Siguiendo
con nuestro
relato anterior, nos encontrábamos en
la habitación del hotel en Madrid y mi mujer me acababa de pedir que la
hiciera correr como a una verdadera zorra.
Me subí a la cama y me dispuse a comerle su coño completamente depilado,
que ella me estaba ofreciendo completamente abierta de piernas. Pero
antes de entrar en acción me pidió que le vendara los ojos. Quité los
forros de las almohadas y con un nudo se los puse a modo de venda sobre
sus ojos. Me sorprendió ver lo excitada que estaba. Tenía el coño más
dilatado y húmedo que nunca. Comencé besarle, a comerle los pechos, fui
bajando muy despacio hasta su hermoso coño. Sentía en mi boca su calor,
lo suave de sus labios vaginales, el sabor de sus flujos. Aproveché ese
momento de tanta excitación para ensalivarle el agujerito de su
trasero. Decir que ella no es muy amiga del sexo anal, pero en aquel
momento me permitía hacer de todo. No paraba de llamarme por el nombre
del chico de la tasca. Era evidente que en su mente era él quien le
estaba dando placer.
Mientras seguía comiendo su coño y ensalivando su agujerito, fui metiendo
mis dedos en su culo. Dilatando poco a poco aquello que para mí muchas
veces era algo prohibido porque ella no me dejaba hacerle nada por ahí.
Cada vez se le veía más excitada. Gemía y gritaba de placer como una
poseída. Nunca en todos los años que llevábamos juntos, había estado en
ese nivel de excitación. De repente empezó a correrse y a gritarlo en
alto: Me corro, me corro en tu boca y seguidamente decía el nombre del
chico
Deciros que ella es multiorgásmica y cuando se corrió yo ya estaba con una
erección otra vez. Ella sin decir nada y aún con la venda en los ojos,
empezó a pedirme que le follara el culo. Se puso a cuatro patas, ella
misma ensalivaba una de sus manos y se dilataba aún más aquel agujero
que yo deseaba penetrar. Me gritaba: fóllame el culo, fóllame el culo
que es solo para ti porque a mi marido no le dejo ni que me lo toque.
Poco a poco empecé a introducir mi miembro en su culo. Empecé muy despacio
para no hacerle daño, pero de pronto fue ella quien empezó a moverse
para que toda mi polla entrara de golpe en su trasero. Empezó a moverse
cada vez más y más rápido. Su nivel de excitación era espectacular. Sus
jadeos y sus gritos creo que se podrían oír en medio hotel. Gritaba
fóllame el culo y seguidamente el nombre del chico de la tasca. Con una
mano se frotaba su clítoris mientras yo le daba nalgadas y agarraba sus
pechos mientras me la follaba.
Empezó a gritar... Me corro, me corro... dame toda tu leche... Yo cada vez
la embestía más y más fuerte, ella jadeaba de placer... De pronto,
saqué mi polla y ella se giró rápidamente... córrete en mi cara y en
mis tetas, me gritaba. No pude contenerme más y solté toda mi corrida
donde ella me solicitaba... Cuando terminé me dejé caer sobre la cama y
ella soltó un enorme suspiro diciendo: ha sido el mejor polvo de mi
vida. Le pregunté: ¿te hubiese gustado que fuera él quien te hubiese
follado? Ella se quedó callada por un rato y después me dijo: para
serte sincera mientras me lo hacías y yo tenía los ojos vendados, para
mí era él quien me estaba follando, pero para responderte correctamente
a tu pregunta te diré que sí, que me hubiese gustado que hubiese sido
él.
CONTINUARÁ...
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