.:: RELATOS DE CORNUDOS ::.

  "Cacheada y follada".

 

 Hola, somos un matrimonio del Norte. Yo soy José, un chico normalito, sin grandes condiciones, mediana altura, últimamente un poquito pasado de peso (aunque no gordo), dotado, del montón.

 Mónica es mi mujer, para mí está espectacular, rubia, mediana altura, guapa de cara. Después de dar a luz a nuestra hija un poquito rellena pero no gorda, y unas tetas que son lo mejor, grandes (105) y muy firmes para sus casi 40 y después de un embarazo.

 Yo ya hace mucho que tengo fantasías de cornudo en las que he ido introduciendo a Mónica. Hemos fantaseado que se la follaba el primero que llegaba, hacía tríos, etc. A mí me gustaba fantasear que se la montaban mis amigos, aunque ella siempre ha preferido no poner nombre ni cara.

 Ella también me empezó a confesar que la ponía mucho que la llamara puta y la tratara como tal, eso a mí me calentaba más. La verdad que en nuestras fantasías yo había visto cómo se la follaba todo el mundo, siempre me gustaba mirar más que participar.

 En nuestras fantasías yo era un súper cornudo y me encantaba escucharlo de su boca. No solo conseguía que me corriera enseguida, sino que muy a menudo tenía que hacerme una paja en el trabajo recordando lo que me
había contado al oído mientras me la tiraba. Me ponía súper empalmado cuando salíamos y cómo le gustaba presumir de tetas. Solía llevar unos escotes generosos y yo veía cómo la miraban otros hombres.

 Pero sólo eran fantasías, nunca había pasado de ahí, aunque yo no perdía la esperanza que un día me regalará unos cuernos. Y por fin vi una esperanza cuando entre nuestras fantasías ella introdujo la del policía que le hacía de todo. A ella le gustaba imaginar que la detenía la policía y la acababan interrogando follándosela. Le ponía muy cachonda imaginar la escena de ser follada por la policía.

 Coincidía que teníamos un cuñado que era policía, ya había pasado más de medio año, Mónica sacaba bastante a menudo la fantasía de la policía. Y entonces llegó el cumpleaños de nuestro cuñado al que como otros años nos invitaron a la fiestas que celebraron en una finca de la familia de este. Coincidió por azar, o suerte para mí y sobre todo para Mónica, que recientemente habían trasladado a dos compañeros de mi cuñado y estaban un poco desubicados, y mi cuñado a sus compañeros los había integrado en el grupo.

 Fuimos llegando todos y como coincidía verano estábamos todos en el jardín tomando algo. Mi cuñado nos presentó a sus amigos y entre ellos a estos dos nuevos compañeros. Todos estábamos por allí hablando en grupos cuando de repente me fijo que Mónica conversa muy animadamente con uno de estos nuevos compañeros de mi cuñado. Él le comentaba cuestiones de su trabajo y ella le prestaba especial atención. Yo enseguida se me fue la mente al imaginármela que estaba súper húmeda con su nuevo amigo.

 Ella la verdad estaba impresionante con un vestido en palabra de honor más bien corto que favorecía el hecho de que estuviera muy morena. Yo tuve que ausentarme al servicio para hacerme una paja. Cuando volví, Mónica seguía su conversación toda animada. Durante la noche estuvieron casi todo el tiempo juntos. Yo me hacía el despistado con otros amigos pero la verdad es que no podía dejar de observarla.

 De camino a casa, y dado que ella había bebido algo, yo tuve que reservarme para conducir. Estaba bastante desinhibida. Le pregunté por su nuevo amigo, a lo que me respondió que lo había pasado bastante bien, que era muy entretenido y que había estado contando cosas de su trabajo. Yo le comenté que ya me había fijado y que solo le había faltado que le pidiera que la cacheara, a lo que me contestó para mi asombro y mayor excitación que no le hubiera importado.

 Nada más entrar en nuestra habitación nos pusimos a follar como locos. Yo le comenté que me había puesto muy cachondo verla zorrear con su nuevo amigo, que por cierto se llamaba Miguel.

 Ella me dijo que no le hubiera importado ponerme los cuernos con Miguel, que estaba buenísimo y que el hecho de ser policía le daba un morbo especial. Nos corrimos los dos enseguida y nos quedamos dormiditos hasta el día siguiente. Mónica al día siguiente y después de pasarle los efectos del alcohol parecía no querer recordar lo que me había dicho la noche anterior.

 Pasaron un par de meses y Mónica que no había vuelto hablar del tema, no de los cuernos sino de su amigo el policía, el fin de semana coincidió que ella había quedado con su amiga Ana que celebraba su cumpleaños y saldrían varias amigas. A mí me tocaba quedarme al cuidado de la peque. Mónica estaba espectacular, un gran escote y una falda más bien corta. Le comenté que con lo buena que estaba no sería difícil hacerme un gran cornudo. Ella comentó sabiendo lo que me excitaba que a lo mejor había suerte.

 Según me dijo después, quedaron para última hora ella y Ana. Fueron a un pub de moda en el que predominaba la salsa y música latina, pues a las dos les encanta bailar. Allí encontraron a Miguel y su amigo Juan.

 Estuvieron bailando los cuatro y tras un par de horas en los que el alcohol ya hacía sus efectos Juan y Ana se fueron juntos. Miguel y Mónica estuvieron bailando muy juntitos. Miguel le dijo a Mónica que si quería que la acercara a casa. Esa noche la dejó en casa. Yo aún estaba despierto y deseoso de saber de sus andanzas y su encuentro con Miguel.

 Como venía un poco pasada no se cortó en contarme que había estado con Miguel y que le había estado metiendo mano y morreandosé en el pub. Yo ya estaba como un toro (empalmado y esperando poder disfrutar de la boca de mi mujer de mis primeros cuernos) pero mi gozo en un pozo, no habían pasado de eso... Él la había acompañado pero no dejó que la follase esa noche. Aunque al ver mi desilusión se animó a llegar al final. Esa noche la follé como a una puta, estaba súper cachonda y no se cortó en llamarme "Miguel" mientras me la follaba.

 Pronto llegaría la gran noche. 15 días después yo tenía la cena de una peña y aprovechando que sus padres estaban en el pueblo, era verano y la niña había ido a pasar unos días, por lo cual no dudó en llamar a Ana para poder ir a zorrear las dos solas, así también se aseguraba que estaría Juan y sobre todo Miguel.

 Esa noche estaba espectacular como siempre, parecía una puta pidiendo guerra. La verdad parecían dos putas pidiendo polla. Cuando Mónica se despidió de mí en la habitación me comentó que lo más seguro es que llegará después mía, y si quería tener novedades que la esperara despierto para saber cómo de grandes eran mis cuernos. No se cortó en llamarme cornudín al oído. No quería que se enterara Ana, dado que ella se iría con Juan probablemente.

 Yo estuve toda la noche nervioso y varias veces se me pasó por la cabeza pasar por el pub, pero no quería estropear lo que me había llevado tanto tiempo. Con la disculpa de encontrarme mal me fui de la cena. Estaba deseoso de esperar a Mónica para que me comentara las novedades. Al llegar ella ya me di cuenta nada más entrar que había novedades. No venía arreglada como se fue. Le dije que fuera al grano.

 Mientras me hacía una mamada, me iba contando. Miguel la había esposado a la cama y después la había cacheado y follado por todos sitios. Esa era su fantasía, estar esposada y siendo follada por un policía, y la había cumplido. ¡Y yo la mía de ser un cornudo y oírlo de la boca de la puta de mi mujer! Email.

 

 

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