Estaba
muy muy nervioso, llegaba un momento que mi Ama estaba esperando desde
hace tiempo... Por fin me iba a presentar al macho con el que ha
quedado ya varias veces, y tenía que estar a la altura.
Esa tarde teníamos unos compromisos, por lo que quedó con él sobre las
23.30. Llegamos a casa y nos tomamos una copita para afrontar los
nervios, mientras se reía y reía, mirando su móvil... Me dijo que iba a
cambiarse. Cuando volvió, venía con un camisón transparente negro con
mucho encaje... Estaba súper impresionante en sus tacones, sexy, guapa,
tremenda. Se puso su batita de seda y me dijo que ya no me podía besar,
para no perder el rojo de sus labios... De pronto, sonó el
porterillo... ¡Llega el momento!
Yo me quedé en el salón, y escuché un efusivo saludo al entrar Él en
nuestra casa, la casa en la que vivimos y hacemos nuestro día a día. Me
dio la mano y se presentó cuando entró en el salón, y le invité a tomar
asiento. Por supuesto, le ofrecí una copa de nuestro mejor vino, el que
le regalé para nuestro aniversario. Al abrirla, ya me sentía humillado,
recordando cuando la compré y le decía al dependiente que era uno de
los vinos que más le gustaba a mi esposa y que la ocasión merecía algo
tan especial.
Estuvimos un rato hablando de las Navidades y lo típico, hasta que mi
Dueña, cogiendo su móvil, empezó a enseñarle mis fotos de como lucía
como sumiso, diciéndole que aunque le encante el BDSM, también le gusta
disfrutar del sexo con un hombre de verdad. Yo... imaginaros, súper
avergonzado, muy humillado ante un Hombre en nuestra propia casa, pero
la sonrisa de mi Ama me hacía sentirme feliz. En un momento dado, sacó
la llave del candado de mi cinturón de castidad y me dijo: nena, es
hora de cambiarse. Jose, su Hombre, su macho, soltó una carcajada que
no se me olvidará jamás. Le serví otra copa, y me fui, cerrando el
salón.
Tan sólo entré al wc, y salí y ya escuchaba sus gemidos, y cómo no, su
primera corrida. Bueno... en realidad, lo escuché yo y todo el
vecindario. Decidí darles su tiempo y me puse a prepararme.
Antes de salir, por la tarde, ya me había depilado hasta el último pelo de
mi cuerpo. Mi Ama me dice que las nenazas deben de ir bien depiladitas,
así que procedí a empezar a vestirme. En este caso, me dejó mi cinturón
de castidad en lo alto de la cama. Fue lo primero que llevé en mi
cuerpo.
También me dejó mi mono de rejilla rosa, muy putón, un corset, negro y
rosita, y una faldita negra... Lástima que no tuviera mis tacones, que
perdí en nuestra última visita a un Amante de Ella en su hotel. Espero
pronto comprarme unos nuevos.
Soy muy lenta y muy torpe. Mientras me ponía mis pelos pelirrojos y me
pintaba los labios de rosita, salió mi mujer, toda despeinada... Nena,
tardas mucho". Le dije que estaría en menos de 3 minutos, y así fue,
llamé a la puerta, para pedir permiso para entrar, y entré. La primera
imagen que vi fue impresionante: un verdadero macho sentado en nuestro
salón, totalmente desnudo, y con su polla súper tiesa... ¡algo digno de
ver!
No os he comentado como estaba Ella, mi mujer, mi Ama, mi Todo. Estaba
arrodillada, pero a su lado, comiéndole la boquita, aún con el camisón
puesto, pero ya olía a sexo... Al día siguiente me contó que nada más
irme yo, ya estaba besándose con él. Que empezó a magrearle y tuvo que
quitarle el pantalón para comerle la polla, que le encantaba. También
me comentó que habían follado ya, en nuestro salón, en nuestro sofá,
donde nos tumbamos a ver alguna de las series que seguimos, y que
follaron de varias posturas, pero que le encantó estar a 4, ya que veía
algunas fotos nuestras que tenemos por la casa, y que eso la ponía
super cachonda. Me dijo que le hubiera encantado que tardara menos y
entrar y verlos ya, follando.
Pero no, cuando entré, él estaba sentado y con su polla tiesa. Lo primero
que me dijo mi mujer fue que me arrodillara en sus piernas, y que
empezara a comérsela al hombre que tanto placer le estaba dando. Desde
el primer momento que saboreé su polla, supe que no sería la única vez.
Uffff... qué pollón tenía, toda depilada como nos gusta. La cogí con mi
mano y me la metí en mi boquita, y empecé a intentar darle calor,
cariño y placer. La recogía con mis labios dentro de mi boca, y movía
mi lengua para darle mucho placer, la sacaba y me la volvía a engullir
entera. Él y Ella se reían, hablaban entre sí, mientras yo intentaba
darle placer. Noté, por sus gemidos, que mi Ama tenía un dedo de su
amante en su coño, y que lo estaba disfrutando, por lo que mamé con más
y más ganas.
Me cogió la cabeza Él y empezó a follarme la boca, mientras me decía lo
bien que la comía, lo que hacía que yo intentara esmerarme más, para
sentirme orgulloso cuando me dice que la como muy bien, y hacerlo lo
mejor que pueda... y así seguí mamándole esa pollaza que tiene.
Cuando, de repente, y ensimismado en la mamada, noto un susurro de mi Ama,
diciendo que la comparta. Mis pelos (bueno, mi piel) se erizó, me dijo
que soy muy puta y empezamos a hacerle una mamada a dos bocas, primero
Ella hasta la garganta, después yo, y después con su polla entre
nuestros labios, entre nuestras lenguas juguetonas. Adoro besar a mi
mujer cuando me da permiso, con el sabor de polla en sus labios, y en
esta ocasión, la polla estaba en medio nuestra y nos peleábamos para
mamarla. Es una polla digna para hacerlo. Es un auténtico placer
saborear una polla con mi Dueña.
Al poco, mi mujer dijo de ir a la cama, que yo recogiera y que fuera con
ellos. Eso hice. Tras recoger cigarros, copas y arreglar un poco el
sofá, fuí a nuestra habitación. Al entrar en mi cuarto, en nuestro
cuarto de matrimonio, estaban morreándose, Ella dice que besa muy bien
y que le encantan sus besos... Yo llegué, vestido de nena y me volví a
arrodillar ante ellos para comérsela a su macho, pero él tenía ganas de
más... así que mi mujer se tiró boca arriba en la cama, abierta de
piernas. Me dijo que yo la metiera, por lo que le cogí la polla y la
encaminé a la entrada de su coño. Estaba súper mojado. Entró con
muchísima facilidad, así que me dediqué a agarrarle las piernas a Ella,
para que estuviera más cómoda follando con Él.
En ese momento me sentía humillado, cornudo... ¡En nuestra propia cama! ¡Y
yo vestido de nena! Y un Hombre, pero un Hombre de verdad, follándosela
cómo Ella, al principio de la relación, me exigía y yo no podía o me
corría en un minuto. Mi pollita empezó a apretarse más y más dentro del
cinturón de castidad. Mi Ama estaba entregada, estaba disfrutando. Se
puso a cuatro patas mientras yo estaba cerca de Ella, y me decía que
era genial, que ante un macho así sólo puede sentirse una puta. Mi
Diosa, mi Ama, la puta de un Macho en la cama. Y el cornudo, vestido de
mujer. Bueno, más que de mujer, de zorrón, que es lo que Jose nos
pidió. Seguro que otro día desean una criada, y ahí estaré.
Escuchar sus gemidos, sus este coño ya es tuyo, tú si sabes follar, "ufff,
cómo echaba de menos una polla de un hombre", ¿ves nena? ¡Esto es lo
que una Mujer necesita! y demás frases que se clavaban en mi mente, y
que apretaban y apretaban mi pollita en la jaula de castidad. Escuchar
que era suya... a mi mujer, y yo estando en la situación que estaba, me
excitaba, me humillaba, me dejaba claramente en mi lugar.
Él dijo que quería ver cómo Ella me follaba, así que me puse a 4 patas y
él se tumbó, dejándome su polla muy cerca de mis labios. No me pude
resistir y empecé a comérsela. De pronto, noté en mi culito la cremita
y cómo uno de los vibradores que tenemos empezó a entrar dentro mía. Él
se reía, yo mamaba y mi mujer también se reía empezándome a follar. Yo
imaginaba la polla que me estaba comiendo en mi culito, en cómo
entraría, en si le gustaría follarse mi culito... pero yo sólo soy un
juguete, mientras seguía mamando y mamando, con todo el vicio posible.
Mi Ama me follaba con una mano, y se puso cerca de Él y empezó a
comerle la boca. Imaginaros la situación: un Hombre de verdad, con una
Mujer cañón y dominante comiéndose la boca con mucho vicio, y un
cornudo, muy nenaza, con el culo lleno y mamando la polla de ese
Hombre. Mmmmm... los pocos que tenemos esta suerte sabemos el morbazo
que da.
Hubiera hecho eso eternamente, pero Él quería más coño, y mi Ama quería
más polla de verdad, porque no la que tiene todos los días en casa, así
que se pusieron a follar otro ratito mientras yo comía lo que podía: la
polla, su coño, los huevos del macho... ¡donde me llegara la lengua!
Ya desde que llegó habían pasado varias horas, y dijo que quería correrse.
Mi mujer dijo que tenía sed, que se lo diera a Ella. Ella se tumbó, él
se puso arrodillado, con su polla en la boca de Ella, se sentó en su
pecho, mientras su polla se perdía en su garganta y yo me puse a
comerle el coño a mi Diosa, que lo menos que se merece es que goce.. ¡Y
sí, por lo que me dijo gozó y mucho!
Estaba súper mojada, notaba que disfrutaba de cómo estaba de mojada, lamí,
chupé mientras escuchaba, y escuché los gemido de él... ¡se estaba
corriendo! No lo veía, pero era verdad lo que supuse: se corrió en la
boca de mi Ama, y yo comiéndole el coño a Ella. Le saqué otro orgasmo
con mi lengua y se incorporó, dándome un beso de Amor. Un beso de Amor
Cornudo, mezclado con la leche de un verdadero Macho.
Te quiero cornudito, fueron sus palabras. Sólo le pude agradecer una de
las noches más morbosas y amorosas a nuestra manera de vida.
Email.
|