Justo
cuando yo acababa de ascender en mi trabajo obteniendo buen sueldo,
cuando por fin mi esposa estaba embarazada después de 20 años de
intentarlo, cuando compramos una nueva casa y nuevo auto, arribó
repentina y violentamente la recesión económica.
Nos despidieron de la empresa por quiebra y tuvimos que malvender la casa
y el auto, lo que nos dio un respiro mientras encontrábamos algún otro
trabajo, pero pasaron los meses y ni ella ni yo encontramos nada, porque
ninguno de los dos tenía formación o experiencia en trabajos manuales. El
dinero ahorrado se agotaba y la barriga de Elena no cesaba de engordar.
Ya en el séptimo mes de embarazo, llegó un día al mísero hotel donde nos
alojábamos y, agotada, me dijo:
- Me han hablado de un sitio donde pagan dinero por fotografiar a mujeres
preñadas desnudas. Mañana vence la semana de pago del hotel y no tenemos
suficiente para pagarlo, salvo que dejemos de comer y eso es difícil de
sobrellevar. Creo que debería ir.
Ante la desesperación acepté la idea pero con la condición de
acompañarla, aunque le dije que a sus 44 años era difícil que la
aceptasen para fotografiar. No es que no estuviese apetecible, pero su
cuerpo no era lo que se estilaba para fotografiar. Los años habían hecho
su mella y ya no era esbelta, tenía las tetas grandes y algo caídas
aunque sumamente apetecibles, con pezones y areolas también grandes y
oscuros.
El embarazo la había
hecho engordar en todas partes y aparecía rellenita, singularmente del
culo, equilibrando su gran barriga de preñada. Elena no era ni fue una
beldad, pero tenía una cara graciosa y atractiva enmarcada en su corte de
pelo siempre corto y desordenado.
Nos presentamos al día siguiente en el sitio donde nos atendió una mujer
madura, unos 60 años, vestida como una furcia. Con malos modos nos
informó de que la sesión de fotos de preñadas se pagaba a 80$ la hora,
pero que en el caso de Elena, como era una preñada madura, algo que
escaseaba y resultaba exótico, pues casi todas las que se presentaban
eran jovencitas imprudentes, se le podría pagar hasta 100$ la hora.
También nos informó que
esa era la tarifa básica, por tomarle fotos desnuda en diversos
escenarios, pero que, según se añadiesen elementos accesorios la tarifa
podía subir mucho. Por ejemplo, hacerle tomas con el pubis depilado y
mientras se lo depilaban, ascendía a 150$. Si le depilaba el pubis otra
mujer y se dejaba tomar en posturas lesbianas con ella eran 180$. Si era
hombre y se simulaba sexo ascendía a 200$. Y así progresaba la tarifa
pasando por ser follada por un blanco, un negro, sexo real con mujer
blanca, con negra, en grupo, ser sodomizada, filmar películas, escenas
sado, zoofílicas, etc...
Desde luego las ganancias, desde nuestro extremo estado de miseria, nos
parecían impresionantes. No sé que cuentas se hizo Elena pero accedió,
tras dirigirme una mirada avasalladora, a una sesión de dos horas de
tomas, una desnuda básica y otra siendo depilada y con simulación de sexo
con un negro.
Presencié las sesiones y, conforme progresaban me ponía más descompuesto.
La sesión con el negro me hizo enfermar. Las posturas obscenas que
obligaron a adoptar a mi esposa, abriéndose la vulva descaradamente ante
el enorme pene del negro, su cara de libidinosa simulando comenzar a
mamarla y, sobre todo la corrida sobre el vientre que albergaba a mi
futuro hijo, ayudado el negro para la descarga de semen por la furcia que
nos había atendido me sacaron de quicio.
A todo aquello había que
sumar la presencia de más de cinco personas alrededor sugiriendo a mi
esposa en cuanto a posturas, limpiando su sudor, midiendo la luz,
cambiando fondos, etc...; Todas ellas testigos de nuestra degradación
como matrimonio más que convencional.
Regresamos al hotel con 450$ después de que Elena asistiese a una reunión
a la que no me dejaron asistir con la excusa de que no tenía con ella
contrato como representante. Me contó en el camino que en la reunión
estaban presentes la vieja furcia, el negro de pene enorme, los
fotógrafos y otros dos hombres que no supo que papel tenían, pero el caso
es que la volvieron a desnudar para que la examinasen los dos
desconocidos y la aconsejaron seguir con más sesiones porque podría
obtener mucho dinero de ellas. Le dije que aquello no me gustaba y que,
teniendo dinero para pagar el hotel, no pensase de momento repetir unas
tareas que casi me habían conducido a ser cornudo.
Aquella noche follamos como hacía mucho tiempo que no lo hacíamos. Ella
sin duda acalorada por las escenas con el negro que la dejaron frustrada
y yo por lo mismo, pero con el aliciente de verla con su pubis tan
deliciosamente desnudo de pelillos. Se lo comí hasta que mi lengua se
paralizó por el exceso de trabajo. Ella debió tener más de cinco orgasmos
cuyos abundantes flujos aliviaron mi sed de su coño.
A la mañana siguiente me comunicó que estaba dispuesta a prestarse a
algunas sesiones más ya que había que aprovechar su bien pagado estado de
embarazo a edad avanzada para acumular algunos ahorros de cara a la
venida del bebé, ya que había perspectiva de obtener empleo normal para
ninguno de los dos. Me lo dijo con una expresión de firmeza tal que no me
atreví a objetar. Solamente fui capaz de decirle que no quería
presenciarlo porque me hacía sentir cornudo. Ella estuvo de acuerdo en
que no la acompañase.
Cuando regresó a casa presentaba síntomas de fatiga y me entregó 1500$,
por lo que me hice la idea de que o bien había trabajado muchas horas o
bien había avanzado en lo atrevido de las sesiones. Le pregunté al
respecto y me contó:
Hoy he representado a primera hora una sesión de lesbianismo con una
muchachita negra, también preñada, y con la vieja zorra que nos atendió
ayer. En el guión se suponía que la vieja era mi madre y la chica negra
su criada. Yo la sorprendía en plena faena con ella y me convencía para
incorporarme a la sesión de sexo. Un absurdo. Pero lo mejor es que he
descubierto lo bien que le lo paso en ese trabajo. La vieja tiene un
cuerpo monumental detrás de su aspecto de zorra barata y la chica negra
tenía unas tetazas de impresión y una piel muy suave y satinada. Las dos
me han comido el coño, me han metido sus deliciosos dedos dentro y he
alcanzado dos orgasmos como pocas veces he llegado a apreciar. Yo también
les he devuelto el favor y me han soltado sus suculentos jugos cuando
también se han corrido. Los fotógrafos han dicho que ha sido una sesión
magnífica.
Después de descansar de la sesión de lesbianismo me han convencido para
follar con el negro de ayer, que se llama Chuli. Al principio no quería
porque tiene un pene muy largo y gordo, pero al final he aceptado.
Después de pasar los primeros dolores me he corrido con el por lo menos
tres veces. Él ha tenido el detalle de correrse sobre mi barriga en lugar
de hacerlo en mi vagina. Es todo un caballero.
¡Pero Elena!, la interrumpí. ¡Me estás poniendo los cuernos con un
extraño!.
- No cariño. Serían cuernos si follase con otro de forma voluntaria y por
gusto, pero ésto es un asunto laboral debido a nuestro extremo estado de
necesidad de dinero.
- Amor, ha sido voluntario y gusto has reconocido que has tenido.
- Bueno cariño, sacas punta a todo. El caso es que es un asunto laboral
sin más. Yo te amo a ti .
Fuimos a la cama donde intenté, por prurito, darle tres orgasmos como el
negro pollón, pero creo que solamente conseguí que simulase uno.
A la mañana siguiente, cuando me levanté de la cama, la encontré en el
baño intentando repasar el depilado de su pubis, cosa que le dificultaba
su barriga.
- Cariño, ayúdame y ponme la crema depilatoria. Después de un rato me
pasas la hoja y cuida de que quede todo bien lisito. Después me aplicas
la crema suavizaste.
- Oye Elena, anoche no me dijiste que seguirías trabajando. Ya tenemos
dinero para un par de meses.
- Amor. Si en dos días he conseguido ganar dinero para dos meses, imagina
lo que podemos ahorra para nuestro bebé en los dos meses que faltan para
el parto. Estaremos desahogados hasta que remita la recesión económica.
Esto no puede durar demasiado o habrá una revolución. ¡Hala tranquilo,
cariño, tu busca trabajo y yo voy al mío!. A ver si esta noche tu lo has
encontrado y mañana me quedo en la cama sin madrugar. Besitos amor.
Al regreso venía maquillada como una chica joven, traía las uñas de sus
regordetas y suaves manos lacadas en color rojo y un grueso y ancho
anillo en el dedo mayor de su mano derecha al lado de la alianza de
matrimonio en el dedo anular. Caminaba de una forma extraña.
- ¡ Ay amor ! me contó. Hoy me han dejado baldada. He empezado a posar
para videos y es pesadísimo por los cortes y las repeticiones. Chuli me
tenía que follar, pero ha tenido un gatillazo porque ya había trabajado
con la vieja antes en una sesión de porno duro con maduras y ha tenido
que intervenir un suplente, que también ha fallado porque decía que no le
animaban las preñadas. Así que, tras varios intentos de Chuli y del otro
me han incorporado a una orgía que estaban rodando en otro plató. Me han
follado por lo menos cinco tipos. El director de esa película y algunos
de los actores se han enfadado conmigo porque no me he dejado follar por
el culo, del que ya sabes que soy virgen, y mucho menos hacerme un
sandwich. Me he salvado del despido porque he aceptado que mientras
alguno me follaba el coño, me tragase en primer plano el esperma de
otros, casi todos negros. Amor mío, he descubierto que me encanta el
sabor del semen de los negros.
Después de ese trabajo, la vieja, que se llama Lorena, me ha aconsejado
que debo entrenar mi ano para las escenas de sodomización. Me ha prestado
un consolador fino que llevo insertado en el culo sujeto a una cadenita
en la cintura, pero me ha dicho que es mejor que esta noche me trabajes
tu el ano metiéndome los dedos progresivamente. Así que, mi amor, aunque
sé que estás cansado de tanto buscar trabajo, saca un poco de tiempo para
mi y trabajame el agujero de mi ano para que sea bien elástico y me
permita ganar dinero para nuestro bebé.
A base de aceite le afiné durante dos horas su supuesta herramienta de
trabajo hasta que ya le podía meter la mano entera. Fue tal la dilatación
conseguida que no pude aprovecharme de ella metiendo mi polla en aquel
agujero, así que me conformé con pajearme mientras bombeaba mi mano en
sus intestinos.
A la mañana siguiente, antes de ir a su trabajo me pidió que le pusiese
un enema ya que, según afirmó, no le gustaría chupar una polla con mierda
de su propio culo.
Esa tarde regresó eufórica.
- Amor, me ha felicitado el director, el productor, los cámaras los
actores, los maquilladores, todos. Dicen que nunca habían visto a una
preñada follar por el culo dos pollas enormes de negro juntas como lo he
hecho hoy. Me han dicho que, incluso actrices del porno más extremo, sin
estar preñadas, montan unos dramas increíbles antes de conseguir que se
introduzcan las dos pollas. A veces asustan a los actores y para una
escena así tardan horas. Mi escena la han filmado en cinco minutos y me
han pagado un extra de 1000$.
A la salida del trabajo Chuli y Lorena me han llevado a una joyería
especial donde me han comprado unos preciosos anillos para los pezones y
el clítoris que me hacen más apetecible. Los han pagado ellos y les
devolveré el dinero descontando el 10% de mis ganancias. Después me han
llevado a un especialista en piercing y tatuajes que me ha puesto los
anillos y me ha grabado un bonito tatuaje en el pubis y otro en la nalga.
El del pubis pone SEX y el de la nalga dice FUCK THIS. Ahora te lo enseño
cariño.
Se desnudó y me enseñó
muy detenida y orgullosamente su ornamento. Yo no salía de mi
estupefacción. Mi recatada esposa hasta hace tres días se estaba
convirtiendo a pasos agigantados en un gran ramera, y eso a dos meses
escasos de la llegada del parto de nuestro hijo. El pobre bebé iba a ser
un hijo de puta.
- Esto hace que sea más cotizada y me paguen más por cada sesión. Además
me ha salido barato ya que el especialista me ha hecho un descuento por
hacerle una mamada al terminar. También he firmado un contrato para que
Lorena y Chuli sean mis representantes ante las casas productoras. Eso me
protegerá de los estafadores que pululan en este ambiente. Bueno cariño,
me voy a la cama porque estoy cansadísima, hoy no podremos hacer el amor
porque debo abstenerme durante tres días al menos para que cicatricen los
orificios del piercing. Si quieres te hago una mamada pero te agradecería
que me dejases descansar y darme una ducha, que quiero ponerme un enema y
limpiarme los intestinos de todo el semen que debo tener dentro. Traigo
las bragas empapadas.
Cuatro días después volvió a sus sesiones de filmación y cuando regresó
al hotel me informó orgullosamente que sus fotos se difundían por
Internet. Me hizo acompañarla a un establecimiento de cibernautas para
comprobarlo, ya que le habían informado de una contraseña para entrar en
el lugar de pago que proporcionaba sus fotos.
Me quedé de una pieza
viendo las tropelías que mi esposa consentía que hicieran con su preñado
cuerpo. Desde luego no podía comprender el repentino cambio de su
conservadora mentalidad anterior y menos a una edad ya tan avanzada.
Debía ser verdad eso de que a algunas mujeres se vuelven ninfómanas
cuando quedan embarazadas.
Siguió así durante mes y medio en que yo ya no quise saber nada de sus
actividades. Gracias a sus ingresos alquilamos una vivienda y, ya tan
cercana la fecha del parto, le sugerí que dejase aquello en bien del
bebé. Se enfadó y no quiso hablar del asunto so pretexto de que tenía que
acudir al médico para que le extendiese el certificado de no ser
seropositiva ni padecer enfermedades venéreas que regularmente tenía que
presentar a las productoras que la contrataban.
Se presentó en casa por la tarde de la mano del Chuli y acompañados por
Lorena. Éstos inmediatamente comenzaron a amenazarme con interponer una
demanda contra Elena por incumplimiento de contratos que nos llevaría a
la ruina y nos dejaría endeudados para toda la vida.
- ¿ Qué contratos le quedan por cumplir en quince días que faltan para el
parto ?. No puede ser tanto.
- No señor, le explicaré: De momento tiene que terminar una película en
curso a la que le falta la mitad y eso duraría una semana. Después tiene
firmado un contrato para la filmación del parto mientras yo se la tengo
clavada por el culo. Esa escena nos puede reportar hasta 50.000$. Pero
después de que pase la cuarentena tiene adquiridos compromisos durante
dos años para hacer películas de lactancia, sado y zoofilia que producen
muy buenos beneficios. Por otro lado tiene firmado un acuerdo con Lorena
para hacer películas de maduras follando con jovencitos durante cinco
años. El abandono de Elena le produciría graves perjuicios a Lorena. Solo
de pensar lo perjudicados que estaríamos me ha puesto nerviosísimo.
Zorrita barriguda, cálmame los nervios.
Elena, sin cortarse un pelo por mi presencia, se desnudó prestamente, se
hincó de rodillas, le sacó la enorme polla negra de la bragueta y comenzó
a mamársela con gran dedicación y destreza. Mientras la vieja se desnudó
también y se ofreció a hacerme a mi lo propio, pero rechacé la oferta
asombrado del descaro de mi esposa.
El negro puso a Elena de
pie apoyada de manos contra el respaldo del sofá y procedió a sodomizarla.
Elena gritaba: Párteme el culo negro cabrón, enséñale a mi marido como
respondo, que soy una profesional, que yo no abandono mi trabajo a medio
hacer. Lorena hazme lo que ya sabes.
Lorena sacó de su bolso un enorme consolado
vibrador y unas cadenitas que enganchó a los anillos de los pezones de
Elena comenzando a darle fuertes tirones al ritmo de los envites de Chuli.
Por otro lado le insertó el vibrador en el coño y lo puso en marcha a
máxima potencia. Los dos gemían y gritaban como locos. ¡Qué bueno,
barrigona! Cómo me gusta tu culo mientras el vibrador masajea mi polla. ¡
Y a mi Chuli ! Me encanta que me rompas el culo mientras el vibrador me
rompe el coño. ¡Lorena, apriétalo más! Que lo sienta el bebé y disfrute
también. Si es niña, cuando nazca ya vendrá sabiendo lo que es bueno en
esta vida.
Dudando entre abandonar la sala y seguir presenciando la lúbrica escena
me fui calentando y, al final acabé metiendo mi polla de un empellón
entre las nalgas de la vieja puta, que por cierto, tenía un espléndido
cuerpazo.
Yo acabé en los intestinos de la puta y el Chuli descargó todo su semen
en la boca de mi esposa que no dudo en tragar. Descansamos un rato sobre
el sofá y el Chuli dijo que tenía ganas de orinar. Las dos zorras se
pusieron de rodillas ante él y se bebieron, alternativamente para darse
tiempo a tragar, la orina del negrazo. Yo me retiré a la habitación
indignado y sumamente humillado por mis evidentes cuernos.
No quise hablar más con mi esposa quien, supongo, siguió trabajando hasta
y durante el parto. Regresó casa con una hermosa niña a la que llamamos
Laura. Durante la cuarentena obviamos hablar de nada que no tuviese
relación con el bebé y nuestras relaciones mejoraron, renaciendo mi
esperanza de que la llegada de ella hiciese olvidar a mi esposa su
profesión. Yo encontré un trabajo mal pagado, pero algo era algo.
Pasaron los días y una buena tarde me espetó: - Ya está a punto de
terminar la cuarentena y tengo que volver al trabajo y cumplir mis
contratos. Tengo una buena producción de leche y seguro que haré muchas
buenas escenas. Ya he buscado guardería para la niña. Empieza mañana y yo
también.
Al día siguiente no apareció por casa y al otro me llamó por teléfono,
diciendo que no volvería en algunos días porque estaban rodando en una
granja muy lejos de la ciudad. Pasó un año más sin dar señal de vida. Yo,
acordandome de la contraseña del sitio web donde exhibían parte de su
trabajo, accedí a él para ver si lograba averiguar algo de ella por sus
fotos o entrevistas que le hacían regularmente sobre el disfrute de su
labor y sus técnicas sexuales. Lo que vi me asqueó: Allí encontre un
vídeo con su sodomización mientras nacía nuestra niña y ella gritaba - ¡
En cuanto salga la criatura quiero una verga enorme que tape mi coño, y
si no un consolador, me voy a sentir muy vacía y necesito ese agujero
lleno!.
También encontré fotos siendo follada por perros, e incluso por un asno.
No había de nada que no hubiera hecho, incluso se sometió a prácticas
sado en pleno embarazo.
Las fotos más recientes la mostraban preñada otra vez, sin que esto fuera
obstáculo para dejar de ser follada por animales o maltratada con
latigazos en los genitales y toda clase de prácticas de tortura.
Un día se presentó en casa una mujer que me dejó una niña mulata y una
nota. La nota era de Elena y decía: Hazte cargo de la niña que es mía y
del Chuli, ya que me quiere preñar otra vez para seguir trabajando de
preñada madura porque lo pagan muy bien y no tengo tiempo para atenderla.
No volví a saber de ella, yo que me esperaba una tercera niña, debe ser
que le llegó la menopausia y el negro no la pudo hacer otra barriga.
Crecieron las niñas y resultaron tan putonas como su madre. Escarmentado,
las puse a trabajar en la profesión de su madre siendo yo su
representante. Actualmente las tengo a las dos preñadas y trabajando en
pareja. Dan grandes beneficios, pero eso es otra historia que ya contaré.
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