Hola, somos una pareja de Málaga de 27 años. Para contaros
nuestra historia no voy a dar nombres verdaderos, nos llamaremos
Silvia y Juan. Ante todo os daremos unas descripciones de cómo
somos para que os hagáis una idea.
Silvia es rubia, mide 1,60 y
pesa 55 kilos, tiene buen culo y de tetas no anda mal, una talla
95. Yo mido 1,80, peso 90 kilos soy castaño con los ojos marrones.
No estoy bien dotado.
Somos
una pareja que empezó a salir cuando teníamos 17 años, ninguno de los dos
había mantenido relaciones sexuales con otras personas. Silvia para el
tema sexual es un poco antigua, nuestros primeros toqueteos empezaron con
20 años y así estuvimos un durante largo tiempo hasta que con 23 años
tuvimos nuestra primera relación. Para ese tiempo, yo ya navegaba por
Internet, miraba páginas de contactos y me gustaba pensar que había
gente que realizaba tríos, gang bangs, etc.
Y bueno,
después de estar dos años realizando de muy de vez en cuando relaciones
sexuales le propuse a Silvia tener experiencias con otras personas. Creo
que ese día me llevé mi primera torta por su parte. No le insistí más
sobre ese tema.
Al cabo del
tiempo, ella se fue abriendo gracias, entre otras cosas, a que ella ya
navegaba por Internet y sus amigas, pero eso lo único que provocó era que
nuestras relaciones sexuales aumentaran. De vez en cuando yo le pedía de
hacer algún trío o intercambio y ella se negaba.
Fue ya
con 27 años cuando un día en casa vimos por Internet una página de
intercambios, tipo MorboCornudos.com, aunque no tan buena. Ella estaba muy caliente esa tarde y me comentó que
hiciéramos una cuenta para ver como iba eso, como curiosidad. A mí se me
abrieron los ojos.
Nos creamos la cuenta y en la descripción pusimos que
buscábamos hombre para amistad y para lo que surgiera. Enseguida
recibimos muchos mensajes de hombres de todo tipo. La coletilla de los
mensajes siempre era la misma, me follaría a tu novia, le reventaría el
coño, etc. etc.
Aunque eso nos calentaba, no había nadie que dijera,
me
gustaría conoceros y si resulta algo podríamos llegar a más. A nosotros
nos gustaban los mensajes, nos calentaban mucho y follábamos como locos,
pero ningún mensaje provocó lo que yo quería. El tiempo pasaba y yo me
iba desanimando...
Así, un día nos conectamos a la cuenta y teníamos un
nuevo mensaje en el buzón. Tenía foto. Era un hombre de 52 años, la verdad
que bien cuidado y muy dotado. Pensé que era muy mayor y que mi novia no
querría tener nada con él, pero el mensaje le atrajo, no pedía sexo sino
provocar situaciones morbosas, como que nosotros lo hiciéramos mientras el
miraba, etc.
Le dije a
Silvia de quedar y ella me dijo que no, pero después de mucho insistir y
decirle que ese hombre no se la iba a follar, decidimos quedar un domingo
por la tarde para tomar algo con él y conocernos. La verdad es que la
velada fue bastante buena y José nos pareció una buena persona.
Después de eso, quedé un día a solas con
él sin Silvia, sin que ella lo
supiera, para decirle lo que yo quería, pero que no se hiciera ilusiones,
porque Silvia no iba a acceder. Él me comentó que bastante tendría con
vernos follar, ya que estaba harto de ver a su mujer, y que le gustaría
ver a una chica joven follar.
Empezamos a quedar con él en una casa
que tiene en la costa, pero nunca pasaba nada. Lo más que hacíamos era morrearnos delante de
él en la casa, pero sin hacer nada más.
Un día
decidí, para romper un poco el hielo, llevar a la casa de José una peli
porno, y mientras estábamos en los sofás viendo la peli, me saqué la
polla para ver la reacción. Ese día a lo más que Silvia llegó
fue a hacerme una mamada mientras José se hacía una paja.
El
paso que dimos aquel día fue importante. Empezamos a quedar más, íbamos
todos los fines de semana a casa de José y veíamos pelis porno, pero sin
hacer nada más, hasta que un día mientras veíamos una peli, (José y yo
siempre nos hacíamos una paja mientras las mirábamos), Silvia se levantó con
la excusa de ir al baño y cuando regresó, (ninguno de los dos nos
percatamos porque estábamos pendiente a la peli) había
regresado desnuda completamente, lo único que llevaba puesto eran las
medias hasta el muslo.
Allí estaba ella completamente desnuda delante
nuestra, mientras nosotros teníamos nuestras pollas fuera. Silvia se
tapaba nerviosamente para que José no pudiera verle bien, pero el paso ya
estaba dado.
Le pedí que se sentara a mi lado, ella se sentó, le quité las
manos que tapaban sus tetas, y allí quedaron expuestas a la visión de
José. Éstas son grandes y redondas. Empecé a chupárselas, ella se echó
sobre el respaldo y se fue relajando, cerraba los ojos y soltaba pequeños
gemidos mientras le chupaba los pezones. Poco a poco fuí abriéndole las
piernas y en poco tiempo tenía las piernas totálmente abiertas, quedando su
coño depilado a la visión de José.
Mientras chupaba las tetas de mi novia y pasaba el dedo por su coño, yo
miraba a José, el cual se pajeaba viendo la escena. Mi novia me tenía
cogida la polla con una mano y me pajeaba. El ruido de sus gemidos
aumentaba, se notaba de que estaba cada vez más caliente.
Ella se levantó, fue a su bolso,
que estaba en una mesa cercana a José, y sacó un condón. La verdad es que
esa imagen me gustó mucho, mi novia desnuda totálmente caliente cerca de
un extraño...
Vino hacia mí, se arrodilló y
empezó a chupármela. El culito estaba apuntando a José, éste cada vez se
pajeaba más rápido, el culito estaba a menos de un metro, y no aguantó
mucho, se corrió viendo el coño y el culo abierto de mi novia.
Yo no aguantaría mucho más, por lo
que le dije a mi novia que me pusiera el condón y acto seguido se puso
encima y empezó a subir y bajar. No estuvimos mucho, porque gracias a la
excitación nos corrimos muy rápido. Fue espectacular, allí estábamos los
tres, corridos en el salón de José.
Mientras estuvimos en la casa de
José, Silvia estuvo desnuda, estuvimos poco rato y nos fuimos. Quedamos
con José en que le llamaríamos para otra ocasión.
Estuvimos dos o tres semanas sin llamarlo, Silvia no estaba muy
convencida, pero al cabo de la tercera semana empezamos a quedar otra
vez. Silvia, con la confianza, cada vez estaba más agusto. Había semanas
que quedábamos casi todos los días. Silvia se desnudaba cuando llegaba a
casa de José, y la verdad es que follábamos casi todos los días.
Por ese
tiempo, más o menos Junio de este año, Silvia empezó a navegar por
Internet y empezó a visitar distintas páginas de sexo, entre ellas ésta,
y cada vez que íbamos a casa de José se comportaba más guarra, en sus
andares, en sus insinuaciones. Incluso un día llegó a hacerle una paja a
José, cosa que me dejó pasmado.
Silvia
era tan reservada en el tema del sexo, que siempre que follábamos tenía
que usar condón, no quería tomar las pastillas, pero por esa fecha
empezó a tomarla por temas médicos. Durante una semana no pudimos llamar
a José por temas de trabajo y además no tuve tiempo de aprovechar el
tema de las pastillas. Se acercaba el día de mi santo y Silvia me dijo
que me llevaría una sorpresa.
El día
de mi santo, Silvia me dijo de dar una vuelta, que fuéramos a un descampado
que le había dicho una amiga que quería follar. Silvia llevaba una falda
muy corta y un top, llevaba sujetador pero en el coche se lo quitó. Me
llevó por un sitio el cual no conocía, por un camino de tierra, y nos
salimos a una zona donde había muchos árboles. Era una zona que desde la
carretera no se apreciaba que hubiera un claro allí, y al entrar al final, vi un coche que me sonó bastante.
Era el coche de José.
Nos
bajamos del coche y saludamos a José, y después de una corta
conversación, Silvia se acercó a mí y me dio un beso. Cuando terminó me
dio las felicidades por mi santo y me dijo : siéntate, que viene
tu regalo. Acto seguido se fue a José y le dio un beso en la cara y le
dio las felicidades. No me cuadraba, era mi santo y no nos llamábamos
igual.
José me miró
y me dijo que era su cumpleaños, así que le di las felicidades, y Silvia
me interrumpió y me dijo que le iba a dar también su regalo. Silvia
agarró las manos de José y se las llevó a sus tetas. No me lo podía
creer, y por la cara de José, tampoco se esperaba esa reacción. Éste no
dudó en tocárselas. Silvia se quitó el top, quedando totálmente expuesta
a las caricias de José. Éste tocaba, pellizcaba y chupaba las tetas de mi
novia, mientras Silvia aprovechaba para desabrochar el pantalón de José y
sacarle su polla, que estaba súper hinchada, igual que la mía.
El momento
era extraordinario. Frente a mí, a un metro, estaba mi novia con José,
éste le chupaba las tetas, y con una mano pellizcaba los pezones mientras
Silvia lo pajeaba. Una de las manos de José fue bajando hasta llegar a la
falda y justo por debajo de ésta empezó a acariciar a mi novia. Ella
empezó a gemir, se retorcía del placer de tener a otro hombre tocándole
por todos lados y chupándola.
Después de un rato así, Silvia se agachó y no dudó en meterse la polla de
José en la boca. Tengo que reconocer que la polla de José era bastante
más grande que la mía, podía medir 20 cm. y era más gruesa. Allí estaba
mi novia, arrodillada en el suelo, chupándole, mientras ella se tocaba las
tetas y metía una mano por debajo de su falda. No me podía creer lo
que estaba viendo, pero todavía estaba por llegar lo mejor.
Silvia
se levantó, me miró y me dijo que le acercara el bolso que había dejado en
el coche. Cuando regresé, Silvia se estaba subiendo la falda y no me había
fijado, pero no llevaba ropa interior. Se puso apoyada en el capó,
dándonos la espalda. Yo le acerqué el bolso. Me pidió un beso y se lo di.
Me
dijo que si me estaba gustando lo que estaba viendo, y le contesté que me
estaba encantando.
En ese momento, el que se había arrodillado era José,
el cual le estaba lamiendo el coño por detrás. No estuvo mucho tiempo, se
levantó y se colocó justo detrás, y cuando la iba a penetrar, Silvia lo
paró. Lógico, pensé, le irá a dar el condón, pero no era eso precisamente
lo que sacó Silvia del bolso.
Sacó un bote.
A simple vista no sabía qué
era, hasta que lo vi mejor. Era vaselina. Se lo di a a José, éste se lo
echó en la polla y se lo restregó a Silvia por el coño. Y entonces, se lo
penetró.
¡Increíbleeeee!.
Mi novia siendo penetrada por otro hombre
delante mía y además en una situación que ni yo mismo había conseguido. Yo siempre lo tenía que hacer con condón, y
él se la estaba follando a
pelo, y no veas si se la follaba, los dos gemían con fuerza, él se la
sacaba y se la volvía a meter de golpe, 20 cm. entrando y saliendo con
fuerza. Silvia estaba disfrutando como nunca, no me podía creer que
ésta fuera mi novia, esa mujer que me negaba estas cosas, el hacerlo con
otro hombre, gimiendo como una puta, y nunca mejor dicho.
Así
estuvieron un rato, Silvia apoyada en el capó y por detrás José la
penetraba, intercambiaba la penetración dura y rápida con ritmos más
pausados, como descansando para que ese momento no terminara, cosa que yo
no quería que ocurriera.
Al tiempo de estar así, Silvia me miró, me sonrió y me
dijo que si eso era lo que yo quería ver. Yo le dije que me encantaba. Por
aquel entonces, yo estaba sobre nuestro capó sentado y pajeándome. Silvia hizo que José parara, me miró
y me dijo que siguiera disfrutando de mi regalo de santo, y dijo una cosa que no entendí en
ese momento. Miró a José y le dijo: ahora viene tu regalo.
La
verdad es que ni José ni yo supimos a qué vino eso. Pero tardamos
segundos en enterarnos. Silvia retomó su posición, cogió la polla de José
con una mano y la apuntó hacia su culo. ¡No podía creerlo!. Tuve que
acercarme para verlo. Me acerqué, me puse a su lado y pude ver como José
enfilaba su polla al culo de Silvia.
Ella giró la cabeza, miró a José y
le dijo: Vas a ser el primero, y efectivamente, con un poco de
dificultad, tardaron un tiempo en que entrara y tuvieron que echar más
vaselina, pero la polla de José estaba completamente metida por el culo de
mi novia. En ese momento me fijé en la cara de mi novia y ésta tenía los
ojos completamente cerrados, disfrutando del momento. Yo no podía más,
viendo lo que veía, y me corrí estando tan cerca de Silvia que parte de la
corrida cayó sobre ella.
Era
increíble, a unos centímetros veía como José se estaba follando a Silvia
por el culo, éste gemía y la follaba con fuerza, de su boca salían
insultos hacia Silvia y ésta gemía como una puta, justamente lo que le
estaba llamando José. Estaban los dos como poseídos, cosa que provocó que
José se corriera en su culo. La corrida fue bestial, ya que parte del
semen cayó dentro y otra parte fuera, llenando la espalda de Silvia y el
coño.
Allí estaba
José, corriéndose en el culo de mi novia por primera vez, y ella echada
sobre el capó reventada en todos los sentidos. José tardó en sacar su
polla del culo de mi novia, se estaba recreando en el momento. Al cabo de
5 minutos, estaba ya José sentado en su capó con los pantalones todavía
por los tobillos y Silvia había ido a nuestro maletero, había sacado una
botella de agua y delante de nosotros se estaba enjuagando su coño y su
culo, del cual brotaba una mezcla de agua, vaselina y semen.
Se arregló el
top y la falda, nos sentamos los tres en el coche y estuvimos un rato
hablando antes de irnos. Hablamos de sexo, Silvia estaba totálmente
desinhibida sentada en el capó con las piernas sobre el parachoques y la
falda bastante remangada, por lo que se podía ver su coño.
Después de
esto, nos seguimos viendo con José, el cual se ha convertido en un buen
amante. En cuando tenga más tiempo escribiré el resto de situaciones que
llevamos desde Junio a Diciembre.
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