Hace
un año y medio mi mujer y yo decidimos iniciar nuestra aventura en el
mundo liberal... yo tenía mucha excitación por verla con otros hombres
y que me contara que sentía. Todo empezó con mi confesión y ella, lejos
de enfadarse o molestarse, se lo tomó primero a broma, pero luego con
curiosidad de probar algo. Obviamente lo primero fueron juegos,
imaginación, juguetes. Pero conforme los juegos avanzaron le propuse ir
a un club liberal para probar.
Después de mirar muchos por nuestra zona encontramos uno que tenía muy
buenas opiniones, prácticamente de los mejores en muchos kilómetros a
la redonda y nos pillaba relativamente cerca de casa. Ella no estaba
100% convencida, pero yo le dije que íbamos solo a ver y no haríamos
nada que ella no quisiera. Estuvimos una semana planificando nuestra
salida nocturna del sábado y follando a diario con el calentón de esta
atrevida visita. Ella me decía que a lo mejor tontear con algún
chico... pero nada más. O follar nosotros juntos y que mirase la gente.
Y como le daba cierto pudor desnudarse, compramos un vestido negro
sugerente, que más que un vestido eran trozos de tela que cubrían lo
justo, con huecos donde meter la mano.
Llegado el sábado estábamos excitadísimos pero muy nerviosos. Así que nos
dispusimos a prepararnos. Ella es una chica rubia de 1,68cm y está
delgadita y en forma. Tiene unas tetas pequeñitas, pero unos pezones
gorditos y siempre erectos. Y un culazo espectacular donde se nota el
gimnasio que suele hacer. Se puso su vestido negro y debajo un conjunto
de braga y sujetador de lencería de encaje negra. Aunque ya me advirtió
que eso no se lo iba a quitar. Cogimos el coche y para el club nos
fuimos, para llegar a primera hora de la noche. Fuimos bromeando y con
muchas fantasías en la cabeza. Hasta que aparcamos frente al local y
vimos algunas parejas y nos empezó a entrar miedecillo por el cuerpo.
¿Qué hacíamos nosotros allí? Jamás habíamos vivido ese mundo... no
sabíamos nada. ¿Y si molestamos a alguien? O si ¿nadie se fijaba en
nosotros? Yo siempre he pensado que tengo una mujer que está buenísima
y es guapísima... pero y si no le gusta a ningún chico??? Pero bueno,
ya estábamos allí, entrábamos y a ver qué ocurría.
Al entrar nos explicaron en un tour donde estaba todo. Vestuarios,
piscina, sauna, espacios reservados para parejas, espacios con sofás
abiertos, mini sala de cine X, cuarto oscuro, glory hole, mazmorra,
camas gigantes... estábamos flipando. Lo mejor es que el local olía muy
bien, muy limpio. Todo muy cuidado y bien decorado con luz bajita. Y no
había mucha gente y la que había pues resultaba de aspecto agradable.
Dimos una vuelta solos por el local. Las parejas charlaban, tomaban algo,
bailaban, algunos se besaban en los sofás. Pero nada de sexo. Nos
tomamos una copa. Y mirábamos a unas parejas y otras, pero un poco
desilusionados porque nadie nos miraba, nadie se acercaba. No nos daban
juego. Hasta que mi mujer reparó en un chico que estaba en la barra.
Uno jovencito, pero le gustó. Le dije que se acercara a hablar con él y
me dijo que mejor juntos los tres. Así que nada ahí que fuimos. Pero el
chico, aunque fue simpático, no le dio pie a nada. Nos explicó que
venía casi todos los findes desde hacía dos años y que le gustaba el
rollo mucho, pero que esa noche estaba tranquilo todo. Yo empezaba a
desilusionarme...
Mi mujer me dijo de ir a la mazmorra. Así que fuimos a visitarla. Había un
potro de tortura, se subió, se quitó las bragas y me dijo, anda
métemela un poquito. Yo así en frío... pero bueno, por probar a
calentarnos. Le acerqué la polla y se la froté hasta que empecé a
ponerme a tono. Momento en el que entró una pareja y se pusieron en el
potro de al lado. Saludaron amablemente y empezaron a follar. Y ahí me
animé un poco más. Eran bastante mayores que nosotros, pero tenían
energía. Y veo que el hombre coge la mano de mi mujer y la sujeta
mientras se follaba a su pareja. Mmm la cosa se ponía interesante. Mi
mujer gemía mientras yo disfrutaba. El otro hombre le acaricia el pecho
y le mete la mano por dentro y empieza a sobarle las tetas. Mi mujer
disfrutando. Y yo bastante animado. Pero a pesar de todo no terminaba
de estar 100% duro y le dije que mejor íbamos a otro lugar. Me gustaba
el rollo, pero no tanto como para correrme y disfrutar.
Así que nos metimos en el cuarto oscuro. Mi mujer iba a tientas, pero
había algo de penumbra, se observaban siluetas. Y una reja separaba un
grupo de hombres solteros del resto. Veo en penumbra como ella se
acerca a un chico y le agarra la polla y lo pajea. Se gira y me dice:
voy a ver cómo besa. Y se acerca entre las rejas a besarlo mientras lo
masturbaba. Yo miraba la escena y le sobaba el culo a mi mujer. Fui a
tocar la entrepierna de ella y me sorprendió ver que el chaval ya tenía
dos dedos metidos dentro de ella. Así que lo dejé hacer. Me excitaba
mucho que se estuvieran sobando así. Al poco se separó y me dijo de
salir fuera.
Al salir coincidimos ya con luz con un chaval más o menos de su misma
altura, morenito, ella le preguntó si había sido con él. Él solo
llevaba una toalla puesta y le dijo que sí. Se besaron y mi mujer nos
guió hasta un sofá.
La noche empezaba a prometer. Me dijo que me sentara quitándome la ropa. Y
ella se sentó sobre mi y se metió mi polla. Subía y bajaba poco a poco.
Este chico se puso a su lado, de pie. Y ella se metió la polla del
chico en la boca. Escenas que siempre había deseado, follando a mi
mujer mientras ella se la comía a otro. En cuestión de 1 minuto,
aparecieron más chicos. Otro chaval se puso al otro lado. Mi mujer iba
de una polla a otra. Y otros tres más la rodearon por detrás. Dos de
ellos la besaban por el cuello y a veces entre mamada y mamada ella los
besaba. Y el que estaba justo detrás empezó a meterle un dedo en el
culo, a lo que ella sacó un poco más el culo para que pudiera seguir
con la tarea. Entre los cinco chicos le quitaron el sujetador y le
sacaron las tetas al aire por los agujeros del vestido. Ella estaba
medio desnuda, mientras subía y bajaba sobre mi y era sobada por cinco
hombres. Cerraba los ojos y sonreía disfrutando.
Pasado el rato me dijo que mejor con el primer chico a solas, que había
mucha gente. Yo me levanté y pedí a todos que se alejaran, excepto a
nuestro candidato. Mi sorpresa fue ver que había cola para sobar a mi
mujer. Varios hombres se quedaron a la espera de poder meter una mano.
Pero ella quería a su chico. Tenía una buena polla (un trabuco como
denominó ella jeje). El chaval me dijo que si podía follarla, sacando
un condón. Ella me miró y me dijo que si por mi estaba todo ok. Yo le
dije que sin problema. Ella se puso a cuatro y mientras me pajeaba, el
chico se la metió. Y empezó a darle caña. Ella gemía de placer. Y yo no
podía creer que por fin se la follaban delante de mi. Una experiencia
inolvidable. El chico al rato se corrió, fue bastante rápido la verdad,
se disculpó porque dijo que llevaba mucho rato caliente y que ya no
podía aguantarlo más. Se despidió con un beso a mi mujer y allí nos
quedamos ella y yo, maravillados. Llegaba la hora de irse, así que
recogimos todo y de vuelta a casa.
No sería la última vez que visitaríamos el local. Acabábamos de descubrir
la maravilla de los clubs liberales. Pero en nuestro recuerdo quedaría
esa escena de ella siendo manoseada por 5 hombres.
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