.:: RELATOS DE CORNUDOS ::.

  "Mi mujer, mi hijo y sus amigos (3)".

 

 

 Hola amigos, vuelvo con todos vosotros para seguir narrando lo que ocurrió el resto de fin de semana que pasó mi mujer, María, con los amigos de mi hijo: Raúl, Juan, Israel y Nacho. Yo les había entregado a mi esposa y los chicos me habían enviado un montón de cintas de vídeo con todo lo sucedido.

 Después de haber visto lo ocurrido el sábado por la mañana, me fui a comer a mi casa. Mi mujer no estaba, me había dejado preparada la comida. Comí todo lo rápido que pude y volví al despacho.

 Suponía que lo que me quedaba por ver de fin de semana era fuerte, por el cambio de actitud que les conté en mi anterior relato que tuvo María. Pero me equivoque, era mucho más de lo que yo esperaba.

 SÁBADO TARDE

 Después de lo sucedido esa mañana los chicos bajaron a preparar la comida mientras María se duchaba. Me extrañó ver la gran cantidad de líquido para vacas que vertían en el plato de mi mujer, ya que esa mañana no lo habían necesitado. Raúl me lo aclaró al instante.

-"¿Te ha gustado la sesión de esta mañana? He conseguido que la frígida de tu mujer se corra sin ayuda del líquido, lo que tu no has podido hacer en dieciséis años de casados, yo lo he logrado en un momento."

 Los otros se rieron con el comentario de Raúl, él siguió hablando.

-"Después de comer tu mujer tendrá una sorpresita, por eso la vamos a calentar, pero no adelantemos acontecimientos......"

 En ese momento María aparecía en la sala, iba desnuda como le habían ordenado. Después de comer decidieron tomar unas copas. Mi mujer creía saber lo que vendría después, pero estaba muy equivocada. Cuando ya estaban borrachos Nacho se fue a otra habitación y llamó a Raúl con el móvil, me preguntaba qué estarían tramando. Cuando colgó, Raúl se dirigió a mi mujer.

-"Era el portero de la discoteca de ayer que ha encontrado mi DNI, debí perderlo por la noche cuando estuvimos ahí. Vamos a ir a buscarlo, tú te quedarás aquí."

-"Pero..., yo creía que...."

 María estaba tan caliente que sólo quería que se la volviesen a follar.

-"No te preocupes zorrita, estaremos aquí en poco tiempo." dijo Juan.

-"Nos llevaremos tu coche. Te quedarás en la piscina hasta que lleguemos, voy a cerrar la casa para que no vayas a tener la tentación de vestirte y huir." Ordenó Raúl.

 Sabían que lo último que haría María era intentar marcharse, ella quería rabo a toda costa, pero tenían que conseguir que se quedara fuera de la casa para darle su sorpresa.

 Mientras Raúl y Juan hablaban con mi mujer, Israel y Nacho dejaron una de las cámaras en una ventana de las que daban a la piscina, la camuflaron entre dos macetas de manera que María no pudiera verla. La otra se la llevaron al coche. Antes de marcharse Raúl se dirigió hacia la casa del casero, en la puerta había varios perros pero no ladraron ya que conocían a Raúl. El chico llamó y salió el tal Manolo.

-"Hola señorito Raúl, ¿qué quiere?"

-"Hola Manolo, nos vamos al pueblo y estaremos fuera toda la tarde, la señora que ha venido con nosotros se queda en la piscina. A ella le da un poco de miedo quedarse sola, así que por qué no aprovechas a limpiar la piscina y así estará acompañada. No le digas que te lo he dicho yo porque no quiere reconocer que le da miedo quedarse sola "

-"Muy bien."

 Desde el coche los otros grababan la conversación, a Manolo se le iluminaron los ojos cuando Raúl le dijo eso. El día anterior había visto como se follaban a María, se masturbo viéndolo. Por la cara que ponía mientras lo hacía, sabía que lo que mas deseaba en este mundo era a mi mujer. Raúl debió haberse dado cuenta de esto al revisar los vídeos y pretendía entregarle a mi mujer al casero. Yo creía que mi mujer no querría nada con un sujeto tan asqueroso, pero la seguridad de Raúl me intrigaba, el chico comenzaba a conocer muy bien las reacciones de mi mujer a cada situación.

 Después se montaron todos en el coche, cuando pensaron que estaban suficientemente lejos . aparcaron el coche, cogieron la cámara y se dirigieron corriendo hacia la casa. Raúl sabía que Manolo intentaría algo con mi mujer, en el pueblo tenía fama de putero, además decían que la tenía muy grande. Se apostaron detrás de un árbol hasta que Manolo salió de su casa, cogió los útiles para limpiar la piscina y se dirigió hacia allí. La cámara de la ventana captaba como María había empezado a masturbarse, los chicos la habían dejado tan caliente con el líquido que tenía que aliviarse.

 Cuando Manolo no podía verles corrieron hacia el seto que rodeaba la piscina. Se instalaron junto a una parte que estaba poco poblada, podían ver y grabar todo lo que sucediese allí. Manolo se había acercado a la tumbona de mi mujer, ella tenía los ojos cerrados y no se había percatado de su presencia. El casero movió sin querer una mesita que había en la piscina y María abrió repentinamente los ojos, dio un grito al verlo delante suyo. No recordaba a Manolo del día anterior, se notaba que ella pensaba que estaba sola. Se tapó como pudo con las manos y le increpó.

-"¿Quién es usted? ¿Qué es lo que quiere?"

-"Soy Manolo, el casero, y vengo a limpiar la piscina."

 María lo reconoció del día anterior.

-"Ah sí, ya me acuerdo de usted. ¿No puede hacerlo en otro momento?"

-"No, luego tengo que dar de comer a los animales."

-"Esta bien hágalo, pero no me mire pues ya ve que estoy desnuda y no puedo entrar en la casa."

 María se volvió a recostar sobre la tumbona, seguía muy caliente y el casero le había fastidiado la masturbación. Hacía mucho calor por lo que Manolo se quitó la camiseta para hacer el trabajo. Era un hombre muy fuerte, ya que trabajaba duramente en el campo, tenía el pecho cubierto de pelos, pero aún así se le notaban los músculos. Aunque era muy feo, se le veía muy sucio y le faltaban la mayoría de los dientes María empezó a imaginarse cosas con ese cuerpo. Se sentía confusa por sus pensamientos, por otra parte estaba sola, nadie podía saber lo que hacía, o al menos eso pensaba porque había dos cámaras grabándola en ese momento aparte de los chicos que la espiaban atentamente.

 María se imaginaba como sería sentir las fuertes manos de aquel hombre sobre su cuerpo, no quería nada más, solo sentir sus caricias. Sin pensar las consecuencias le llamó.

-"Manolo ¿Te importa darme crema por la espalda? es que con este sol me voy a quemar."

 Manolo muy sorprendido se acercó a ella.

-"Vale."

-"Aquí tienes la crema."

 María se dio la vuelta. Pensaba que como el chaval era medio subnormal podría manejarlo, que no había nada de malo en un simple masaje, y que además nadie lo sabría nunca. En esos pensamientos estaba cuando sintió un escalofrío al notar la crema sobre su piel. Manolo empezó a extenderla lentamente por sus hombros y espalda, rozando el lateral de sus tetas cada vez que podía. A los pocos minutos María dio un pequeño gemido involuntario, al escuchar esto el casero decidió pasar a la acción y comenzó a bajar las manos hacia sus nalgas. Comenzó a tocarla por el interior de los muslos.

 No me lo podía creer, ahí estaba mi mujer dejándose manosear a conciencia por el tío más asqueroso que había visto en mi vida, y lo peor de todo es que estaba disfrutando con ello. María separó un poco las piernas invitándolo silenciosamente a profundizar más. Manolo no lo dudo y empezó a rozarle el coño descaradamente.

 Manolo le dio la vuelta a mi mujer y puso una gran cantidad de crema sobre su estomago. María no decía nada, intentaba aparentar que su intención era solamente que le pusieran crema y que el casero solamente estaba haciendo eso, era una situación absurda pues los dos sabían que era algo más que eso, aunque esa era la forma que tenía mi esposa de intentar acallar su conciencia.

 Manolo extendía lentamente la crema por el estomago de mi mujer, fue subiendo hacia sus tetas, antes de tocarlas miró a María a la cara, la expresión que tenía mi mujer era de suplica, quería que el casero siguiese con su trabajo. El chico comenzó a ponerle crema por las tetas, al principio lo hacía con delicadeza, pero iba aumentando la presión poco a poco, de los erectos pezones de mi mujer asomaban pequeñas gotitas de leche. Una de las manos del chico bajó hasta la entrepierna de María, le introdujo uno de sus grandes dedos en el coño mientras que con la otra mano seguía estrujando alternativamente las inmensas tetas de mi esposa, sus pezones empezaron a soltar pequeños chorros de leche materna, ella se encontraba rendida a las caricias del casero.

 María estaba apunto de reventar, Manolo le introdujo otro dedo dentro de su vagina, Mi mujer movía las caderas intentando follarse los dedos del casero, al poco rato explotó en un inmenso orgasmo, uno de esos orgasmos de mi mujer, encharcándolo todo. Manolo estaba alucinado con la cantidad de líquido que salía de María, decidió jugarse el todo por el todo. Se levantó y se bajó los pantalones, no llevaba calzoncillos. Lo que vi a continuación no me lo creía, nunca había visto una polla de dimensiones similares, mediría alrededor de 28 cm y era muy gruesa, parecía la de un caballo. "Este tío sería un rey del porno si no fuera tan tonto" pensé. Pero no solo yo estaba alucinando, mi mujer tenía la boca abierta con una expresión de asombro brutal. Raúl cogió la cámara y habló:

-"¿Has visto la herramienta que gasta Manolo? En el pueblo dicen que ninguna puta quiere follar con él, tienen miedo de que las parta en dos."

-"Tu mujercita va a disfrutar de lo lindo." Dijo Nacho.

-"Vaya zorra, se quiere follar al casero, observa como le mira la polla. La muy tonta se cree que esta solita en casa y ha perdido la vergüenza." Dijo Juan.

 María continuaba alucinando con el tamaño de ese rabo. Estaba totalmente erecto y recorrido por multitud de grandes venas. No creía que ese cacharro le entrase dentro, solamente había follado con críos y conmigo, nuestras pollas no tenían nada que ver con esa monstruosidad, pero era tal su deseo de sentirlo dentro que se olvidó de todo.

-"¡Fóllame Manolo!"

Manolo se arrodilló y dirigió su polla a hacia mi mujer. Ella protestó.

-"¡Qué haces! ¡Ponte un condón!"

 Manolo empezó a reírse y dijo:

-"Yo no tengo, ¿tienes tú?"

 María se dio cuenta que tenía razón, los chicos tenían los condones en la casa y no podía entrar.

-"Entonces tendremos que dejarlo."

Al oír estas palabras el casero se enfureció.

-"¡Dejarlo! Tú te has corrido maldita zorra y ahora me toca a mi. Si no quieres que te folle por el coño lo haré por el culo, tu decides."

 Al escuchar eso mi mujer se quedó blanca, no iba a follárselo sin condón porque no quería quedarse embarazada, estaba ovulando y era peligroso. Tampoco podía dejarse encular, le reventaría con ese instrumento. Intentó jugar la baza del chantaje.

-"Te he dicho que lo dejemos, o es que prefieres que se lo diga a Raúl y te despida."

 Lo que María no sabía es que esas palabras se volverían contra ella.

-"Eso díselo, has sido tú la que querías que te diese crema, yo no he hecho nada, además como explicarás que sepa que tienes las tetas llenas de leche y que te meas encima cuando te corres."

 Me di cuenta de que el tal Manolo no era tan tonto como parecía, mi mujer debió pensar lo mismo, estaba atrapada por las circunstancias, no quería que Raúl y los otros se enterasen porque la tendrían en su poder para siempre. Se bajó de la tumbona, puso una toalla en el suelo, se colocó a cuatro patas y, ofreciéndole su culo al casero, dijo:

-"Hazlo con cuidado, por favor."

 Era la situación mas excitante que había visto, mi mujer estaba dispuesta a dejarse encular por una polla de dimensiones fuera de lo normal para que nadie descubriese lo que había hecho, pero su acción sería inútil pues tanto los chicos como yo lo estábamos viendo todo y nos masturbábamos con el espectáculo.

 Manolo empezó a ponerle crema el el agujero del culo a María, introdujo uno de sus dedos, sonrió al darse cuenta de que no era virgen por ahí, todavía estaba dilatada de esa mañana con los chicos, pero lo que vendría a continuación no tenía nada que ver con lo de esa mañana. Puso su capullo a la entrada del culo y de un fuerte empujón le metió la polla hasta la mitad.

-"¡Ahhhhhhhhhhhhh...........!"

 El grito de mi mujer fue desgarrador.

-"¿Te gusta?.....¿eh putita?" Decía Manolo con sorna.

 De otro empujón se la metió hasta los cojones, los ojos de María parecía que se le iban a salir de las órbitas. Se agarraba lo más fuerte que podía a la toalla e intentaba coger grandes bocanadas de aire, le faltaba el aliento. Manolo espero un momento quieto para que mi mujer se relajase, cuando esta lo hizo, la agarró fuertemente del pelo y empezó a follársela como un animal, nunca había visto a nadie follar tan duro. A María se le saltaban las lagrimas del dolor. Manolo se reía mientras se burlaba de ella.

-"¡Toma yegua vieja!"

 María intentaba aguantar estoicamente pero el dolor comenzaba a ser insoportable. Manolo seguía con sus burlas.

-"¿Te gusta mamaíta? Siempre he querido darle por el culo a una de esas señoras de ciudad."

 María esperaba que se corriera pronto, pero no lo hacía. Llevaba diez minutos sodomizándola y ni siquiera había bajado el ritmo. María pidió clemencia.

-"Sácamela, por favor."

 Contrariamente a lo que yo pensaba Manolo se la saco al instante. María se desplomó como un muerto sobre la toalla. Manolo le dio la vuelta a mi mujer, separó sus piernas y dirigió su miembro a la entrada del coño de mi mujer, antes de metérsela preguntó.

-"¿Tú decides?"

 María lo dudo un instante, no podría soportar por más tiempo la enculada y Manolo no parecía que se fuera a correr pronto.

-"Esta bien, hazlo. Pero córrete fuera. Estoy ovulando."

 Manolo empezó a reírse. Mi mujer comprendió lo que significaban esas risas, el casero no tenía intención de correrse fuera.

 Parecía que el tiempo se había detenido. Los chicos esperaban impacientes la decisión de María, yo por mi parte no salía de mi asombro. Los cabrones habían planeado bien la jugada, mi mujer tenía que tomar una gran decisión, seguir pasando el suplicio de que la sodomizaran o arriesgarse a quedarse embarazada de un individuo como ese, lo que era muy probable ya que estaba ovulando.

 Pasaron casi cinco minutos hasta que mi mujer abrió aún más las piernas invitándolo a follársela por el coño, lo hizo con lagrimas en los ojos pues sabía las consecuencias que podría traer. Manolo tomo sus piernas y se las puso contra los hombros buscando una postura en la que la penetración fuera máxima. Luego sin ninguna delicadeza se la metió hasta el fondo.

 Al principio María se quejaba algo, pero los efectos del líquido la mantenían caliente y hacían que de su coño manasen grandes cantidades de jugos, favoreciendo la penetración. Empezó a acostumbrarse, luego llegó la excitación, su cabeza le atormentaba con la idea de que se iba a quedar embarazada pero su cuerpo disfrutaba con esa gran polla. Le llegó un orgasmo, Manolo al notar la cantidad de líquido que salía de su coño se empezó a reír, el tipo era asqueroso, no tenía casi ningún diente. Él seguía metiéndosela violentamente, era humillante pero María ya no podía hacer nada, simplemente gemía.

 Durante los siguientes treinta minutos continuaron así, el muy bastardo tenía un aguante impresionante. María empezó a encadenar multitud de orgasmos, uno tras otro los orgasmos le venían sin cesar. De pronto Manolo dio un gruñido brutal, empezó a descargar todo su semen en el interior de mi mujer. María ni siquiera protesto, estaba desfallecida por tanto orgasmo y hacía rato que había asumido que la habían vencido. Manolo se quedó descansando apoyado sobre ella, seguían en la misma postura, con los pies a la altura de la cabeza, el casero quería que su leche llegase a todos los rincones de mi mujer.

 Permanecieron así durante media hora más, la toalla estaba totalmente empapada por las corridas de María. Mi mujer miraba al infinito, su expresión era mezcla de remordimiento y de satisfacción, el tal Manolo había conseguido saciarla. El casero recuperaba fuerzas bebiendo la leche de las tetas de mi esposa. Después de este tiempo se levantó, al hacerlo del coño de mi mujer salieron borbotones de semen mezclados con juegos vaginales. El casero se vistió y la dejó ahí tirada.

 María se quedó dormida tal y como estaba durante una hora. Los chicos comentaban la jugada. Como siempre Raúl fue el primero en hablar.

-"La muy puta ha dejado que Manolo le vacíe toda su leche en su interior. ¡Seguro que la ha dejado preñada!"

-"Sí, y encima lo disfrutaba." Apuntó Israel.

-"Vamos a despertarla, ¿sabes la cantidad de cosas que le podemos obligar a hacer? Tenemos un vídeo de ella follando sin que nadie la obligue, no aparecemos nosotros y encima lo ha hecho sin condón." dijo Juan.

 Raúl se quedó pensativo durante unos instantes, luego volvió a intervenir.

-"Eso es cierto, pero nos divertiremos más si dejamos que se confíe, por ahora que piense que no la hemos visto, seguiremos actuando igual."

 Todos estuvieron de acuerdo.

 No sabía que se proponían hacer, pero me daba terror. Los vídeos eran súper excitantes, pero se estaban pasando de la raya. Yo pensaba que sólo se la follarían ellos y se la había tirado medio pueblo y el casero, encima este último lo había hecho sin condón y luego la había dejado en una postura que favorecía la concepción.

 Cuando María se despertó tardo unos instantes en recordar la situación. Pensó  que era una suerte que los chicos no hubieran llegado. Colgó la toalla en una cuerda para que se secase y se tiró a la piscina. Se frotó todo lo que pudo para limpiar los restos que quedaban en su cuerpo de esa sesión de sexo. Se fue a la tumbona a esperar la llegada de los chicos, comenzó a llorar.

 A mi pobre esposa se le habían pasado los efectos del líquido y del alcohol, empezaba a pensar con claridad. Se dio cuenta de lo que había hecho y se sentía culpable. Cuando escuchó llegar el coche se secó las lagrimas y adoptó una postura de tranquilidad.

 Los chicos le dijeron que habían estado tomando unas copas en el pueblo y que por eso se habían retrasado. Ella les dijo que se había quedado dormida casi toda la tarde. Se metieron en la casa, mi mujer caminaba con dificultad, los chicos se hicieron los tontos y no le dijeron nada.

 Era tarde, me fui a mi casa. María me estaba esperando con la cena preparada. Comimos sin dirigirnos prácticamente la palabra y nos acostamos. Yo solo quería que llegase el día siguiente para ver como aprovechaban los chicos su nueva situación. Por la mañana me fui al despacho y puse la cinta por donde la dejé....

 SABADO NOCHE

 Al caer la noche cenaron algo, al sentarse a la mesa la expresión de dolor de mi mujer fue tremenda, tenía el culo dolorido de la enculada de Manolo. Después de la cena se fueron a ver la televisión, María iba desnuda como siempre, esperaba la siguiente prueba que le harían pasar los chicos, ellos por su parte estaban más excitados que de costumbre. Sirvieron unas copas, sin liquido ni nada, solo por el placer de tomarse una copa después de cenar, la de mi mujer casi no la cargaron, querían que estuviese bien despejada para lo que iba a pasar. Raúl empezó a hablar con María.

-"Mira María, se que nos has mentido con respecto a lo que ha pasado aquí esta tarde."

 Mi mujer puso pálida al oír las palabras de Raúl. No sabía que contestar.

-"Yo.... eh......os he dicho la verdad...."

 Raúl tomo un sorbo de su copa, lo hizo despacio, sabiendo que tenía un as en la manga, luego dijo:

-"Te daré una oportunidad, si me cuentas todo lo que ha pasado, seremos benévolos contigo, sino te vas a enterar."

 María no sabía que hacer. Pensó que el casero les habría dicho algo, pero por otra parte podía ser un farol, no se había separado de ellos en toda la tarde y no les había visto hablar con Manolo. Se armó de valor y dijo:

-"Te he dicho que me quedé dormida."

 Después de oír eso Raúl puso el vídeo de lo sucedido esa tarde. Mientras veían las imágenes comenzó a hablar tranquilamente. María estaba muda.

-"Nosotros hemos sido buenos contigo, hemos cumplido lo que te hemos dicho, querías que te follásemos con condón y lo hemos hecho, te hemos preparado la comida y tratado como a una reina. Tú, por contra, has esperado la primera ocasión que has tenido para follarte a otro sin que nos enteráramos, y encima lo has hecho con el tonto del pueblo y sin condón. Te has reído de nosotros, te mereces un escarmiento."

 Raúl había representado perfectamente el papel de poli malo, mi mujer estaba tan confusa como asustada. Tenían un vídeo suyo que podían utilizar, sin tan siquiera incriminarse porque no aparecían en él. Aprovechando la ventaja, Raúl se desvistió, echo a mi mujer sobre la alfombra, la puso a cuatro patas y se dispuso a follársela.

 María intentó protestar porque no llevaba condón, pero antes de que abriera la boca Raúl ya se la había metido de un solo golpe. Ella sabía que ya no podía decir nada, después de lo de esa tarde estaba totalmente a su merced. Si no se había quedado preñada por la tarde, se quedaría por la noche, era inevitable. Raúl la envestía como un salvaje, estaba fuera de sí, le estrujaba las tetas con fuerza, disfrutaba viendo manar la leche del ellas. Tenía una expresión de odio indescriptible, ya no necesitaba el consentimiento de María para nada de lo que quisiesen hacerle, no necesitaban drogarla, no necesitaban comportarse bien con ella. Ella no podía ver su cara por la postura en la que estaba, pero yo sí, por su expresión sabía que Raúl no se contentaría sólo con follársela sin condón.

 Mi mujer recibía las acometidas de Raúl, estaba como ausente, pensaba en como podía haber llegado a esa situación, no encontraba respuesta. Lo único que le apartaba de sus pensamientos era el dolor que sentía en las tetas, el cabrón de Raúl se estaba ensañando a conciencia. Al cabo de un rato se corrió dentro de ella. Israel, Nacho y Juan se la follaron también uno detrás de otro, todos querían dejar su leche en el interior de María. Ella no disfrutó nada, sentía cada torrente de esperma que la invadía, además no estaba excitada y le habían dejado las tetas muy doloridas con tantos apretones.

 Después de eso Raúl se fue a otra habitación, se le escuchaba hablar por teléfono, no podía entender lo que decía pero sabía que no tramaba nada bueno. Tras eso volvió a la habitación e hizo que María se pusiese las ropas del día anterior, minifalda, top, botas y se volviese a pintar como una puta. Ella no quería hacerlo, la otra noche era diferente, estaba borracha y excitada. Al final tuvo que claudicar ante las amenazas de Raúl, o se vestía así o enseñarían el vídeo de Manolo.

 Todos salieron hacia el coche, Raúl se quedó en la casa. Cogió la bolsita de cocaína del día anterior y la metió en un bolso de su madre que había en la casa, también metió maquillaje, pañuelos y otras cosas de manera que pareciese un bolso de mujer normal. Luego habló a la cámara.

-"Hola cornudo. Te preguntarás a quién he llamado y que pienso hacer con la cocaína. Pues bien te lo diré. Le hemos preparado otra aventurita a tu mujer, tengo un primo en el pueblo, el pobre no tiene mucho éxito con las chicas, y he pensado que se tiré a tu mujer. Cómo lo hará, será una sorpresa."

 Dicho esto se reunió con los otros, le dijo a María que debería llevar ese bolso, que así parecía más puta. Dejaron que mi mujer condujese. Se dirigían al pueblo del día anterior cuando se encontraron un coche con una sirena en el techo, era un coche normal. Un hombre les daba el alto. María paró el coche y abrió la ventanilla. El tipo se acercó y enseñó una placa, se veía a la legua que no era una placa de verdad, pero mi mujer no se dio cuenta. Sin que María lo viera Raúl le guiñó un ojo al supuesto policía, estaba claro que el tipo era el primo de Raúl. Él les hizo meterse en un camino lateral.

 Al verlo comprendí porqué no tenía éxito con las mujeres, tendría unos veinte años, era de mediana estatura y muy gordo, además su cara estaba llena de granos. Él volvió hacia el coche y se agachó sobre la ventanilla y dijo:

-"Agente López. Documentación."

 María le dio su carné y los papeles del coche. Él volvió a tomar la palabra.

-"¡Bajen del coche!"

 Todos bajaron sin decir nada, Nacho dejó la cámara apuntando hacia el exterior. "López" comenzó a registrar el coche, estaba claro que sabía donde estaba la coca. Sacó el bolso y mostrando la bolsita que había encontrado se dirigió a mi mujer.

-"¿Qué es esto?"

 María estaba asombrada.

-"No lo se agente."

-"Yo se lo diré señora, es cocaína le va a caer un buen paquete por esto."

 María se quedó de piedra, intentó arregrarlo.

-"Pero no es mía, el bolso no es mío, ellos me lo dieron...."

 Él la interrumpió al instante.

-"No diga tonterías, es la única mujer en el coche, el bolso es suyo. Además el coche está a su nombre, la responsabilidad penal es suya de todas formas. Voy a tener que registrarles."

 El policía comenzó con los chicos, les registró rápidamente. Luego se acercó a mi mujer.

-"Las manos contra el capó y las piernas separadas."

 María estaba asustadísima, no sabía lo que se proponía el agente, además no había mucho donde registrar. Él le levantó la falda, se le caía la baba al ver que no llevaba bragas. Mi mujer se enfadó.

-"¿Qué está haciendo?¿Quién se ha creído que es?"

-"Mire, le seré franco, o copera o le voy a poner una multa que se le va a caer el pelo."

 No entendía como María no caía en la cuenta de que ese tipo no era policía. Tal vez estaba preocupada por las consecuencias de la multa, pensaría en lo que yo le diría si le ponían esa multa, además había caído en la cuenta de que la "medicina para la cabeza" que le dieron el día anterior era coca y ella la había consumido. Para más inri se suponía que había ido a un entierro, no podría explicar la situación. Su única alternativa era dejarse hacer por el policía.

 El tipo desde atrás desabrochó los cordones del top de María dejando sus tetas al aire. Empezó a manosearlas, cada acción la acompañaba con un comentario que humillaba a mi mujer, "hay leche en las tetas, tenemos una mamaíta", decía el cabronazo. Luego le subió la falda hasta la cintura y empezó a explorarle el coño, " hay restos de semen, ya se lo que pasa aquí, estos chavales han contratado una putita, y tú trabajas en esto para mantener a tú hijito y pagarte tu adicción a las drogas". María estaba roja de ira y lo peor de todo es que tenía que aguantarse, el "agente López" disfrutaba enfureciéndola. Después de explorar su coño le introdujo un dedo en el culo, mi mujer gritó de dolor, el casero se lo había roto bien esa tarde. "También te han dado por el pompis, vaya tenemos una zorra de calidad". María no aguantó esa humillación, se dio la vuelta y le escupió a la cara. El tipo se excitó más que enfadarse, "muy bien puta, tu lo has querido, ya había terminado el registró y pensaba marcharme, pero ahora te vas a enterar."

 Estaba claro que el "agente López" no pensaba marcharse, pero quería enfurecer a María antes de tomarla, y lo había conseguido. Se lanzó sobre mi mujer con todo su peso, ella cayó sobre el capó del coche, sus doloridas tetas amortiguaron la caída. Quería penetrarla por el culo, pero ella se resistía con fiereza y no le dejaba. "Si no quereis que os empapele a vosotros también sujetadme a esta puta" gritó él. Les estaba dando pie a participar, los chicos no se lo pensaron, Juan y Nacho sujetaron cada uno una pierna de mi mujer, mientras que Raúl e Israel intentaban mantenerla quieta.

 María se resistió cuanto pudo hasta que las fuerzas le abandonaron, el gordo cabrón aprovechó para metérsela en el culo, no la tenía muy grande pero en el estado que estaba el culo de mi pobre mujer era como si le metiesen la polla más grande del mundo. Ella gritaba de dolor.

-"¡Ahhhhhhh......cabrón me estás partiendooooo......"

 Las quejas de mi mujer le calentaban aún más. Restregaba su cara llena de granos contra la de mi mujer intentando besarla. María no se dejaba, él se conformó con pasar su lengua por su rostro mientras daba sus últimos empujones.

-"¡Toma puta de mierda!" dijo mientras se corría.

 María quedó tendida sobre el capó del coche, el supuesto policía se vistió, le dio 100 euros disimuladamente a Raúl y se marchó. Los otros comentaban animadamente la escena.

-"Te está bien empleado por engañarnos esta tarde." Dijo Juan.

-"¿Por qué no me habéis ayudado?" Preguntó entre llantos María.

 Raúl, después de que se fuera su primo, acariciándole la cara a María dijo:

-"No podíamos,es policía. Venga vístete y vamos al pueblo. Tomamos unas copas y volvemos a casa, por hoy ya has tenido bastante."

 Cuando vi todo eso me quedé muy sorprendido. No habíamos hablado de violarla, yo creía que habíamos hecho un trato pero ellos se volvían a reír de mi. Fruto de mi excitación parecía haber olvidado la clase de personas que eran. En verdad me estaba bien empleado por entregar a mi mujer a unos pervertidos. Aunque no entiendo el porqué, pero cuanto más nos humillaban, más me excitaba.

 Mi mujer se tranquilizó un poco, pensaba que por esa noche ya había terminado. Se dirigieron al típico garito de moda del pueblo. Era el un local donde el alcohol y las drogas son habituales, todos eran veinteañeros y vestían de formas muy diversas y raras. Antes de entrar escondieron la cámara en el bolso de María, al que habían hecho un agujero para poder grabar lo que ocurría, para que ella no se diera cuenta lo llevaba Nacho en plan galante. Raúl iba a sobornar al portero para que les dejasen entrar, esta vez no por mi mujer sino porque ellos no tenían la edad, pero dos hombres que había junto al mismo les dejaron pasar sin más, serían los dueños del local.

 Una vez dentro se fueron a la barra y pidieron una ronda. La gente los miraba extrañados, no por las pintas de mi mujer, que eran típicas de una discoteca así, sino por la edad. Mi mujer se conserva bien pero se nota que tiene sus añitos y a los chicos se los ve unos adolescentes imberbes. Yo me preguntaba que tramarían, sabía que no iban a tomar sólo unas copas.

 Después de unas cuantas copas María empezó a relajarse, llevaban mucho tiempo en el bar y los chicos no la habían obligado a nada. Cuando Raúl la notó suficientemente borracha la sacó a bailar, subieron a una tarima y empezaron a moverse. Mi mujer estaba tan confiada que debió ser la única en el bar en no darse cuenta de que no llevaba bragas. La gente de abajo se estaba poniendo morada viendo el peludo chocho de mi esposa. Cuando Raúl se cercioró de que todo el mundo sabía que María no llevaba bragas habló con ella y se marchó, supongo que le diría que iba a por unas copas pues señalaba su vaso vacío mientras hablaban.

 Lo que tenía que pasar pasó, inmediatamente después de que Raúl viniese a la barra, los dos que estaban antes en la puerta subieron a la tarima, eran los típicos chulitos de gimnasio con sus camisetas apretadas, eran muy grandes, uno era rubio y el otro moreno. Empezaron a bailar con María uno por delante y otro por detrás. Ella estaba borracha y se la veía orgullosa de que dos tíos de veintipico años tan guapos y fuetes se fijaran en ella, pensaba que no había nada de malo en concederles un baile. Además parecían buenas personas, pues ni la rozaban al bailar.

 Debieron ofrecerle una copa ya que se fueron a otra barra que había al fondo del local, María se quitaría del medio a Raúl y los demás por un rato, se sentía segura junto a los dueños del bar. Los chicos se acercaron un poco al lugar donde estaban, ocultos detrás de una columna grababan sin ser vistos. El rubio se metió dentro de la barra y sirvió unas copas, luego le dijo al camarero que se fuera y cerró la barra, volviendo al instante junto a María y su compañero. Acto seguido los dos tíos empezaron a toquetear a María, al principio eran solo caricias inocentes, pero luego el moreno le desabrochó los cordones del top, intentaba liberar sus hermosas tetas. Mi mujer al darse cuenta de que estaban llegando demasiado lejos intentó huir, pero estaba atrapada entre la barra y los dos armarios de músculo. El que intentaba liberar sus tetas consiguió su objetivo, el rubio le había subido la falda y le estaba toqueteando el coño.

 Estuvieron un rato así, ella intentaba pedir auxilio, pero el rubio le tapaba la boca con la mano. La arrastraron hacia unas escaleras, comprendí que la llevaban a un reservado. El moreno la subió prácticamente arrastras, el otro se quedó vigilando en las escaleras por si alguien les había visto. Los chicos se acercaron a él. El tipo se puso furioso al darse cuenta de que eran los que estaban antes con María.

-"¿Qué queréis niñatos?"

 Raúl tomó la palabra, no entendía como un crío de quince años podía manejar tan bien esas situaciones.

-"Se que os habéis subido a la tía esa a un reservado."

-"Eso no es asunto tuyo chaval." Respondió el musculitos.

Raúl le hizo una proposición irrechazable:

-"Escucha, esta tía es una autentica zorra, mis amigos y yo nos la estamos follando, la chantajeamos con decírselo a su marido si no hace todo lo que le pedimos. No nos importa que os la tiréis, al revés queremos que lo hagáis. Solo queremos mirar."

 El tipo se enfadó.

-"¿Quién te has creído que eres? Escucha imbécil, vamos a reventar a esta puta y vosotros esperareis aquí os guste o no ¿has entendido?"

 La respuesta de Raúl fue espectacular.

-"No, escucha tú. O nos dejas mirar o llamo ahora mismo a la policía. Tú decides, puedes ir a la cárcel por violación o puedes violar a esta mamaíta impunemente, cuanto más duramente mejor. Te garantizo que no os denunciará, la tenemos controlada"

 La cara de asombro del tipo lo decía todo, no le quedó más remedio que aceptar. Subieron las escaleras, el reservado era como una suite de hotel, tenía un salón a la entrada y un dormitorio con cuarto de baño al fondo. Una puerta corredera separaba el salón de la habitación. Al entrar los chicos se escondieron detrás de un sofá y el musculitos cerró con llave el reservado, luego apagó la luz del salón y cerró la puerta corredera, la dejó entreabierta para que pudieran verlo todo. Los chicos salieron de su escondite y se acercaron con la cámara a la puerta, se relamían solo de pensar en lo que iba a pasar, sabían que alguien intentaría follarse a María al verla sin bragas, pero habían tenido una gran suerte con que fueran los dueños, podrían mirar tranquilamente. Yo por mi parte estaba tan furioso como excitado, se estaban pasando de la raya, eran como pequeños diablillos jugando a ser Dios con mi mujer, ella no se merecía eso. Pero ya no podía hacer nada, eso había sucedido ya, tenía dos opciones verlo o apagar la tele. Me desabroché el pantalón y me empecé a pajear.

 El otro tío estaba forcejeando con María en la habitación, le arrancó de un fuerte tirón el top, dejando sus tetas al aire. Mi mujer gritaba inútilmente, nadie la iba oír con lo alta que estaba la música del local. El que había hablado con Raúl le dijo al otro algo al oído, le estaba poniendo al corriente de todo. Cuando hubo terminado los dos se lanzaron sobre María. Ella luchaba como una fiera, intentaba evitar lo inevitable.

 Los gritos de María eran estremecedores, el moreno le dio una bofetada y la tiró de espaldas.

-"¡Ya estoy harto de tus gritos zorra de mierda!" dijo mientras le pegaba.

 El rubio sacó de un cajón un rollo de cinta aislante, dos pares de esposas y unas cuerdas. Parecía claro que mi mujer no era la única a la que violaban esos dos.

-"¿Eres una puta salvaje? Pues te vamos a domar."

 Diciendo esto le taparon la boca con la cinta aislante, luego la esposaron al cabecero de la cama con una de las esposas. María se encontraba de pie junto a la cama, desnuda de cintura para arriba, vestida solo con la pequeña minifalda y las botas negras de largos tacones. Estaba temblando, tenía las manos sujetas a la cama y estaba a su merced. Aún así se resistió como pudo a que le quitasen la minifalda, al final no consiguió evitarlo.

 Los dos tipos se quitaron los cinturones y empezaron a azotarla. María se estremecía de dolor. Recibía latigazos por todo el cuerpo pero sobre todo en sus tetas y en su culo. Intentaba chillar pero no podía con la boca tapada, lo único que podía hacer era llorar. Cuanto más sufría ella más disfrutaban esos bárbaros. Los chicos miraban atónitos desde su escondite, todos tenían una cara de asombro brutal, no esperaban eso, el único que tenía otra expresión era Raúl, su cara reflejaba felicidad, ese crío de quince años era un autentico diablo.

 Pasados unos minutos María dejó de agitarse, su culo y sus tetas estaban totalmente rojos, el resto del cuerpo mostraba alguna que otra marca de latigazo. Finalmente las piernas le fallaron y se desmayó, quedó colgada del cabecero de la cama. La habían doblegado.

 Los dos hombres se desnudaron, sus pollas eran de buen tamaño, aunque todas parecían pequeñas comparadas con la de Manolo. La desataron, le quitaron la cinta aislante de la boca y la subieron a la cama, ella no se movía. La sentaron apoyando la espalda contra el cabecero. Era un cabecero de los antiguos, con barras de hierro, lo que les permitió inmovilizarla totalmente. Le esposaron las manos en cruz, luego pasaron una de cuerda entre las barras y la cintura, después otra entre las barras y el cuello de mi mujer.

 En esa postura mi mujer estaba a expensas de lo que quisieran hacerle. Luego cogieron sus cinturones y los cerraron sobre los pechos de María, quedando éstos aprisionados. Ella se despertó al empezar a sentir dolor en sus tetas. Cuando se vio atada en esa postura se puso a gritar, intentaba revolverse pero estaba bien sujeta y apenas conseguía mover un músculo. Ellos tiraban poco a poco del extremo libre de cada cinturón, parecía que las tetas de mi mujer iban a explotar.

-"¡Soltadme!" Decía la pobre María mientras se retorcía de dolor.

 Pequeñas gotas de leche empezaban a manar de los pezones de mi esposa. Al verlo, los dos hombres empezaron a mofarse de ella.

-"¿Te gusta que saquemos tu leche mamaíta?"

-"Pareces una vaca lechera. Vamos a ordeñarte esas tetas tan gordas. Te vamos a exprimir hasta la última gota."

 El moreno dio un fuerte tirón de su cinturón, un chorro de leche salió disparado de la teta de María.

-"¡Ahhhhhhhhh.........! ¿Por qué me hacéis esto?" Se quejó amargamente María.

 La respuesta fue un tirón del otro cinturón, se produjo el mismo resultado. María empezó a pedir auxilio desesperadamente. Los dos tipos empezaron a apretar continuadamente los cinturones sobre las doloridas tetas de mi mujer, su leche empezó a salir a borbotones. Ellos sonreían mientras María continuaba retorciéndose, intentando liberarse inútilmente de ese suplicio. A los pocos minutos de sus pechos dejó de manar leche, por más que se los estrujaban no salían nada, la habían dejado seca.

 Lo que esos sátiros le estaban haciendo a mi mujer era excesivo, le estaban practicando todo tipo de torturas, sus gritos eran desgarradores, definitivamente el juego se me había escapado de las manos. Sea como fuere no había podido apartar la vista del televisor ni un minuto, me daba remordimientos excitarme con eso, pero esas cosas no se pueden evitar.

 Los chicos se habían pajeado con la escena. Ellos disfrutaban sin ningún cargo de conciencia, sobre todo Raúl. Cuanto más fuerte era lo que le pasaba a María, mayor era su satisfacción, el fin de semana les estaba saliendo perfecto.

 Al cabo de un rato la desataron. Cuando María estuvo libre de sus ataduras ni siquiera intentó escapar, las fuerzas le habían abandonado, cayó desplomada sobre la cama. Colocaron la almohada debajo de su estomago, dejando el culo de mi mujer totalmente expuesto. Ella estaba tan fatigada y dolorida que no se daba cuenta de nada. El rubio de ellos se situó detrás preparándose para encularla. Introdujo la punta en el culo de María, ella dio un respingo.

-"Eso no, haré lo que queráis pero no me deis por el culo, me duele mucho." María tenía el culo tan dolorido que estaba dispuesta a lo que sea con tal de no ser penetrada otra vez.

-"Esta bien, entonces me la vas a chupar como una profesional." dijo sacándosela a mi mujer.

-"Te la chuparé, haré lo que sea." Contestó aliviada mi mujer al sentir que se la sacaban.

 En ese momento el tipo la penetró con fuerza pillando a María confiada.

-"¡Hijo de putaaaaaaaaaaa.......!" Gritó mi mujer.
 
 Él le daba con fuerza, la estaba destrozando.

-"¡Vamos mami muévete!" Decía mientras seguía follándose a mi mujer.

 Cogió su cinturón y la empezó a golpear a un lado y a otro, como los vaqueros al caballo en las pelis del oeste, gritándole que se moviera. María se movía lo que podía, pero para el rubio no era suficiente y seguía fustigándola. Finalmente se corrió y dejo caer su peso sobre María, descansando sobre ella.

 Cuando se quitó, el moreno arrastró a mi mujer hasta el borde de la cama. Se la fue metiendo poco a poco por el culo, cuando la tuvo totalmente dentro se levantó. Tenía a María empalada, la sujetaba por los muslos, ella se agarraba al cuello de su violador para no caer. Él se acercó a la puerta para que los chicos pudieran verlo más de cerca. El coño de mi mujer estaba totalmente abierto, su cara desdibujaba, mientras el moreno la subía y bajaba como si fuera un muñeco. Ella no podía verlos porque estaban en la penumbra, pero ellos si podían disfrutar de esa visión en primera fila.

 Cuando hombre se corrió, dejó a María otra vez sobre la cama y le dijo:

-"Tienes cinco minutos para marcharte, si no lo haces volveremos a empezar."

 Al oír esto los chicos se fueron sin hacer ruido. Se subieron en el coche a esperar a María, se hacían los dormidos como si llevasen mucho tiempo esperando. En cinco minutos exactos apareció mi mujer, su aspecto era lamentable, tenía el top roto y apenas podía ocultar sus tetas, el pelo totalmente despeinado y el maquillaje se le había corrido.

-"¿Dónde estabas puta?" De esta manera la recibió Raúl

-"¡Me han violado! Tenemos que ir a comisaría a denunciarlo." Dijo agitadamente María.

-"No podemos hacer eso. El policía. de antes puede estar en la comisaría, además si lo hacemos tu marido se enterará de lo que has estado haciendo el fin de semana." Volvió a decir Raúl.

 María se quedó pensando unos instantes, sabía que Raúl tenía razón, lo que no sabía era que el policía no era policía y que su marido no solo sabía lo que había pasado sino que era cómplice. Finalmente aceptó el consejo de Raúl y se marcharon a casa, estaba amaneciendo.

 Miré el reloj, era muy tarde, casi se me había pasado la hora de comer. Me fui rápidamente a casa. María me preguntó por mi tardanza, le dije que había tenido mucho trabajo en la consulta. Casi no podía mirarla a la cara. Lo ocurrido durante la noche del sábado había sido demasiado fuerte, y sentía remordimientos. Mi mujer me notó extraño durante la comida pero no me dijo nada, bastante tenía ella con lo suyo.

 Después de comer María se marcho, me dijo que tenía hora con el ginecólogo, que era una revisión de rutina. Me temí lo peor, ¿estaría embarazada?. Cuando ella se fue me marché al despacho, tenía que terminar lo que empecé.

 DOMINGO

 El domingo los chicos se levantaron a las doce, María seguía durmiendo. Estuvieron viendo el vídeo de la noche anterior, comentándolo animadamente.

-"¡Que suerte tuvimos ayer de dar con esos dos tipos!" Dijo Juan.

-"Ha sido lo mejor de todo el fin de semana ¿verdad?" Preguntó Israel.

 Raúl tomó la palabra. Cada vez que lo hacía yo me preguntaba qué estaría tramando.

-"Puede ser, pero tenemos la obligación de superarlo, quién sabe si volveremos a disfrutar alguna vez de esta puta."

-"¿Superarlo?¿Cómo?" Dijo incrédulo Nacho.

-"Tú déjame a mí"

 Con la intrigante frase de Raúl terminó la conversación. Dijo que tenía que ir al pueblo y se marchó. Cuando regresó Raúl subieron a despertar a María, era la hora de comer. Mi mujer dormía a pierna suelta, era natural después de todo lo que había ocurrido el día anterior. Sus tetas y su culo mostraban las marcas del la pasada noche, estaban llenas de moratones. Me alegré al ver que solo tenía eso, no había sido tan grave después de todo, ella había sufrido pero no tenía secuelas de importancia.

 Bajaron a comer, María tuvo que sentarse sobre un flotador, mientras los chicos se reían disimuladamente,iba desnuda como siempre. Todavía fingían portarse bien con mi mujer los muy cabrones, después de lo que le habían hecho pasar. Cuando terminaron de comer pasaron al salón. Raúl se sentó al lado de mi mujer y comenzó a hablarle.

-"Esta mañana he ido al pueblo y te he comprado una cosa"

 Raúl le entregó un test de embarazo, ninguno sabíamos lo que se proponía. Él seguía hablando.

-"Quiero que lo hagas."

 María le miró extrañada, no sabía porqué Raúl quería que se hiciese el test, pero no le dio muchas vueltas, ella deseaba hacérselo. Se fue al cuarto de baño. Raúl aprovechó ese instante para salir fuera y orinar sobre otro test, había comprado dos el muy bastardo, después se lo guardó en un bolsillo. Cuando María volvió Raúl le pidió el test y se lo guardó en el otro bolsillo.

 Pasados los minutos de rigor, Raúl sacó su test de su bolsillo, María no notó la jugada. Cuando Raúl le mostró el test a mi mujer ella se puso súper contenta, por fin algo le salía bien. Raúl le ordenó que los esperase en la piscina y María obedeció.

 Cuando María salió de la casa, Raúl sacó el otro test del bolsillo. Por su cara de satisfacción al verlo, supe que mis temores se confirmaban. Cuando lo mostró a la cámara comprobé que así era, estaba embarazada. Los demás estaban desorientados, no sabían lo que se proponía Raúl. Aún así lo siguieron a la piscina. Raúl se fue a hablar con mi mujer.

-"Bueno María después de la buena noticia siempre viene una mala. Ayer nos dejaste plantados en la discoteca y mereces un castigo"

.-"Pero si me violaron." Dijo ella.

-"Sí, pero es como lo de ayer con Manolo, te violaron por intentar engañarnos, te fuiste con unos tipos para librarte de nosotros, tú te lo buscaste. Además nosotros no tenemos la culpa de nada, hemos perdido toda la mañana por dejarte descansar. Ese tiempo es irrecuperable para nosotros porque esta tarde nos vamos, te devolveremos las cintas y no nos volverás a ver. Nos merecemos una compensación."

 María respiró aliviada al escuchar que pensaban devolverle las cintas.

-"¿Qué castigo? dijo.

 Los chicos aguardaban expectantes la próxima frase de Raúl, sabían que este era el momento culminante que les había prometido.

-"Lo decidirás tú, te daré cuatro opciones. Uno, follaras con nosotros nuevamente sin condón todas las veces que queramos. Dos, te daremos por el culo desde ahora hasta que nos marchemos. Tres, tendrás sexo con uno de los perros de Manolo. Cuatro, nos quedamos con las cintas y ya veremos que hacemos con ellas."

 María se quedó perpleja cuando escuchó las opciones. No podía hacerlo sin condón, Dios le había dado otra oportunidad y no podía arriesgarse a quedarse embarazada, ya era mucha casualidad que no lo estuviese ya como para seguir tentando a la suerte. Tampoco podía dejarse dar por el culo, lo tenía tan dolorido del día anterior que le dolía sólo de pensarlo, era un infierno por el que no estaba dispuesta a pasar. La opción del perro, era una opción que iba contra las leyes de la naturaleza y de Dios, una opción que era una aberración en si misma. Si se quedaban con las cintas, todo lo que había pasado ese fin de semana habría sido inútil, su sufrimiento habría quedado en saco roto.

 A Raúl se le veía contrariado, pensaba que María elegiría la opción del perro, pensaba que no había otra elección posible,pero ella no contestaba, por lo que Raúl dijo:

-"De acuerdo, ya que no contestas supongo que habrás elegido la opción numero cuatro, que nos quedemos las cintas. Vamos a tomar una copa y nos iremos para casa, volverás a tener noticias nuestras."

 Raúl no se conformaría con eso, les había prometido a sus amigos un punto final grandioso para el fin de semana y lo iban a tener. Se marchó con Juan a preparar las copas, la de María muy poco cargada y con una gran dosis de líquido para vacas, no querían emborracharla, sólo querían calentarla. Juan se fue con las copas a la piscina y Raúl se marcharon a buscar a Manolo. Raúl llamó a la puerta del casero.

-"Hola Manolo, quiero que me dejes al perro."

-"¿A cual de ellos?"

-"Déjame el macho grande. La puta que hemos traído con nosotros nos ha dicho que quiere follarse a un perro, menuda guarra. ¿Quieres verlo?"

 A Manolo se le iluminó la cara, movió la cabeza asintiendo.

-"Muy bien, te quedarás espiando desde detrás del seto. Cuando te haga una señal vendrás con el perro, haz como si vienes a limpiar la piscina."

 Raúl volvió con los demás a la piscina, empezaron a hablar de tonterías. A los pocos minutos el líquido empezó a hacerle efecto a mi mujer, ella se dio cuenta que algo raro le pasaba, normalmente asociaba cuando se ponía caliente a que iba borracha, pero esta vez no era así, era tan ingenua que no se dio cuenta de que le habían echado algo en la bebida. Le habían echado mucho más líquido que las otras veces, la calentura de María iba a ser brutal.

 Los chicos seguían hablando de tonterías, como si no se dieran cuenta. Ignoraban a posta a María, que estaba sentada desnuda junto a ellos agitándose constantemente. Raúl la miró de reojo, al darse cuenta de su estado dijo:

-"Bueno recogemos todo y nos vamos para la ciudad."

 Al oírlo María se contrarió, esperaba tener una última sesión de sexo.

-"Raúl, yo había pensado que.....ya sabes....." El tono de voz de mi mujer era de lascivia absoluta.

 Raúl se hizo el tonto.

-"No, no se."

 María fue directa al grano.

-"Había pensado que podíamos tener sexo otra vez. Estoy dispuesta a chupárosla a cambio como el primer día"

-"Muy bien, chúpanosla y luego ya veremos."

 Mi mujer se acercó a Raúl, se puso de rodillas entre sus piernas, le sacó la polla del pantalón y se la empezó a chupar. Lo hacía lo más rápido que podía, no quería esperar más para ser follada. Raúl puso su mano en la cabeza de María acompañando el movimiento, luego le hizo una seña a Manolo. Mi mujer no se dio cuenta de que el casero estaba limpiando la piscina hasta después de que Raúl se corriera en su boca, cuando lo vio, no le dio importancia, total Manolo ya se la había follado, haría lo que fuera con tal de tener sexo.

 Juan prefirió que María le hiciera una cubana. Ella puso la polla del chico entre sus tetas, éstas eran tan grandes que cubrían por completo el instrumento de Juan. María comenzó un sube y baja bastante rápido, sólo tenía una idea en la cabeza, sexo. Cuando Juan se corrió, ella se levantó y se fue a por el siguiente chaval, Nacho. Le hizo una mamada estupenda, había aprendido bastante el fin de semana. Israel optó por otra cubana. Cuando mi mujer terminó con todos ellos exigió su premio, seguía de rodillas junto a Israel.

-"Coged los condones, ¿quién es el primero?"

-"Nadie va a follarte puta."

 María se sorprendió con las palabras de Raúl.

-"Pero me dijiste que si os la chupaba...."

-"Eso lo dijiste tú." Volvió a decir Raúl.

 María estaba tan caliente que empezó a masturbarse. Raúl le apartó las manos de su coño.

-"No te masturbarás, si quieres sexo tendrás que hacerlo con alguien, pero no con nosotros."

-"¿Con Manolo?" Dijo mi mujer.

-"No, con su amigo."

 Cuando María vio al perro empezó a temblar, el perro era grandísimo, muy feo y estaba sucísimo, seguro que tenía pulgas. Es verdad eso que dicen de que los perros se parecen a los amos. Mi mujer se levantó enfada, no iba a hacerlo con el perro, y más ahora sin recuperar las cintas. Se dirigió hacia la casa, su paso era decidido, pero poco fue aminorándolo. Se dio la vuelta y se acercó a Raúl.

-"¿Recuperaré las cintas si lo hago?"

-"Ya es demasiado tarde, las cintas son nuestras, si quieres follarte al perro lo harás sin conseguir nada a cambio." Dijo Raúl.

 Increíblemente mi mujer se puso a cuatro patas, solo le importaba calmar su calentura. Al ver esto yo no sabía que pensar, un perro apestoso se iba a follar a mi mujer, toda una señora cristiana y madre de dos hijos. Mi polla pensó por mi, se me puso más tiesa que nunca, no recordaba una erección igual, me empecé a pajear. Raúl ordenó a Manolo acercarse con el perro.

 El perro empezó a dar vueltas alrededor de María hasta que descubrió la humedad de su coño. Empezó a lamerlo, su áspera lengua hacía maravillas en la intimidad de mi mujer. Ella movía su culo buscando más placer. Los chicos y Manolo se pajeaban muy excitados. María no aguanto mucho tiempo los lametones del chucho y le vino un orgasmo, el perro lamió los abundantes jugos que manaban del interior de su hembra. Luego el animal se subió sobre mi mujer, intentaba penetrarla, cuando por fin lo consiguió empezó a culearla a un ritmo frenético, sujetándola con sus patas delanteras.

 Las babas de animal resbalaban por el cuerpo de María, a ella se la veía sofocada por la follada que estaba recibiendo. Empezó a gemir al sentir la proximidad de otro orgasmo.

-"¡Me corrrrrrrrooooooooooooo..........!"

 El chucho seguía empujando, no bajaba el ritmo. María encadenaba orgasmos uno detrás de otro, era increíble la cantidad que tuvo. Los chicos se mofaban de ella.

-"Vaya perra, como disfruta." Dijo Juan.

-"Dime puta, ¿qué diría tu maridito si te viese entregada a un chucho sarnoso?" Dijo Raúl con ironía.

 Su marido se había corrido ya dos veces mientras su mujer seguía teniendo orgasmos sin importarle que la humillaran. De pronto el perro arqueo su espalda juntándose lo más que pudo a mi mujer. Empezó a meterle toda la bola a María, que se retorcía mezcla de dolor y placer. Ella tuvo un último orgasmo y perdió el sentido.

 Cuando recobró el conocimiento, el perro le estaba dando la espalda, se habían quedado abotonados. Ella se asustó un poco al verse en esa situación, intentó despegarse del perro pero no pudo. La follada del animal había aplacado su calentura y ahora se sentía fatal. "¡Qué es lo que he hecho ! ¡Cómo he caído tan bajo!" dijo en voz alta. Los chicos empezaron a reírse. Ellos todavía no se habían corrido, estaban aguardando este momento, el momento más humillante para María. Se acercaron a ella y uno tras otro fueron corriéndose en su cara, lo hicieron con desprecio, como si mi mujer fuera una basura. También Manolo descargó sobre su rostro cinco tremendos chorros de semen. María terminó cubierta totalmente de esperma, llorando amargamente mientras esperaba que el perro se despegase de ella. Todo lo que había hecho el fin de semana había sido inútil, no sólo no había recuperado las cintas, sino que ahora tenían más vídeos de ella, algunos de los cuales eran totalmente aberrantes.

 Raúl y Juan entraron en la casa. Juan grabó las últimas palabras de su amigo:

-"Bueno cornudo, espero que hayas disfrutado con el vídeo. Además vas a ser padre otra vez, si el niño no sale muy listo sabrás que es de Manolo. Aunque no tiene porqué ya que tu mujercita también es tonta de remate, no se ha dado cuenta que las violaciones que ha sufrido estaban preparadas, ni de que le hemos puesto el líquido para calentarla. Lo dicho, si quieres repetir ya sabes mi número de teléfono."

 Así se terminó la grabación. No sabía que pensar, había disfrutado como un enano, pero mi pobre mujer había alternado momentos de increíble placer con otros de increíble dolor. Cuando regresé a casa María me dijo que quería hacer el amor con migo. Era evidente que había ido al médico y le había dicho que estaba embarazada, supongo que habría tenido los síntomas típicos y habría ido al doctor para ver si el test que había hecho con los chicos estaba bien.

Si hacía el amor con ella, tendría que asumir el hijo como mío, pero que otra cosa podía hacer....

 

 

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