Ahí
estaba yo, impaciente, en la habitación de un hotel de Ibiza, a las
siete de la mañana, esperando que había sido de mi esposa Inma, de la
que no sabía nada desde hacia cinco horas, con la intranquilidad que
dentro de otras tres horas debíamos de salir hacia el aeropuerto,
para regresar a nuestro domicilio, después de pasar una semana de
vacaciones en la isla.
Todo
empezó por mi fantasía, que tenía desde hace muchos años. Somos un
matrimonio de 15 años de casados, ambos tenemos en la actualidad 40 y
con un hijo de 10 años de edad. Habíamos sido novios desde los 18
años, ella solo me ha conocido a mi como hombre, había tenido algún
novio con los cuales no pasó de los besos, por mí parte fui algo más
promiscuo tanto antes como durante el noviazgo, en el cual tuve
relaciones con varias chicas, destapándome en un periodo en el que
cortamos con Inma nuestro noviazgo, en el cual ella también tuvo
algún escarceo con un chico, llegando a tener toqueteos, magreo y
masturbación.
A
la vuelta de nuestra ruptura y pronto matrimonio, en mi cabeza entro
la fantasía de que tuviera relaciones con otros hombres, haciéndose
cada vez más persistentes en mis pensamientos, los cuales incluí en
nuestros juegos de acoplamiento, entrando en gozo, cuando me
explicaba la relación con el chico que habían llegado a masturbarse y
reconociendo que si hubiéramos tardado un poco más a reconciliarnos,
habría llegado a follar con él, pues reconocía haber disfrutado de la
relación. Todos estos recuerdos nos ayudaban mutuamente a excitarnos
en la cama, pero una vez pasaba todo; ella me decía que solamente me
quería a mí y no necesitaba ningún otro hombre en la cama.
Durante
estos quince años de matrimonio, mi deseo y fantasía iba en aumento,
y cada vez necesitaba más de este relato y de otros que ella se
inventaba, contándome historias imaginadas con hombres que en alguna
ocasión me hacía dudar si eran realidad, lo que hacía volverme loco
de excitación y deseo.
Había
llegado el punto que por mi parte en la cama y cada vez que
iniciábamos una relación de sexo, necesitaba de mi fantasía,
consiguiendo de ella, que sintiera curiosidad y deseo también por
experimentar la experiencia. Pero no llegaba nunca a consumarse, por
falta de oportunidades y valentía mutua por provocar y buscar la
ocasión.
Todo
ello llego por si solo. En mi empresa y a través de un concurso de
ventas, fui merecedor de un viaje de una semana a Ibiza. Llego el día
de la marcha, dejamos a nuestro hijo a cargo de los abuelos maternos
y nos fuimos a disfrutar de una merecida semana de vacaciones
pagadas.
Durante
los primeros días, disfrutamos de la vida diurna de la isla en las
instalaciones del hotel y en la playa, donde mi mujer hacía topless
en las calas que descubríamos, junto con otras gentes que hacía
desnudo integral, excitándome dicha situación y calmando mi fogosidad
casi a diario, momentos en los que surgía de nuevo mi fantasía.
Conocedor de la marcha de la isla, fui proponiendole intentar buscar
alguna experiencia ó situación que satisficiera mi deseo, aunque
fuera minimamente verla ligar ó bailar con otros hombres.
Una
noche fuímos a una disco recomendada por el personal del hotel, donde
encontramos un ambiente que nos agrado y ahí iniciamos mí anhelado
juego. Ella bailaba en la pista y yo miraba desde la barra. Llego a
bailar con otros hombres que se le acercaban, ritmos sensuales que
invitaban al roce, ella se lo pasaba alegremente y yo disfrutaba de
la situación.
Ya
en el hotel, me explico de las insinuaciones y toqueteo de algún
lanzado, que a ella le habían agradado y que a mi excitaba en
sobremanera. Dicha noche tuvimos un polvo extraordinario, en el cual
insistí y suplique que en la siguiente noche adelantara en sus
escarceos, intentando convencerla que la experiencia que nos ayudaría
en nuestra relación y que no pasaría nada que ella no quisiera, pues
ahí estaría yo para vigilarla y protegerla.
Esa
noche, la última que pasabamos en Ibiza, nos fuimos a cenar a una
marisqueria, donde me encargue bebiera un poco más de la cuenta con
un par de botellas de cavas. Del restaurante fuimos directamente a la
discoteca de la noche anterior, donde iniciamos de la sesión de nuevo
tomando algún que otro combinado, el local se iba ambientando y en la
pista de baile, yo insistía en mi juego, al cual Inma accedió y me
invito a que me sentara y observara como bailaba e intentaba provocar
algún ligoteo.
No
tardaron en acercársele un par de chicos algo más jóvenes y de buen
aspecto, que alternaban sus atenciones en mi morena Inma y una rubita
que también bailaba provocadoramente sola en la pista. Del
acercamiento de ellos, pasaron a hablar y bailar todos cuatro juntos,
acercándose a tomar una bebida a la barra, momento en el que Inma
aprovecho para venir a verme, con la excusa de ir al servicio.
Me
explico que se lo estaba pasando bomba, que los chicos eran
italianos, llamados Marco y Fabio, reconoció que ambos eran muy
simpáticos y que estaban buenísimos, que el primero, el más alto y
moreno parecía interesarse por ella y que el tal Fabio, algo más bajo
y de complexión fuerte tenía preferencia por la rubita, que resulto
ser francesa y llamarse Ivonne. La anime para que siguiera con la
juerga y que intentara llegar más lejos con Marco si era de su agrado
y que el limite lo ponía ella; a lo que respondió que no jugara con
fuego, pues se sentía muy animada y dispuesta, que podía haber
llegado el momento que me pusiera los cuernos tan pretendidos por mi.
Yo
viéndola de esta manera, me excitaba por momentos y la provoque
diciéndole que no pasaría de algún beso inocente, a lo que me
contesto tu verás
. y se fue al encuentro del grupo.
Los
estuve observando un rato largo y la verdad que me sorprendió y
excitó lo que estaba viendo, los italianos habían hecho su reparto de
las chicas, y en los bailes y descansos en los reservados fueron
adelantando en sus escarceos, la francesita parecía bastante bebida y
en el sofá vi como el tal Fabio la besaba y le tocaba los pechos
mientras le magreaba el paquete; en cuanto a mi mujer empezó a darse
un espectacular lote con Marco, dejándose meter mano por debajo de su
sensual faldita, la cosa estaba al rojo vivo y prometia.
Inma
se levanto del reservado y fue hacía los lavabos, donde yo me dirigi
a su encuentro, pues imaginaba quería cambiar impresiones; cuando nos
encontramos, debido a mi excitación la arrincone y le di un morreo,
metiéndole mano en su coñito, encontrándolo mojado y caliente, estaba
excitadisima y me pidió volver al hotel y que la follara hasta
reventar. Yo
quise provocar la situación y la invite a volver, respondiendome que
no se
hacía responsable de ella misma pues se encontraba muy caliente y no
sabía
si podría resistirse a los escarceos y propuestas de Marco,
invitándola a
irse los cuatros a su apartamento para acabar la noche.
Oyendo
yo esto, le propuse el juego de esperarla a la hora fija de las dos
de la noche en la puerta de la sala, que si la encontraba ahí sabia
que volvía conmigo y que sino es que había decidido irse con ellos y
que la esperaría impaciente en el hotel. De nuevo se fue en busca de
ellos, diciendome a modo de reproche que arriesgaba mucho y que no
sabía como acabaría el juego pues su cabeza daba muchas vueltas y que
estaba muy caliente. Yo otra vez solo, decidí ponerle morbo al tema y
deje de espiarles en su reservado y me fui a tomar una copa a otra
sala de la disco, esperando pasara el tiempo y esperarla a la hora
fijada en la puerta principal.
A
las dos en punto yo estaba esperando en la puerta, impaciente y
convencido de la llegada de Inma para que me explicara con detalle lo
vivido en ese rato. Para mi sorpresa paso media hora y no salió, por
lo que volví dentro del local y la busque, comprobando que ya no se
encontraba dentro. De nuevo en la salida verifique que el local tenía
dos puertas de entrada y salida iguales, acojonandome ante la
incertidumbre de saber si Inma había salido en mi busqueda en otra
puerta diferente donde yo la estaba esperando ó por el contrario
había decidido seguir con su aventura.
Me
dirigí ansiosamente hacía el hotel, esperando encontrarla allí para
finalizar follando juntos y por otro lado deseando que no estuviera
para al
fin conseguir hacer realidad mi fantasía. Evidentemente no estaba en
la habitación, y empezó mi impaciente espera con una mezcla de
sensaciones de excitación, preocupación, intranquilidad y paroxismo.
Las horas iban pasando y todas estas sensaciones se acrecentaban por
momentos, no consiguiendo dormir en ningún momento. Llegado el
momento en que la preocupación era mayor que la excitación, pues eran
cerca de la siete de la mañana y no tenía noticias de ella, a punto
de llamar a los hospitales o policía, preocupado por ambos pues al
cabo de tres horas debíamos partir hacía el aeropuerto; todo se
resolvió cuando oí como se abría la puerta de la habitación y
aparecía ella, desencajada, pálida, despeinada, ojerosa
, abrazándose
a mí llorando, pidiéndome perdón, diciéndome que me quería y ante mi
insistencia me explico el siguiente relato :
A la hora fijada de las dos en punto fue en mi busca, no
encontrándome; que a los diez minutos salio el grupo de los dos
italianos y la francesa y le dijeron que la habían estado buscando.
Enojada conmigo, por empujarla de esa
manera en brazos de otro, decidió seguir la fiesta y que fuera que lo
que
Dios quiera.
Subieron
todos al coche, Marco al volante, ella de acompañante y la otra
pareja detrás. Estuvieron como un cuarto de hora de viaje, durante el
cual
la pareja de atrás aprovecharon al máximo, viendo de reojo como la
francesa
tenía el vestido en la cintura, había perdido toda su ropa interior y
estaba
haciendo una mamada impresionante a Fabio, al cual se le entreveía un
polla
larga de unos 20 cm.
En
cuanto a mi esposa Inma, se morreaba con Marco, en cuanto podían y el
también le bajo las bragas y le fue tocando su coñito mojado, su
calentura
reconocía iba en aumento.
En
cuanto llegaron al apartamento, cada pareja se dirigió a su
habitación,
Ivonne ya iba totalmente desnuda y con evidente estado de embriaguez.
Mi
esposa estaba en ese punto, estaba ya totalmente convencida a llevar
a cabo
su primera infidelidad y ponerme esos cuernos tan deseados por mi. Se
sentó
en el borde de la cama y empezó a desnudarse, igual que Marco que
estaba de pie frente a ella, cuando levanto la vista se encontró con
su gruesa polla
frente a ella, entendió lo que el insinuaba y ella decidió darle una
merecida mamada, la primera polla además de la mía que probaba, todo
ello se
prolongo un rato largo, pues ella estaba excitada y le satisfacía
seguir
chupando y lamiendo ese cipote, el cual de repente de una fuerte
convulsión
descargo una corrida de leche en su boca, al no estar acostumbrada a
ello,
aparto de si la polla y continuo la corrida encima de su pecho.
De
inmediato Marco la invitó a tumbarse y el desde el suelo de rodillas,
le inició una buena lamida de su coño alternando chupadas en su
clítoris, en la duración de ese cunilingus, vio con la puerta entre
abierta, como la francesita entre tropezones corría hacia el lavabo y
de inmediato oyó unas fuertes arcadas que indicaban como vomitaba
producto de su borrachera. Inma, no dio importancia al hecho y se
concentro en la chupada que le estaba realizando Marco, llegando a un
fuerte orgasmo.
Después
de ello, Marco volvía a estar empalmado y le pidió que la follara;
empezaron en la postura del misionero y fueron cambiando de posición
varias
veces, follandola al final de perrito y corriendose dentro de ella,
cayendo exhaustos ambos encima de la cama.
Mi
esposa reconoce, que a pesar de la fuerte excitación de ambos, todo
fue
dulce y afectuoso, por lo cual cuando acabaron de follar, estuvieron
abrazados cuan amantes embelesados. De repente oyó sobresaltada la
voz de Fabio decir:
-
¿Qué tal parejita? ¡vaya polvo!
. La puta de la francesita me ha
dejado a
medias, esta durmiendo la borrachera, dejadme un sitió.
A la vez que se tumbaba en la cama a mi lado, dejándola en medio de
los dos
hombres, ella sobresaltada intento expresar su queja y rechazo pero
Fabio
dijo:
-
Que pasa putita, te crees que tu también vas a dejarme así
Enseñándole
la larga polla que antes había visto de reojo en el coche.
Inma, se resistió y por respuesta recibió un bofetón, amenazándola de
nuevo:
-
Por las buenas ó por las malas
, no querrás que tu maridito cabrón
vea
por Internet el polvo que acabas de pegar y que he grabado desde la
puerta
por lo visto se habían quedado con nuestro juego en la discoteca.
Marco la invitó a que se dejara llevar y disfrutará de la situación,
mientras Fabio ya la había cogido del pelo y le acerco su polla a la
boca,
empezando de nuevo una segunda mamada en la misma noche, Marco a la
vez le volvía a tocar su coño y de nuevo le clavo su gruesa polla. Lo
que nunca
había imaginado, se encontraba en medio de un sándwich sexual y poco
a poco disfrutando de ello. Excitada la fueron cambiando de posturas
y la follaron de todas maneras, estando de perrito chupando la polla
de Marco y
clavandosela por detrás Fabio, notó como este le iba untando el ojete
de su
virgen culo con saliva y sus propios fluidos, ella imaginandose lo
peor,
pidió por favor que no lo hiciera por ahí. Fabio reía y le decía:
-
Déjate llevar ó te dolerá más, ten por seguro vas a volver con tu
marido
escocida y ese cabrón consentido no podrá follarte en varios días.
Mientras decida eso, le apoyó la punta del cipote en su ano y le
introdujo
poco a poco toda su larga polla, a Inma le temblaban las piernas por
el
miedo y dolor, pero al cabo de un rato reconoce estaba disfrutando
como
decía ella como una puta
Si
con dicha situación no hubiera bastante, en esa orgía en la cual era
protagonista apareció de nuevo Ivonne y se metió con ellos en la
cama, le
arranco la polla de Marco de la boca y empezó a mamarsela ella,
poniéndose
en postura para que Inma le lamiera el coño, indecisa noto como
Ivonne y
Fabio le sujetaron la cabeza y le amorraron la boca al coño de la
francesa,
Inma se dejó llevar, lamió y disfruto de todo, según me estaba
reconociendo
en la exposición de su relato.
Finalizaron
el polvo, Ivonne follando con Marco y Fabio corriendose en su
culo. En solamente una noche había probado semen por todos sus
agujeros, mis cuernos estaban más que conseguidos.
Inma
seguía relatándome todo lo ocurrido durante la noche, mientras le
ayudaba a desnudarse, solamente llevaba el vestido, y le acompañaba a
ducharse, comprobando las señales y restos de sexo en su cuerpo.
Cuando finalizaron la sesión de sexo, una vez repuesta, vio asustada
la hora
que era y pidió la acompañaran al hotel, negándose los italianos a su
petición, facilitandole solamente el telefono movil para que llamara
a un
taxi.
Corrió
a vestirse y sin despedirse de ellos, vio como Ivonne continuaba
jugando con ellos. Salió de la casa y en un momento llego el taxista,
pidiéndole avergonzada la llevará al hotel señalado, él la miraba de
reojo y
con cara de guasa, estaba claro que intuía la noche que había tenido
mi
mujer.
Así
llego asustada al hotel, donde esperaba cualquier reproche mío; al
contrario, intente tranquilizarla y después de la ducha, la invite a
dormir
al menos un rato en la cama; viéndola desnuda y excitado por su
relato me
hice una paja, disfrutando de mis estrenados cuernos.
El
viaje de avión lo hizo descansando y una vez de vuelta en casa
tardamos una par de semanas en volver a tener relaciones y comentar
lo sucedido. Las primeras veces Inma, aún mantenía cierto pudor a dar
más detalles de esa
noche, pero poco a poco, íbamos disfrutando cada vez más los dos, de
lo que
hizo. Tarde al menos un año a proponerle de nuevo el volver a jugar e
intentar con otra experiencia de compartirla
pero eso es otra
historia.
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