.:: RELATOS DE CORNUDOS ::.

  "Regalo de cumpleaños para un cornudo consentido (1)".

 

 

 Marta apareció por la puerta con un ajustado y corto vestido de látex brillante. Jaime y Carlos estaban fumando un cigarrillo y se quedaron con la boca abierta al verla.

 Los dos tuvieron una erección instantánea. Llevaba el pelo peinado hacia atrás con gomina, medias negras y zapatos de plataforma transparente y tacón metálico.

 El vestido exponía levantados y juntos sus grandes pechos ciñendo su tronco con un corsé y la cortísima falda no llegaba a tapar su absolutamente depilado sexo.

 Caminaba lentamente hacia los dos hombres haciendo que sus caderas se movieran de un lado a otro a cada paso.

 Todo había empezado días antes. Carlos y Jaime hablaban de nuevo de sexo en una más de sus largas conversaciones sobre el tema. Los dos estaban de vuelta de casi todo y habían experimentado casi todas las variantes del sexo. En aquella ocasión la conversación fue derivando hacia algo que a Jaime le atraía desde hacía mucho tiempo, pero no había encontrado la persona con la que llevarla a cabo.

 Rondaba por su cabeza el deseo de ver como se follaban a su mujer adoptando él un papel pasivo en el que se viera obligado a contemplarlo de una manera humillante.

 - "¿Tú aceptarías hacerlo?", preguntó Jaime a Carlos.

 - " Sí, si tu mujer no tiene ningún problema", contestó este.

 - "Seguro que no, ya hemos hablado del tema".

 - "Bueno, entonces déjalo en mis manos", zanjó Carlos.

 Carlos preparó la sesión minuciosamente, pensó en como se tenía que desarrollar y decidió regalarle esa fantasía a su amigo el día de su cumpleaños.

 Alquiló una bonita casa en la Costa Brava y los citó a los dos.

 Cuando llegaron se llevó a Marta directamente a un cuarto aparte y le dio instrucciones de cómo se tenía que vestir con la ropa que él había traído y como se tenía que comportar.

 Salió de la habitación y se puso a conversar con su amigo mientras fumaban un cigarrillo haciendo tiempo para que Marta se preparara.

 Cuando Marta salió de la habitación y se acercó hasta ellos Jaime supo que aquella iba a ser una gran noche.

 Cuando ya estuvo al lado de los dos hombres estos se mantuvieron en silencio mientras contemplaban excitados a la mujer.

 Carlos fue el primero en hacer un movimiento y alargó su mano hasta el redondeado culo de Marta tocándolo lentamente mientras ella esperaba el siguiente movimiento.

 Jaime intentó hacer lo mismo pero Carlos le paró la mano .

 - "No, de momento solo puedes mirar, siéntate en el sillón", le dijo Carlos a Jaime.

 Jaime se dirigió al sillón y se dispuso a contemplar la escena.

 Bastó una ligera presión en el hombro para que Marta se pusiera en cuclillas de forma que su sexo estaba completamente abierto.

 Desabrochó con destreza los dos botones que sujetaban el pantalón de Carlos a la cintura y bajando la cremallera su polla saltó como un resorte porque no llevaba ropa interior.

 Cogiendo la polla con la mano se la llevó golosamente a la boca mientras miraba a los ojos a Jaime. Sin dejar de mirarle tragaba lentamente la polla hasta la garganta una y otra vez. Tal como le había indicado Carlos momentos antes, al cabo de unos instantes Marta empezó  a masturbarse con la misma cadencia con la que metía la polla en su garganta una y otra vez.

 Jaime  se frotaba el sexo por encima del pantalón por indicación expresa de Carlos.

 - "¿Te pone a mil ver como tu mujer me come la polla, cornudo?".

 Jaime hizo un leve asentimiento con la cabeza.

 - "¿Y a ti, putita, te gusta ponerle los cuernos a tu marido y que él lo vea?".

 - "Si, mucho", dijo Marta con la boca llena de polla.

 Carlos ayudó a ponerse de pie a Marta y la puso delante de Jaime. Él se colocó por detrás de ella y empezó a acariciarle las grandes tetas mientras Jaime miraba atentamente.

 Sus manos fueron bajando hasta su sexo y metió un dedo en su coño húmedo.

 Marta echó la cabeza hacia atrás soltando un gemido cuando el dedo de Carlos localizó el clítoris y empezó a acariciarlo. Comenzó a incrementar la presión de sus dedos en el clítoris notando como ella se humedecía cada vez más. Abrió ligeramente las piernas para permitir que Carlos acariciara con más libertad su clítoris. Al cabo de poco rato su respiración empezó a entrecortarse y tuvo su primer orgasmo. Le temblaban las piernas mientras los jugos de su corrida resbalaban por el interior de sus muslos.

 Carlos inclinó en ese momento hacia adelante a la mujer y le penetró el sexo lenta pero firmemente. Jaime podía ver la cara de placer de su mujer a un palmo de la suya mientras Carlos la penetraba una y otra vez desde atrás.

 Al cabo de un rato cambiaron de postura. Carlos acercó una silla, se sentó de cara a Jaime e hizo que Marta se clavara su sexo de espaldas al y mirando a su marido. Jaime podía ver como ella botaba una y otra vez  clavándose la polla de Carlos en su chorreante coño.

 Ahora fue Marta quien ordenó a Jaime:

 - "Lámenos, cabrón, lámenos".

 Jaime obedeció de inmediato y se aplicó en darle placer con la lengua al clítoris de su mujer mientras saltaba sobre la polla de Carlos dando gritos. Recogía de los huevos de Carlos los líquidos que resbalaban de la vagina y volvía a lamer el clítoris de Marta hasta que esta entró en un larguísimo orgasmo que Carlos prolongó bombeando sentado desde abajo y Jaime aún más porque no paraba de lamer su clítoris.

 Cuando Marta se calmó un poco, Carlos la hizo ponerse a cuatro patas en una mesa bajita situada delante del sofá.

 - "Lámele el culo", ordenó Carlos a Jaime.

 Este se acercó por detrás a su mujer y comenzó lamerle el ano mientras acariciaba su clítoris. El ano de Marta se iba abriendo poco a poco mientras él introducía su lengua cada vez mas profundamente.

 Carlos se acercó por delante a ella y le metió de un golpe la polla en la boca. Empezó a follarse su boca mientras ella se deshacía por las caricias de su marido.

 Al cabo de un rato, cuando su ano ya estaba bien dilatado y ella muy excitada se acercó por detrás a ella y separando a Jaime pero dejándolo cerca para que viera lo que iba a hacer empezó a penetrar el ano de Marta lentamente hasta que ella se fue acostumbrando a tener aquello en el culo.

 Carlos empezó a bombear lentamente bajo la mirada atenta de Jaime. Marta, a pesar de temer que le doliera por la falta de costumbre, empezó a sentir un placer extraño que iba creciendo a medida que las embestidas de Carlos se hacían más rápidas y profundas. Contra su propio pronóstico Marta tuvo un intenso orgasmo mientras Carlos seguía bombeando y palmeaba de vez en cuando sus nalgas.

 Cuando salió de su culo Carlos la hizo mantenerse en esa postura mientras se limpiaba la polla para acto seguido penetrarla por su sexo. La cogió de las caderas y la atrajo hacia sí para clavársela entera. Empezó a bombear una y otra vez. Marta empalmaba un orgasmo con otro mientras Carlos seguía bombeando. Paró en el momento justo que se acercaba al orgasmo porque no quería correrse.

 Habían dejado que Jaime se masturbara mientras ellos dos follaban.

 Ahora los tres estaban descansando, Marta se ponía bien la ropa mientras Jaime intentaba no correrse aún de la excitación que le provocaba la situación. Carlos se refrescó para retener la erección. Aún no había llegado el momento.

 Jaime quedó un poco desconcertado cuando Carlos indicó a Marta que se colocara el abrigo largo que le había traído y él mismo se volvió a vestir.

 Ella se colocó el abrigo y esperó al lado de la puerta.

 - "Tú, Jaime, esperarás aquí, hemos cargado los móviles a tope y te retransmitiremos en directo todo lo que vamos a hacer por la calle".

 Carlos cogió la cámara de video y Marta el teléfono.

 Se encaminaron los dos a la calle mientras Jaime escuchaba atentamente el teléfono. Pudo escuchar como los dos se montaban en el coche de Carlos y arrancaban.

 - "Cariño, Carlos me ha hecho quitarme toda la ropa y estamos circulando, voy sentada en el asiento completamente desnuda".

 Pudo oír como Carlos le decía a Marta :

 - "Ahora mastúrbate con el consolador que hay en la guantera".

 Después de escuchar el ruido de cierre de la guantera pudo oír como Marta gemía mientras se masturbaba.

 A plena luz del día los pocos transeúntes del paseo marítimo podían ver como una mujer paseaba desnuda dentro de un coche con una inconfundible cara de placer.

 - "Ahora hemos llegado a un sitio donde solo pasa un coche de vez en cuando y Carlos me ha dicho que baje del coche desnuda, solo llevo los zapatos. Se ha bajado él del coche también y me ha dicho que me ponga en cuclillas, se está sacando la polla y...".

 Hubo un pequeño espacio de tiempo.

 - "Le estoy chupando la polla fuera del coche", decía Marta con la voz deformada, porque la polla que chupaba no le dejaba vocalizar.

 Jaime podía escuchar el ruido que los labios y la lengua de Marta hacían al chasquear contra la polla de Carlos.

 - "Me ha apoyado contra el coche y me está penetrando desde atrás, tengo su polla metida en el coño. Creo que algún coche de los que pasa nos ha visto follar claramente", seguía narrando Marta con voz entrecortada y jadeando en plena corrida.

 – "¡Me la está metiendo, me estoy muriendo de gusto!", gritaba Marta por el teléfono en pleno orgasmo.

 Carlos lo filmaba todo sin perder un solo detalle.

 - "Ahora me está bombeando con más fuerza, creo que se va a correr dentro de mí...si, siiiiiii", decía Marta sin bajarse del orgasmo.

 Marta tuvo un orgasmo brutal mientras sentía como la leche de Carlos regaba sus entrañas, mientras este le empujaba hasta el fondo una y otra vez en pleno orgasmo.

 Pudo escuchar como Carlos le decía a Marta :

 - "Sube al coche y no dejes que se salga la leche".

 Jaime se masturbaba frenéticamente mientras imaginaba la escena. Al cabo de un rato los dos aparecieron por la puerta.

 - "Ahora túmbate en el suelo bocarriba", le dijo Carlos a Jaime.

 Carlos colocó a Marta con delicadeza con un pie a cada lado de la cabeza de Jaime y la hizo ponerse de cuclillas de forma que su sexo quedaba abierto encima de la boca de Jaime. Este lo empezó a lamer lentamente y al instante la corrida de Carlos empezó a resbalar por su boca. Aquello excitaba tanto a Jaime que provocó que Marta tuviera un orgasmo cálido y dulce mientras el mismo se corría abundantemente.

 Carlos contemplaba la escena satisfecho. Sabía que había cumplido una fantasía de su amigo, había visto como Marta disfrutaba y se corría un montón de veces y él mismo se lo había pasado muy bien.

 Dejó la cinta de video encima de la mesa como regalo para que ellos pudieran verla otra vez y volver a disfrutar recordando lo que había pasado.

 Se despidió de ellos pero en la mirada de los tres se adivinaba que la situación se repetiría más veces.  Email.

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