Estas
Navidades veía yo muy ilusionada a mi mujer con su cena de Navidad de
empresa. Me contaba que la habían organizado en un club un poco
especial, pero no me daba detalles de lo especial que era.
Habían creado un grupo de WhatsApp en el que daban instrucciones precisas
de cómo ir vestidos y de las actuaciones sorpresas e interactivas que
después de la cena iban a suceder. Al grupo lo habían llamado "No apto
para mojigatos o mojigatas", y en el asunto ponía que "Este grupo puede
herir tu sensibilidad. Ni que decir tiene que no me dejaba leer lo que
ponía en el grupo.
Mi mujer se preparó a conciencia, baño relajante y perfumado, retoque de
su coñito que siempre lleva muy bien depilado, maquillaje y elección de
ropa que nada más verla salir ya sabía yo que alguna trastada haría.
Se despidió de mí con un gran beso y tocamiento de polla y con una
pregunta: ¿me dejas que disfrute esta noche de lo que me dé la gana?.
Me quedé de piedra y le dije que adelante, pero que luego quería
detalles de todo.
Me quedé esperándola hasta las tres de la mañana. Viendo que no venía, le
mandé un mensaje preguntando que cómo estaba. No me contestaba, por lo
que me acosté.
Me desperté a eso de las 8, extrañado de que no estuviera aún en casa. Me
di cuenta que tenía un mensaje de ella a eso de las 7 que decía: "No he
podido contestarte antes. Nos requisaron los móviles al entrar. No me
esperes, que aún dura la fiesta. Vamos a desayunar a casa de un
compañero. Besos".
Me moría de ganas por saber algo más, pero decidí que ya me tocaría a mí
disfrutar de su relato.
Llegó a casa a eso de las cinco de la tarde, oliendo a sexo y con ganas de
darse una ducha. Mientras se duchaba, le curioseé el móvil, y leí
varios mensajes obscenos de sus compañeros... "Me ha encantado follarte
el culito, eres la mejor tragando semen, me estoy pajeando recordando
cómo te follaba el coñito", etc, etc.
Mi polla estaba dura sólo de imaginar a mi mujer follada por sus
compañeros.
Sale de la ducha y veo que su coñito está totalmente depilado al cero. Le
pregunto que cuando se lo ha depilado y me dice que perdió una apuesta
y se dejó depilar. ¿Cóoomo? Cuenta, cuenta...
Y aquí empieza la verdadera cena de Nabodad.
El sitio era un local de intercambio de parejas y de espectáculos X, así
que nada más entrar les requisaron el móvil a todos y lo primero que
vieron en el escenario fue a una pareja teniendo sexo en directo.
Pasaron a un salón con la mesa preparada y allí mientras cenaban platos
con temática erótica, les iban proponiendo retos y pruebas.
La primera prueba era ver quién de los tíos tenía la polla más grande, por
lo que pidieron a la compañera que estuviera al lado de un tío que le
pusiera la polla lo más dura posible. Tenían para ello cinco minutos y
la que no consiguiera poner la polla tiesa, tendría que pagar una
prenda. Como eran 5 mujeres y 15 tíos, cada una tenía que poner tiesa
tres pollas. Algunas empezaron a decir que no, que tenían novio, etc...
pero al final todos convinieron en que nada de lo que pasara allí
saldría de allí.
Mi mujer empezó con su jefe de departamento, pero me confiesa que sólo con
tocarle con la puntita de la lengua ya la tenía súper dura, metro en
mano 17 cm. Pasa al segundo, que es su compañero de departamento y con
este tiene que emplearse a fondo. En dos o tres minutos lo tiene a tope
y 21 cm de nabo que ha chupado. Al tercero tampoco le hace falta mucho
toque, ya que al sacarse la polla se le ve bien tiesa. 19 cm.
Después de todas las mediciones hay un triple empate a 23 cm, así que,
para desempatar, mi mujer propone que el último en correrse con una
mamada a tres y dos bocas gana. Ella y su compañera Maite en desventaja
se encargan de uno y con gran maestría las dos consiguen que sea el
primero en correrse. La corrida se desperdicia en el aire, ya que
ninguna de las dos quiere por el momento tragarse el semen de nadie.
Dilucidado el desempate, gana el jefe de personal. Siguen con la cena
llegando a lo justo el primer plato. Entre plato y plato hay otra
prueba para romper el hielo. Ahora les toca a ellas la competición.
Unos de los camareros viene con un pollón de más de 30 cm y un bote de
lubricante. La prueba consiste en ver cual de ellas es capaz de meterse
más cm por el coño.
Todas vienen con faldita corta, así que no necesitan desnudarse. Se suben
las falditas y la primera en meterse el pollón es Sonia. No consigue
introducírselo entero. La siguiente, Alicia, sí se lo mete, al igual
que Maite y mi mujer. Triple empate que deciden arreglarlo viendo quién
es más garganta profunda. De nuevo, Maite y mi mujer empatan, por lo
que el desempate lo van a decidir los tíos eligiendo quien tiene el
coño más bonito. Gana Maite por un voto.
Siguen con la cena hasta que llega el postre. Pollón de chocolate y vagina
de chocolate blanco. Por ahora la cosa va muy distendida. Ahora pasan a
un salón privado con un pequeño escenario, camas redondas y una barra
con bebidas.
Al escenario sale un chico de color y una chica pelirroja que son los que
van a dirigir el cotarro. Piden que suban los ganadores de los retos y
suben Maite y Jose, que es el jefe de personal. En definitiva, que se
hartan de follar.
Le pido a mi mujer que se salte todo lo demás hasta que llegue el momento
en que ella participa. El caso es que ella acaba subida al escenario
cuando la speaker pide una voluntaria para un gang bang. De nuevo, se
presentan ella y Maite. La presentadora pide voluntarios masculinos, a
los que se presentan todos. Como parece que son pocos, el chico de
color y cuatro compañeros más también van a participar, por lo que
tocan a 10 pollas por chica. Lo que ocurre con Maite no me lo cuenta,
lo va a dejar para otra ocasión. Ella le toca disfrutar de 10
compañeros que empiezan a tocarla, comerle el coño, las tetas, mientras
ella mama miembros por doquier.
Cuando ya todos están a punto, incluida mi mujer, que me confiesa que
estaba chorreando y cachonda como una perra, uno de ellos se coloca
debajo de mi mujer, que en cluquilla se mete la polla del tirón
mientras mama otras dos más. Así se lleva un rato hasta que el que se
la está follando dice que se va a correr, por lo que decide parar para
guardar la corrida para más tarde.
Mi mujer se pone ahora encima de uno dejando su culito a merced de una
doble penetración. Como ve que nadie le ensarta el culo, busca al jefe
de personal y le dice que se lubrique bien la polla y se la meta por el
culo. Así uno detrás de otro hasta que se corra ella, que no quiere que
nadie pare de follarle el culo.
Como están en una postura que cansa, se van turnando cada dos o tres
minutos hasta que los 10 le han follado el culo y ella ya se ha corrido
un par de veces. Ahora se tumba de espaldas encima del pollón del jefe
de personal y pide que le hagan un doble anal. Levanta mucho las
piernas y consigue meterse dos pollas en su culo mientras otros
haciendo malabarismo consigue metérsela por el coño consumando una
triple penetración y otras dos que está mamando.
Ya llevan un buen rato cambiando de postura, follándole el culito y el
coñito, garganta profunda para todos. Así que avisan algunos de que se
van a correr, por lo que mi mujer abre bien la boca y les pide leche
para su garganta. Recibe diez corridas que se traga una a una sin dejar
escapar ninguna gota.
No contenta con eso, le dice a Maite si necesita ayuda con los suyos y
empieza a mamarles las pollas para que se corran encima de Maite.
La fiesta llegaba a su fin, pero ella y los compañeros masculinos acabaron
en casa de su jefe. Pero eso es otro relato.
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