usando aquel casi obsceno y provocativo vestido blanco que había
comparado recientemente y que por fin ahora le veía usar, aunque de
inmediato lamente no habérselo visto antes para decirle que era tan corto
que apenas cubriría la banda elástica de sus medias mientras ella no se
moviera demasiado o tuviera cuidado de bajar el dobladillo mientras
permaneciera sentada., y que la tela del mismo resultaba tan ajustada que
claramente delataba cada una de sus curvas y además de ofrecer a todos
aquellos ojos extraños el escandaloso espectáculo de la redondez de sus
glúteos, del mismo modo en que desde mi sitio en aquella mesa así como
cualquiera más que volteara a verla, podría ver sobre la tela del vestido
como se delineaban las costuras de sus pantaletas..
Ella se encontraba
bailando con este hombre a quien yo no reconocía, aunque después me
enteré que se trataba de uno de los mejores clientes de su compañía,
flirteando abiertamente con él mientras que le lanzaba miradas
francamente insinuantes y ambos se movían de manera muy sensual. Ella
movía sus caderas suavemente mientras que con sus altísimos tacones que
elevaban su figura, le seguía en sus movimientos, al tiempo que aún
resultando baja su estatura para los casi dos metros que debía de medir
su acompañante, ella levantaba el rostro para mirarle mientras le
dedicaba la más insinuante de sus sonrisas.
Así siguieron
bailando por un buen rato hasta que terminando una de las melodías fueron
hacia la mesa donde él se sentaba, pero ella en vez de sentarse hizo un
ademán de excusarse y volver tras unos instantes, tras lo que tomando su
diminuto bolso se dirigió hacia el área de tocadores., lugar hasta donde
me apresuré para ir a encontrarla.
Afuera del tocador de
damas fue que la esperé hasta que unos minutos más tarde ella con los
labios recién pintados salió para encontrarme y aunque note su sorpresa y
nerviosismo al verme allí parado, mientras se acercaba a saludarme, yo no
pude sino reconocer que todo su voluptuoso cuerpo, con aquellos
majestuosos senos que el escote de su vestido ofrecía en buena parte a la
mirada y el ajustado talle de la prenda, dejaba apreciar las formas y
abruptos cortes de su angosto vientre hasta donde este desaparecía y daba
paso a ver aquellas contundentes caderas que parecían estar a punto de
reventar las costuras de su vestido a cada paso que ella daba y que más
se hacía notar con el movimiento de la tela al ajustarse sobre sus
deliciosos muslos. Definitivamente tuve que reconocer el hecho de que por
mucho que a mi me pesará, su figura era dinamita dentro de aquel ajustado
vestido y que de no haberse tratado de mi mujer, también le hubiera
lanzado algún piropo o proposición indecorosa.
Finalmente llego
frente a mi y tras darme un beso en la mejilla me preguntó si ya tenía
mucho de haber llegado a la fiesta, por lo que y adoptando mi papel de
marido molesto por su vestimenta y actitudes que le había visto con su
acompañante, le indique que no tenía mucho tiempo de haber llegado pero
si el necesario para haber visto los suficiente., por lo que le pediría
en cuanto le fuera cortésmente posible se despidiera de sus amistades y
me acompañara a la mesa para cenar y después del saludar a la novia
regresáramos a la casa.
Ella no contestó nada
aunque me dirigió una enigmática mirada que acompañó con un gesto
mezclado de molestia y ansiedad, antes de darse la vuelta y disponer a
regresar al salón principal; por lo que un tanto molesto le pregunté si
me había comprendido o que me quería decir con ésa mirada. A lo que ella
me contestó con voz un tanto nerviosa que trataría de hacerme caso y en
cuanto se lo permitieran sus jefes se reuniría conmigo, pero que si acaso
estaba enojado ella no quería hacerme enojar aún más y entendería si es
que yo quería regresarme en ese momento.
Tal fue la respuesta
que me dejó totalmente desconcertado y para cuando por fin pude
reaccionar y estaba por ir a alcanzarla para aclararle de una vez que no
era yo ese idiota con el que ella pretendía estar casada, Sandra ya se
encontraba a la mitad del salón fuera de mi alcance y la única manera de
haberlo hecho hubiera sido ocasionando un escándalo de magnitudes
bestiales., por lo que me contuve de hacerlo y sólo sentí la sangre arder
cuando nuevamente la vi sentarse al lado de su acompañante. Incluso ahora
recuerdo como aún sin estar seguro de ello, alcanzar a distinguir que al
momento de hacerlo primero les dirigió una sonrisa que permaneció
mientras que al descender sobre su asiento volteaba hacia donde instantes
atrás me había dejado parado con la palabra en la boca, me produjo aún
más casi un estallido de ataque de rabia.
No sabiendo que hacer
y con ganas de calmarme un poco entré a los baños para caballeros con la
idea de refrescarme un poco y dar tiempo a que se me bajara el enojo
cuando de pronto un par de hombres entraron y sin prestar mucha atención
a mi presencia se dirigieron hacia los migitorios mientras que
continuaban su conversación.
Así mientras orinaban
uno le preguntó al otro ..."Como la vez?? A poco no está buenísima la
pendeja esa??"
y el otro le contestó
con otra pregunta ... "Quien tu??? ...la Sandrita ???" y luego notando
que era efectivamente ella a quien su amigo se refería añadio ... " Puta,
no,nada más esta buenísima si no que se ve riquísima con ese vestido"
... " Si, me cae que
no tiene madre pinche vieja, además de que no es puta"... Contesto
animadamente el que había iniciado la platica
... "Como no" le
contestó el otro ..."Si se ve que no le gusta sino que le re - encanta"
añadio.
Entonces el otro
aclaró ... " Por eso te digo que no es puta sino que..." iba a terminar
de decir cuando el otro entendió a donde quería llegar su compañero y
uniéndosele, ambos en coro y a vos en cuello terminaron ..." Es putisima!!!"...
Al momento que ambos
hacían aquel morboso comentario sobre la reputación de mi mujer, se abría
nuevamente la puerta de los baños, para dejar entrar a otro de los
invitados que seguramente era también amigo de los otros pues los saludo,
mientras que yo queriendo evitarles a ellos una situación embarazosa y
amimismo la posibilidad de verme humillado si acaso alguno de ellos le
reconocía con la poca dignidad que aún me podía quedar en ese momento
entre a uno de los gabinetes y cerré la puerta.
... "Que hay?., de
quien hablan? ".. Escuché al recién llegado preguntar y sin darles tiempo
para contestar lanzarse a adivinar ..." De Helenita la Putita o Sandrita
la Casadita ??...
" De Sandrita" ...
contestó uno de ellos ..." Le digo que está como para cogérsela aquí
mismo, nada más me levantarle la faldita y encajarle la riata hasta el
fondo" añadió morbosamente.
" Es que no mames!!!,
ya viste cómo se le ven las nalgas bajo del vestido???" Preguntó
ansiosamente el otro y luego se extendió ..." Hasta los calzones se le
ven y aquel pinche mono se la ha pasado viéndole las tetas mientras se
las agarra y le arrima el palo para que la muy cabrona sienta lo que le
van a dar antes de llegar a su casa"....
"Shhhhs"... Los calló
el último que había llegado ..." No manchen !!! y no anden hablando así
que su marido anda por aquí y no creo que le gustara oirlos hablar así de
su mujer" ... les conminó
Para entonces yo pude
distinguir por las pisadas y ruidos que hacían, que ya se encontraban en
los lavamanos cuando uno de ellos insistió... "Bueno pues no se., pero yo
supongo que si estas casado con una vieja así de buena y la dejas que
vaya vestida como ella va a la oficina o cuando se va disque a atender a
los clientes, pues sabrás que al menos alguno de todos los demás
cabrones, ya se la ha de estar cogiendo o al menos metíendole mano"...
"Si, no mames !!!"...
agregó el otro ..." Como crees que el buey de su marido no va a saber la
clase de puta que tiene en casa, si la deja venir a restregarle con las
nalgas a los clientes de sus jefe y hasta la acompaña, abría crecer un
estúpido cornudo o su padrote para dejar que se la cachondeen así delante
de sus narices" concluyó.
"Bueno pues haga lo
que quieran que al fin ella les dije y en verdad no creo que el pobre
buey sepa de las cosas que su mujercita hace"... les comentó en torno más
que decente su amigo ... "Hace rato cuando él llegó a la mesa yo no sabía
quién era pero luego los vi discutiendo" terminó de decirles..
"Pues si es así, de
veras que pobre mono, aunque no me digas que no lo sabía antes de
casarse, si a esa se le nota que va por la vida pidiendo verga o dárselas
a quien más le convenga"... dijo uno de los que llegaron primero.
"Eso si es cierto"
comentó el otro ..."A mi Lety, la secretaria de su jefe me ha contado
como le ha ido haciendo para que la promovieran y aumenten el sueldo., y
muy seguido le ha tocado contestar el teléfono y decirle al marido que no
está o se encuentra en otra llamada, mientras que la muy putona esta
encerrada en la oficina con el jefe y ya cuando salen se les nota la ropa
o los pelos desarreglados y tratan de actuar como si nadie supiera que
seguramente aquella no le pudo contestar el teléfono no por estar ocupada
sino más la boca llena con el "micrófono" del jefe que la tenía por la
otra línea" ...Fueron las últimas palabras que les escuche decir antes de
que salieran de la habitación y la puerta se cerrara detrás de ellos.
Tras unos minutos
más, intentando pasar desadvertido regresé hasta la mesa para recoger mi
boleto del estacionamiento y disponerme a salir del lugar sin que nadie
lo notara, pero una de las muchachas que se encontraba allí sentada, me
reconoció y por cortesía entabló una plática conmigo que me fue imposible
cortar sin hacerle alguna grosería, por lo que aún me encontraba presente
cuando la cena nos fue servida y no me quedo más remedio que intentar
aparentar mi buen ánimo, continuaba cenando y conversando con ella hasta
que terminamos la cena y los platos nos fueron retirados y nuevamente un
grupo musical invitó a todos a bailar.
Aunque yo no hallaba
ya el momento para despedirme, la amiga de mi mujer me pidió que la
esperara unos segundos a que regresara de saludar a alguna persona y ya
después me despidiera. Por lo que no queriendo delatar mi molestia y ser
mala gente con una persona que tan bien me había tratado, impaciente
quede esperándola por un rato mientras que nuevamente busqué a mi mujer
en la pista de baile, encontrándola esta vez, tal y como lo habían
descrito sus compañeros de trabajo, con el trasero embarrado al frente de
los pantalones de aquel hombre, que para situarse en tal posición
flexionaba las piernas, mientras que al compás de la música se mecía de
delante hacia atrás encajando con cada movimiento entre las nalgas de mi
mujer aquel bulto que se le formaba sobre la oscura tela de su traje., y
él acomodaba una de sus manos sobre la cadera de Sandra, en tanto que la
otra casi rodeándola se situaba cerca de su pubis, aunque indudablemente
sí ella aún no llevara puesto el vestido, esta se encontraría colocada
sobre el triángulo de tela de sus pantaletas.
Al notarlo y caer en
cuenta de que así como me había topado con alguna de las amigas de
Sandra, probablemente me encontrara sentado junto a algunas otras
personas que la conocieran e incluso me pudieran identificar como su
marido, traté se evitar la humillante situación de permitir que los
posibles compañeros de mi mujer me vieran allí sentado mientras que en la
pista de baile otro hombre tocaba de manera tan descarada a mi esposa,
pretendí voltearme hacia otro lado y fingir que no les había yo visto.
Sin embargo pude
reconocer la cara de desconcierto de una de ellas a quien había yo
llegado a conocer de vista en alguna ocasión cuando había pasado a
recogerla a su trabajo., al justo momento en que otra de ellas les
comentaba ..."Sería mejor echarles agua fría a esos dos y que se le baje
la calentura a tu amiguita que parece estar como perra en brama"
"Si" Dijo otra
..."Mas vale que los separen de una vez antes de que el amigo de tu jefe
la dejé embarazada y la mande bien cargada a su casa".. Terminó de decir
en tono un poco burlón ella misma., mientras que yo sentía mi cabeza
calentarse y mi rostro encenderse de color rojo.
Luego ya a punto de
no poderme contener más y estar listo para pararme de mi asiento, de
manera furtiva y por el rabillo del ojo, alcance a notar que ahora aquel
hombre girando el cuerpo de mi mujer lo volteaba hasta quedar frente a
frente y halándola hacia si mismo, la hizo cerrar todo espacio que había
entre ellos dos, hasta que sus voluminosos senos fueron a aplastarse
contra el robusto pecho de su acompañante y este llevaba ya de manera
descarada una de sus manos a colocarse sobre las redondas nalgas de mi
esposa.
... " No se" Ahora
dijo una de las mujeres ..."Alguien debería de decirles algo y que no se
pasen, esto no es un burdel como para andar haciendo esos desfiguros y ya
si a ella le gusta ser una cualquiera, que al menos se vaya a un cabaret
o se busque un hotel para hacer esas cosas"
... " Cierto"
contestó la otra sin notar los gestos que le hacía la única de ellas que
permanecía callada y que era quien me conocía, sin atinar a una manera de
hacerle saber la necesidad de cerrar la boca ..."Yo no se como puede
permanecer casada una tipa así, o que al marido no le importa ella sea la
putita de la compañía?"
"Al menos debería de
hacerla que se vistiera de manera menos descarada y no pareciera que va
por la calle siempre ofreciéndose" contestó la primera
"Si no la hacen que
dejé de usar esos vestiditos de fichera y su marido le compra ropas menos
ajustadas y escandalosas, en una de esas y pronto ya no le van a quedar"
le dijo la otra antes de que la interrumpiera su amiga ..." Ni esas ni
ningunas otras más le van a quedar si no hasta dentro de nueve meses" Y
ambas rieron al unísono-, antes de que la tercera de ellas acercándose al
oído de una de ellas le susurrara algo., que causo que de inmediato se
callara y no con mucho éxito intentara voltear a verme disimuladamente.
Para mi aquello ya
había sido más de lo que podía soportar, por lo que intentando aparentar
no haber escuchado su conversación, me paré de la mesa y fui a buscar la
salida, resultando que al pasar cerca de los teléfonos públicos del lugar
nuevamente me encontré a la amiga de mi mujer quien nuevamente me
entretuvo mientras me pedía que me quedara un poco más y no me fuera; sin
embargo y tal como era de suponerse yo me negué a hacerlo, mintiéndole y
pretextando el tener cosas que hacer por la mañana. Aunque mientras me
despedía de ella alcance a ver que por la otra puerta salía mi mujer
acompañada del hombre con quien había pasado la velada y quien llevándola
de la mano la guiaba hacia el estacionamiento.
Ya para cuando pude
salir al aire frío de la noche y movido por un extraño morbo, decidí
constatar en toda su magnitud los alcances de mi adúltera mujer, por lo
que en vez de ir a buscar mi carro, decidí buscar a mi esposa y saber si
ya había abandonado el lugar o si acaso se encontraba en algún apartado
rincón dejándose manosear a placer por aquel hombre.
Busque afuera de la
construcción, por el jardín y cerca de una alberca que había en el lugar
sin poderlos encontrar, en vista de lo cual supuse que ya no los
encontraría y me dirigí nuevamente hacia el estacionamiento donde no muy
lejos del mío encontré el automóvil de Sandra hacia el cual me dirigí con
la intención de dejarle una nota expresándole mi más sincera reprobación
a sus actos, así como la necesidad de replantearnos la idea de permanecer
unidos., cuando de pronto al acercarme pude notar que una de las
portezuelas traseras se encontraba abierta y del interior surgían algunos
sonidos, suspiros y risas entrecortadas por lo que sigilosamente me
acerqué con la esperanza de no ser descubierto y poder descubrirlos .
Lo que a continuación
vi, aún lo recuerdo perfectamente y dudo de alguna manera poder
expresarlo con palabras pues sé que a pesar de parecer una perversidad,
ese momento cambió y marco de manera indeleble la imagen que yo tenía del
matrimonio, mi vida futura y personalidad de mi mujer. Allí se encontraba
a ella junto con aquel hombre sobre el asiento trasero del vehículo de mi
esposa, recostados a lo largo del sillón en posición de cucharas y con
ella delante de él que la sostenida firmemente por la cintura mientras la
penetraba desde atrás.
Ella tenía el vestido
totalmente levantado y enrollado alrededor de la cintura mientras que no
habiendo sido completamente despojada de sus pantaletas estas colgaban de
uno de sus tobillos, enredados entre su talón, alguna de las tiras de
piel de sus zapatos y los tacones. Pero fue entonces mientras yo sin
poder salir de mi estupor, observé como su amante o al menos quien yo
consideraba su amante por esa noche, la hizo levantar una de sus piernas
para poder acomodarse y penetrarla mejor, cuando descubrí aquel tremendo
miembro que él se esforzaba por retacar dentro de mi mujer, haciéndome
incluso sentir algo de vergüenza por saberlo mejor dotado que yo y poder
ofrecerle semejante órgano para qué ella lo gozara. Sin duda alguna
podría yo reclamar lo que fuera y mandarla al demonio, pero jamás podría
yo competir con él, respecto a las cosas que él podría hacer con el
cuerpo de mi mujer.
Ël se encontraba a
espaldas de Sandra y ya la había penetrado, cuando aun podía yo notar que
pese al bulto de las nalgas de mi mujer, había ya introducido más de 15
centímetros de su verga y aún le quedaban al menos otros 10 por
continuar, cuando le preguntó ..."Así , verdad Sandrita ???., así te
gusta más, tu me dices cuando tengas más adentro más verga de la que tu
marido te ofrece en casa siii ???... y luego añadió ... " Tu dime que no
quiero lastimarte"!!!
" No , no te apures,
tu damela toda que te quiero sentir hasta dentro donde él nunca llega"
contestó entre suspiros mi esposa y luego soltó un gritito ..." Asíiii
paaaapi, que me encanta que me cojas todita con tu cosota aahhh "....
alcanzó ella a terminar cuando sintiendo una embestida de aquel macho,
culminó con un suspiro.
"Si lo se, pero tu
dime por que te gusta tanto mi verga??" preguntó él y luego como si fuera
pregunta de opción multiple ofreció ..." Es por que no es la de tu
marido?, por que tu marido esta alla adentro en la fiesta mientras tu me
das las nalgas aquí afuera? o es por que te gustan así de grandes gruesas
y peludas???"
"Si, sí me gusta que
me la des así, me gusta que lo hayas conocidoooo ohhh y que te la pongas
asi de gorda para miiii!... exclamó extasiada ella al tiempo que
continuaba recibiendo sus embates y luego le pegunto ..." A ti te gusto
haberlo conocido aunque sólo sea de vista???"
" S. Siiiii arrrgghhh!!!"
Contestó él ..." Sabes que quería verle la cara a tu marido y al menooss
conocer al hombre que me hace pfavoor de prestarme a su mujer" ...
termino la cinica respuesta y luego lanzó ..." Digo, s sssi al menos yo
pago por algunas de las cosas que tu te pones para él, cuando menos
conocerlo y de vez en cuando menos que él tambien comparta conmigo no
crees??"....
"Shhhh siiiii, siii,
calla y sólo termina de cogerme que ya ha de querer que nos vayamos,
estaba muy enojado hace rato cuando lo vi" Dijo ella.
"Siii siii, siiii"...
Le gritaba él mientras que aceleraba su paso, ..." sólo dime por que
prefieres tanto mi verga a la suya".... insistió en preguntar.
" Tu - tu, sa -
beeess!" intentaba contestar mi esposa , para luego durante un respiro
decir ..." Es que la tuya me hace sentir llena y no quisiera que nunca me
la sacarasaaaaaaahhhhh!!... No alcanzó a terminar ella cuando el se
apresuró.
... "Ahhh, aquuuiiiii
te vannnn!!!!., te voy a hacer un bebe para que le pongas mi
nombreeehhhhh!.... le alcancé a escuchar al tiempo en que jadeando
explotaba dentro de la desprotegida vágina de mi mujer...
" Siiii, oohhhhhh,
siiii paaapi damelos todos y riégame con ellos y márcame por dentro que
quiero que me hagas tuya para siempre, ser tu mujer y que me pongas un
bebe en la barriguita aauuuhhmmm oooohhhhhhhh,, ssiiiiiiii , asiiiiiiiii
ooohhhhhh que lindooooohhhh"... Escuche aquel revelador aunque quizas ya
no tan inesperado comentario que mi mujer hacia al tiempo en que se
convulsionaba en medio de un orgasmo.
Vi su cuerpo temblar
y estremecerse, mientras que él levantaba aún más la pierna que le seguía
sosteniendo y se empujaba hasta el fondo, para depositar dentro de ella
de una buena vez todo su liquido seminal. Y ella apretaba los párpados al
mismo tiempo que en señal inequívoca del placer que aquel hombre le
estaba causando, abrió de par en par los labios, pero sin dejar escapar
más que un casi imperceptible y lastimero gemido, similar al que las
gatas producen al copular con el macho.
Y ya cuando
finalmente pude ver que sus cuerpos dejaban de tensarse tras las
convulsiones finales de sus explosiones, vi como instantes después su
amante retiraba de su cavidad su adormecido falo que apareció totalmente
cubierto y embadurnado por los amorosos jugos de mi mujer., y que poco a
poco conforme él iba extrayendo de su interior su órgano sexual ,
aquellos mismas esencias de lubricación femenina , se iban mezclando con
la blanca y espesa substancia de macho que él había depositado dentro de
de ella.
Sin más ya que poder
presenciar , me disponía a abandonar el lugar cuando ví como aquella
diminuta prenda que se supondría que debería de haber defendido la
privada intimidad de mi mujer, salvaguardándola para mi e impidiendo
aquel ilícito apareamiento que acababa yo de presenciar, finalmente cayó
de su pierna y fue a dar al suelo del estacionamiento, a un lado de su
camioneta donde quedo tirada., cuando escuche algunas voces que
acercándose hacia mi , me preguntaban si acaso se me había perdido algo o
necesitaba ayuda., por lo que tratando de actuar con toda calma saque la
llave de mi automóvil y me dirigí al mismo, procurando no hacer ruido al
desactivar la alarma.
Ya desde el interior
de mi vehículo, alcance a ver como apresuradamente aparecía la figura del
amante de mi mujer que se paraba frente a la portezuela para impedir que
el guardia viera hacia adentro y encontrara a mi mujer, a quien supongo
yo que no le habrá dado tiempo de volver a colocarse en su sitio las
pantaletas.
Todo eso, tal y como
lo dije al principio es estas líneas, ocurrió poco antes de la navidad
pasada y yo regresé a mi casa donde esperé a que mi mujer llegara, pero
sin decirle nada al respecto,.cuando llegó fingí estar dormido y a la
mañana siguiente pase a recoger a los niños a casa de su abuelo y después
nos vimos para almorzar todos juntos en el club deportivo al que
asistimos y continué yo continué como si nada viviendo a su lado sin
saber realmente que hacer con mi vida
Ahora bien y al
respecto de lo que alguno de ustedes podrá preguntarse sobre lo que puede
tener mi relato con el titulo del mismo, les puedo comentar que esto se
debe a lo que ocurrió un par de se semanas más tarde cuando ya estando a
unos cuántos días de celebrar la navidad, una tarde cuando regresé a la
casa, me encontré al pie del arbol cuatro paquetes que de inmediato me
llamaron la atención por tratarse de cajas de regalo de Victoria´s
Secrets, Fredericks of Hollywood y Secret in Lace.
Y tal y como había
ocurrido anteriormente , no pude contener mis ansias por averiguar ahora
de que nuevo jueguito de prendas intimas se le había ocurrido a mi mujer
comprarse, después de saber que me encontraba sólo en casa, con el mayor
cuidado que pude me dispuse a abrir, aunque note que al menos dos de los
paquetes ya habían sido abiertos.
En la caja rosa y
franjas de Victoria´s , me encontré un juego de lencería blanco ,
sumamente transparente aunque con motivos florales que suponía yo debían
de cumplir el cometido de aunque fuera cubrir parcialmente los privados
encantos de mi mujer, y ya cuando estaba por volver a cerrar la caja , en
el interior descubrí una diminuta cajita con un juego de aretes de perla
y una nota que decía " Espero que no sigas siendo tan olvidadiza, el
resto del juego te lo daré cuando te vea" y prendida con un alfiler
prendida otra segunda notita que se leía "Estos son para agradecerte por
aquella encantadora noche. Creo que así eran los que perdiste en el
estacionamiento, los demás son para que los uses en esta navidad y me
recuerdes mientras sirves la cena , espero que te gusten" Firmaba "David"
De inmediato abrí los
otros dos paquetes de Secrets in Lace , donde encontré otro juego
completo de sensual lencería color rojo casi vino, y otro de corpiño o
faja color blanco, brassiere y pantaletas, aunque para nada vulgares,
sino que por el contrario, lucían sumamente elegantes y costosos muy
elegante y costosa ( incluso por ahí encontré el catalogo por si alguien
lo quiere ver ) con otra nota que decía ..."úsese sólo en navidad o en
caso de ir a ver a su cliente favorito"...
Y en la última caja
frederick´s , había otro juego de lencería color negro acompañando a un
vestido del mismo color y que después cuando vi a mi mujer asándolo, pude
notar que se trataba si no de un vulgar si bastante escandaloso y
sugerente vestido que definitivamente parecía chocar totalmente con el
gusto de quien hubiera escogido las otras prendas intimas.
Y tal como yo lo
anticipe , desde que vi el contenido de los paquetes, aquella noche de
navidad, antes de la cena uno de los obsequios había ya desaparecido de
su sitio debajo del árbol y mientras mi esposa nos servía a mi y a todos
los invitados, yo sólo podía imaginar como luciría el cuerpo de mi mujer
con aquel sugestivo juego de ropa intima que llevaba bajo su vestido y
que en un cinismo de la más alta escuela , ella misma había puesto bajo
mi propio árbol de navidad, sabiendo que era otro hombre y no yo el que
le había regalado las prendas que ahora ella usaba durante la cena.
Después ocurrieron más situaciones , pero
por lo pronto quise contarles como había comenzado todo., por favor
háganme saber si conocen a alguien en una situación similar a la mía,
pues me gustaría saber de él y quizás entablar comunicación con él.
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