Ya
sabéis como fue
el primer encuentro con aquella
pareja, que por cierto, se llamaban Carlos y Maite. En aquella ocasión,
ya nos dimos los números de teléfono.
Pero pasaron tres semanas antes de que nos volvieran a llamar, y nos
dijeron que hacían una fiesta SORPRESA privada en su casa, que
estábamos invitados, aceptamos.
Su casa esta situada en una calle céntrica de Barcelona, lo que nos
hizo suponer que eran una pareja con un nivel de vida bastante alto.
Cuando llegamos a la dirección que nos habían dado, vimos que el
edificio era aproximadamente de mediados del siglo pasado, pero muy
bien conservado y restaurado, muy bonito, con ornamentos en la fachada,
incluso, se apreciaba alguna gárgola en la azotea.
El piso era enorme, de los que se hacían antes, con pasillos estrechos
y un montón de puertas que conducían a distintas habitaciones.La
decoración era estilo antiguo, pero con la tecnología mas moderna de
hoy, televisor de plasma, equipo de música de última generación, etc.
Nos quedamos extrañados, ¿donde estaba la fiesta?, ¿éramos los primeros
en llegar? pues no, era una fiesta solo para cuatro.
Empezamos a cenar y a charlar animadamente, hasta que Carlos trajo el
café, en una bandeja que dejo sobre la mesa, al lado de mi mujer. En
cuanto soltó la bandeja, y sin mediar palabra, cogió la cara de mi
mujer y la morreó sin ninguna manía, incluso empezó a magrearle las
tetas con cierta rudeza.
Mi mujer, para esta ocasión, se había puesto un jersey de cuello alto,
de color negro y muy fino, sin sujetador (supongo que ya sabia a qué
íbamos), y una falda corta también negra.
Mi mujer, se quedo paralizada, sin decir nada mientras Carlos la
magreaba, estando así un par de minutos. Después, y como si nada
hubiera pasado, se sentó en su sitio y empezó a tomar el café.
Observe, a través de su jersey, que los pezones de mi mujer se habían
endurecido. Por extraño que parezca, a mi siempre me había dicho que
fuera romántico, sino, no le gustaba.
A
los veinte minutos de haber terminado el café, Maite se levanto y dijo
"bien, vamos a por la sorpresa, pero en realidad, la sorpresa es para
ti, dirigiéndose a mi mujer, y para dártela, tienes que ponerte "esto",
le dio algo de color negro que resulto ser una mascara, que cubría sus
ojos y la parte posterior de la cabeza, dejando solo a la vista su
boca.
Mi mujer me miró, medio asustada, medio intrigada. Yo asentí con la
cabeza, pero me mantuve alerta. Nos llevaron a una de las puertas del
piso, y nos hicieron entrar primero, Note que Maite me cogía de la
mano.
La habitación estaba en penumbra, con mucha menos luz que la que había
en el comedor, así que inicialmente, no vimos nada hasta que nuestros
ojos se acostumbraron a la nueva luz.
En ese momento, nos percatamos que en la habitación había otro hombre,
solo vestido con un pantalón de cuero negro, y una camiseta de tirantes
también negra, además en la habitación habían un montón de aparatos que
identifiqué como de Sado-Maso, (porque lo había visto en alguna
película del tema, y por Internet)
Dije que no !, ni hablar, que no nos gustaban esos rollos. pero Maite,
que me tenia cogido por la mano, me susurró que esperara unos minutos,
y que si después no me gustaba, pues lo dejábamos, su voz y su
confianza me tranquilizaron.
Aquel tipo, salió de la penumbra y me di cuenta de que era una bestia,
si no media dos metros, poco le faltaba, y muy musculado, debía pesar
cien kilos.
Se acerco decididamente a mi mujer, la levanto en brazos, como si ella
fuese una pluma, y la acercó a una de las pareces de la habitación. Mi
mujer, con los ojos tapados, chillo del susto.
Vi que allí habían dos maderas puestas en forma de cruz, con argollas
en la parte superior e inferior, donde entre Carlos y aquel tipo,
ataron a mi mujer, esta, se asusto, y me llamo, diciéndole yo "estoy
aquí, cariño, no pasa nada", parece que eso la tranquilizo, aunque yo
no me fiaba del todo.
Cuando la ataron, empezaron a magrearle las tetas.
Aquella visión de mi mujer, con los ojos tapados, atada y con dos tipos
metiéndole mano, me puso caliente, y supongo que Maite, que seguía a mi
lado, se dio cuenta, y empezó a tocarme la polla por encima del
pantalón, notando que ya tenia una erección.
Aquellos dos, le subieron el jersey a mi mujer, dejando a la vista sus
tetas, y se dedicaron a tocárselas y a chupárselas, cada uno en un
pecho de mi mujer y así estuvieron un buen rato, hasta que sin dejar de
chuparselos, Carlos deslizo su mano bajo la falda, empezando a
masturbarla.
Maite, viendo que mi erección ya era plena, me bajo los pantalones y
los calzoncillos y empezó a chupármela, me vino una oleada de calor, y
solté un suspiro que se oyó en la habitación más de lo que yo hubiera
deseado.
Creo que eso fue el pistoletazo de salida, porque casi inmediatamente,
mi mujer empezó a suspirar también. Vi que Carlos aumentaba
considerablemente el ritmo de la masturbación de mi mujer, y entre él,
y el otro que le seguía magreando y chupando las tetas, mi mujer empezó
a contornearse.
Maite, por su parte, seguía chupándome la polla, hasta que note que me
estaba haciendo algo raro en mi pene.
Me estaba colocando una especie de aro alrededor de mis testículos y mi
pene, y lo ajusto fuertemente, con lo cual, mi polla adquirió un mayor
volumen, se puso roja y con una sensibilidad tremenda, me paso la
lengua por el glande y el frenillo, y creí que me moría de gusto.
Al otro lado de la habitación, oí por primera vez la voz del gigantón
aquel, que le decía a mi mujer, "¿estas cachonda verdad puta? (creí que
allí se acababa todo, ya que nunca nadie había hablado así a mi mujer,
pero ella no dijo nada, supongo porque no reconoció la voz).
Aquel tipo insistió, y metiendo la mano en su coño, pellizcando
suavemente su clítoris, volvió a decir "estas mojada zorra, ¿estas
cachonda?" y ella soltó un casi inaudible "si", "no te he oído, puta,
dilo mas fuerte", "si" contesto ella, esta vez mucho mas claro.
En ese momento, Carlos se agacho, y empezó a comerle el coño y el
agujero del culo, mientras el otro tipo seguía sobándole las tetas,
cada vez mas fuerte.
Aquel tipo, con voz autoritaria, le dijo a mi mujer "no se te ocurra
correrte o tendré que castigarte" mientras mi mujer suspiraba cada vez
mas fuerte, y se movía acompasadamente cada vez mas rápido, signo
inequívoco que estaba a punto de correrse.
Supongo que aquel tipo lo adivino, e inmediatamente, empezó a darle
cachetes en el culo a mi mujer, para impedir, con el dolor y la
sorpresa, que se corriera, sin embargo, Carlos seguía chupándole el
coño, introduciéndole a la vez un dedo en el culo.
Parecía ciertamente que uno intentaba que mi mujer se corriera, y el
otro se dedicaba a impedírselo, con lo que mi mujer estaba al límite de
correrse.
El tipo aquel, coloco unas pinzas en los pezones de mi mujer, lo cual
le provoco cierto dolor, haciendo que finalmente no se corriera en
aquel momento.
Aquel tipo le pregunto "estas deseando que te folle, verdad guarra,
quieres correrte verdad?" y ella dijo "si", "dímelo, dime que te folle"
"suplícame que te folle" y ella dijo "fóllame, haz que me corra".
Entonces, Carlos, dejo de chuparle el coño, y retiró su dedo del culo
de mi mujer, poniéndole a esta una especie de collar como de perro
alrededor de su cuello, unido a una cadena, y la desataron de las
maderas donde estaba.
Mi mujer ya parecía una autómata, no rechistaba, y obedecía en todo.
El gigantón se sentó en una silla, cogiendo la cadena del collar de mi
mujer, atrayéndola hacia él, y sacándose la polla le ordeno "chúpamela,
hasta que me corra en tu boca", mi mujer obedeció, se puso de rodillas
y empezó a chuparle la enorme polla que tenia aquel tipo, la verdad es
que era una polla descomunal.
Carlos, se situó detrás de mi mujer, que en la postura que estaba,
ofrecía todo su culo y su coño a la vista, y empezó a untarle el culo
con lo que supongo que era lubricante, introduciendo primero un dedo,
luego dos.
En ese momento, Carlos cogió un artilugio que constaba de dos pollas
unidas, una enorme, y otra mas delgada pero igual de larga, de cuya
base salía un cable, y al final de este un mando. Al probarlo, vi que
las dos pollas se movían como un gusano, retorciéndose. Carlos, le
introdujo el aparato a mi mujer, la polla mas gorda en el coño, y la
mas delgada, en el culo.
Carlos le dio el mando al tipo aquel, al cual, mi mujer seguía
comiéndole la polla, y a juzgar por el empeño que ponía ella, no le
disgustaba. Aquel hombre, debió activar el mando, porque mi mujer,
soltó un sonoro suspiro y dio un involuntario golpe de pelvis.
Carlos volvió a colocarse detrás de mi mujer, pero esta vez con otro
aparato, que resultó ser un vibrador.
Cuando lo activo, mi mujer empezó a arquear la espalda, del placer que
todo aquello a la vez le estaba dando.
Aquel tipo le volvió a ordenar, "no te corras hasta que te lo ordene,
puta"
Yo no se si querían darle placer o que reventara, pero mi mujer estaba
fuera de si, gritaba, insultaba, se retorcía.
Carlos empezó a pegarle palmadas en el culo, cada vez mas fuerte,
impidiendo de momento que mi mujer se corriera.
Aquel tipo, cada vez le daba mas marcha a las pollas que mi mujer tenia
en su coño y su culo, porque cada vez se oía mas fuerte el motor, y
Carlos lo mismo con el vibrador.
Hasta que llego el momento en que ni palmadas en el culo, ni amenazas
ni pinzas en los pezones, ni nada, mi mujer se corrió entre gritos,
espasmos, y entre los dos la sujetaron en la misma posición de
rodillas, mi mujer se estuvo corriendo durante una eternidad, si no la
hubieran sujetado, estoy seguro que se hubiera desplomado.
A
pesar que ya se había corrido, aquellos dos, no pararon nada de lo que
tenían en marcha, y mi mujer grito "parad, parad ya !".
El tipo contesto, "cállate zorra, parare cuando yo quiera", Carlos
aumento el nivel del vibrador, y mi mujer, que hacia 30 segundo que se
había corrido, se volvió a correr, aullaba como una loba y entonces si,
se desplomo, quedo tendida en el suelo, jadeando como una loca, como si
fuera un muñeco en manos de aquellos dos. Vi que su entrepierna
chorreaba un liquido, se había mojado como nunca lo había hecho.
La levantaron, le quitaron los artilugios que llevaba puestos y aquel
tipo que seguía sentado en la silla, se la puso encima y empezó a
introducirle su enorme polla en el coño de mi mujer.
Ella parecía un pelele, no tenia fuerzas para nada, aquel tipo la
agarro fuertemente de las nalgas, y la obligaba a hacer un movimiento
arriba y abajo, introduciendo cada vez mas su polla, hasta que entro
entera.
Carlos, cogió unas bolas de color metal, unidas por un hilo, habían
diez o doce, y empezó a introducirlas, una a una en el culo de mi
mujer.
Esta empezó nuevamente a suspirar, hasta que al poco rato, empezó a
chillar, "fóllame, fóllame fuerte, me voy a correr, que polla
tienes..."
En ese momento, Carlos, fue sacando del culo de mi mujer las bolas, y
mi mujer explotó. se corrió a lo bestia,
Se tomaron un breve respiro, hasta que Carlos se tumbo sobre una
colchoneta, y aquel tipo puso a mi mujer sobre el, que empezó a
follársela.
Fue entonces cuando creí que la iban a reventar, aquel tipo, se untó
su enorme polla con el lubricante, se puso detrás, le abrió muchísimo
el culo a mi mujer, y le metió la polla casi de un tirón.
Mi mujer soltó un grito, pero no pudo zafarse porque Carlos la tenia
sujeta contra su pecho, empezaron a bombearle el culo y el coño a la
vez.
Noté que mi mujer ponía cierta resistencia, pero a medida que pasaban
los minutos, empezó a seguir el ritmo que marcaban Carlos y aquel tipo,
facilitando que se la follaran los dos a la vez.
Yo hacia rato que me había corrido, no se si por lo que Maite me estaba
haciendo, o por la visión de lo que le estaban haciendo a mi mujer.
Pasaron unos minutos, y oí jadear a mi mujer, mientras los otros dos se
la follaban de una forma, casi diría yo que violenta.
Y
se corrieron, los tres casi a la vez.
Mi mujer se quedo tendida en el suelo, resoplando, vi que le salía
semen de su culo y del coño, y que su cara era de absoluta
satisfacción.
Aquel tipo salió de la habitación, y volvió a los 15 minutos
aproximadamente, vestido de una forma normal, con tejanos y una camisa
a cuadros.
Entonces observé que Carlos le daba tres billetes de 100 Euros, y que
se marchaba de la casa.
Luego Carlos me contó que es un profesional, al que de vez en cuando,
alquilan para una sesión de estas para ellos, y que pensaron que a
nosotros también nos gustaría. Y no se equivocaron.
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