.:: RELATOS DE CORNUDOS ::.

  "Manuel y Carla (3)".

 

 Buenas. Primero, agradecer la cantidad de mails que estamos recibiendo. Nos anima a seguir contando nuestras experiencias y, si Carla sigue animándose así, estamos cerca de empezar a publicar alguna foto. No podemos contestaros a todos y estamos priorizando los que nos dan morbo. Esta tercera entrega la queremos dedicar a JoseM, chico que hemos conocido gracias a esta página.

 Podéis imaginaros mi sensación al escuchar lo que había sucedido en la furgoneta entre Marcos y mi mujer. Esta tercera parte es el final de la historia de lo sucedido en la playa. Yo seguía escuchando a Carla contándome con todo detalle...

 “Tras la follada que me metió, estuvimos desnudos en silencio al menos 5 minutos, sudábamos a chorros y el corazón me latía a 200, mezcla de la excitación y el esfuerzo físico... Cuando recuperamos el aliento nos empezamos a besar otra vez. He de decirte que el chico morrea con mucho vicio. Yo notaba mi coño lleno de su semen y me estaba poniendo otra vez muy cerda, pero el calor era asfixiante y decidimos ir a la toalla de nuevo.

 Me pidió que, por favor, no me limpiase, y salimos desnudos de la furgo. Caminábamos hacia la playa, unos 100 metros de camino pedregoso. Las piernas aún me temblaban y empecé a notar cómo salía la corrida de mi coño enrojecido. Llegamos a la toalla y nos echamos. Enfrente teníamos una pareja de unos 55 años, de muy buen ver, y tal era la complicidad que se había generado entre nosotros que me pidió jugar.

 Yo me sentía totalmente sumisa y excitada y accedí a sus peticiones. Abre las piernas, quiero que esa pareja vea tu coño lleno de corrida, me dijo. Y eso hice, me tumbé a tomar el sol dejando que pudieran observar cómo mi coño brillaba, empapado, pegajoso, lleno de la corrida de Marcos que no dejaba de salir. Fue increíble. Vimos como el hombre de la pareja se percató, y sin decir nada a su esposa no quitó ojo al espectáculo que le brindamos. Ella dormía al sol y él nos presentaba una erección brutal...

 Marcos estaba disfrutando, tratándome como una auténtica perra. De vez en cuando me echaba crema aprovechando para sobarme bien todo el cuerpo, haciendo paradas más que extensas en mis tetas, y esa situación nos hacía estar cómodos a los dos... Tras esta exhibición y estar hablando un buen rato en la toalla, se empezó a hacer tarde, con lo que le propuse darnos el último chapuzón y que me llevase de vuelta a casa contigo.

 Fuimos al agua, yo necesitaba dejar de sentirme sucia y allá que fuimos. Una vez dentro, Marcos me trataba como si fuese su pareja, me cogía por la cintura, me besaba, estábamos a gusto, hasta que de repente me abrazó desde atrás, y me empezó a susurrar al oído que se había quedado con ganas de probar mi culo. Yo le dije que tú me lo follabas como nadie y que me encantaba, lo que hizo que notase su polla como una piedra de nuevo tocando mi nalga derecha mientras sus manos manoseaban mi culo, lo cogía con fuerza y ansia y lo abría.

 Mis pezones iban a explotar y, de repente, noté cómo me introducía lentamente su dedo por detrás. Le dije que no parase y le cogí la polla, empecé a masturbarle mientras metía una y otra vez el dedo en el culo, cada vez más rápido, cada vez más profundo hasta que me corrí. No podía estar más caliente y le dije que nos fuésemos ya, que necesitaba que me llevase ya a casa.

 

 Salimos del agua y recogimos las toallas, yo me puse el bikini y nos dirigimos a la furgo. Le dije que le quería volver a ver, pero que tenía que hablarlo contigo, con lo que tú eres el que marca lo que pueda pasar estos días que nos quedan en Portugal...

De camino a casa, no resistí y le hice una mamada mientras conducía. Notaba cómo le salía el liquido antes de que os corráis hasta que tras varios espasmos y con un gran gemido, volvió a correrse, esta vez en mi boca. Disfruté cada gota que pasaba por mi lengua hasta mi garganta...

Aparcamos justo después. Nos despedimos con un pico y un cómplice “estamos en contacto”. Me dejó en la puerta del apartamento y por eso no hacer otra cosa que pedirte que me follases nada más llegar. Lo que pase ahora es cosa tuya, sabes que soy tuya.”

Esta fue la experiencia relatada por mi mujer, y que, desde entonces, afortunadamente, cambió por completo nuestra relación matrimonial.

 Continuará…. Email.
 

 

 

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