.:: RELATOS DE CORNUDOS ::.

  "Por andar en web swinger mi mujer me hace cornudo".

 

 Me encantaba la primavera, pero como si de un animal se tratase tenía un efecto negativo sobre mí, y es que sin entenderlo mucho mi libido aumenta de manera exagerada, por lo tanto, es habitual que necesite a parte de mi medida ración de sexo, masturbarme de manera diaria, generalmente con mi imaginación, pero muchas otras veces utilizando un estímulo audiovisual.

 Dentro de nuestro matrimonio, hace unos años tonteamos con el ambiente swinger, sin que llegase a pasar demasiadas cosas, probamos algún que otro intercambio que nos satisfizo, pero a diferencia de muchas parejas que nos encontramos en el ambiente swinger lo hacíamos una vez al año como mucho y fruto de mis ruegos, aunque ironías del destino luego ella era la que mejor se lo solía pasar de los dos. Con los años ella me sugirió que nada se nos había perdido en ese ambiente paulatinamente abandonamos nuestra escapada anual al ambiente swinger.

 En mi cabeza solo quedaban morbosos recuerdos, fantasías que no llegamos a cumplir nunca y un perfil en una web a la que nos invitaron unos amigos del ambiente dónde algunas parejas tenían perfil con sus fotos e incluso vídeos, con quienes más allá del sexo establecimos buenas amistades. En mi caso actual, solo servía para tener apoyo audiovisual para que mi mente generase nuevas fantasías. Mi pareja ya estaba muy desvinculada de todo ello, según ella ya había probado todo lo que tenía que probar y no quería oír ni hablar del ambiente ni de fantasías sexuales, y era mi deber respetarlo, aunque me costaba no comentarle fantasías que ella escuchaba generalmente sin mucho interés e incluso molestándose.

 Un sábado que debía levantarme temprano para estar pendiente del ordenador portátil por motivos de trabajo sin mucho que hacer más que estar pendiente por si me llamaban, decidí encender en paralelo el ordenador personal y abrir sesión en nuestro ya antiguo perfil de la web con la idea de hacerme una buena paja fantaseando con alguna situación ya vivida. Hacía mucho que no lo actualizábamos, más o menos un año, por lo tanto, nuestras fotos quedaban muy relegadas a la cola y era difícil que nadie que no nos buscase explícitamente nos pudiese encontrar, por lo tanto fue una sorpresa para mí encontrar dos nuevos correos sobre fotos de mi mujer, el primer comentario decía lo siguiente:

 "Como me gustaría follarte con algún amigo mientras el cornudo de tu marido mira y se masturba"

 En ese momento me resultó un comentario muy desagradable, había oído acerca de las fantasías cuckold y nunca las había entendido, de hecho, me disponía a borrar el mensaje, pero antes decidí ver el perfil del tío que con ningún respeto había escrito semejante comentario. Según leí en su descripción se definía como un "Corneador" que ayudaba a las parejas a cumplir sus fantasías de hotwife y cuckold, y ser cómplice del placer de ambos, tanto del cornudo como de la mujer.

 Decidí leer el segundo comentario: "Yo soy el otro amigo, como va a disfrutar el cornudo de tu marido cuando vea tu coñito relleno de nuestras pollas y solo le dejemos grabar la escena".

 El segundo comentario me cabreó aún más, iba a borrarlo directamente pero antes quería ver el perfil del imbécil que había puesto el segundo comentario. En su perfil se definía como el mejor corneador y mejor cómplice para cualquier fantasía de una pareja, la descripción era larga, sabía escribir de una manera bastante culta y sus fotos eran con un estilo bastante elegante. También pude descubrir que era amigo del que había puesto el primer mensaje.

 Seguí curioseando encontré sus vídeos, eran bastante fuertes, escenas de gangbangs, debajo ponía el nick de la pareja que participaba, siempre me habían encantado los vídeos porno de gangbangs, pero los que había visto, eran de la industria del porno, de repente llegué a un vídeo de una pareja con la que habíamos estado, nos caían genial.

 En el vídeo se la veía a ella ensartándose en la polla enorme de un chico que estaba sentado en el sofá del que podría ser el salón de cualquier casa, mientras otros dos chicos subidos de pie al sofá ponían a su alcance las pollas para que pudiese ir alternándoselas, iban cambiando de postura y el cámara, iba enfocando cada escena sin perder detalle, ella gemía hasta que vino el primer orgasmo y gimió más profundamente, el chico que la penetraba en ese momento sacó su polla y empezó a restregarla contra su clítoris mientras comenzaba a correrse fuera de su coño, rápidamente otro de los chicos cogió el relevo para que ella siguiese enlazando un orgasmo tras otro, hasta que le llenó el coño, mientras el tercero al cual le estaba danto una tremenda mamada acabó en su boca.

 Cuando pasó esto, uno de ellos, el que había escrito el segundo comentario dijo:

 "Ven cornudo, mira como hemos puesto a tu mujer, llena de leche"

 A lo que la mujer ni corta ni perezosa añadió:

 "Te amo, me ha encantado, ven límpiame con la toalla, y el coño con la lengua".

 En ese momento soltó la cámara y la cogió uno de los chicos que se había estado follando antes a su mujer, él se acercó y comenzaron a besarse diciendo lo mucho que se amaban. Después de besarse ella se recostó sobre el sofá y él comenzó a comerle el coño a su esposa.

 Aunque el final me dio mucho asco, ver toda esa escena digna de la mejor peli porno, con una pareja conocida, una chica con la que hacía un año había estado follando en algún local, hizo que mi polla se pusiese tremendamente dura y que mi excitación subiese por las nubes.

 Llevaba ya un rato conectado cuando el chico del segundo comentario me abrió conversación por un chat:

 Hola, qué tal, espero que no os haya molestado el comentario, era desde el respeto.

 La verdad que soy el chico de la pareja y algo sí que me ha molestado.

 Me llamo Alfred y me disculpo si te ha molestado, pero... es que tu mujer está tremenda.

 Gracias, yo me llamo Ricardo.

 Un placer Ricardo, aunque más placer me daría conocer a tu mujer.

 Pues va a ser difícil, porque ahora estamos muy desconectados del ambiente liberal y además siempre buscamos parejas.

 Vaya, una pena...

 En ese momento me quedé un poco parado, seguía teniendo la polla dura por la visualización del vídeo, y por aquel comentario no pude evitar visualizar a mi mujer siendo la chica de ese vídeo, y joder, no sé el motivo, pero pocas veces me había excitado tanto, la excitación me llevó a seguirle el juego, así que respondí.

 La verdad que me ha excitado bastante el vídeo, pero no me veo el papel.

 No te preocupes, ningún cornudo se ve nunca en el papel y luego son los que más disfrutan viendo a sus esposas como una auténtica actriz porno. ¿A que acabas de imaginar a tu mujer siendo la protagonista de ese vídeo?

 Qué cabrón, pensé, es como si me leyese la mente, sabía cómo manipular a la gente para llevarla a su terreno. Aun así, volví a responder.

 Ahora en caliente, he de admitir que me pone, pero no me veo haciendo lo que hace el marido en el vídeo.

 Eso decís todos, pero cuando entráis en el juego... mira ahora, por ejemplo, estabas ofendido por el comentario y ahora cachondo pensando en que protagoniza un gangbang.

 Bueno, de todas maneras, una cosa es la fantasía y otra hacerlo de verdad. Además, ella quiere salir por completo del ambiente liberal, como supiese que estoy conectado y hablando con un extraño acerca de follarla como si fuese una actriz porno se iba a cabrear mucho.

 ¿Hay posibilidad de que pueda hablar con ella para convencerla? No es la primera vez que encontramos a un marido deseoso de ver a su mujer convertida en una hotwife y le ayudamos a convencerla.

 No podía creer lo que me estaban proponiendo, yo en ningún momento había dicho nada y ya estaban dando por hecho que deseaba, lo peor de todo es que me estaba poniendo cachondísimo la conversación y a la vez eso me contrariaba.

 Yo no he dicho que desee eso en ningún momento.

 No lo has dicho con palabras, cornudo, pero deseas que nos follemos a tu mujer, y ten por seguro que nos la vamos a follar y tú lo vas a grabar y tú vas a limpiar su coño con la lengua.

 Sin entender cómo me estaba poniendo cachondísimo y cabreando a partes iguales que me hablase así, saqué algo de orgullo y respondí.

 Paso de esto.

 Venga cornudo, solo admítelo, admite que quieres ver a tu mujer como en el video, solo eso...

 No pude evitarlo y volví a visualizar el video, pero esta vez no veía a la chica de nuestra pareja amiga, sino que mi imaginación veía a mi mujer, tenía la polla que iba a estallar, entonces respondí. Mientras continuaba con la visualización del vídeo.

 Sí.

 Sí... ¿Sí qué?, ¡Cornudo, dilo!

 Quiero ver a mi mujer como en el vídeo.

 ¿Quieres ver como mis amigos y yo nos pasamos la tarde follando con tu mujer y ella pasándoselo genial?

 Sí.

 Dilo cornudo.

 Quiero ver como os la folláis, como ella se corre como nuestra amiga en el video y ver como se corre una y otra vez.

 Era todo muy fuerte, no sé cómo había llegado a ese nivel, en aquel momento estaba viendo en bucle el video de nuestra pareja amiga, justo cuando uno de los chicos del vídeo se corría en la boca de la chica, empecé a correrme, teniendo un brutal y placentero orgasmo. Rápidamente cerré la página. Seguía sin entender muy bien qué había pasado, no era racional que algo así me hubiera producido tanta excitación, hacía una hora estaba cabreado lo desagradable del comentario que nos habían dejado y ahora prácticamente había pedido que unos extraños hiciesen un gangbang con mi mujer mientras yo lo grabo. Estaba muy contrariado.

 Había pasado una semana justo y aunque ese sábado no tenía nada que hacer me desperté y me excité recordando conversaciones del chat el sábado anterior, seguía muy contrariado.

 Desde hace años escribo relatos eróticos que a veces publico, mi mujer es la única persona que me conoce físicamente que los ha leído, muchos de estos relatos se basan en experiencias reales que hemos vivido juntos, a veces más fieles a la realidad y otras veces no tanto. Las conversaciones del sábado anterior me inspiraron para comenzar a escribir este relato, llevaba mucho sin escribir, pero me apetecía, no sabía muy bien como lo acabaría o si acabaría como otros muchos borradores, descartado, pero la conversación del sábado anterior era un buen punto de partida. Cabe destacar que mientras uno escribe relatos y más basados en experiencias reales es inevitable sentir excitación y acabar cachondo perdido.

 Estaba justo escribiendo este relato, en este mismo punto cuando pude oír como en la habitación de al lado como mi mujer que justo hasta ese momento había estado durmiendo, levantaba la persiana, ahora no estábamos en nuestra época más sexual, y no sé por qué, pero intenté disimular mí excitación, aunque sin mucho éxito, cuando apareció mi mujer por la puerta, debió notar que algo pasaba y me miró mezcla de cariño y reprobación y me dijo:

 A saber que estabas haciendo, eres un cochino.

 En ese momento giré el portátil y le dije:

 Nada en concreto, estoy escribiendo, hacía mucho que no escribía y me apetecía.

 ¿Pero algún relato? Si hace mucho que no tenemos ninguna experiencia morbosa...

 Ya bueno, pero no quiere decir que a mi mente no se le ocurran cosas.

 ¿A ver?

 Sé sentó en la silla al lado mío comenzó a leerlo, a mí no me gusta que lo lea antes de que esté acabado, a veces me coarta. Cuando acabó de leerlo me preguntó con algo de enfado:

 ¿Esto ha sucedido de verdad?

 Antes de eso dime que te ha parecido.

 No me ha gustado, no me gusta la temática y si ha sucedido así me voy a cabrear.

 En ese momento metí la mano en su coño y noté cierta excitación y pregunté:

 ¿Y esto?

 Siempre excita un poco leer sobre sexo, pero me parece asqueroso. Ahora dime ¿Ha pasado?

 Yo no sabía que decir, mientras pensaba que responder ella dijo con un tono entre cabreo y autoritario:

 Bueno, hay una manera más fácil de saberlo. ¡Abre el perfil de la web!

 Sin rechistar hice lo que me pidió, cuando estaba abierto cogió el ratón y se fue lo primero a ver los comentarios de las fotos, no los había borrado allí estaban, tal y como los había puesto en el relato, yo me dispuse a excusarme:

 Lo de los comentarios sí es real, fue lo que me inspiró.

 Siguió explorando con el ratón y hasta acceder al vídeo en el que salía nuestra pareja amiga y le dio al play.

 Vaya, veo que el vídeo también está ¿También te inspiró?

 Dijo con cierto sarcasmo, volví a meter la mano en su sexo, estaba realmente húmedo. Sin mediar palabra, me metí debajo de la mesa, y mientras el vídeo se reproducía, le quité el pantalón del pijama y abrí sus piernas, comenzando a besar el interior de sus muslos, hasta que no pude más y empecé a lamer su sexo, rebuscando con mi lengua su clítoris, se oían los gemidos del vídeo y a la vez su respiración incrementaba su intensidad y sus caderas comenzaban a moverse de manera acompasada apretando su coño contra mi cara, para acabar explotando en un orgasmo. En ese momento, me levanté, le dije que se pusiese contra la silla y abriese las piernas, comenzando una penetración desde atrás, bombeando rápida y violentamente hasta acabar los dos corriéndonos juntos.

 Mientras había estado sucediendo esto habíamos dejado la sesión de nuestro perfil abierta, se veía que alguien nos había mandado un mensaje, parecía que no iba a haber peligro, pero como quién no quiere la cosa ella dijo:

 Uy, parece que alguien nos ha escrito, ábrelo a ver que pone.

 "¡Mierda!" pensé, era él, el chico con el que había estado hablando, sin rechistar, porque ya no había nada que hacer abrí el mensaje:

 "Hola cornudo, seguro que ya se has hecho unas buenas pajas mirando los videos de mi perfil viendo como mis amigos y yo nos follamos a las mujeres delante de sus cornudos, seguro que sigues imaginando que es lo que hacemos con la tuya y te corres pensando en ello. Te voy a dar mi contacto para que no perdamos el contacto."

 Cuando mi mujer leyó esto, me cayó una bronca tremenda, que si eres un pervertido, que si ya no la quería, que si era un cerdo asqueroso, que si para mí ella solo era un objeto sexual y un montón de lindezas más, yo no podía explicar qué había pasado, nunca me había puesto cachondo algo así, me sentía realmente avergonzado.

 Me disponía a bloquear y borrar el mensaje cuando mi mujer con un cabreo tremendo me dijo:

 Ni se te ocurra, ahora me voy a guardar el contacto, probablemente nunca lo use, ¡pero ahora te jodes y te quedas con la duda!

 Otra vez, no sé cómo explicarlo, esto me excitó y aterró a partes iguales, se acabó de vestir y salió del despachito dando un portazo.

 Poco a poco las cosas se fueron normalizando, al día siguiente se le había pasado el cabreo, no volvimos a mencionar el tema, ni yo me volví a conectar a la web de contactos, habían pasado un par de semanas y todo estaba normal, yo después del enfado ni siquiera continué con el relato y estaba muy centrado en el trabajo.

 Ya casi estábamos entrando en el verano y los fines de semana y algún día entre semana lo pasábamos en una pequeña finca donde habíamos arreglado una pequeña casa, casi una cabañita, (a unos 10kms de nuestra vivienda habitual) en verano nos iba muy bien para desconectar e incluso algún día entresemana que hacía mucho calor dormíamos allí.

 Un jueves volvía del trabajo y llegué a casa y no estaba, me mandó un mensaje al WhatsApp:


 "Me he acercado a la cabaña a llevar unas cosas, vente y pasamos la noche aquí que hace fresco y se está muy bien, he comprado un par de botellas de cava y unas copas, pero me he dejado las botellas en la nevera y las copas sobre la mesa del comedor."

 Cogí las botellas de cava y las copas fui para allá, al llegar me la encontré colocando una compra en la nevera, al verme me dio un beso y me dijo que pusiese el cava a enfriar y metiese las copas en la alacena del salón y dejase dos copas en la camarera. Había hecho una compra bastante especial, zamburiñas, ostras y langostinos, yo le pregunté:

 ¿Celebramos algo?

 Ella me respondió:

 De cuando en cuando nos va bien darnos un homenaje. Algo así como un premio por la vida en general

 Me puse a preparar con ella la cena y mesa, en plan romántico, ella se fue a la habitación, decía que quería arreglarse y yo dije:

 Pues si tú te arreglas yo también.

 Así que me fui a dar una ducha, y a perfilarme la barba, me puse una bonita camisa que sabía que le gustaba y me perfumé. Ya nos habíamos puesto guapos, ella estaba espectacular, se había puesto unos tacones que son espectaculares, pero que no se suele poner porque le hacen daño, aunque estando en casa no iba a tener que caminar mucho, un top encorsetado y una minifalda tipo de cuero preciosa que dejaba adivinar un liguero negro junto con unas medias a medio muslo.

 Al verla así casi se me sale el corazón del pecho, nos sentamos a cenar y no podía evitar decirle cada dos por tres lo preciosa que estaba, lo bonita que era, esa noche volvimos a una primera cita, estaba encantado, nos hacía falta. No parábamos de brindar cuando me dijo si me apetecía jugar. Yo asentí con la cabeza entonces se levantó y puso una silla en medio del salón y me pidió con una voz seductora y sexi que me sentase, una vez sentado me ató con las manos detrás del respaldo y los tobillos a las patas de la silla, en ese momento puso música y comenzó un baile sexy mientras se iba quitando la falda y mostrando su conjunto negro de lencería, después se acercó a mí y me bajó los pantalones y los calzoncillos hasta los tobillos dejando ver una tremenda erección, ella se sentó a horcajadas encima mío y comenzó a besarme mientras restregaba su sexo contra el mío, hacía mucho tiempo que no la veía así, poco rato después empezó a morderme las orejas y a susurrarme cosas directamente al oído:

 Así que te gustó el vídeo de nuestros amigos.

 Yo casi no podía hablar de la excitación, así que respondí con un tímido:

 Sí.

 Ella seguía restregándose contra mi sexo.

 ¿Te gustaría verme igual que en el vídeo?

 Yo estaba algo desconcertado hacía unas semanas le había parecido algo horrible, me había dicho de todo y hoy me sacaba el tema en esa situación y mi cerebro al oírlo otra vez me jugaba una mala pasada, fue sacarme el tema y mi excitación subió de manera exponencial. Aun así, me hice el despistado y respondí:

 Te refieres de fantasía o hacer algo así de verdad...

 Ya sabía la respuesta, sé que ella odia fantasear, si propone algo siempre ha sido para hacerlo. Yo funciono, al contrario, siempre me ha puesto muy cachondo fantasear, pero con cosas que no necesariamente me apetezca llevar a cabo.

 Hacerlo de verdad, real, ya sabes que si yo te propongo algo es para hacerlo real. ¿Puedo enseñarte algo? Pero no te puedes enfadar.

 Enséñamelo, pero no sé si me enfadaré...

 Se levantó y fue a por el móvil y volvió y se puso de rodillas frente a mí y me mostró en la pantalla una conversación, la muy cabrona había contactado con Alfred y Alfred le había pasado pantallazos de nuestra conversación por el chat, después Alfred le manda fotos y vídeos y tonteaba con ella, más adelante de la conversación añadía a otro chico para proponer preparar una sesión como la de los vídeos, mientras yo leía esto, ella me masturbaba sin dejar que acabase de correrme.

 Esta noche vamos a hacer algo parecido a lo del vídeo...

 Ni siquiera me dio opción, tomó las riendas de la situación, volvió a coger el móvil, y escribió. Yo aún pensaba que era un juego o estaba de broma, pero a los minutos sonó la puerta y se oyeron dos voces masculinas ella los invitó a pasar, les decía cosas como "Ya tengo al cornudo atado en la silla". Yo no daba crédito a lo que estaba pasando, estaba muy desconcertado, atado a una silla con la polla al aire y muy erecta, viendo como mi mujer solo vestida con un liguero, unos tacones y unas medias se ponía frente a mí, mirándome a los ojos mientras dos extraños se ponían cada uno a un lado comenzando a tocarla y besarla, ella me seguía diciendo cosas como "Amor, no quiero que pierdas detalle, esto es para tí".

 Alfred sacó un papel y le dijo a mi mujer:

 He traído unos análisis de ETS, lo hacemos siempre que quedamos con una pareja, es mejor para todos. Me acompaña Luis que es el otro chico que viste en las fotos.

 Mi mujer los ojeó y dijo:

 Está bien saberlo.

 No perdieron mucho el tiempo, mi mujer empezó a desnudarlos para estar en igualdad de condiciones, ellos no paraban de magrear todo su cuerpo a la vez, se oía como las respiraciones aumentaban, mi mujer seguía alternando besos de uno y otro mientras con ambas manos cogía ambas pollas, para acabar poniéndose en cuclillas abriendo bien las piernas, mostrándome todas sus virtudes para volver a mirarme a los ojos comenzando a dar una felación a uno de ellos para poco después empezar a turnarse una polla y otra. En ese momento yo pasé a ser un mero espectador de la escena, ella ya no reparaba en mí, solo estaba disfrutando del momento.

 Estuvo un rato así hasta que Alfred le cogió de la mano y la tumbó en el sofá, boca arriba y con la cabeza en el reposabrazos, Luis, metió la cabeza entre sus piernas comenzando un cunnilingus, los gemidos de ella se intensificaron. En ese momento Luis se incorporó cogiendo su pene empezó a restregarlo con la entrada de su coño, rozándolo contra su clítoris sin llegar a penetrarla, Alfred, qué tenía su miembro a la altura del reposacabezas del sofá se lo acercó a su boca para empezar una suave penetración que ahogaba sus gemidos, hasta que Luis comenzó una penetración suave lenta y placentera que fue intensificando gradualmente hasta volverse intensa y rápida, cosa que produjo el primer orgasmo de mi mujer con un gran squirt, era la primera vez que ella tenía un squirt, y eso me puso muy celoso, que no hubiera sido conmigo, pero por lo que aconteció a continuación no sería el primero, Luis saco su polla y volvió a restregarla contra la entrada a coño hasta que apareció otro orgasmo, estaba que no podía más, en ese momento le pidió permiso a mi mujer para correrse en sus tetas y ella accedió, Alfred se sentó en el sofá y mi mujer se sentó encima de su polla introduciendola en su coño y mirándome a los ojos se dirigió a mi:

 ¿Te está gustando cornudo? ¿Es tan excitante como en el vídeo? ¿Es lo que querías?

 Yo estaba paralizado, disfrutaba de la escena, pero a la vez me generaba muchos celos, mientras, ella, siguió botando gemía como nunca la había visto gemir, los orgasmos y los squirts se sucedían más seguidos, nunca había sido multiorgásmica, pero estaba teniendo muchos orgasmos seguidos, a la vez Alfred bombeaba y se notaba que no le quedaba mucho para acabar, le pidió permiso a mi mujer para acabar dentro de ella y ella me miró de nuevo y de una forma entre agresiva y autoritaria volvió a dirigirse y me dijo:

 Igual te obligo a limpiarme el coño después...

 Alfred no pudo más y se corrió dentro de mi mujer, ella cerro los ojos para volver a correrse, poco después se levantó hacia mí y sin desatarme de la silla la volcó dejando el respaldo apoyado en el suelo y a mi semi-tumbado boca arriba, se puso en cuclillas encima de mi cara como si estuviésemos haciendo un sesenta y nueve, y poniéndome su coño en la boca, sometiéndome exclamó:

 ¡Límpiame el coño cornudo!

 Por inercia, sin saber muy bien porqué saqué mi lengua y empecé a lamer su clítoris mientras, Luis tenía la polla otra vez lista y pidió que acomodase a cuatro patas para poder volverla a penetrar mientras yo seguía lamiendo su coño, y Alfred también se volvió a animar y se levantó del sofá para volver a penetrar su boca. Se fueron turnando entre los dos hasta que estaban a punto de correrse y mientras ella se volvió a poner en cuclillas sobre mi cara acabaron tanto Alfred como Luis acabaron en la boca de mi mujer.

 Me desataron y mi mujer se fue a buscar la otra botella de cava, sacó un par de copas más y rellenó las nuestras también, ellos tres exclamaban lo bien que lo habían pasado, mi mujer recalcaba que le había encantado la experiencia y que desde luego no sería la última vez. Yo aún estaba asimilando, muy excitado y a la vez en shock, sin entender muy bien que había sucedido.

 Al poco se marcharon los dos chicos y nos quedamos a solas ella me miró y me preguntó de manera muy cariñosa:

 Amor, ¿Lo has pasado bien?

 No sé qué decir, estoy cachondísimo pero no sé...

 Pues yo me lo he pasado genial, nunca me había corrido así ni tantas veces.

 Me cogió la polla y empezó a masturbarme, y cada vez que notaba que me iba a correr, paraba y me preguntaba:

 ¿A qué lo vamos a volver a repetir?

 Yo que estaba a punto de correrme decía un entrecortado:

 Sí...

 Así hasta que no pude más y me corrí.
 

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