.:: RELATOS DE CORNUDOS ::.

  "Regalo de cumpleaños para un cornudo consentido (2)".

 

 

 Marta apoyaba las manos en la pared con las piernas bien rectas y el culo levantado por los altos tacones y ligeramente echado hacia atrás. Su falda había sido remangada ya hasta la cintura y su vestido sin tirantes estaba arrugado y recogido en su cintura. Sus piernas estaban cubiertas por unas medias negras que acababan muy arriba de sus muslos. Nada más cubría su cuerpo.

 Los quince hombres pasaban sus manos por todo su cuerpo, la rodeaban intentando hacerse un sitio para llegar a acariciar el cuerpo la tocaban con delicadeza por que ese había sido el trato. A ella le temblaban las piernas cada vez que un dedo pasaba por su clítoris, podía sentir como muchas manos al mismo tiempo acariciaban su piel desnuda, buscando en cada contacto su excitación.

 Días antes, después del éxito de la última experiencia como cornudo de Jaime y de los mucho que habían disfrutado los tres, Carlos había propuesto una nueva aventura a Marta y su cornudo marido.

 Cuando se la contó en detalle los dos estuvieron completamente de acuerdo y comenzaron a prepararlo todo.

 Marta elaboró un perfil de cómo quería que fueran los hombres con los que iba a contactar. Básicamente pedía que fueran limpios, educados y con un físico agradable, preferiblemente con una buena polla.

 Colgaron el anuncio con el perfil en una página de contactos con una foto de Marta con una mascara tapándole la cara y una postura bien sexy donde se podían apreciar todos sus encantos. En el texto explicaban que buscaban cinco hombres para montar una gang bang con ella y pedían que los aspirantes mandaran su foto a cara descubierta con una breve reseña de ellos mismos, explicando gustos y características.

 En una semana recibieron más de doscientas propuestas. Ese mismo fin de semana se dedicaron a la tarea de seleccionar a los candidatos.

 Desecharon primero aquellas en la que el tono del candidato denotaba falta de educación o maneras groseras. Después seleccionaron la de los candidatos con mejor aspecto y por último los que aparentemente estaban mejor dotados.

 Aún así no fueron capaces de eliminar más candidatos cuando llegaron a los quince últimos.

 Jaime y Carlos se pusieron enseguida a la tarea de ponerse en contacto con ellos y los citaron en un club liberal donde tendrían que superar unas pruebas de las que saldrían vencedores los cinco escogidos.

 Escogieron un lunes a la hora en que el club liberal acababa de abrir por que pensaron que estarían más tranquilos.

 Los tres entraron medía hora después de que el club abriera sus puertas. Estaban muy excitados por la experiencia que se avecinaba.

 Marta se había vestido con una falda negra de vuelo a medio muslo, medias negras, zapatos de tacón alto y un top elástico sin tirantes. No llevaba ropa interior. Carlos y Jaime iban vestidos de forma cómoda pero elegante.

 Cuando entraron hablaron con la relaciones públicas del local y le explicaron más o menos lo que pretendían hacer. Esta no opuso ninguna resistencia, es más, estaba contenta por que dieciocho personas iban a arreglar la caja de un día en el que habitualmente había poca afluencia de público. Les dijo si les importaba que ella mirara a lo que no pusieron ningún reparo.

 En cuanto entraron en la barra donde estaban todos se dieron cuenta que los quince hombres que se encontraban allí eran los convocados, aunque a pesar de ello echaron un vistazo a las fotos que llevaban de todos ellos para identificarlos correctamente. Jaime y Carlos hicieron de maestros de ceremonias y con las fotos en la mano fueron presentándole a Marta cada candidato. Marta daba un par de besos en la mejilla a cada uno e iba memorizando sus rostros para poder irlos puntuando. Cada uno tenía un  comentario agradable para ella, todos eran muy educados y se habían vestido correctamente para la ocasión.

 Marta procuraba rozar ligeramente a cada hombre al que era presentada para ver sus reacciones.

 La invitaron a una copa y ella charlaba un ratito con cada uno.

 La relaciones públicas, que observaba todo desde un discreto segundo plano llamó en un aparte a Carlos, ya que se había dado cuenta de que era el que había organizado el encuentro y le propuso cerrar el local durante un par de horas para ellos solos. Carlos aceptó encantado y por un momento los dos se quedaron mirándose a los ojos sin moverse. La relaciones públicas, que se llamaba Carmen, sonrió con una coqueta caída de ojos y fue hacía la puerta para cerrarla.

 Carlos se acercó al grupo que conversaba animadamente y les dijo:

 - "Bueno chicos, primera prueba. Todos a la pista de baile".

 Todos se fueron a la pista de baile y por turnos iban bailando suaves  canciones con Marta. Ninguno de los quince dejó de arrimarse a Marta todo lo que pudo, de modo que ella pudo sentir cada una de las erecciones de los quince hombres.

 Muchos comenzaron a besar delicadamente su cuello, lo que hizo subir la temperatura de Marta, a cada palmada de Carlos se producía un cambio de pareja y ella fue bailando con todos. Ninguno parecía tener prCarmen por bailar, por que sabían que cuanto más tardara en llegar su turno más caliente estaría la mujer.

 Carmen observaba atentamente al lado de Carlos, mientras Jaime miraba complacido como su mujer se iba calentando más con cada pareja de baile. El que estaba bailando en aquel momento con ella fue más atrevido y comenzó a acariciarle las nalgas con delicadeza levantándole lentamente la falda de modo que todos los demás podían ver su estupendo culo.

 La siguiente pareja de baile  fue aún más atrevido y la cogió desde atrás mientras bailaba con ella y le besaba el cuello, levantó su falda lentamente dejando a la vista el coño totalmente depilado de Marta mientras seguían bailando. Ella levantó sus brazos sensualmente hasta llevar las manos a la cabeza de él mientras le acariciaba el coño delicadamente. Este movimiento hizo que sus  grandes y bonitas tetas saltaran del top quedando al descubierto.

 Le tocaba turno al único  hombre que quedaba sin bailar con ella. La cogió con firmeza y acarició su cuerpo de arriba abajo concentrándose en el ya muy mojado coño de Marta.

 Mientras sucedía esto Carlos pudo ver de reojo como Carmen se acariciaba el sexo por debajo de la corta falda que llevaba. Se volvió hacia ella y ante su invitadora mirada metió la mano debajo de la falda pudiendo comprobar que no llevaba bragas y que estaba tremendamente excitada.

 Tuvo que hacer un esfuerzo para seguir con su cometido de maestro de ceremonias.

 Se acerco a Marta y cogiéndola de las manos hizo que apoyara  las palmas contra la pared, le dijo se alejara sus pies de y que los separar abriendo las piernas.

 Su culo y su sexo quedaron así expuestos. Jaime se encargó de levantar la falda de su mujer por encima de su cadera y de colocarla de manera que quedase bien sujeta y de bajar el top hasta su cintura, quedando así sus pechos al aire.

 A una señal de Carlos cinco hombres se acercaron a acariciar a Marta, tenían que superar la prueba de acariciarla procurándole placer de una manera delicada.

 Marta podía sentir como diez manos acariciaban su piel, su sexo, sus tetas, su culo. Algunos jugueteaban son su ano, otro introducían sus dedos en su vagina o acariciaban su clítoris, otros lamían sus pezones.

 A una señal el grupo cambió y otros cinco hombres se acercaron y siguieron el mismo procedimiento.

 Cuando acabó el tercer grupo Marta se había corrido varias veces y seguía muy excitada.

 Carmen estaba sentada entre Carlos y Jaime que miraban atentamente la escena pendientes de la menor señal de Marta. Hacia rato que estaba sobando las braguetas de los dos hombres que presentaban una erección muy grande.

 Marta no cambió de postura  y miró a Carlos haciéndole una señal para que se acercara. Le dijo algo al oído y Carlos se volvió hacía los quince hombres.

 - "Bueno chicos, ahora todos a la vez".

 Los quince hombres se acercaron a Marta pasando sus manos por todo el cuerpo de ella, Marta se corría como una loca sintiendo un sinfín de manos acariciándole, buscando sus puntos de placer. Le  temblaban las piernas de resistir tanta corrida.

 Carmen no pudo más con su excitación y saco las pollas de Jaime y Carlos de sus pantalones y empezó a masturbarlos lentamente mientras ellos dos por turnos acariciaban su coño rasurado y abierto completamente entre ellos.

 Cuando Marta ya no pudo más y les pidió a todos que pararan llevaba mucho rato subida en un orgasmo continuo y descomunal.

 Carmen se había corrido también y descansaba sin soltar las pollas de Jaime  Carlos.

 Cuando vio acercarse a Marta se levantó discretamente para prepara bebidas para todos, puesto que el calor había subido unos cuantos grados.

 Mientras todos descansaban un rato y todos se refrescaban, Marta les cantó las puntuaciones que daba a cada uno y las contrastó con las opiniones de Carlos y Jaime.

 Pasaron a la siguiente prueba. Dispusieron una “silla del amor” en medio de la sala de forma que Marta podía estar con las piernas bien abiertas descansando en los brazos de la silla diseñados para tal propósito.

 Uno a uno fueron pasando sus lenguas por Marta. Tenían tres  minutos para demostrar sus habilidades en su ano y su coño.

 Carmen volvió a sentarse entre Jaime y Carlos y esta vez les fue chupando las pollas alternativamente mientras seguía masturbando al otro.

 Marta tenía un orgasmo detrás de otro mientras las quince lenguas pasaban por ella, se agarraba a la silla de forma que se le quedaban los nudillos blancos.

 Todos los aspirantes se estaban empleando a fondo y el jugo de sus corridas resbalaba por sus nalgas sin cesar.

 Jaime penetraba desde atrás a Carmen sin perder detalle de lo que pasaba mientras esta masturbaba a Carlos al mismo tiempo.

 Cuando llegó el turno del participante numero quince Marta ya había perdido la cuenta de las veces que se había corrido. Tardo un rato en calmarse para poderse levantar ayudada por dos caballerosos aspirantes.

 Carmen ya había recibido en la boca la corrida de Jaime que estaba excitadísimo viendo como su mujer disfrutaba de la experiencia.

 Llegó el momento de la última prueba. Se dirigieron al pasillo francés y los quince hombres, con una erección notable todos introdujeron su sexo por  los agujeros dispuestos a tal efecto.

 Marta solo llevaba ya las medias y los tacones. Caminó lentamente por el pasillo acariciando las pollas que sobresalían de la pared. Delicadamente iba masturbando a todos, procurando que todas llevaran un ritmo parecido de excitación. Cuando llevaba un rato así comenzó a chupar una polla detrás de otra.

 Tragaba hasta la garganta  y volvía a lamer todo el tronco. Mordisqueaba con cuidado los glandes haciendo que todos se excitaran al mismo ritmo. Sospesaba y acariciaba los testículos notándolos llenos de esperma. Mientras, agachada en cuclillas para poder realizar las quince felaciones, se masturbaba lentamente, saboreando el placer.

 Carmen imitaba la maniobra de Marta en la polla de Carlos. Estaba muy caliente y literalmente se follaba ella misma la boca.

 Las pollas cuidadosamente excitadas y acariciadas uniformemente y al unísono empezaron a explotar en la boca de Marta una tras otra. Ella recibía las abundantes cargas de esperma con placer. Tuvo en todo momento mucho cuidado de no excitar más a una que a otra para poder medir bien el aguante de cada uno.

 Su cara y sus tetas se iban tiñendo de blanco a cada corrida. El semen resbalaba por sus labios y su cara hasta sus tetas mientras ella mostraba una sonrisa golosa.

 Carlos no pudo aguantar más la excitación que le provocaba la escena y la caricia de Carmen y se corrio abundantemente su boca. Esta no dejó escapar una sola gota y tuvo un orgasmo mientras tragaba la leche de Carlos.

 Marta estaba bañada en leche, su cara, sus tetas y su abdomen estaban blancos con las corridas de los quince aspirantes. Se acercó a Carlos y a Jaime y les susurró algo al oído con una sonrisa maliciosa.

 Carlos se dirigió a los quince participantes:

 - "Chicos, todos habéis estado muy bien, así que Marta ha decidido daros un premio.

 Carmen acompañó a Marta a una bañera redonda con muy poco fondo donde era fácil que los quince hombres se dispusieran alrededor de Marta.

 - "Bien, podéis limpiar a Marta de vuestra leche con una lluvia dorada".

 Los hombres se quedaron un poco parados, como esperando a que les llegaran las gana de orinar. Al cabo de unos segundos, uno de ellos empezó a orinar encima de Marta, que recibió el cálido líquido amarillo con placer. Como si fuera una señal todos empezaron a descargar sus vejigas encima de Marta. Unos apuntaban a las tetas, otros directamente a su coño y varios empezaron a descargar en su cara y en su boca. Ella abría la boca como pidiendo más con los ojos cerrados, el liquido rebosaba desde su boca a sus tetas y todo su cuerpo.

 Cuando acabaron los quince Marta besó las quince pollas de los hombres con los que tanto había disfrutado y después les dio un beso en la boca a cada uno despidiéndose antes de encaminarse a la ducha  acompañada por Carmen.

 Esta la ayudó a bañarse y limpiarse profundamente mientras Jaime y Carlos despedían a los quince hombres agradeciéndoles sus buenas maneras y diciéndoles que llamarían a los cinco seleccionados en el termino de una semana.

 Cuando Marta acabó, Carmen  preparó unas bebidas para los cuatro y se sentaron tranquilamente a terminar de dilucidar quien habían sido los cinco ganadores.  Email.

 

 

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