Llevo
7 años casado con Mónica. Nos conocimos muy jóvenes, ella tendría 18
años y yo 19. Ahora yo tengo 31 y ella 30. Nuestros noviazgo fue
divertido y nuestros primeros años de matrimonio también.
Follábamos unas 3 ó 4 veces a la semana y
disfrutábamos de nuestras relaciones. Pero al tercer año de casados, a
mi me apetecía algo mas en materia sexual y empecé poco a poco a
introducir las fantasías sexuales en nuestras folladas. Ella las
aceptaba poco a poco y cada vez le gustaban mas.
Fantaseábamos con hacer nudismo, veíamos
revistas porno, alguna película, etc. Como todo, cada vez queríamos mas
y cada vez nos gustaba mas. Al cabo del tiempo me di cuenta que la
fantasía que mas me gustaba era imaginarme a Mónica follando con otro
hombre.
Cada vez que follábamos, nos imaginábamos
que la follaba otro y yo miraba, o que la follabamos entre varios, o
que íbamos a un local de intercambio, etc.
A mi empezó a metérseme en la cabeza
llevar nuestra fantasía a la realidad. Empecé a pedirle que me contara
cosas de sus relaciones anteriores. Ella cada vez le gustaba mas, y me
contaba con pelos y señales sus relaciones con Alfonso, el hombre que
la desvirgó y del que guarda sus mejores recuerdos.
Cada vez que follábamos me hablaba de
cómo la follába Alfonso y de lo mucho que le gustaría volver a follar
con el y que yo lo viera. Alfonso, que fue el que la desvirgó a los 17
años, se ha tirado a mi mujer de todas las maneras habidas, y ya cuando
salía con ella era amigo mío.
Cuando rompieron, mi mujer tuvo otros
novios y dejaron de verse. Yo también dejé de verle porque se fue a
estudiar fuera de España. Pero aunque parezca increíble, cada vez me
ponía mas cachondo imaginarme a mi mujer otra vez follada por Alfonso.
Cada vez que follábamos, yo insistía en
que tenía que volver a follarselo y que seguro que el estaría encantado
de hacerlo. Para ella no sería difícil, pues ya se ha acostado con el
miles de veces a si que yo insistía en que se lo follara para mi.
Ella cada vez estaba mas convencida, me
decía que si, que se moría de ganas de follar con el y que yo la viera.
Aunque yo dudaba de si era solo fruto de las fantasías, y luego no lo
haría, quise creérmelo y me puse manos a la obra para hacer realidad mi
fantasía.
Empecé a investigar para ver donde estaba
viviendo el ahora y me enteré de que terminados sus estudios en el
extranjero, estaba otra vez en Madrid.
No sabía muy bien como hacerlo y conseguí
enterarme a través de amigos comunes saber por donde salía. Preparé a
Mónica y le dije que quería que se pusiera muy sexi que esa noche
teníamos que pasarlo bien y tenía que ser una noche loca.
Fuimos a la discoteca y nos encontramos
con Alfonso. Mi mujer que no sabía que se encontraría con el, al
principio se puso muy roja, pero según me comentó luego, enseguida
empezó a chorrear por el coño, pues estaba ahí conmigo, y con el tío
que la desvirgó y objeto de nuestras fantasías.
Yo le saludé muy efusivamente y como
pronto me empalmé por la situación, me fui a pedir unas copas. Sin que
Alfonso me viera, guiñé el ojo a Mónica y ella me sonrrió con cara de
complicidad. Me mantuve alejado pero sin perderles de vista y estaba
con el corazón a mil y la polla a punto de estallar.
La verdad es que tenía sentimientos
encontrados, no me podía creer que yo estaba provocando que mi mujer se
acostara con su ex, pero me ponía tan cachondo, que seguí adelante.
Coquetearon bastante y esa noche sirvió
para romper el hielo y que mi mujer se diera cuenta de que era capaz de
hacerlo y que además lo deseaba. Follamos como nunca y tuvimos el mejor
orgasmo de la historia viendo tan cerca la posibilidad de cumplir
nuestra fantasía.
A la semana siguiente, llamó Mónica a
Alfonso para quedar a cenar los tres y aceptó muy gustoso. Mónica se
puso como nunca la había visto, sin sujetador, sin bragas y con una
minifalda que quitaba el hipo. Durante la cena, no paró de coquetear
con Alfonso y yo me estaba poniendo a cien, pero trataba de darle
naturalidad a la situación.
Me levanté para ir al lavabo y así
dejarles a ver si surgía algo. Semiescondido, pude ver como Mónica se
acercó mucho a el y le dio un beso en los labios mientras le tocaba por
debajo de la mesa los huevos. El se quedó un poco sorprendido pero le
devolvió el tocamiento y le metió mano entre las piernas y se percató
de que Mónica iba sin bragas. Se puso como una moto.
Cuando volví hice como si no supiera
nada. Pensé que la primera vez sería mas fácil si les dejaba a ellos
solos y dije que estaba cansado, que me iba a casa, pero que si ellos
querían ir a otro sitio, que fueran, que yo no podía mas. Por supuesto
dijeron que irían a tomar una copa.
Al despedirme de mi mujer le dije al oído
que la esperaría ansioso y que esperaba que me diera una sorpresa y me
hiciera cumplir mi sueño, que era follármela sobre follado. Al
despedirme de Alfonso le dije que me la cuidara y que hiciera que se lo
pasara muy bien.
Me fui a casa y estuve esperando como un
desesperado. Me subía por las paredes, estaba mas cachondo que nunca,
pero no hacía mas que pensar en que Mónica mi mujer, en ese momento
estaría follando con otro, me estaría poniendo los cuernos y además
provocado por mi. Cuando oí llegar a Mónica la vi con una sonrisa de
oreja a oreja que me decía que había pasado algo gordo.
La besé con todas mis ganas y ya empecé a
sentir como el corazón me estallaba, pues su boca olía a polla como
nunca. La desnudé a toda prisa y le dije que me contara con todo
detalle lo que había hecho. Lo primero que quise ver, pues no aguantaba
mas, fue su coño, quería ver si estaba recién follado y en cuanto me
acerqué, pude comprobar que estaba lleno de esperma y que olía a polla.
Le metí la polla hasta el fondo y empecé
a follarme a Mónica como nunca. Jamás me imaginé que me gustaría tanto
estar en esa situación, follandomela sabiendo y sintiendo que se la
acababa de follar otro. Sentir como tenía el coño lleno de esperma y
oler su boca a polla, hizo que me corriera enseguida y tuviera el
orgasmo mas impresionante, largo y placentero de mi vida. Nada mas
correrme, le dije que quería que me lo contara todo y ella me lo contó
así:
Cuando te has ido,
nos hemos montado en su coche y nada mas subirnos, nos hemos besado
como locos, nos hemos metido mano, nos hemos acariciado y nos hemos
sobado durante 15 minutos. Luego Alfonso, a arrancado y me ha llevado a
su casa, me ha desnudado nada mas entrar y a empezado a chuparme el
coño con todas sus ganas. Nos hemos acostado en su cama y hemos hecho
todo lo que ya habiamos hecho hace 12 años y que tantas veces te he
contado con todo detalle. Me ha chupado el coño, le he chupado la polla
hasta que se ha corrido en mi boca, me a hecho de todo y le he pedido
que lo último fuera que me follara y se corriera dentro de mi, que
quería llegar a casa recién follada para que tu vieras como tenía el
coño de esperma. Se a sorprendido cuando le he dicho eso, pero yo le he
dicho que a ti te gustaría verme follar con el y que la próxima vez lo
haremos contigo delante. Le ha encantado la idea y se muere de ganas de
que veas como se folla a tu mujer en tus narices.
Por supuesto yo
volví a empalmarme y volví a follarme a Mónica mientras me contaba
todo. Fue la noche de sexo mas impresionante de mi vida hasta ese
momento. No solo no me arrepentía de nada sinó que quería volver a
repetir la experiencia de que Alfonso se follara a mi mujer, pero esta
vez yo también estaría.
No pasó mucho tiempo, pues a la semana siguiente fue Alfonso el que
llamó a Mónica y esta le invitó a casa a cenar. Cuando llegó, yo le
abrí la puerta y me saludó con una sonrisita preguntandome si Mónica
lo había pasado bien la otra noche. Le contesté que lo pasó fenomenal
pero que esperaba que esa noche lo pasara mejor. Cenamos y ya durante
la cena Mónica empezó a meterle mano a Alfonso. No pudimos terminar,
pues se levantó y le morreó con muchísima pasión.
Nos pusimos en el sofá y la desnudamos entre los dos. Nos desnudamos
nosotros y no paramos de acariciarla y besarla hasta que le dije a
Alfonso que le metiera la polla en la boca, que me moría de ganas de
ver a mi mujer comiéndole la polla. Mónica se la chupó y se la metía
hasta el fondo de la garganta. Yo no me creía que me gustara tanto
ver a mi mujer comiéndose otra polla y pensé que era el momento de
verla follar.
La abrí de piernas y le dije a Alfonso: ¡fóllatela, fóllatela como
nunca te la has follado, quiero ver lo que tantas veces has hecho con
mi mujer! Le metió la polla hasta el fondo y empezó a follarsela. Yo
estaba en la gloria, disfrutando de cada segundo, viendo como se
hacía realidad mi fantasía y por fin viendo con mis propios ojos, lo
que tantas veces me había contado Mónica.
La polla de Alfonso entraba y salía hasta que llegó al
orgasmo y se corrió en el coño de Mónica. Rápidamente para que no se
saliera nada, le metí mi polla y me puse a follar a Mónica con el
coño chorreando de la corrida de Alfonso. Ella mientras, le chupaba
la polla a Alfonso para limpiársela.
Aquella noche sentí algo que desconocía que se pudiera
sentir, fue lo mas impresionante que me podía imaginar, ver a mi
mujer follada por Alfonso, ver como le comía la polla, follarmela con
el esperma de Alfonso dentro de su coño, sentirme cornudo, miles y
miles de cosas a la vez que nunca olvidaré.
Desde entonces nuestra vida sexual es mas activa que
nunca y disfrutamos muchísimo.