Somos
un matrimonio maduro. Yo tengo 59 años, trabajo en una agencia de
viajes y mi mujer, Lucía es profesora de inglés en un instituto. Tiene
55 años y si algo destaca en su físico a pesar de su edad son sus
grandes pechos, siendo delgada, lo cual hace que resalten mucho más.
El curso pasado sus alumnos organizaron el clásico viaje de fin de curso,
en este caso a Mallorca, y le insistieron a mi mujer que los acompañase
ella. Lucía había ido a alguno de esos viajes pero realmente no era
algo que a ella le entusiasmase. Le gusta su trabajo y disfruta
enseñando pero esos viajes no eran de su agrado.
Finalmente y tras varios intentos por parte de los alumnos ella acepto. Yo
mismo me encargué de organizar ese viaje, reservar hotel, vuelo, etc.
Lucía me comentó que podíamos aprovechar ese viaje y pasar algunos días de
vacaciones juntos. Ella y los alumnos salían un jueves y yo podía ir el
viernes para unirme a mi mujer y pasar el fin de semana juntos.
Llegado el día, salí de trabajar y fui directo al aeropuerto. El vuelo
no es muy largo, y una vez allí, tome un taxi y fui al hotel. Eran más
o menos las 10 de la noche y cuando entre en la habitación de mi mujer,
ella no estaba. Me había dejado una nota diciendo que habían salido a
cenar y que si no llegaba a tiempo después estarían en una discoteca.
Anoto la dirección del restaurante y de la discoteca a la cual iban a
ir.
Decidí
ducharme y cenar alguna cosa ligera en el hotel Fui dando un paseo
hasta la discoteca, y sobre las 12 y media llegué. Como ya me esperaba
cuando vi la entrada yo era la persona más mayor con mucha diferencia.
Una vez dentro me dirigí a una de las barras que había en el interior y
me pedí una copa.
Estuve mirando desde la barra buscando a Lucía pero no logre verla. He de
confesar que la discoteca era bastante grande y la música que sonaba a
todo volumen lo único que hacía era darme un fuerte dolor de cabeza.
Supuse que sería relativamente fácil encontrar a mi mujer dado que al
igual que yo seríamos las dos únicas personas maduras en aquel local.
Estuve
dando unas vueltas por el local pero no vi a Lucía por ninguna parte.
La llamé por teléfono un par de veces y aunque daba señal no contesto a
mis llamadas. Finalmente también le envié un WhatsApp al cual tampoco
respondió. Empecé a preocuparme y después de dar otra vuelta sin éxito
decidí irme de allí, pero antes fui a los servicios. Como es habitual
había bastante gente, y me llamó la atención un par de chicos que
estaban en la puerta hablando entre ellos pero daba la impresión que
estaban vigilando quien entraba en los servicios.
Al
cruzarme con ellos me miraron pero no dijeron nada. Entre y vi que eran
bastante grandes, me dirigí a uno de los baños individuales y cerré la
puerta. Cuando saque mi polla y empecé a mear pude escuchar
perfectamente los gemidos de una mujer en otro de los baños
individuales y relativamente cercano al mío. Pensé aquello de que todos
hemos sido jóvenes y hemos hecho cosas parecidas. Aquella mujer gemía
con ganas y me di cuenta de que eran dos los chicos que estaban dentro
con ella. Entonces les escuche perfectamente hablar entre ellos y me
quedé totalmente helado:
Chico1: joder tío, has visto que coño más tragón tiene la madurita?
Chico2: si, ya se la han follado 6 y la muy puta quiere más, lo que hacen
unos chupitos jajaja.
Chico1: mira como se le mueven las tetas tío, de lado a lado, parecen 2
campanas.
Chico2; venga cabrón córrete ya que le quiero dar por el culo y hay cola
para follarla.
Chico1: si, si me corro joder ufff toda la leche dentro tío. Dale bien por
el culo que salgo a avisar al siguiente.
Chico2: si, a ver si la puedo poner a 4 patas encima del vater.
Mi primera reacción fue de incredulidad, no podía ser mi mujer, ella no
haría algo así, pero claro, ha dicho la madurita. Como pude me agaché
para mirar por debajo. Son de esos lavabos que puedes ver por debajo.
Al
mirar comprobé que 3 puertas más allá de donde yo estaba se podían ver
unas bragas negras en el suelo, unos zapatos de tacón ,los pies de una
mujer y un chico con los pantalones bajados. A su lado otro chico
también con los pantalones bajados.
Mi mujer tenía unos zapatos de tacón como aquellos que podía ver y
entonces si que empecé a sospechar. Me levante y puse mi teléfono móvil
en silencio. Llamé a mi mujer y escuche la melodía de su móvil.
Chico1: otra vez el puto móvil, será el cornudo del marido como antes.
Chico2: si, déjalo que llame que nosotros nos follamos a la puta de su
mujer. Hoy va a llegar al hotel bien rellena.
Chico3: ¿ ya habéis terminado? Quiero que me haga una buena mamada.
Mi primera reacción después de oír aquello fue de rabia,, quería salir y
partiles la cara a esos dos cabrones que se estaban follando a mi
mujer, pero pude notar también que mi polla estaba completamente dura
ante aquella situación.
Pudo más la lujuria del momento que mi rabia. Salí del cuarto de baño y de
los servicios. Me volví a encontrar con los dos chicos que seguían
allí, pero esta vez me acerque a ellos sonriendo y les dije.
Yo: perdonad chicos, es que estaba en el lavabo y no he podido evitar
escuchar los ruidos de esa mujer que está dentro. La están dejando fina
por lo que he oído.
Chicos: si, es nuestra profesora. Hemos ido a cenar antes de venir aquí,
unas cositas de vino, unos chupitos y cuando hemos llegado aquí ya
estaba contenta ya me entiendes.
Yo: si claro y aprovechando el tema os la estáis follando.
Chicos: si, nosotros estamos aquí vigilando por si viene alguno de la
discoteca, de seguridad o algo así, que no nos joda el plan. Yo me la
he follado por el culo y mi amigo se ha corrido en su boca. No veas
como traga.
Yo: ya veo que lo estáis pasando bien, no os quiero molestar más.
Chicos: no tranquilo, si te la quieres follar dilo y te hacemos hueco en
la cola, no le dice que no a nadie.
Yo: menuda puta, no gracias, ya soy mayor para estas cosas.
Chicos; ella también es mayor pero se deja hacer de todo.
Yo: lo dicho gracias y a disfrutar.
Chicos: venga chaoo.
Salí de la discoteca y fui al hotel andando. Cuando llegue sobre las dos y
media lo primero que hice fue masturbarme como un poseso hasta que me
corrí y he de reconocer que fue la mejor paja que me he hecho nunca,
recordando los gemidos de mi mujer y lo que había escuchado de aquellos
chicos.
No pude conciliar el sueño. Lucía llegó a las seis y media de la
madrugada. Se descalzo y se fue directa al cuarto de baño y la pude
escuchar vomitar. Cuando salió, sin quitarse la ropa se estiró en la
cama a mi lado.
Yo: ¿ estas bien cariño? Estaba preocupado y no te encontré en la
discoteca. Te he llamado varias veces y no me respondiste.
Lucia: lo siento, no me encuentro muy bien ahora. Déjame dormir.
Después de esas palabras se quedó totalmente dormida a mi lado, sin
taparse. Yo seguía muy excitado por lo que había sucedido esa noche.
Levante su vestido para ver que no llevaba bragas. No sabía si se las
había olvidado en el baño de la discoteca o alguno de los chicos se las
había llevado. Acerque mi nariz a su coño y olía a semen. De echo aún
le salía alguna gota del interior.
El agujero del culo lo tenía algo dilatado,, señal de que por ahí también
había recibido polla o pollas y al igual que su coño tenía ese olor a
semen reseco.
Aproveche ese momento para masturbarme como un loco y me corrí en sus
nalgas, total no creo que ella notase ninguna diferencia.
Después me quedé dormido con una mezcla de excitación y rabia por la
infidelidad.
Nunca me ha hablado de ese día ni yo a ella. Nunca he sabido si fueron
esas copas de más las que la hicieron actuar así o lo hubiera hecho.
Email.
|