Las
cosas se han venido en cascada, Cesar y yo, creo que hemos madurado
rapidísimo en estas últimas semanas; posiblemente por el estilo de vida
que hemos escogido llevar. Somos más tranquilos, nos aburrió el hecho de
hacer la agenda juntos, creo que descubrimos que el erotismo estaba más
en la acción fina de los hechos y no en imaginarlos a futuro.
Últimamente, cuando vamos a cenar y tomamos una copa, le confieso mis
planes para el siguiente día; le digo con quién y a qué horas, y se
excita, comienza a repelar que por qué no se lo digo en privado; me
chupo mis labios y le voy diciendo cómo lo haré. Él se pone a mil, voltea
para todos lados y discretamente comienza a acariciarse la pija, yo lo
regaño:
- Déjese eso puerco, no se esté manoseando.
Soltamos la risa, se me ponen los pezones duritos, paraditos; él lo nota
y me bromea:
- Ya te excitaste amor.
Me encanta, me excita tener una pareja que me atiende, bromea conmigo y
me deja vivir mi sexualidad. Me siento llena de vida, de sensualidad y
sobre todo, de feminidad.
Cuando estoy en mi oficina, él me llama. Está más preocupado que mi galán
porque todo salga bien, me pregunta: ¿Todo bien?, ¿aún sigue en pie tu
cita?; lo goza, se le nota en sus palabras la excitación. Me pide, me
exige, lo que tengo que hacer, me sugiere los lugares a dónde vaya.
En 2 ocasiones lo he llevado a los hoteles en dónde cojí y le fascina que
le cuente cómo y en dónde me puse. Esto de poner los cuernos y que tu
pareja los acepte nos tiene a los dos muy unidos; creo que somos el uno
para el otro. Ya no tengo que fingir cuando vamos a las tiendas. Antes,
estaba escogiendo una prenda pensando si a mi amante le gustaría, ahora,
le pregunto a mi novio si cree que a mi amante le gustará.
Llevamos una vida muy
unida, todo el mundo se ha dado cuenta; hasta mi cuñado, con quién tengo
rato que no cojo, cree que estamos bien acoplados porque el cornudo
todo me cree y no tiene idea lo puta que soy; no sabe que gracias a que
su hermano lo sabe estamos así de bien.
El viernes pasado que fuimos a la graduación (30 de agosto) lo que más le
gusto era el olor a semen que llevaba, por lo que el siguiente lunes me
pidió que no saliera a tiempo a comer sino que le dijera a mi jefe que me
diera lechita de comer y él me esperaría afuera de la oficina.
Cuando todos salieron a comer, entré a la oficina de mi jefe, él hizo su
sillón hacia atrás mientras me veía como me subía la falda y le mostraba
que no llevaba bragas, mi jefe sacó su pija y me dijo: Móntala cabrona,
¿quieres lechita?, pues sácala. Yo me monté y lo cabalgué, el besaba mis
senos mientras yo desesperada lo cabalgaba fuertemente. Me volteó para
cabalgarlo dándole la espalda, dice que le encanta sujetarme de las
caderas y verme su perfecta redondez mientras lo cabalgo. Terminamos, fue
excitante pensar que a solo unos metros estaba mi novio esperándome.
Arregle mi vestido y mi pelo y me despedí de mi jefe con un beso,
límpiate tu conchita, me dijo.
- Si, ahora lo hago antes de salir, -le dije; pero no lo hice, ya que mi
novio quería sentir la humedad de mi concha recién usada.
Al salir del edificio, ahí estaba mi novio en su carro, nos sonreímos en
cuanto se cruzaron nuestras miradas, sabíamos de nuestra complicidad.
Subí al carro.
- ¿Cómo te fue?
Me levanté la falda y le mostré que no llevaba bragas. El acarició mi
conchita y me dijo
- Esta llenita de leche, eres un amor linda; me encanta verte tan feliz
tan llena de verga.
En eso estábamos cuando vimos que mi jefe estaba saliendo del edificio,
mi novio me dijo voy a saludarlo. Yo sólo me sonreí, él movió el carro
hasta dónde estaba mi jefe llegando al suyo.
- Hola Licenciado, ¿Cómo está?
- Bien Cesar ¿y tú?
- Bien, salieron un poco más tarde que el resto, ¿mucho trabajo?
. Si (estaba tenso, nervioso), Victoria y yo revisábamos una propuesta
- Debe de ser muy buena para dedicarle el tiempo de la comida
- Si muy buena (volteó a verme con una sonrisa), ¿verdad Victoria que
valió la pena?
- (Yo), si licenciado, realmente valió la pena (le correspondí su sonrisa
y le mandé un beso furtivo)
- Bueno, nos vemos licenciado, le encargo mucho a Victoria, cuídemela
- Claro, no tengas cuidado, está en buenas manos
- (Estrechándose las manos), ya lo se licenciado, ya lo se
Cuando mi novio arrancó el carro nos reímos mucho de la situación; el
licenciado tenso porque se acababa de coger a su secretaria, el novio de
su secretaria saludándolo muy amigablemente y la secretaria en el carro
del cornudo novio, sonriéndole al jefe y mandándole besos.
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El día de ayer pasó una cosa muy rara y erótica. Asistí a una graduación
invitada por mi novio, allá en el salón había más de uno que ha pasado
por mis brazos (¿debería decir piernas?).
Fui vestida con una vestido negro de seda, con falda volada, a la
rodilla, pero estrecho en mi tórax; una tanguita negra, sin sujetador ya
que el vestido es abierto de la espalda (y en verdad quería que se
mostraran mis dos pezones bien paraditos), zapatillas negras (sin medias
ya que hace mucho calor) y pelo suelto.
En más de una ocasión mi
cuñadito tocaba mis muslos sin importarle que mi novio (o su novia) lo
pescara "in fraganti". Me bromeaba de lo bien que se me veían los
pezones, me decía que deseaba besarlos y chuparlos y yo reía de sus
ocurrencias. Solo yo oía sus bromas porque la música estaba muy alta, mi
novio preguntaba qué era lo que me decía y yo solo le decía que bromas
sobre la gente y la música. En una escapada que me di al tocador,
encontré un viejo (y sabroso) conocido quien me abrazó muy efusivamente
dándome un beso en la mejilla, no dejaba de abrazarme y decirme al oído
que me había estado observando desde hacía rato, me dijo:
- ¿Qué pasa no me darás un beso por el reencuentro y los viejos tiempos?
Hice el intento de besarlo en la mejilla y me puso sus labios los cuales
no rechacé. Nos dimos un largo y sabroso beso mientras sus amigos
festejaban ruidosamente el hecho. Sin dejar de abrazarme me invitó a
pasar a un rinconcito que se hacía en la escalera y cuya privacidad sería
asegurada por sus compañeros. Entramos y de inmediato comenzó a besarme y
acariciarme encima del vestido, lo subió y apretaba mis nalgas
fuertemente; bajó los tirantes del vestido y mis senos estaban al
descubierto, todo el vestido se hacía bola en mi cintura, mientras el
besaba mis senos y con sus manos me acariciaba el clítoris. Sus amigos no
dejaban de hacer ¡Uhhh¡, ¡bien¡ ¡duro¡ y le dije parece que tus amigos ya
se excitaron,
- ¿Te animas a bajarles la calentura?
- No creo que seas de los hombres que compartas a una mujer, ¿o si?
- Una ricura como tu debe de ser probada por todos mis amigos, cómo
quieres que no te comparta.
- ¿Y quién nos va a vigilar?
- Dejamos a dos.
Y llamó a dos de ellos y entre los otros tres me dieron batería; uno se
hincó y comenzó a chuparme el coño, mientras los otros me besaban y me
chupaban las tetas; luego el de abajo se acostó y me pidió que lo
cabalgara, me senté en él y mi amigo puso su pija en mi boca, el que
estaba abajo no duró nada y terminó en gritos y convulsiones; mi amigo le
dijo: Quítate buey. Y luego le pidió al otro que me diera su pija por la
boca mientras el me cojía por detrás (de a perrito). Me comí esa pija y
el muchachito terminó abundantemente en mi boca, mientras mi amigo lo
hacía en mi interior; cuando se subieron sus pantalones los otros que
estaban de guardia quisieron cojerme y les dije que no, que era una
vergüenza que entre tres cabrones no pudieran hacerle tener un orgasmo a
una mujer. Medio compuse mi vestido y el pelo y me dirigí al baño de
prisa mientras el grupo de muchachos me gritaban cosas; en mi interior
sabía que lo hacían porque es duro que una mujer le diga a un hombre que
no la satisface.
Llegué al baño y los restos de la batalla eran evidentes. Limpié los
restos de semen en mi cara y el pelo y limpié mi conchita, no sabía
cuanto tiempo pasé ahí y tenía que inventar un buen pretexto para el
grupo de personas con los que compartía la mesa, ya que por el cornudo de
mi novio no me preocupaba.
Cuando llegué, mi novio se acercó a mi oído y me dijo:
- ¿Estuviste platicando con Oscar?
De momento me sorprendí de que supiera en dónde estaba, pero de manera
casi natural respondí
- Si, platicamos muchas cosas.
- Lo vi cerca de las escaleras cuando fui al baño y me imaginé que si tú
ibas para allá también los verías. A propósito, una de las tantas cosas
de las que platicaron aún la tienes en el cuello cerca de tu oído
izquierdo.
Me sorprendió su sobriedad y limpiándome disimuladamente le dije:
Gracias, según me había quitado todo.
- ¿Y cómo la pasaste, quedaste a gusto?
Aún no salía de mi asombro.
No, no me supo satisfacer. (para que decirle que fueron tres y no uno,
como dicen en mi pueblo. hay que ser cerdo, pero no tan trompudo.
Cuando dejamos de hablar, mi cuñadito me dijo:
- ¿En dónde estabas, por qué tardaste tanto?
- Pues, como me estuviste calentando y no me cumpliste lo de siempre ser
mi bombero que me apagaría mi fuego, fui a buscar con quién apagármelo.
- Pues si quieres, me llevo a esta chica y regreso al rato para poder
atenderte
- No gracias, cumple con tu novia, a mi no me faltará quien me atienda y
ya vez que tu hermanito no me cela
- Si ya vi que este pinche cormudo confía demasiado en ti aunque
cualquiera pudo haber sospechado en dónde estabas.
- ¿Tu sospechaste?
- No, estaba seguro que andarías por ahí cogiendo con uno
- ¿Cogiendo con uno?, que poco me conoces
- No entiendo
- Me cogí a tres y ni entre todos pudieron satisfacerme, así que amenazo
con seguir de cacería
- Vale
El resto de la noche la pasé bailando y dejando que mi novio me
acariciara los senos y mi culo sobre el vestido. En esas andábamos cuando
mi novio me pidió que me quitara la tanga para que no trajera nada
debajo, yo le dije que la tanguita era lo único que traía puesto pero
el insistió por lo que volví al baño a quitármela.
Al pasar de nuevo por el lugar en dónde estaba Oscar y sus 4 amigos ya
solamente estaba él y otro más; rápidamente me abordó y me dijo ¿qué
pasó, por qué te fuiste tan deprisa? ¿te regaña el cornudo de tu novio?
- No, solo que me encabrona ser el depósito de las calenturas de los
hombres, eran tres y no sirvieron para nada
- Es que nos tenías muy excitados
- Siempre los precoces tienen pretextos y conste que no lo digo por su
edad
- Mira, aquí me acompaña Pedro, el tiene una verga fenomenal, déjalo que
reivindique el orgullo del grupo
Pedro sólo sonrió, pero sin bajar la vista cuando lo vi directamente a
los ojos, eso me gustó, me dio la impresión de dominio. Sonriendo lo tomé
de la mano y le dije mientras lo llevaba al rincón: Vente Pedrito, veamos
de qué estás hecho
Pedro llegó directamente a lo que íbamos, me cargó y me sentó en una
mesita que estaba ahí y me bajó la tanga mientras no dejaba e besarme;
bajó los tirantes de mi vestido y en forma coordinada me ensartó su
enorme pija y me acariciaba mis senos. Ahhhh¡¡¡ Pedrito, solo le decía,
¡¡síguele¡¡ no vayas a terminar como los putos de tus amigos. Pero él
seguía dándome con fuerza, entraba y salía, bajaba su ritmo y entraba
despacito, sentía muy sabroso como su pija me abría y se adentraba hasta
golpearme por dentro para luego sacarla. No dejaba de besarme y de
acariciar mis senos. Vi cómo Oscar y otro de sus amigos estaban embobado
viendo el éxito que Pedro estaba teniendo; hice un gesto con un dedo para
que Oscar se nos uniera y le pedí a Pedro que ahora me cogiera parada
pero por detrás mientras Oscar se sentaba y yo le chupaba la pija.
Pedro ya tenía los pantalones hasta los tobillos, yo sin tanga con el
vestido hecho bola en la cintura y Oscar sentado con el pantalón en los
muslos y su tranca apuntando al cielo. Yo tomé esa tranca y mientras
Pedro taladraba mi conchita sujetándose de mis caderas, yo la chupaba sin
quitar mis ojos de los de él, la acariciaba, le acariciaba su cabecita
con mis dientes y lamía el glande, me la tragaba hasta la base y
regresaba a la cabeza que mamaba y mordía levemente. Pedro me decía, eres
la más guarra de las guarras, ¿verdad pedro? Si, pero la más sabrosa,
mira nada más esta cadera.
Pedro no aguantó más y gritó sabrosamente mientras con fuerza me arrojaba
su leche en mi interior; eso bastó para que yo tuviera un gran orgasmo
pero tuve que dejar de mamar la pija para poder grita y Oscar, a su vez,
disparó su leche en mi cara; yo en agradecimiento le limpie la pija a
Oscar y le dije a Pedro que también se sentara en la mesa para limpiarla.
Las dejé limpiecitas y relajaditas; acomodé mi vestido y me prestaron sus
pañuelos para limpiarme la cara. Pedro dejó la mesa para subirse los
pantalones y recogió mi tanga del suelo. Yo le dije:
- Te la regalo, de cualquier forma mi novio me había pedido que me la
quitara
- Así que es medio fogoso el muchacho
- Y además un gran cornudo, bueno Pedrito, adios, y quiero que sepas que
si reivindicaste al grupo; sabes mover esa verga, se ve que no solo la
sabes usar para mear.
Le di un gran beso y otro para Oscar. Me dirigí al baño, arreglé mi pelo
y mi vestido y salí con aires de triunfo hacia mi mesa, pasando junto a
Oscar y sus amigos quienes me silbaron, me mandaban besos tronadores y me
decían palabras sobre mi belleza; les sonreí, me paré y viendo fijamente
el único de esos 5 con el que no había hecho el amor, le dije: Al rato
que regrese al baño, si aún estás aquí podremos visitar el rinconcito,
sin esperar su respuesta mi di la media, caminé hacia mi mesa y voltee a
verlo con mi más coqueta sonrisa y los demás le chocaban las manos, lo
abrazaban y gritaban en señal de triunfo. Al llegar a mi mesa, no fue mi
novio el que me increpó sino mi cuñado:
- ¿Y ahora, volviste a coger con tres?
- No, solo con dos, ¿celoso?
- Me vale madre, no sé como te aguanta el cornudo de mi hermano
No le contesté, sólo atiné a voltear hacia el lado de mi novio quien me
dijo:
-¿Y la tanguita?
- Ya me la quité.
El pasó su mano para verificar sobre el vestido si ya no traía nada.
- ¿La traes en la bolsa?
- No, se la regalé a Pedro, un amigo de Oscar (ya mi estado de excitación
continua no me hacía pensar en nada)
- ¿Cogiste con él?
- Sí, ¿te gusta mi manera de quitarme la tanga?
- Eres terrible amor ¿y te gustó?
- Si, ahora si quedé bien.
El me abrazó y me dio un beso en los labios y continuamos divirtiéndonos;
desafortunadamente, cuando regresé al baño ya no estaba el otro muchacho.
Cuando mi novio y yo nos fuimos en su carro le saqué la pija y comencé a
meneársela mientras le decía todo, si, todo lo que había hecho y lo que
me habían hecho. El no salía de su asombro cuando le confesé que había
cogido con tres al mismo tiempo y después con dos; él me decía que sólo
lo hacía para excitarlo. Yo le dije que no, que era mi condición de mujer
sensual la que me hacía ser así y animarme a romper con los tabúes,
además le confesé que tenía otra cita pendiente pero que cuando fui a
cumplirla él ya se había retirado de la fiesta; eso bastó para que
estacionará el carro y me sujetó fuertemente la cabeza dirigiéndola hacia
su pija, la mamé y chupe mientras él me gritaba eres una puta, me
encanta que seas tan puta, me fascina que otros te gocen puta
descarada, él me metía fuertemente sus dedos en mi conchita y yo me
balanceaba como una serpiente sobre el asiento. Mi novio descargó su
leche en mi boca y yo me la tragué toda, comencé a limpiársela con mi
lenguita y viéndolo a los ojos le dije:
- Así limpié dos ricas vergas hoy en la noche, así les limpié sus restos
de leche; esta es la tercera verga que limpio hoy ¿qué te parece?
- Que eres la puta más puta de todo México y por eso te amo, júrame que
nunca dejarás de excitarme así con tus puterías
- Es un trato, yo no dejaré de ser tan puta y tu no te enojarás, así
vamos a ser muy felices
- Te amo linda
- Y yo a ti mi cornudo
- Me encanta que me digas así
- Siempre lo haré mi amor, mi cornudo
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No se que me pasó, pero he perdido la concentración y el interés en
escribir lo que me falta de "La semana santa". Una de las razones es
porque Cesar ya aceptó su condición de cornudo y el hecho de estar
escribiendo cosas en dónde lo coronaba sin que se enterara ya no me
motiva; me motiva más relatarte lo que he estado haciendo últimamente con
su consentimiento.
Me encanta que gracias a
tí pude llevar de la mano a Cesar hasta la aceptación de su calidad de
cornudo, gracias a tus consejos, el goza con su cogedora novia, tu gozas
con mis relatos y yo gozo al tener tantos penes para mi. Últimamente, he
cogido casi cada tercer día, César y yo hemos llegado al cinismo de hacer
una agenda y él me besa mis pies y mi conchita mientras yo le voy
diciendo con quién iré a dar una vuelta (él entiende que a un hotel, pero
no lo digo tan abierto) y él me escoge la ropa. Por cierto me escoge ropa
muy sexy; zapatillas, blusas, pantalones muy ajustados, tangas, etc.
El me ha pedido que lo
deje ver cómo me hacen el amor pero me da nervio, claro que gocé en el
yate cuando me tenían ensartadita mientras él se hacía el dormido y más
me excité cuando acarició mis dedos y me lanzó un beso mientras me
estaban cogiendo en cuatro patitas. No sé si funcionará sin copas, bailes
y otros motivadores, actualmente sólamente cojo con mis amantes y ya, no
existe más motivación que el sexo y no sé si podré concentrarme.
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Hola :
Hoy vengo con una minifalda roja muy ajustada (y muy corta por cierto),
unas zapatillas de tacón rojas y una blusa de manga larga rosa mexicano,
pelo suelto. Y me he vestido con una lencería que te encantaría verme
(una tanguita blanca con bordados al frente y bra cortito y blanco). Te
prometo que esta noche pensaré que estás viéndome desde el sillón que
tiene el cuarto del hotel, te arrojaré las prendas a la cara y te haré
ponerte mi tanguita y mi mini falda roja, quiero que descargues tu
lechita en ella mientras Ricardo me coje tan rico como sabe hacerlo, le
diré que me llene de leche la conchita para que puedas chuparme el
coñito, ¿se te antoja mi amor?.
En verdad gocé mucho cuando te imaginé viéndome coger aquí en mi oficina,
creo que intentaré cumplir esa fantasía (que alguien me vea hacer el
amor, sobre todo mi novio). Mi compañero, al verme tan prendida, debió de
haber pensado que es muy bueno para hacerme el amor, pero no se imaginaba
que mi fantasía de tenerte enfrente y que me vieras gemir de placer me
encendía como loca; jadeaba y decía "más, más, más"; y te gritaba "te
gusta", y el tonto de mi compañero creía que la pregunta era para él y me
decía - Si, linda, me gusta. Yo solo sonreía porque a quién realmente le
preguntaba era a tí, mi cornudo .
Si me mandas una dirección te haré llegar mis tanguitas llenas de los
jugos que me ha provocado otro, ¿qué opinas?
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Hola:
Siento no haber podio enviarte nada nuevo, pero es que he estado muy
liada con el trabajo, aunque ayer, al terminar el turno, hice el amor en
un privado con uno de los contadores y pensé en lo bien que la pasarías
viéndome hacer el amor, mientras mi compañero me cabalgaba te imaginaba
en el sillón, vestido con tus braguitas rojas (las de la nueva foto)
acariciándote tu pija (la cual está como para chupártela cabrón)
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Hola:
Te envío el último relato de lo que pasó en la última Semana Santa, todo
paso a paso. Por lo pronto se excita mucho cuando le voy platicando de
algunas cosas, he comenzado con los magreos y leves encuentros, pronto
llegaré a decirle lo mucho que le he puesto (le pongo y le pondré) los
cuernos. He estado buscando, una foto que se vea natural, sin poses,
ligeramente desarreglada pero que me vea sexi, y en cuanto la encuentre
te la enviaré.
PD.- Por cierto, le regalé a mi novio, unas bragas blancas con encajes y
le he pedido que se las ponga cuando venga por mi al trabajo, vamos a ver
como reacciona, luego te digo)
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SEMANA SANTA
Sabes que por acá, al igual que en la mayoría de los países de mayoría
católica, el festejo de la semana santa cambia el ritmo de toda la gente,
ya que se están preparando para divertirse en esos días de asueto.
Conmigo y mi familia no fue la excepción. Tenemos una casa a orillas del
mar y es nuestro lugar tradicional para ir a pasar esos días. La familia
de mi novio también tiene su casa en dichas playas y en esos días
coincidimos allá y las reuniones se suceden en un ir y venir de casa en
casa y de paseo en paseo.
Esta semana santa pasada solamente me darían de descanso del miércoles
por la tarde al domingo, mientras que mi familia, mi novio y su familia
estarían de vacaciones desde el viernes anterior. Los planes se iban
haciendo entre mi novio y yo pero todo se atoraba en que él tendría más
días de descanso que yo y pretendía pasarlos con sus amigos (cerveza,
motos, lanchas, jet sky, etc.) para que cuando yo llegase a la playa nos
reuniéramos para pasarla juntos.
El problema radicaba en
quién podría acompañarme en las noches desde la noche del viernes hasta
el miércoles por la tarde, para que mis padres se pudieran ir sin
pendiente a la casa de la playa. Yo sugerí que le dijesen a mi primo
Raúl o alguna de mis primas; mis primas no quisieron porque les daba
miedo y yo argumentando la incomodidad de llevarme mis cosas no quise
irme a ninguna casa; la única opción fue la compañía de mi primo Raúl
quien ya se imaginaba que él y yo, tendríamos grandes noches de sexo en
nuestra mutua compañía.
Mi plan era muy sencillo, esos días serían de gran goce sexual, incluiría
a mi jefe, a Alejandro (compañero de oficina) y a mi cuñado Ricardo,
quien por suerte también tendría que trabajar los mismos días que yo. La
primera noche (viernes) que quedamos solos, mi primo se instaló a ver
televisión en el estudio y me pidió que le sirviese una copa de vino
tinto; yo me vestí con una bata blanca transparente y ropa interior
blanca; bikini y bra diminutos. Cuando llegué a darle su copa, se me
quedó viendo y me dijo:
- ¿Qué has pensado hacer primita?, porque tu mamá me pidió que te cuide
mucho
- Quiero que me des libertad total. Por favor, tu no me preguntes nada,
te darás cuenta de muchas cosas pero por favor, tu no habrás visto nada.
- ¿Entonces tu querido noviecito es un soberano cornudo
- Sí
- ¿Lo conozco?
- No los conoces
- Vaya con el cornudo, ¿son más de uno?
- Además de ti, 3
- ¡Qué bárbara! (moviendo la cabeza en negación). Ni hablar, pues nada
más dime a que horas llegarás y en dónde estarás y ya sabes que no hay
problema.
Me subí a su cintura, montándolo y besándolo tiernamente en los labios le
dije:
- ¿A poco no te gusta que tu primita se divierta antes de casarse?
- Claro amor. Sujetándome fuerte de mis caderas y dándome fuertes besos
en el cuello y mi pecho
- ¿A poco no te encanta cómo cogemos?
- Me encanta linda
Me separé lentamente dejándolo con las manos extendidas y comencé una
rica danza para despojarme de mi bata; la lancé a un lado; me acerqué, le
tomé sus brazos y se los coloqué en los descansa brazos del sofá, No los
muevas, a jugar que estabas encadenado. Empecé a desabrochar los botones
de su camisa para dejar su pecho prieto y velludo a mi merced; le besé
sus tetillas y se retorcía de gusto. Subía y le besaba su cuello, sus
labios y volvía a bajar a besarle sus tetillas.
Desabroché su cinto y
bajé sus pantalones, comencé a jugar con su pene por encima del calzón,
lo sentía duro, lo mordía, le besaba sus piernas velludas y su
entrepierna. Me paré para quitarme muy lentamente y sensual mi bra, dejé
al aire mis senos, y se los puse en la boca, cuando sentía que estaba
chupando con gusto se los retiraba y volvía a ponerle solo el pezón en
sus labios, los chupaba de lo más goloso, se deshacía jugueteando los
pezones con su lengua, mientras que yo le sujetaba la cabeza y gritaba de
placer. Me incorporé y comencé a bajarme lentamente mis bragas; mientras
hacía esto me comenzó a decir: ¡Qué puta eres¡, ¿Por qué le pones el
cuerno a tu novio cabrona?
- ¿Y qué?, (besándolo en el cuello) ¿no te gusta ser tú el que le pone su
corona?
- Me encanta mamita, me gusta verlos juntos y pensar que ese culito yo
me lo estoy comiendo.
- Pues cómetelo le dije.
Me subí al sillón y le puse mi concha en la boca. El muy goloso me metía
la lengua hasta el fondo, me mordía mis labios, jalaba mis pelos.
Chasqueaba su lengua en mis jugos. Era fascinante. Me hacía gritar de
placer, me dí la vuelta y en una pose por demás circense hicimos u
fenomenal 69. Quiso usar sus manos y le grité:
- Estás amarrado, no se te olvide.
Volvió a dejar sus manos en el descansa brazos y solamente usaba su
lengua con una habilidad asombrosa. De súbito me levanté y procedí a
quitarle sus zapatos, el pantalón y su calzón. Sólo le dejé la camisa la
cual, de cuando en cuando usaba él para limpiarse mis jugos, no sin
recibir mi continuo grito: - ¡estás amarrado¡.
Ahora, el espectáculo que se me ofrecía era asombroso, él tiene una pija
de un muy buen tamaño, me hinqué y la besaba con ternura; le paseaba la
lengua por su cabeza. Gózala, me decía, es tuya mamita. Yo la metía en la
boca y mientras la mamaba lo veía a los ojos. me encanta cómo me miras
puta cabrona; si supiera el cornudo de tu novio cómo me miran esos ojitos
mientras me maman la pija.
Yo no dejaba de mirarlo ni de mamar, de pronto, le solté la pija y lo
monté bruscamente, de un solo golpe me entró esa tranca, él y yo gritamos
al unísono; que placer tan inmenso, me había dolido hasta el alma pero
comencé a moverme circularmente para sentirla pegarme en las paredes de
mi cueva. Fue tan rico, que no aguantó y me abrazó fuertemente tirándome
al suelo y cabalgando brutalmente; no dejaba de gritarme ¡puta¡, prima,
eres una putaaaaaaa¡, yo lo volteé y lo cabalgué fuertemente, sentía la
cabeza de su pija rozándome las paredes; empujaba fuerte, hasta el fondo,
dándole vuelta a mis caderas; terminé en un grito jalándole los pelos a
Raúl.
Caí a su lado y él me abrazó tiernamente
- ¿Te llevo mañana al trabajo o vas hasta el lunes?
- Si, mañana voy medio día, ¿vamos a bañarnos?
- Claro, te ayudo a levantarte
Desnudos nos fuimos a bañar y dormimos juntos, desnudos; a pesar de que
en la madrugada sentí que se le paraba su pija, no quise hacerlo porque
apenas había comenzado la aventura y ese sábado le tocaba a mi jefe.
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