Hola
amigos, vuelvo con todos vosotros para seguir narrando lo que ocurrió
el resto de fin de semana que pasó mi mujer, María, con los amigos de
mi hijo: Raúl, Juan, Israel y Nacho. Yo les había entregado a mi
esposa y los chicos me habían enviado un montón de cintas de vídeo
con todo lo sucedido.
Después de haber visto lo ocurrido el sábado por la mañana, me fui a
comer a mi casa. Mi mujer no estaba, me había dejado preparada la
comida. Comí todo lo rápido que pude y volví al despacho.
Suponía que lo que me quedaba por ver de fin de semana era fuerte,
por el cambio de actitud que les conté en mi anterior relato que tuvo
María. Pero me equivoque, era mucho más de lo que yo esperaba.
SÁBADO TARDE
Después de lo sucedido esa mañana los chicos bajaron a preparar la
comida mientras María se duchaba. Me extrañó ver la gran cantidad de
líquido para vacas que vertían en el plato de mi mujer, ya que esa
mañana no lo habían necesitado. Raúl me lo aclaró al instante.
-"¿Te ha gustado la sesión de esta mañana? He conseguido que la
frígida de tu mujer se corra sin ayuda del líquido, lo que tu no has
podido hacer en dieciséis años de casados, yo lo he logrado en un
momento."
Los otros se rieron con el comentario de Raúl, él siguió hablando.
-"Después de comer tu mujer tendrá una sorpresita, por eso la vamos a
calentar, pero no adelantemos acontecimientos......"
En ese momento María aparecía en la sala, iba desnuda como le habían
ordenado. Después de comer decidieron tomar unas copas. Mi mujer
creía saber lo que vendría después, pero estaba muy equivocada.
Cuando ya estaban borrachos Nacho se fue a otra habitación y llamó a
Raúl con el móvil, me preguntaba qué estarían tramando. Cuando colgó,
Raúl se dirigió a mi mujer.
-"Era el portero de la discoteca de ayer que ha encontrado mi DNI,
debí perderlo por la noche cuando estuvimos ahí. Vamos a ir a
buscarlo, tú te quedarás aquí."
-"Pero..., yo creía que...."
María estaba tan caliente que sólo quería que se la volviesen a
follar.
-"No te preocupes zorrita, estaremos aquí en poco tiempo." dijo Juan.
-"Nos llevaremos tu coche. Te quedarás en la piscina hasta que
lleguemos, voy a cerrar la casa para que no vayas a tener la
tentación de vestirte y huir." Ordenó Raúl.
Sabían que lo último que haría María era intentar marcharse, ella
quería rabo a toda costa, pero tenían que conseguir que se quedara
fuera de la casa para darle su sorpresa.
Mientras Raúl y Juan hablaban con mi mujer, Israel y Nacho dejaron
una de las cámaras en una ventana de las que daban a la piscina, la
camuflaron entre dos macetas de manera que María no pudiera verla. La
otra se la llevaron al coche. Antes de marcharse Raúl se dirigió
hacia la casa del casero, en la puerta había varios perros pero no
ladraron ya que conocían a Raúl. El chico llamó y salió el tal
Manolo.
-"Hola señorito Raúl, ¿qué quiere?"
-"Hola Manolo, nos vamos al pueblo y estaremos fuera toda la tarde,
la señora que ha venido con nosotros se queda en la piscina. A ella
le da un poco de miedo quedarse sola, así que por qué no aprovechas a
limpiar la piscina y así estará acompañada. No le digas que te lo he
dicho yo porque no quiere reconocer que le da miedo quedarse sola "
-"Muy bien."
Desde el coche los otros grababan la conversación, a Manolo se le
iluminaron los ojos cuando Raúl le dijo eso. El día anterior había
visto como se follaban a María, se masturbo viéndolo. Por la cara que
ponía mientras lo hacía, sabía que lo que mas deseaba en este mundo
era a mi mujer. Raúl debió haberse dado cuenta de esto al revisar los
vídeos y pretendía entregarle a mi mujer al casero. Yo creía que mi
mujer no querría nada con un sujeto tan asqueroso, pero la seguridad
de Raúl me intrigaba, el chico comenzaba a conocer muy bien las
reacciones de mi mujer a cada situación.
Después se montaron todos en el coche, cuando pensaron que estaban
suficientemente lejos . aparcaron el coche, cogieron la cámara y se
dirigieron corriendo hacia la casa. Raúl sabía que Manolo intentaría
algo con mi mujer, en el pueblo tenía fama de putero, además decían
que la tenía muy grande. Se apostaron detrás de un árbol hasta que
Manolo salió de su casa, cogió los útiles para limpiar la piscina y
se dirigió hacia allí. La cámara de la ventana captaba como María
había empezado a masturbarse, los chicos la habían dejado tan
caliente con el líquido que tenía que aliviarse.
Cuando Manolo no podía verles corrieron hacia el seto que rodeaba la
piscina. Se instalaron junto a una parte que estaba poco poblada,
podían ver y grabar todo lo que sucediese allí. Manolo se había
acercado a la tumbona de mi mujer, ella tenía los ojos cerrados y no
se había percatado de su presencia. El casero movió sin querer una
mesita que había en la piscina y María abrió repentinamente los ojos,
dio un grito al verlo delante suyo. No recordaba a Manolo del día
anterior, se notaba que ella pensaba que estaba sola. Se tapó como
pudo con las manos y le increpó.
-"¿Quién es usted? ¿Qué es lo que quiere?"
-"Soy Manolo, el casero, y vengo a limpiar la piscina."
María lo reconoció del día anterior.
-"Ah sí, ya me acuerdo de usted. ¿No puede hacerlo en otro momento?"
-"No, luego tengo que dar de comer a los animales."
-"Esta bien hágalo, pero no me mire pues ya ve que estoy desnuda y no
puedo entrar en la casa."
María se volvió a recostar sobre la tumbona, seguía muy caliente y el
casero le había fastidiado la masturbación. Hacía mucho calor por lo
que Manolo se quitó la camiseta para hacer el trabajo. Era un hombre
muy fuerte, ya que trabajaba duramente en el campo, tenía el pecho
cubierto de pelos, pero aún así se le notaban los músculos. Aunque
era muy feo, se le veía muy sucio y le faltaban la mayoría de los
dientes María empezó a imaginarse cosas con ese cuerpo. Se sentía
confusa por sus pensamientos, por otra parte estaba sola, nadie podía
saber lo que hacía, o al menos eso pensaba porque había dos cámaras
grabándola en ese momento aparte de los chicos que la espiaban
atentamente.
María se imaginaba como sería sentir las fuertes manos de aquel
hombre sobre su cuerpo, no quería nada más, solo sentir sus caricias.
Sin pensar las consecuencias le llamó.
-"Manolo ¿Te importa darme crema por la espalda? es que con este sol
me voy a quemar."
Manolo muy sorprendido se acercó a ella.
-"Vale."
-"Aquí tienes la crema."
María se dio la vuelta. Pensaba que como el chaval era medio
subnormal podría manejarlo, que no había nada de malo en un simple
masaje, y que además nadie lo sabría nunca. En esos pensamientos
estaba cuando sintió un escalofrío al notar la crema sobre su piel.
Manolo empezó a extenderla lentamente por sus hombros y espalda,
rozando el lateral de sus tetas cada vez que podía. A los pocos
minutos María dio un pequeño gemido involuntario, al escuchar esto el
casero decidió pasar a la acción y comenzó a bajar las manos hacia
sus nalgas. Comenzó a tocarla por el interior de los muslos.
No me lo podía creer, ahí estaba mi mujer dejándose manosear a
conciencia por el tío más asqueroso que había visto en mi vida, y lo
peor de todo es que estaba disfrutando con ello. María separó un poco
las piernas invitándolo silenciosamente a profundizar más. Manolo no
lo dudo y empezó a rozarle el coño descaradamente.
Manolo le dio la vuelta a mi mujer y puso una gran cantidad de crema
sobre su estomago. María no decía nada, intentaba aparentar que su
intención era solamente que le pusieran crema y que el casero
solamente estaba haciendo eso, era una situación absurda pues los dos
sabían que era algo más que eso, aunque esa era la forma que tenía mi
esposa de intentar acallar su conciencia.
Manolo extendía lentamente la crema por el estomago de mi mujer, fue
subiendo hacia sus tetas, antes de tocarlas miró a María a la cara,
la expresión que tenía mi mujer era de suplica, quería que el casero
siguiese con su trabajo. El chico comenzó a ponerle crema por las
tetas, al principio lo hacía con delicadeza, pero iba aumentando la
presión poco a poco, de los erectos pezones de mi mujer asomaban
pequeñas gotitas de leche. Una de las manos del chico bajó hasta la
entrepierna de María, le introdujo uno de sus grandes dedos en el
coño mientras que con la otra mano seguía estrujando alternativamente
las inmensas tetas de mi esposa, sus pezones empezaron a soltar
pequeños chorros de leche materna, ella se encontraba rendida a las
caricias del casero.
María estaba apunto de reventar, Manolo le introdujo otro dedo dentro
de su vagina, Mi mujer movía las caderas intentando follarse los
dedos del casero, al poco rato explotó en un inmenso orgasmo, uno de
esos orgasmos de mi mujer, encharcándolo todo. Manolo estaba
alucinado con la cantidad de líquido que salía de María, decidió
jugarse el todo por el todo. Se levantó y se bajó los pantalones, no
llevaba calzoncillos. Lo que vi a continuación no me lo creía, nunca
había visto una polla de dimensiones similares, mediría alrededor de
28 cm y era muy gruesa, parecía la de un caballo. "Este tío sería un
rey del porno si no fuera tan tonto" pensé. Pero no solo yo estaba
alucinando, mi mujer tenía la boca abierta con una expresión de
asombro brutal. Raúl cogió la cámara y habló:
-"¿Has visto la herramienta que gasta Manolo? En el pueblo dicen que
ninguna puta quiere follar con él, tienen miedo de que las parta en
dos."
-"Tu mujercita va a disfrutar de lo lindo." Dijo Nacho.
-"Vaya zorra, se quiere follar al casero, observa como le mira la
polla. La muy tonta se cree que esta solita en casa y ha perdido la
vergüenza." Dijo Juan.
María continuaba alucinando con el tamaño de ese rabo. Estaba
totalmente erecto y recorrido por multitud de grandes venas. No creía
que ese cacharro le entrase dentro, solamente había follado con críos
y conmigo, nuestras pollas no tenían nada que ver con esa
monstruosidad, pero era tal su deseo de sentirlo dentro que se olvidó
de todo.
-"¡Fóllame Manolo!"
Manolo se arrodilló y dirigió su polla a hacia mi mujer. Ella
protestó.
-"¡Qué haces! ¡Ponte un condón!"
Manolo empezó a reírse y dijo:
-"Yo no tengo, ¿tienes tú?"
María se dio cuenta que tenía razón, los chicos tenían los condones
en la casa y no podía entrar.
-"Entonces tendremos que dejarlo."
Al oír estas palabras el casero se enfureció.
-"¡Dejarlo! Tú te has corrido maldita zorra y ahora me toca a mi. Si
no quieres que te folle por el coño lo haré por el culo, tu decides."
Al escuchar eso mi mujer se quedó blanca, no iba a follárselo sin
condón porque no quería quedarse embarazada, estaba ovulando y era
peligroso. Tampoco podía dejarse encular, le reventaría con ese
instrumento. Intentó jugar la baza del chantaje.
-"Te he dicho que lo dejemos, o es que prefieres que se lo diga a
Raúl y te despida."
Lo que María no sabía es que esas palabras se volverían contra ella.
-"Eso díselo, has sido tú la que querías que te diese crema, yo no he
hecho nada, además como explicarás que sepa que tienes las tetas
llenas de leche y que te meas encima cuando te corres."
Me di cuenta de que el tal Manolo no era tan tonto como parecía, mi
mujer debió pensar lo mismo, estaba atrapada por las circunstancias,
no quería que Raúl y los otros se enterasen porque la tendrían en su
poder para siempre. Se bajó de la tumbona, puso una toalla en el
suelo, se colocó a cuatro patas y, ofreciéndole su culo al casero,
dijo:
-"Hazlo con cuidado, por favor."
Era la situación mas excitante que había visto, mi mujer estaba
dispuesta a dejarse encular por una polla de dimensiones fuera de lo
normal para que nadie descubriese lo que había hecho, pero su acción
sería inútil pues tanto los chicos como yo lo estábamos viendo todo y
nos masturbábamos con el espectáculo.
Manolo empezó a ponerle crema el el agujero del culo a María,
introdujo uno de sus dedos, sonrió al darse cuenta de que no era
virgen por ahí, todavía estaba dilatada de esa mañana con los chicos,
pero lo que vendría a continuación no tenía nada que ver con lo de
esa mañana. Puso su capullo a la entrada del culo y de un fuerte
empujón le metió la polla hasta la mitad.
-"¡Ahhhhhhhhhhhhh...........!"
El grito de mi mujer fue desgarrador.
-"¿Te gusta?.....¿eh putita?" Decía Manolo con sorna.
De otro empujón se la metió hasta los cojones, los ojos de María
parecía que se le iban a salir de las órbitas. Se agarraba lo más
fuerte que podía a la toalla e intentaba coger grandes bocanadas de
aire, le faltaba el aliento. Manolo espero un momento quieto para que
mi mujer se relajase, cuando esta lo hizo, la agarró fuertemente del
pelo y empezó a follársela como un animal, nunca había visto a nadie
follar tan duro. A María se le saltaban las lagrimas del dolor.
Manolo se reía mientras se burlaba de ella.
-"¡Toma yegua vieja!"
María intentaba aguantar estoicamente pero el dolor comenzaba a ser
insoportable. Manolo seguía con sus burlas.
-"¿Te gusta mamaíta? Siempre he querido darle por el culo a una de
esas señoras de ciudad."
María esperaba que se corriera pronto, pero no lo hacía. Llevaba diez
minutos sodomizándola y ni siquiera había bajado el ritmo. María
pidió clemencia.
-"Sácamela, por favor."
Contrariamente a lo que yo pensaba Manolo se la saco al instante.
María se desplomó como un muerto sobre la toalla. Manolo le dio la
vuelta a mi mujer, separó sus piernas y dirigió su miembro a la
entrada del coño de mi mujer, antes de metérsela preguntó.
-"¿Tú decides?"
María lo dudo un instante, no podría soportar por más tiempo la
enculada y Manolo no parecía que se fuera a correr pronto.
-"Esta bien, hazlo. Pero córrete fuera. Estoy ovulando."
Manolo empezó a reírse. Mi mujer comprendió lo que significaban esas
risas, el casero no tenía intención de correrse fuera.
Parecía que el tiempo se había detenido. Los chicos esperaban
impacientes la decisión de María, yo por mi parte no salía de mi
asombro. Los cabrones habían planeado bien la jugada, mi mujer tenía
que tomar una gran decisión, seguir pasando el suplicio de que la
sodomizaran o arriesgarse a quedarse embarazada de un individuo como
ese, lo que era muy probable ya que estaba ovulando.
Pasaron casi cinco minutos hasta que mi mujer abrió aún más las
piernas invitándolo a follársela por el coño, lo hizo con lagrimas en
los ojos pues sabía las consecuencias que podría traer. Manolo tomo
sus piernas y se las puso contra los hombros buscando una postura en
la que la penetración fuera máxima. Luego sin ninguna delicadeza se
la metió hasta el fondo.
Al principio María se quejaba algo, pero los efectos del líquido la
mantenían caliente y hacían que de su coño manasen grandes cantidades
de jugos, favoreciendo la penetración. Empezó a acostumbrarse, luego
llegó la excitación, su cabeza le atormentaba con la idea de que se
iba a quedar embarazada pero su cuerpo disfrutaba con esa gran polla.
Le llegó un orgasmo, Manolo al notar la cantidad de líquido que salía
de su coño se empezó a reír, el tipo era asqueroso, no tenía casi
ningún diente. Él seguía metiéndosela violentamente, era humillante
pero María ya no podía hacer nada, simplemente gemía.
Durante los siguientes treinta minutos continuaron así, el muy
bastardo tenía un aguante impresionante. María empezó a encadenar
multitud de orgasmos, uno tras otro los orgasmos le venían sin cesar.
De pronto Manolo dio un gruñido brutal, empezó a descargar todo su
semen en el interior de mi mujer. María ni siquiera protesto, estaba
desfallecida por tanto orgasmo y hacía rato que había asumido que la
habían vencido. Manolo se quedó descansando apoyado sobre ella,
seguían en la misma postura, con los pies a la altura de la cabeza,
el casero quería que su leche llegase a todos los rincones de mi
mujer.
Permanecieron así durante media hora más, la toalla estaba totalmente
empapada por las corridas de María. Mi mujer miraba al infinito, su
expresión era mezcla de remordimiento y de satisfacción, el tal
Manolo había conseguido saciarla. El casero recuperaba fuerzas
bebiendo la leche de las tetas de mi esposa. Después de este tiempo
se levantó, al hacerlo del coño de mi mujer salieron borbotones de
semen mezclados con juegos vaginales. El casero se vistió y la dejó
ahí tirada.
María se quedó dormida tal y como estaba durante una hora. Los chicos
comentaban la jugada. Como siempre Raúl fue el primero en hablar.
-"La muy puta ha dejado que Manolo le vacíe toda su leche en su
interior. ¡Seguro que la ha dejado preñada!"
-"Sí, y encima lo disfrutaba." Apuntó Israel.
-"Vamos a despertarla, ¿sabes la cantidad de cosas que le podemos
obligar a hacer? Tenemos un vídeo de ella follando sin que nadie la
obligue, no aparecemos nosotros y encima lo ha hecho sin condón."
dijo Juan.
Raúl se quedó pensativo durante unos instantes, luego volvió a
intervenir.
-"Eso es cierto, pero nos divertiremos más si dejamos que se confíe,
por ahora que piense que no la hemos visto, seguiremos actuando
igual."
Todos estuvieron de acuerdo.
No sabía que se proponían hacer, pero me daba terror. Los vídeos eran
súper excitantes, pero se estaban pasando de la raya. Yo pensaba que
sólo se la follarían ellos y se la había tirado medio pueblo y el
casero, encima este último lo había hecho sin condón y luego la había
dejado en una postura que favorecía la concepción.
Cuando María se despertó tardo unos instantes en recordar la
situación. Pensó que era una suerte que los chicos no hubieran
llegado. Colgó la toalla en una cuerda para que se secase y se tiró a
la piscina. Se frotó todo lo que pudo para limpiar los restos que
quedaban en su cuerpo de esa sesión de sexo. Se fue a la tumbona a
esperar la llegada de los chicos, comenzó a llorar.
A mi pobre esposa se le habían pasado los efectos del líquido y del
alcohol, empezaba a pensar con claridad. Se dio cuenta de lo que
había hecho y se sentía culpable. Cuando escuchó llegar el coche se
secó las lagrimas y adoptó una postura de tranquilidad.
Los chicos le dijeron que habían estado tomando unas copas en el
pueblo y que por eso se habían retrasado. Ella les dijo que se había
quedado dormida casi toda la tarde. Se metieron en la casa, mi mujer
caminaba con dificultad, los chicos se hicieron los tontos y no le
dijeron nada.
Era tarde, me fui a mi casa. María me estaba esperando con la cena
preparada. Comimos sin dirigirnos prácticamente la palabra y nos
acostamos. Yo solo quería que llegase el día siguiente para ver como
aprovechaban los chicos su nueva situación. Por la mañana me fui al
despacho y puse la cinta por donde la dejé....
SABADO NOCHE
Al caer la noche cenaron algo, al sentarse a la mesa la expresión de
dolor de mi mujer fue tremenda, tenía el culo dolorido de la enculada
de Manolo. Después de la cena se fueron a ver la televisión, María
iba desnuda como siempre, esperaba la siguiente prueba que le harían
pasar los chicos, ellos por su parte estaban más excitados que de
costumbre. Sirvieron unas copas, sin liquido ni nada, solo por el
placer de tomarse una copa después de cenar, la de mi mujer casi no
la cargaron, querían que estuviese bien despejada para lo que iba a
pasar. Raúl empezó a hablar con María.
-"Mira María, se que nos has mentido con respecto a lo que ha pasado
aquí esta tarde."
Mi mujer puso pálida al oír las palabras de Raúl. No sabía que
contestar.
-"Yo.... eh......os he dicho la verdad...."
Raúl tomo un sorbo de su copa, lo hizo despacio, sabiendo que tenía
un as en la manga, luego dijo:
-"Te daré una oportunidad, si me cuentas todo lo que ha pasado,
seremos benévolos contigo, sino te vas a enterar."
María no sabía que hacer. Pensó que el casero les habría dicho algo,
pero por otra parte podía ser un farol, no se había separado de ellos
en toda la tarde y no les había visto hablar con Manolo. Se armó de
valor y dijo:
-"Te he dicho que me quedé dormida."
Después de oír eso Raúl puso el vídeo de lo sucedido esa tarde.
Mientras veían las imágenes comenzó a hablar tranquilamente. María
estaba muda.
-"Nosotros hemos sido buenos contigo, hemos cumplido lo que te hemos
dicho, querías que te follásemos con condón y lo hemos hecho, te
hemos preparado la comida y tratado como a una reina. Tú, por contra,
has esperado la primera ocasión que has tenido para follarte a otro
sin que nos enteráramos, y encima lo has hecho con el tonto del
pueblo y sin condón. Te has reído de nosotros, te mereces un
escarmiento."
Raúl había representado perfectamente el papel de poli malo, mi mujer
estaba tan confusa como asustada. Tenían un vídeo suyo que podían
utilizar, sin tan siquiera incriminarse porque no aparecían en él.
Aprovechando la ventaja, Raúl se desvistió, echo a mi mujer sobre la
alfombra, la puso a cuatro patas y se dispuso a follársela.
María intentó protestar porque no llevaba condón, pero antes de que
abriera la boca Raúl ya se la había metido de un solo golpe. Ella
sabía que ya no podía decir nada, después de lo de esa tarde estaba
totalmente a su merced. Si no se había quedado preñada por la tarde,
se quedaría por la noche, era inevitable. Raúl la envestía como un
salvaje, estaba fuera de sí, le estrujaba las tetas con fuerza,
disfrutaba viendo manar la leche del ellas. Tenía una expresión de
odio indescriptible, ya no necesitaba el consentimiento de María para
nada de lo que quisiesen hacerle, no necesitaban drogarla, no
necesitaban comportarse bien con ella. Ella no podía ver su cara por
la postura en la que estaba, pero yo sí, por su expresión sabía que
Raúl no se contentaría sólo con follársela sin condón.
Mi mujer recibía las acometidas de Raúl, estaba como ausente, pensaba
en como podía haber llegado a esa situación, no encontraba respuesta.
Lo único que le apartaba de sus pensamientos era el dolor que sentía
en las tetas, el cabrón de Raúl se estaba ensañando a conciencia. Al
cabo de un rato se corrió dentro de ella. Israel, Nacho y Juan se la
follaron también uno detrás de otro, todos querían dejar su leche en
el interior de María. Ella no disfrutó nada, sentía cada torrente de
esperma que la invadía, además no estaba excitada y le habían dejado
las tetas muy doloridas con tantos apretones.
Después de eso Raúl se fue a otra habitación, se le escuchaba hablar
por teléfono, no podía entender lo que decía pero sabía que no
tramaba nada bueno. Tras eso volvió a la habitación e hizo que María
se pusiese las ropas del día anterior, minifalda, top, botas y se
volviese a pintar como una puta. Ella no quería hacerlo, la otra
noche era diferente, estaba borracha y excitada. Al final tuvo que
claudicar ante las amenazas de Raúl, o se vestía así o enseñarían el
vídeo de Manolo.
Todos salieron hacia el coche, Raúl se quedó en la casa. Cogió la
bolsita de cocaína del día anterior y la metió en un bolso de su
madre que había en la casa, también metió maquillaje, pañuelos y
otras cosas de manera que pareciese un bolso de mujer normal. Luego
habló a la cámara.
-"Hola cornudo. Te preguntarás a quién he llamado y que pienso hacer
con la cocaína. Pues bien te lo diré. Le hemos preparado otra
aventurita a tu mujer, tengo un primo en el pueblo, el pobre no tiene
mucho éxito con las chicas, y he pensado que se tiré a tu mujer. Cómo
lo hará, será una sorpresa."
Dicho esto se reunió con los otros, le dijo a María que debería
llevar ese bolso, que así parecía más puta. Dejaron que mi mujer
condujese. Se dirigían al pueblo del día anterior cuando se
encontraron un coche con una sirena en el techo, era un coche normal.
Un hombre les daba el alto. María paró el coche y abrió la
ventanilla. El tipo se acercó y enseñó una placa, se veía a la legua
que no era una placa de verdad, pero mi mujer no se dio cuenta. Sin
que María lo viera Raúl le guiñó un ojo al supuesto policía, estaba
claro que el tipo era el primo de Raúl. Él les hizo meterse en un
camino lateral.
Al verlo comprendí porqué no tenía éxito con las mujeres, tendría
unos veinte años, era de mediana estatura y muy gordo, además su cara
estaba llena de granos. Él volvió hacia el coche y se agachó sobre la
ventanilla y dijo:
-"Agente López. Documentación."
María le dio su carné y los papeles del coche. Él volvió a tomar la
palabra.
-"¡Bajen del coche!"
Todos bajaron sin decir nada, Nacho dejó la cámara apuntando hacia el
exterior. "López" comenzó a registrar el coche, estaba claro que
sabía donde estaba la coca. Sacó el bolso y mostrando la bolsita que
había encontrado se dirigió a mi mujer.
-"¿Qué es esto?"
María estaba asombrada.
-"No lo se agente."
-"Yo se lo diré señora, es cocaína le va a caer un buen paquete por
esto."
María se quedó de piedra, intentó arregrarlo.
-"Pero no es mía, el bolso no es mío, ellos me lo dieron...."
Él la interrumpió al instante.
-"No diga tonterías, es la única mujer en el coche, el bolso es suyo.
Además el coche está a su nombre, la responsabilidad penal es suya de
todas formas. Voy a tener que registrarles."
El policía comenzó con los chicos, les registró rápidamente. Luego se
acercó a mi mujer.
-"Las manos contra el capó y las piernas separadas."
María estaba asustadísima, no sabía lo que se proponía el agente,
además no había mucho donde registrar. Él le levantó la falda, se le
caía la baba al ver que no llevaba bragas. Mi mujer se enfadó.
-"¿Qué está haciendo?¿Quién se ha creído que es?"
-"Mire, le seré franco, o copera o le voy a poner una multa que se le
va a caer el pelo."
No entendía como María no caía en la cuenta de que ese tipo no era
policía. Tal vez estaba preocupada por las consecuencias de la multa,
pensaría en lo que yo le diría si le ponían esa multa, además había
caído en la cuenta de que la "medicina para la cabeza" que le dieron
el día anterior era coca y ella la había consumido. Para más inri se
suponía que había ido a un entierro, no podría explicar la situación.
Su única alternativa era dejarse hacer por el policía.
El tipo desde atrás desabrochó los cordones del top de María dejando
sus tetas al aire. Empezó a manosearlas, cada acción la acompañaba
con un comentario que humillaba a mi mujer, "hay leche en las tetas,
tenemos una mamaíta", decía el cabronazo. Luego le subió la falda
hasta la cintura y empezó a explorarle el coño, " hay restos de
semen, ya se lo que pasa aquí, estos chavales han contratado una
putita, y tú trabajas en esto para mantener a tú hijito y pagarte tu
adicción a las drogas". María estaba roja de ira y lo peor de todo es
que tenía que aguantarse, el "agente López" disfrutaba
enfureciéndola. Después de explorar su coño le introdujo un dedo en
el culo, mi mujer gritó de dolor, el casero se lo había roto bien esa
tarde. "También te han dado por el pompis, vaya tenemos una zorra de
calidad". María no aguantó esa humillación, se dio la vuelta y le
escupió a la cara. El tipo se excitó más que enfadarse, "muy bien
puta, tu lo has querido, ya había terminado el registró y pensaba
marcharme, pero ahora te vas a enterar."
Estaba claro que el "agente López" no pensaba marcharse, pero quería
enfurecer a María antes de tomarla, y lo había conseguido. Se lanzó
sobre mi mujer con todo su peso, ella cayó sobre el capó del coche,
sus doloridas tetas amortiguaron la caída. Quería penetrarla por el
culo, pero ella se resistía con fiereza y no le dejaba. "Si no
quereis que os empapele a vosotros también sujetadme a esta puta"
gritó él. Les estaba dando pie a participar, los chicos no se lo
pensaron, Juan y Nacho sujetaron cada uno una pierna de mi mujer,
mientras que Raúl e Israel intentaban mantenerla quieta.
María se resistió cuanto pudo hasta que las fuerzas le abandonaron,
el gordo cabrón aprovechó para metérsela en el culo, no la tenía muy
grande pero en el estado que estaba el culo de mi pobre mujer era
como si le metiesen la polla más grande del mundo. Ella gritaba de
dolor.
-"¡Ahhhhhhh......cabrón me estás partiendooooo......"
Las quejas de mi mujer le calentaban aún más. Restregaba su cara
llena de granos contra la de mi mujer intentando besarla. María no se
dejaba, él se conformó con pasar su lengua por su rostro mientras
daba sus últimos empujones.
-"¡Toma puta de mierda!" dijo mientras se corría.
María quedó tendida sobre el capó del coche, el supuesto policía se
vistió, le dio 100 euros disimuladamente a Raúl y se marchó. Los
otros comentaban animadamente la escena.
-"Te está bien empleado por engañarnos esta tarde." Dijo Juan.
-"¿Por qué no me habéis ayudado?" Preguntó entre llantos María.
Raúl, después de que se fuera su primo, acariciándole la cara a María
dijo:
-"No podíamos,es policía. Venga vístete y vamos al pueblo. Tomamos
unas copas y volvemos a casa, por hoy ya has tenido bastante."
Cuando vi todo eso me quedé muy sorprendido. No habíamos hablado de
violarla, yo creía que habíamos hecho un trato pero ellos se volvían
a reír de mi. Fruto de mi excitación parecía haber olvidado la clase
de personas que eran. En verdad me estaba bien empleado por entregar
a mi mujer a unos pervertidos. Aunque no entiendo el porqué, pero
cuanto más nos humillaban, más me excitaba.
Mi mujer se tranquilizó un poco, pensaba que por esa noche ya había
terminado. Se dirigieron al típico garito de moda del pueblo. Era el
un local donde el alcohol y las drogas son habituales, todos eran
veinteañeros y vestían de formas muy diversas y raras. Antes de
entrar escondieron la cámara en el bolso de María, al que habían
hecho un agujero para poder grabar lo que ocurría, para que ella no
se diera cuenta lo llevaba Nacho en plan galante. Raúl iba a sobornar
al portero para que les dejasen entrar, esta vez no por mi mujer sino
porque ellos no tenían la edad, pero dos hombres que había junto al
mismo les dejaron pasar sin más, serían los dueños del local.
Una vez dentro se fueron a la barra y pidieron una ronda. La gente
los miraba extrañados, no por las pintas de mi mujer, que eran
típicas de una discoteca así, sino por la edad. Mi mujer se conserva
bien pero se nota que tiene sus añitos y a los chicos se los ve unos
adolescentes imberbes. Yo me preguntaba que tramarían, sabía que no
iban a tomar sólo unas copas.
Después de unas cuantas copas María empezó a relajarse, llevaban
mucho tiempo en el bar y los chicos no la habían obligado a nada.
Cuando Raúl la notó suficientemente borracha la sacó a bailar,
subieron a una tarima y empezaron a moverse. Mi mujer estaba tan
confiada que debió ser la única en el bar en no darse cuenta de que
no llevaba bragas. La gente de abajo se estaba poniendo morada viendo
el peludo chocho de mi esposa. Cuando Raúl se cercioró de que todo el
mundo sabía que María no llevaba bragas habló con ella y se marchó,
supongo que le diría que iba a por unas copas pues señalaba su vaso
vacío mientras hablaban.
Lo que tenía que pasar pasó, inmediatamente después de que Raúl
viniese a la barra, los dos que estaban antes en la puerta subieron a
la tarima, eran los típicos chulitos de gimnasio con sus camisetas
apretadas, eran muy grandes, uno era rubio y el otro moreno.
Empezaron a bailar con María uno por delante y otro por detrás. Ella
estaba borracha y se la veía orgullosa de que dos tíos de veintipico
años tan guapos y fuetes se fijaran en ella, pensaba que no había
nada de malo en concederles un baile. Además parecían buenas
personas, pues ni la rozaban al bailar.
Debieron ofrecerle una copa ya que se fueron a otra barra que había
al fondo del local, María se quitaría del medio a Raúl y los demás
por un rato, se sentía segura junto a los dueños del bar. Los chicos
se acercaron un poco al lugar donde estaban, ocultos detrás de una
columna grababan sin ser vistos. El rubio se metió dentro de la barra
y sirvió unas copas, luego le dijo al camarero que se fuera y cerró
la barra, volviendo al instante junto a María y su compañero. Acto
seguido los dos tíos empezaron a toquetear a María, al principio eran
solo caricias inocentes, pero luego el moreno le desabrochó los
cordones del top, intentaba liberar sus hermosas tetas. Mi mujer al
darse cuenta de que estaban llegando demasiado lejos intentó huir,
pero estaba atrapada entre la barra y los dos armarios de músculo. El
que intentaba liberar sus tetas consiguió su objetivo, el rubio le
había subido la falda y le estaba toqueteando el coño.
Estuvieron un rato así, ella intentaba pedir auxilio, pero el rubio
le tapaba la boca con la mano. La arrastraron hacia unas escaleras,
comprendí que la llevaban a un reservado. El moreno la subió
prácticamente arrastras, el otro se quedó vigilando en las escaleras
por si alguien les había visto. Los chicos se acercaron a él. El tipo
se puso furioso al darse cuenta de que eran los que estaban antes con
María.
-"¿Qué queréis niñatos?"
Raúl tomó la palabra, no entendía como un crío de quince años podía
manejar tan bien esas situaciones.
-"Se que os habéis subido a la tía esa a un reservado."
-"Eso no es asunto tuyo chaval." Respondió el musculitos.
Raúl le hizo una proposición irrechazable:
-"Escucha, esta tía es una autentica zorra, mis amigos y yo nos la
estamos follando, la chantajeamos con decírselo a su marido si no
hace todo lo que le pedimos. No nos importa que os la tiréis, al
revés queremos que lo hagáis. Solo queremos mirar."
El tipo se enfadó.
-"¿Quién te has creído que eres? Escucha imbécil, vamos a reventar a
esta puta y vosotros esperareis aquí os guste o no ¿has entendido?"
La respuesta de Raúl fue espectacular.
-"No, escucha tú. O nos dejas mirar o llamo ahora mismo a la policía.
Tú decides, puedes ir a la cárcel por violación o puedes violar a
esta mamaíta impunemente, cuanto más duramente mejor. Te garantizo
que no os denunciará, la tenemos controlada"
La cara de asombro del tipo lo decía todo, no le quedó más remedio
que aceptar. Subieron las escaleras, el reservado era como una suite
de hotel, tenía un salón a la entrada y un dormitorio con cuarto de
baño al fondo. Una puerta corredera separaba el salón de la
habitación. Al entrar los chicos se escondieron detrás de un sofá y
el musculitos cerró con llave el reservado, luego apagó la luz del
salón y cerró la puerta corredera, la dejó entreabierta para que
pudieran verlo todo. Los chicos salieron de su escondite y se
acercaron con la cámara a la puerta, se relamían solo de pensar en lo
que iba a pasar, sabían que alguien intentaría follarse a María al
verla sin bragas, pero habían tenido una gran suerte con que fueran
los dueños, podrían mirar tranquilamente. Yo por mi parte estaba tan
furioso como excitado, se estaban pasando de la raya, eran como
pequeños diablillos jugando a ser Dios con mi mujer, ella no se
merecía eso. Pero ya no podía hacer nada, eso había sucedido ya,
tenía dos opciones verlo o apagar la tele. Me desabroché el pantalón
y me empecé a pajear.
El otro tío estaba forcejeando con María en la habitación, le arrancó
de un fuerte tirón el top, dejando sus tetas al aire. Mi mujer
gritaba inútilmente, nadie la iba oír con lo alta que estaba la
música del local. El que había hablado con Raúl le dijo al otro algo
al oído, le estaba poniendo al corriente de todo. Cuando hubo
terminado los dos se lanzaron sobre María. Ella luchaba como una
fiera, intentaba evitar lo inevitable.
Los gritos de María eran estremecedores, el moreno le dio una
bofetada y la tiró de espaldas.
-"¡Ya estoy harto de tus gritos zorra de mierda!" dijo mientras le
pegaba.
El rubio sacó de un cajón un rollo de cinta aislante, dos pares de
esposas y unas cuerdas. Parecía claro que mi mujer no era la única a
la que violaban esos dos.
-"¿Eres una puta salvaje? Pues te vamos a domar."
Diciendo esto le taparon la boca con la cinta aislante, luego la
esposaron al cabecero de la cama con una de las esposas. María se
encontraba de pie junto a la cama, desnuda de cintura para arriba,
vestida solo con la pequeña minifalda y las botas negras de largos
tacones. Estaba temblando, tenía las manos sujetas a la cama y estaba
a su merced. Aún así se resistió como pudo a que le quitasen la
minifalda, al final no consiguió evitarlo.
Los dos tipos se quitaron los cinturones y empezaron a azotarla.
María se estremecía de dolor. Recibía latigazos por todo el cuerpo
pero sobre todo en sus tetas y en su culo. Intentaba chillar pero no
podía con la boca tapada, lo único que podía hacer era llorar. Cuanto
más sufría ella más disfrutaban esos bárbaros. Los chicos miraban
atónitos desde su escondite, todos tenían una cara de asombro brutal,
no esperaban eso, el único que tenía otra expresión era Raúl, su cara
reflejaba felicidad, ese crío de quince años era un autentico diablo.
Pasados unos minutos María dejó de agitarse, su culo y sus tetas
estaban totalmente rojos, el resto del cuerpo mostraba alguna que
otra marca de latigazo. Finalmente las piernas le fallaron y se
desmayó, quedó colgada del cabecero de la cama. La habían doblegado.
Los dos hombres se desnudaron, sus pollas eran de buen tamaño, aunque
todas parecían pequeñas comparadas con la de Manolo. La desataron, le
quitaron la cinta aislante de la boca y la subieron a la cama, ella
no se movía. La sentaron apoyando la espalda contra el cabecero. Era
un cabecero de los antiguos, con barras de hierro, lo que les
permitió inmovilizarla totalmente. Le esposaron las manos en cruz,
luego pasaron una de cuerda entre las barras y la cintura, después
otra entre las barras y el cuello de mi mujer.
En esa postura mi mujer estaba a expensas de lo que quisieran
hacerle. Luego cogieron sus cinturones y los cerraron sobre los
pechos de María, quedando éstos aprisionados. Ella se despertó al
empezar a sentir dolor en sus tetas. Cuando se vio atada en esa
postura se puso a gritar, intentaba revolverse pero estaba bien
sujeta y apenas conseguía mover un músculo. Ellos tiraban poco a poco
del extremo libre de cada cinturón, parecía que las tetas de mi mujer
iban a explotar.
-"¡Soltadme!" Decía la pobre María mientras se retorcía de dolor.
Pequeñas gotas de leche empezaban a manar de los pezones de mi
esposa. Al verlo, los dos hombres empezaron a mofarse de ella.
-"¿Te gusta que saquemos tu leche mamaíta?"
-"Pareces una vaca lechera. Vamos a ordeñarte esas tetas tan gordas.
Te vamos a exprimir hasta la última gota."
El moreno dio un fuerte tirón de su cinturón, un chorro de leche
salió disparado de la teta de María.
-"¡Ahhhhhhhhh.........! ¿Por qué me hacéis esto?" Se quejó
amargamente María.
La respuesta fue un tirón del otro cinturón, se produjo el mismo
resultado. María empezó a pedir auxilio desesperadamente. Los dos
tipos empezaron a apretar continuadamente los cinturones sobre las
doloridas tetas de mi mujer, su leche empezó a salir a borbotones.
Ellos sonreían mientras María continuaba retorciéndose, intentando
liberarse inútilmente de ese suplicio. A los pocos minutos de sus
pechos dejó de manar leche, por más que se los estrujaban no salían
nada, la habían dejado seca.
Lo que esos sátiros le estaban haciendo a mi mujer era excesivo, le
estaban practicando todo tipo de torturas, sus gritos eran
desgarradores, definitivamente el juego se me había escapado de las
manos. Sea como fuere no había podido apartar la vista del televisor
ni un minuto, me daba remordimientos excitarme con eso, pero esas
cosas no se pueden evitar.
Los chicos se habían pajeado con la escena. Ellos disfrutaban sin
ningún cargo de conciencia, sobre todo Raúl. Cuanto más fuerte era lo
que le pasaba a María, mayor era su satisfacción, el fin de semana
les estaba saliendo perfecto.
Al cabo de un rato la desataron. Cuando María estuvo libre de sus
ataduras ni siquiera intentó escapar, las fuerzas le habían
abandonado, cayó desplomada sobre la cama. Colocaron la almohada
debajo de su estomago, dejando el culo de mi mujer totalmente
expuesto. Ella estaba tan fatigada y dolorida que no se daba cuenta
de nada. El rubio de ellos se situó detrás preparándose para
encularla. Introdujo la punta en el culo de María, ella dio un
respingo.
-"Eso no, haré lo que queráis pero no me deis por el culo, me duele
mucho." María tenía el culo tan dolorido que estaba dispuesta a lo
que sea con tal de no ser penetrada otra vez.
-"Esta bien, entonces me la vas a chupar como una profesional." dijo
sacándosela a mi mujer.
-"Te la chuparé, haré lo que sea." Contestó aliviada mi mujer al
sentir que se la sacaban.
En ese momento el tipo la penetró con fuerza pillando a María
confiada.
-"¡Hijo de putaaaaaaaaaaa.......!" Gritó mi mujer.
Él le daba con fuerza, la estaba destrozando.
-"¡Vamos mami muévete!" Decía mientras seguía follándose a mi mujer.
Cogió su cinturón y la empezó a golpear a un lado y a otro, como los
vaqueros al caballo en las pelis del oeste, gritándole que se
moviera. María se movía lo que podía, pero para el rubio no era
suficiente y seguía fustigándola. Finalmente se corrió y dejo caer su
peso sobre María, descansando sobre ella.
Cuando se quitó, el moreno arrastró a mi mujer hasta el borde de la
cama. Se la fue metiendo poco a poco por el culo, cuando la tuvo
totalmente dentro se levantó. Tenía a María empalada, la sujetaba por
los muslos, ella se agarraba al cuello de su violador para no caer.
Él se acercó a la puerta para que los chicos pudieran verlo más de
cerca. El coño de mi mujer estaba totalmente abierto, su cara
desdibujaba, mientras el moreno la subía y bajaba como si fuera un
muñeco. Ella no podía verlos porque estaban en la penumbra, pero
ellos si podían disfrutar de esa visión en primera fila.
Cuando hombre se corrió, dejó a María otra vez sobre la cama y le
dijo:
-"Tienes cinco minutos para marcharte, si no lo haces volveremos a
empezar."
Al oír esto los chicos se fueron sin hacer ruido. Se subieron en el
coche a esperar a María, se hacían los dormidos como si llevasen
mucho tiempo esperando. En cinco minutos exactos apareció mi mujer,
su aspecto era lamentable, tenía el top roto y apenas podía ocultar
sus tetas, el pelo totalmente despeinado y el maquillaje se le había
corrido.
-"¿Dónde estabas puta?" De esta manera la recibió Raúl
-"¡Me han violado! Tenemos que ir a comisaría a denunciarlo." Dijo
agitadamente María.
-"No podemos hacer eso. El policía. de antes puede estar en la
comisaría, además si lo hacemos tu marido se enterará de lo que has
estado haciendo el fin de semana." Volvió a decir Raúl.
María se quedó pensando unos instantes, sabía que Raúl tenía razón,
lo que no sabía era que el policía no era policía y que su marido no
solo sabía lo que había pasado sino que era cómplice. Finalmente
aceptó el consejo de Raúl y se marcharon a casa, estaba amaneciendo.
Miré el reloj, era muy tarde, casi se me había pasado la hora de
comer. Me fui rápidamente a casa. María me preguntó por mi tardanza,
le dije que había tenido mucho trabajo en la consulta. Casi no podía
mirarla a la cara. Lo ocurrido durante la noche del sábado había sido
demasiado fuerte, y sentía remordimientos. Mi mujer me notó extraño
durante la comida pero no me dijo nada, bastante tenía ella con lo
suyo.
Después de comer María se marcho, me dijo que tenía hora con el
ginecólogo, que era una revisión de rutina. Me temí lo peor, ¿estaría
embarazada?. Cuando ella se fue me marché al despacho, tenía que
terminar lo que empecé.
DOMINGO
El domingo los chicos se levantaron a las doce, María seguía
durmiendo. Estuvieron viendo el vídeo de la noche anterior,
comentándolo animadamente.
-"¡Que suerte tuvimos ayer de dar con esos dos tipos!" Dijo Juan.
-"Ha sido lo mejor de todo el fin de semana ¿verdad?" Preguntó
Israel.
Raúl tomó la palabra. Cada vez que lo hacía yo me preguntaba qué
estaría tramando.
-"Puede ser, pero tenemos la obligación de superarlo, quién sabe si
volveremos a disfrutar alguna vez de esta puta."
-"¿Superarlo?¿Cómo?" Dijo incrédulo Nacho.
-"Tú déjame a mí"
Con la intrigante frase de Raúl terminó la conversación. Dijo que
tenía que ir al pueblo y se marchó. Cuando regresó Raúl subieron a
despertar a María, era la hora de comer. Mi mujer dormía a pierna
suelta, era natural después de todo lo que había ocurrido el día
anterior. Sus tetas y su culo mostraban las marcas del la pasada
noche, estaban llenas de moratones. Me alegré al ver que solo tenía
eso, no había sido tan grave después de todo, ella había sufrido pero
no tenía secuelas de importancia.
Bajaron a comer, María tuvo que sentarse sobre un flotador, mientras
los chicos se reían disimuladamente,iba desnuda como siempre. Todavía
fingían portarse bien con mi mujer los muy cabrones, después de lo
que le habían hecho pasar. Cuando terminaron de comer pasaron al
salón. Raúl se sentó al lado de mi mujer y comenzó a hablarle.
-"Esta mañana he ido al pueblo y te he comprado una cosa"
Raúl le entregó un test de embarazo, ninguno sabíamos lo que se
proponía. Él seguía hablando.
-"Quiero que lo hagas."
María le miró extrañada, no sabía porqué Raúl quería que se hiciese
el test, pero no le dio muchas vueltas, ella deseaba hacérselo. Se
fue al cuarto de baño. Raúl aprovechó ese instante para salir fuera y
orinar sobre otro test, había comprado dos el muy bastardo, después
se lo guardó en un bolsillo. Cuando María volvió Raúl le pidió el
test y se lo guardó en el otro bolsillo.
Pasados los minutos de rigor, Raúl sacó su test de su bolsillo, María
no notó la jugada. Cuando Raúl le mostró el test a mi mujer ella se
puso súper contenta, por fin algo le salía bien. Raúl le ordenó que
los esperase en la piscina y María obedeció.
Cuando María salió de la casa, Raúl sacó el otro test del bolsillo.
Por su cara de satisfacción al verlo, supe que mis temores se
confirmaban. Cuando lo mostró a la cámara comprobé que así era,
estaba embarazada. Los demás estaban desorientados, no sabían lo que
se proponía Raúl. Aún así lo siguieron a la piscina. Raúl se fue a
hablar con mi mujer.
-"Bueno María después de la buena noticia siempre viene una mala.
Ayer nos dejaste plantados en la discoteca y mereces un castigo"
.-"Pero si me violaron." Dijo ella.
-"Sí, pero es como lo de ayer con Manolo, te violaron por intentar
engañarnos, te fuiste con unos tipos para librarte de nosotros, tú te
lo buscaste. Además nosotros no tenemos la culpa de nada, hemos
perdido toda la mañana por dejarte descansar. Ese tiempo es
irrecuperable para nosotros porque esta tarde nos vamos, te
devolveremos las cintas y no nos volverás a ver. Nos merecemos una
compensación."
María respiró aliviada al escuchar que pensaban devolverle las
cintas.
-"¿Qué castigo? dijo.
Los chicos aguardaban expectantes la próxima frase de Raúl, sabían
que este era el momento culminante que les había prometido.
-"Lo decidirás tú, te daré cuatro opciones. Uno, follaras con
nosotros nuevamente sin condón todas las veces que queramos. Dos, te
daremos por el culo desde ahora hasta que nos marchemos. Tres,
tendrás sexo con uno de los perros de Manolo. Cuatro, nos quedamos
con las cintas y ya veremos que hacemos con ellas."
María se quedó perpleja cuando escuchó las opciones. No podía hacerlo
sin condón, Dios le había dado otra oportunidad y no podía
arriesgarse a quedarse embarazada, ya era mucha casualidad que no lo
estuviese ya como para seguir tentando a la suerte. Tampoco podía
dejarse dar por el culo, lo tenía tan dolorido del día anterior que
le dolía sólo de pensarlo, era un infierno por el que no estaba
dispuesta a pasar. La opción del perro, era una opción que iba contra
las leyes de la naturaleza y de Dios, una opción que era una
aberración en si misma. Si se quedaban con las cintas, todo lo que
había pasado ese fin de semana habría sido inútil, su sufrimiento
habría quedado en saco roto.
A Raúl se le veía contrariado, pensaba que María elegiría la opción
del perro, pensaba que no había otra elección posible,pero ella no
contestaba, por lo que Raúl dijo:
-"De acuerdo, ya que no contestas supongo que habrás elegido la
opción numero cuatro, que nos quedemos las cintas. Vamos a tomar una
copa y nos iremos para casa, volverás a tener noticias nuestras."
Raúl no se conformaría con eso, les había prometido a sus amigos un
punto final grandioso para el fin de semana y lo iban a tener. Se
marchó con Juan a preparar las copas, la de María muy poco cargada y
con una gran dosis de líquido para vacas, no querían emborracharla,
sólo querían calentarla. Juan se fue con las copas a la piscina y
Raúl se marcharon a buscar a Manolo. Raúl llamó a la puerta del
casero.
-"Hola Manolo, quiero que me dejes al perro."
-"¿A cual de ellos?"
-"Déjame el macho grande. La puta que hemos traído con nosotros nos
ha dicho que quiere follarse a un perro, menuda guarra. ¿Quieres
verlo?"
A Manolo se le iluminó la cara, movió la cabeza asintiendo.
-"Muy bien, te quedarás espiando desde detrás del seto. Cuando te
haga una señal vendrás con el perro, haz como si vienes a limpiar la
piscina."
Raúl volvió con los demás a la piscina, empezaron a hablar de
tonterías. A los pocos minutos el líquido empezó a hacerle efecto a
mi mujer, ella se dio cuenta que algo raro le pasaba, normalmente
asociaba cuando se ponía caliente a que iba borracha, pero esta vez
no era así, era tan ingenua que no se dio cuenta de que le habían
echado algo en la bebida. Le habían echado mucho más líquido que las
otras veces, la calentura de María iba a ser brutal.
Los chicos seguían hablando de tonterías, como si no se dieran
cuenta. Ignoraban a posta a María, que estaba sentada desnuda junto a
ellos agitándose constantemente. Raúl la miró de reojo, al darse
cuenta de su estado dijo:
-"Bueno recogemos todo y nos vamos para la ciudad."
Al oírlo María se contrarió, esperaba tener una última sesión de
sexo.
-"Raúl, yo había pensado que.....ya sabes....." El tono de voz de mi
mujer era de lascivia absoluta.
Raúl se hizo el tonto.
-"No, no se."
María fue directa al grano.
-"Había pensado que podíamos tener sexo otra vez. Estoy dispuesta a
chupárosla a cambio como el primer día"
-"Muy bien, chúpanosla y luego ya veremos."
Mi mujer se acercó a Raúl, se puso de rodillas entre sus piernas, le
sacó la polla del pantalón y se la empezó a chupar. Lo hacía lo más
rápido que podía, no quería esperar más para ser follada. Raúl puso
su mano en la cabeza de María acompañando el movimiento, luego le
hizo una seña a Manolo. Mi mujer no se dio cuenta de que el casero
estaba limpiando la piscina hasta después de que Raúl se corriera en
su boca, cuando lo vio, no le dio importancia, total Manolo ya se la
había follado, haría lo que fuera con tal de tener sexo.
Juan prefirió que María le hiciera una cubana. Ella puso la polla del
chico entre sus tetas, éstas eran tan grandes que cubrían por
completo el instrumento de Juan. María comenzó un sube y baja
bastante rápido, sólo tenía una idea en la cabeza, sexo. Cuando Juan
se corrió, ella se levantó y se fue a por el siguiente chaval, Nacho.
Le hizo una mamada estupenda, había aprendido bastante el fin de
semana. Israel optó por otra cubana. Cuando mi mujer terminó con
todos ellos exigió su premio, seguía de rodillas junto a Israel.
-"Coged los condones, ¿quién es el primero?"
-"Nadie va a follarte puta."
María se sorprendió con las palabras de Raúl.
-"Pero me dijiste que si os la chupaba...."
-"Eso lo dijiste tú." Volvió a decir Raúl.
María estaba tan caliente que empezó a masturbarse. Raúl le apartó
las manos de su coño.
-"No te masturbarás, si quieres sexo tendrás que hacerlo con alguien,
pero no con nosotros."
-"¿Con Manolo?" Dijo mi mujer.
-"No, con su amigo."
Cuando María vio al perro empezó a temblar, el perro era grandísimo,
muy feo y estaba sucísimo, seguro que tenía pulgas. Es verdad eso que
dicen de que los perros se parecen a los amos. Mi mujer se levantó
enfada, no iba a hacerlo con el perro, y más ahora sin recuperar las
cintas. Se dirigió hacia la casa, su paso era decidido, pero poco fue
aminorándolo. Se dio la vuelta y se acercó a Raúl.
-"¿Recuperaré las cintas si lo hago?"
-"Ya es demasiado tarde, las cintas son nuestras, si quieres follarte
al perro lo harás sin conseguir nada a cambio." Dijo Raúl.
Increíblemente mi mujer se puso a cuatro patas, solo le importaba
calmar su calentura. Al ver esto yo no sabía que pensar, un perro
apestoso se iba a follar a mi mujer, toda una señora cristiana y
madre de dos hijos. Mi polla pensó por mi, se me puso más tiesa que
nunca, no recordaba una erección igual, me empecé a pajear. Raúl
ordenó a Manolo acercarse con el perro.
El perro empezó a dar vueltas alrededor de María hasta que descubrió
la humedad de su coño. Empezó a lamerlo, su áspera lengua hacía
maravillas en la intimidad de mi mujer. Ella movía su culo buscando
más placer. Los chicos y Manolo se pajeaban muy excitados. María no
aguanto mucho tiempo los lametones del chucho y le vino un orgasmo,
el perro lamió los abundantes jugos que manaban del interior de su
hembra. Luego el animal se subió sobre mi mujer, intentaba
penetrarla, cuando por fin lo consiguió empezó a culearla a un ritmo
frenético, sujetándola con sus patas delanteras.
Las babas de animal resbalaban por el cuerpo de María, a ella se la
veía sofocada por la follada que estaba recibiendo. Empezó a gemir al
sentir la proximidad de otro orgasmo.
-"¡Me corrrrrrrrooooooooooooo..........!"
El chucho seguía empujando, no bajaba el ritmo. María encadenaba
orgasmos uno detrás de otro, era increíble la cantidad que tuvo. Los
chicos se mofaban de ella.
-"Vaya perra, como disfruta." Dijo Juan.
-"Dime puta, ¿qué diría tu maridito si te viese entregada a un chucho
sarnoso?" Dijo Raúl con ironía.
Su marido se había corrido ya dos veces mientras su mujer seguía
teniendo orgasmos sin importarle que la humillaran. De pronto el
perro arqueo su espalda juntándose lo más que pudo a mi mujer. Empezó
a meterle toda la bola a María, que se retorcía mezcla de dolor y
placer. Ella tuvo un último orgasmo y perdió el sentido.
Cuando recobró el conocimiento, el perro le estaba dando la espalda,
se habían quedado abotonados. Ella se asustó un poco al verse en esa
situación, intentó despegarse del perro pero no pudo. La follada del
animal había aplacado su calentura y ahora se sentía fatal. "¡Qué es
lo que he hecho ! ¡Cómo he caído tan bajo!" dijo en voz alta. Los
chicos empezaron a reírse. Ellos todavía no se habían corrido,
estaban aguardando este momento, el momento más humillante para
María. Se acercaron a ella y uno tras otro fueron corriéndose en su
cara, lo hicieron con desprecio, como si mi mujer fuera una basura.
También Manolo descargó sobre su rostro cinco tremendos chorros de
semen. María terminó cubierta totalmente de esperma, llorando
amargamente mientras esperaba que el perro se despegase de ella. Todo
lo que había hecho el fin de semana había sido inútil, no sólo no
había recuperado las cintas, sino que ahora tenían más vídeos de
ella, algunos de los cuales eran totalmente aberrantes.
Raúl y Juan entraron en la casa. Juan grabó las últimas palabras de
su amigo:
-"Bueno cornudo, espero que hayas disfrutado con el vídeo. Además vas
a ser padre otra vez, si el niño no sale muy listo sabrás que es de
Manolo. Aunque no tiene porqué ya que tu mujercita también es tonta
de remate, no se ha dado cuenta que las violaciones que ha sufrido
estaban preparadas, ni de que le hemos puesto el líquido para
calentarla. Lo dicho, si quieres repetir ya sabes mi número de
teléfono."
Así se terminó la grabación. No sabía que pensar, había disfrutado
como un enano, pero mi pobre mujer había alternado momentos de
increíble placer con otros de increíble dolor. Cuando regresé a casa
María me dijo que quería hacer el amor con migo. Era evidente que
había ido al médico y le había dicho que estaba embarazada, supongo
que habría tenido los síntomas típicos y habría ido al doctor para
ver si el test que había hecho con los chicos estaba bien.
Si hacía el amor con ella, tendría que asumir el hijo como mío, pero
que otra cosa podía hacer....