Habíamos
quedado en un club liberal de las afueras de Sevilla, era la primera
vez que íbamos y nuestra idea era sólo pasar un rato de morbo que nos
calentara a tope para una buena sesión de sexo entre los dos una vez en
casa.
Cuando llegamos había buen ambiente, pedimos una botella de cava y
entramos en la zona de parejas, donde una pareja extranjera estaba
prácticamente desnuda, ambos tapados únicamente con toallas, y se
estaban metiendo mano. Poco a poco, la cosa fue a más hasta que
terminaron los dos totalmente desnudos y follando delante de todo el
mundo.
Íbamos ambos vestidos para salir, pero cuando llegamos, mi mujer se puso
un vestido negro sin sujetador, que dejaba muy poco a la imaginación, y
unas braguitas supersexis además de unos zapatos con taconazos.
Estábamos sentados a una mesa, en un sofá con forma de labios, y
contemplando el ambiente.
En un momento dado, yo decidí ir al baño y dejé a mi mujer sola. Al salir
del baño, escuché unos gemidos y vi que en una zona donde había una
gran colchoneta y estaba protegida por rejas había varias mujeres, sólo
mujeres, follando, mientras sus parejas miraban y otras personas
miraban desde fuera. El espectáculo era alucinante y reconozco que me
quedé un buen rato allí.
Cuando volví a buscar a mi mujer para que lo viera, me dio por mirar antes
por la cortina y la encontré que estaba con un amigo suyo, compañero de
trabajo, al que llamaremos Roberto, que ya le había tirado los tejos
anteriormente. Se estaban metiendo mano. Él le manoseaba los pechos
mientras ella acariciaba su polla por encima del pantalón y se estaban
besando apasionadamente.
Yo me quedé alucinado, pero más aún cuando observé que un chico que estaba
en la barra, vestido únicamente con una toalla, mientras se la dejaba
chupar por una mujer mayor que él, los miraba insistentemente. En un
momento dado, mientras yo seguía semioculto tras la cortina, la mujer
dejó de chupársela y el chico desconocido se puso delante de la pareja
formada por mi mujer y su amigo, completamente desnudo mostrando un
gran pene e insinuándose.
Ellos siguieron a lo suyo, pero ya pendientes del chico, que noté
enseguida que le había gustado a mi mujer. Yo dejé que fueran
coqueteando un poco hasta que el chico se acercó y pidió permiso a
Roberto para que su pareja tocara a mi mujer. Yo me encontraba en el
séptimo cielo.
La pareja del chico empezó a tocar los pechos de mi mujer mientras Roberto
continuaba acariciándola y el chico miraba. Enseguida vi que se
levantaban e iban a pasar a la zona interior del club, donde se
encontraban las habitaciones. Me escondí y los seguí discretamente.
Una vez en la habitación, que dejaron semiabierta, Roberto desnudó a mi
mujer totalmente y, tras ponerla a cuatro patas, la penetró con una
cierta brusquedad. El chico y su amiga entraron también y él comenzó a
follar a su pareja mientras ella le comía el coño a mi mujer.
Al rato, el chico, del que no llegamos a saber ni siquiera su nombre,
penetró a mi mujer, que seguía a cuatro patas mientras ella se la
chupaba a Roberto y la otra mujer tocaba a la mía. Aquello ya era una
orgía en toda regla y sólo se escuchaban gemidos de placer.
El chico parecía incansable mientras entre mi mujer y yo nos turnábamos
para chupársela a Roberto. No soy bisex, pero el morbo era tan
grandísimo que me empujó, que mantenía su pene erecto como un mástil y
la otra chica le comía simultáneamente el coño a mi mujer y los huevos
a su acompañante. ¡El grado de excitación era altísimo!
Mi mujer, que se había corrido ya dos veces, se corrió otra vez. Yo seguía
tocándola y chupándosela a Roberto, era la primera vez que se la
chupaba a un hombre, mientras el otro chico la follaba y la otra mujer
seguía lamiendo su coño y los huevos del chico.
En ese momento, el otro chico se corrió dentro de mi mujer y, casi a la
vez, se corrió Roberto en mi boca. Ellos dos y la otra mujer se
retiraron y nos quedamos mi mujer y yo solos en la habitación.
Entonces, ella se puso sobre mí y yo la penetré, comenzando a
cabalgarme hasta que nos corrimos los dos a la vez.
Totalmente agotados, salimos de la habitación y volvimos a casa.
Después de esto tengo una duda, ¿soy un cornudo?
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