Jamás
me había creído esas historias de que alguien se tira a la esposa de
otro en su presencia, con su aquiescencia y su mirada placentera. Pero
estaba en un error. Desde hace un año me creo que existen cantidad de
cornudos consentidos, como los que navegáis por morbocornudos, esta
maravillosa página.
Pues bien, a todos vosotros, y a las guarras de vuestras esposas os dedico
esta historia real que viví hace ahora, mas o menos, un año; justo en
agosto del año 2004, mientras estaba con mi sobrino y un amigo de éste
(36,22 y 24 años respectívamente) tomando el sol en una playa de
Torrevieja.
De repente se nos acercó una chica, de unos 28-30 años, quizás con el culete algo gordete y con poco pecho, pero que estaba en líneas
generales buena y nos pidió fuego. Iba con un bikini que por detrás le
hacía un culo precioso y llevaba el (poco) pecho que tenía al aire.
Mi sobrino le dijo :
- Fuego y lo que tú quieras guapa.
Y ella se rió y nos preguntó que
edades teníamos, y cuando yo se la dije, me echó una mirada de guarra
(mientras yo me había levantado y metía barriga) que me puso cachondo,
a lo que ella dijo,...bueno solo uno es de una edad razonable, pero
vosotros sois
muy pequeños para mí.
A lo que mi sobrino y su amigo se
rieron, y dijeron que según para que cosas no eran nada jóvenes, sobre
todo con chicas tan impresionantes, etc...
Antes de irse, nos preguntó qué
sitios había por ahí para tomar una copa por la noche, a lo que le
dijimos un par de sitios, y mi sobrino Kike le dijo en plan insinuante
que estaríamos en el sitio X, a lo que ella nos dijo: bueno,
seguramente me pasaré por allí sobre las doce de la noche, y si estáis
nos veremos, y añadió, bueno, me voy con mi amiga, y se marcho con
otras dos personas, con una chica mas joven que ella y un señor de unos
cuarenta y bastantes años.
Nada mas irse estuvimos relamiéndonos, y mirándola de reojo, imaginando la
noche que nos esperaba, y dudando si es que había sido muy amable o es
que era una chavala de muy buen ver que buscaba guerra y de la buena.
En realidad, yo que soy el solterón de la familia, llegué a pensar que
era soltera, que yo le había gustado y que me la iba a ligar y... quien
sabe si acabaría siendo mi novia.
Por la noche nos arreglamos y estuvimos desde las once en el local.
No aparecía, no la veíamos, y tras una larga espera, de pronto la vimos
baliando en la pista de baile, y nos acercamos mi sobrino y yo a
bailar, y la saludamos, a lo que ella nos saludó con dos besos
increíbles, nos presentó a la amiga con la que íba y estuvimos bailando
con ellas.
Arregladas estaban mas buenas, si cabe, y dicho sea de paso tenían algo de
pinta de guarras, o mejor dicho de "chicas bien" pero guarras.
De pronto la chica en cuestión (María) se acercó a mí y yo la cogí unos
segundos por la cintura, mientras ella me miraba que me derretía, y en
ese momento se acercó un señor a la otra (era el marido de esa otra,
cosa que nos dejó flipados que hubiera un marido por allí), la cogió y
le dijo a María, oye, nosotros nos vamos al hotel, ya estamos cansados,
la otra señora le dijo a su marido : no por favor vamos a quedarnos un
poco mas, venga, a lo que él dijo que nó, y antes de irse añadió:
bueno, María, tu marido se queda, ha sido un placer conoceros, y se
despidieron.
Eso me dejó flipado y le pregunté:
- ¿Cómo tu marido?, ¿y esa otra, tambien casada?.
Mi sobrino, pese a su juventud (o quizás por ello) lo captó al segundo, yo
tardé mas. Ella dijo: esta chica y su marido son compañeros de hotel,
los hemos conocido ayer, y en cuanto a mi marido... venir a la mesa y
os lo presento.
Nos fuimos para allá y nos presentó al marido (Jorge), un señor de
cuarenta y siete años, que aparentaba mas, bien parecido, pero que
podía ser su padre, y desde luego el de mi sobrino. Ella reconoció
entonces tener 27. Nos invitó a sentarnos y a una copa. El amigo de mi
sobrino se marchó (porque dijo que pasaba de rollos raros), y nos
quedamos Kike y yo, con Jorge y María.
A lo largo de la conversación y aprovechando que ella se fue al aseo, y
llevando ya mas de una copa en el cuerpo, Kike le preguntó si no le
molestaba que su esposa, que esta muy buena bailase con otros a lo que
nos respondió:
- Chaval, si no me molesta que folle con otros, muy al contrario, me
encanta, ¿cómo me va a molestar que baile con otros?.
Nos quedamos flipados, pero sobre todo yo pasé de la decepción que me
había causado ver que no era una chica soltera, que me había gustado de
verdad, a la excitación de ver que estábamos delante de una guarrísima
y de un cornudo, ¿o se estaban quedando con nosotros?.
Ante eso mi sobrino dijo :
- Joder, si yo tuviera una mujer así no dejaría que se la tirase nadie.
- Bueno, chaval, pero el marido soy yo.
Y acto seguido se rió, ella acababa de llegar y tambien comenzó a reírse y
le dijo a su marido:
- Calla, que los vas a asustar.
Y nosotros, en plan de duros, añadimos :
- Nosotros no nos asustamos de
nada. Pero
aun no sabíamos si aquello iba en serio o estaban de coña, por lo que
pregunté:
- De todas formas, ¿es coña, no?.
Y entonces ella me dijo:
- Te lo voy a aclarar.
Y me dio delante del marido y de Kike un besazo con lengua impresionante.
Tras ello el marido pidió mas copas, estuvimos bailando mi sobrino y yo
con María indistintamente cada cierto tiempo, cosa que nos ponía a
cien, y
cuando uno bailaba el otro se quedaba con el marido, cosa que aun nos
ponía mas calientes por lo que nos contaba de su esposa y de lo cornudo
que le gusta sentirse y de lo bien que nos lo íbamos a pasar con su
esposa.
Mi sobrino se reía y me decía por lo bajo:
-Joder tío, con que te la íbas a
ligar e íbas a dejar de ser soltero eh?, ja ja ja, vaya pedazo de puta
tío!.
En un momento determinado el marido dijo:
- Nos vamos.
Y nosotros dijimos :
- ¿Podemos ir?.
A lo que el marido contestó :
- Debéis venir.
Nos montamos en su coche (un pedazo de mercedes impresionante), con el
cornudo delante y nosotros dos detrás con su esposa, que nos tocaba,
nos besaba el cuello, y la tocábamos, nos besaba, etc... Finalmente el
marido nos llevó a un camino apartado en unas dunas cercanas a
Torrevieja, en Guardamar, ahí él sacó unas mantas del coche y las
extendió sobre la arena, y ello mientras ella, de rodillas, me bajó el
pantalón y los calzoncillos y me la estaba comiendo delante de los
otros dos. Luego,
y antes de correrme, se los bajó a mi sobrino e hizo lo mismo, pero le
pidió que se tumbase boca arriba, y ella se puso a cuatro patas a
comerle la poya, mientras me pidió le hiciera por detrás una comida de
bajos, cosa que hice.
Todo era surrealista, mientras estábamos haciendo todo eso el marido no
paraba de mirarnos y le decía a ella:
- Estás preciosa, y qué cuerpazos tienen estos muchachos, justo lo que te
mereces. ¡Qué cara de placer tienes, amor mío!.
Y mientras él decía todo eso, y ella estaba siendo comida por mi lengua,
mientras su boca se lo comía a mi sobrino, cuando podía ella le
respondía:
- Calla gilipoyas, que te calles ya cornudo, déjame disfrutar imbécil.
Mira que eres mierda, no me extraña que haya acabado siendo tan puta
con un poca cosa como tú.
El marido que mientras tomábamos
copas parecía tan seguro de sí mismo, ahí se transformó en una especie
de esclavo de ella, y de vez en cuando le decía a ella:
- Déjame que me masturbe por favor.
Y ella le contestaba:
- Calla ya, viejo de mierda,
cornudo de mierda, y no te atrevas a tocarte hasta que yo te lo diga...
Conforme el marido le pedía cosas, ella se excitaba cada vez mas y se
podía notar como su cuerpo se hacia mas y mas rígido, y como su coño
parecía un grifo (yo tenía la cara empapada).
El marido insistió una vez mas, y ella se levantó como una flecha y le
dijo :
- Arrodíllate viejo asqueroso. Y
le metió dos tortazos de impresión, y entonces nos dijo a nosotros,
previo tumbarse, que la orinásemos.
Mientras lo hacíamos, ella le decía a él :
- Mira, cabrón, lo que tu deificas otros lo mean, y soy tan puta que me
gusta que me traten como una mierda y me meen, pero tu eres mas mierda
que yo, por eso te pongo los cuernos y estás casado conmigo.
Y todo eso se lo decía a berridos impresionantes.
Tras mearla, me pidió que me tumbara boca arriba, y metió mi poya en su
coño, mientras mi sobrino la tocaba, y ella se movía que parecía que
cabalgaba. Llegué a temer que en uno de esos saltos le partiese la
polla en dos.
Bueno, pues cuando estábamos un buen rato así, ella le dijo a él que se
masturbara, cosa que hizo mirándonos.
Por nuestra parte acabamos corriéndonos primero yo, y luego mi sobrino.
Tras corrernos, nos quedamos los cuatro tumbados.
El cornudo trajo ron, y estuvimos bebiendo y mirándonos, mientras yo solo
podía decir:
- Joder, que fuerte ha sido esto, que fuerte.
Nos acabaron contando su historia, eran gente normal, a quienes les
excitaba ese rollo. Se llevaban muchos años, él la había conocido
dándole clases en la Universidad y se enrolló con ella.
Ella nos dijo de broma que le
había atraído de él su mercedes (que era un coche de impresión, la
verdad) y la pasta que tenía, y se rió.
Entonces el marido se puso otra vez a hablar, nuevamente como en el pub,
muy seguro de sí mismo, y nos dijo que lo hacían de vez en cuando, y
que, sin embargo, a diario eran gente que llevaba una vida de lo mas
convencional.
Que habían llegado a realizar esas practicas porque ella era muy dominante
en la cama (a lo que contestamos que ya nos habíamos dado cuenta), y él
demasiado mayor como para satisfacerla debidamente, además de ser solo
feliz sexualmente cuando se sentía cornudo.
A mitad de conversación, y mientras el marido estaba tan normal hablando,
ella le cogió de la oreja, lo apartó, se vino a mi sobrino, lo cogió,
se lo llevó al otro lado del coche y estuvo follando una hora mas o
menos, mientras el marido se transformó nuevamente, le cambió la cara,
se le notaba empalmadísimo, y mientras se acariciaba, solo me decía de
vez en cuando :
- Me encanta ser cornudo, me encanta...
Y comenzaba a decir maravillas del
pedazo de puta que estábamos tirándonos, y con la que no me habría
casado por nada del mundo.
Además, no paraba de preguntarme :
- ¿A que está buena mi esposa?, ¿a
que es preciosa?.
En un momento dado, y por lo borracho y raro que estaba, no pude mas y le
dije:
- Mira tío, no está buena, está muy delgada, tiene poco pecho y es culona,
y además con el culo caído y las carnes blandengues. Esta mañana en la
playa me ha parecido que estaba buena, pero ahora que la veo, no sé, es
muy chunga y además es una auténtica guarra.
Bueno, pues eso que a cualquier marido le motivaría para partirle la cara
a cualquiera, aquí logró que él se pusiera a pajearse nuevamente.
Tras correrse la puta, vino a por mí, y me la follé, mas rápido que mi
sobrino (que por desgracia y al final le gustó, por lo que se ve mas
que yo, y es que los años son los años), pero me la follé.
Solo al terminar, ella se acercó al marido, y él la abrazó con sumo
cuidado, le besó todo el cuerpo, y nos preguntó si le dejábamos
follarse a su mujer, a lo que le dijimos :
- Claro hombre, claro.
Pero ella le dijo que no.
- Paso, estoy cansada.
Y se tumbó a nuestro lado.
Cuando se vistió, la volví a ver superatractiva. (Una lástima que sea tan
puta, porque me gustó de verdad).
Estuvimos de cachondeo una hora mas, luego nos llevaron al centro de
Torrevieja y se marcharon.
Nos contaron que él era profesor y que esto era para ellos un juego
solamente, que la gente se comía mucho el coco con el sexo, que una
cosa era el amor y otra jugar a esto.
Al bajar del coche, se despidieron como si fuera la pareja mas normal del
mundo. Eso sí, ella oliendo a orín.
No los he vuelto a ver nunca, pero espero volver a pasar otra noche
cuerneando de esa forma. Yo pensaba que eso de los cornudos y todo eso
era mentira, que eran puras fantasías sexuales, pero no lo es, es
verdad. No comprendo a los tíos así, pero me encantaría follarme a
todas las putas de sus mujeres.
Raúl.
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