Hola
de nuevo, cornudos y guarras. Aquí estoy otra vez para seguir contando
mis vivencias como cornudo. En la anterior parte del relato os narré el
origen de mis cuernos, y en esta voy a narraros la trayectoria que han
seguido.
Agradezco
los emails que he recibido felicitándome por mi pronta cornamenta, pues,
como recordareis, mi novia me puso los cuernos a los pocos minutos de
comenzar nuestra relación, supongo que es difícil batir ese record y que
soy la envidia de todo aspirante a cornudo, aunque debo deciros que en
esto de los cuernos lo importante no es el tiempo que se tarda en
conseguirlos, ni tampoco la cantidad, sino la calidad de los mismos.
Evidentemente,
lo ideal es que haya un buen equilibrio entre esos factores, en mi caso
hay cantidad y calidad (al menos eso creo), y es el motivo por el que soy
tan feliz y estoy tan orgulloso de la puta con la que comparto mi vida.
Despues de aquella noche en el
hotel en que Sonia me puso los cuernos con mi amigo Alberto me quedaban
todavía 2 días de vacaciones. Recordad que yo conocí a Sonia durante
aquellas vacaciones con mi hermana y amigos en una ciudad de la costa del
sol. Yo me hice el tonto, no le dije que los había visto, actué como si
no me hubiera enterado de nada, por un lado para que no pensara que me
había molestado y por otro lado porque aun era pronto para confesarle que
me encantaba ser cornudo.
Al día siguiente, mientras
desayunábamos en el hotel y esperábamos a que Sonia bajara de la
habitación, ya que ella se había quedado allí duchándose y hablando por
teléfono con los padres, mis amigos y mi hermana me preguntaron que qué
tal con Sonia, y les comuniqué que estupendamente, que le había pedido
salir y que me había dicho que sí. Alberto durante la conversación se
mantenía al margen y miraba para otro lado, en ningún momento me comentó
nada de lo sucedido el muy pillo.
Cuando llegó Sonia me quedé
alucinado. La muy zorra llegó a la cafetería del hotel con un pareo rojo
transparente y un top que le transparentaba las tetas. Joder, y además la
parte de abajo del bikini era tipo tanga y se le transparentaba
totálmente!. Menuda furcia presentarse de esa forma en la cafetería.
Debajo del top no llevaba nada,
es decir, no llevaba la parte de arriba del bikini, lo cual me hizo
suponer que la muy zorra tenía pensado hacer topless como el día
anterior. Ni mucho menos me molestaba, pero considerando que estábamos
formalmente saliendo, lo más lógico hubiera sido que me hubiera
preguntado si me importaba que hiciera topless. Pues la muy puta no me
consultó nada y como os decía, en la parte de abajo llevaba tanga (el día
anterior llevaba un bikini normal, no tanga). Joder, parecía que la muy
guarra me leía los pensamientos y sabía que me gustaba sentirme humillado
y ser cornudo.
Andamos por el paseo hasta la
playa, unos 400 o 500 metros, y eran muchos los tíos que se le quedaban
mirando, incluyendo a mis amigos, que disimuladamente le miraban como se
le transparentaba el tanga, aunque luego en la playa tendrían tiempo de
verlo perfectamente. Al cruzar un paso de peatones escuché como un grupo
de tíos que había en un coche silbaron y dijeron cosas que no llegué a
entender pero qué mas o menos me imagino.
No me había colocado yo todavía
mi toalla cuando la muy zorra ya estaba con las tetas fuera y enseñándole
el tanga a todo el mundo. Ella, en lugar de ponerse a mi lado, se puso
junto a mi hermana y Alberto. Al poco rato llegaron un par de amigas de
Sonia, las mismas del relato anterior. Ninguna hacía topless, solamente
Sonia, aunque en aquella playa la mayoría de las chicas sí hacía, pero en
nuestro grupo la única era la puta de mi novia.
Decidieron darse un baño todos,
excepto mi hermana y yo. Cuando se marcharon, mi hermana me estuvo
preguntando sobre si reálmente me gustaba tanto Sonia como para pretender
mantener una relación seria con ella, a lo que contesté que sí, que esa
era mi intención. Ella, sin querer decírmelo claro para no
desilusionarme, me dio a entender que era un poco cabeza loca, que no
sabía si Sonia era la chica ideal para una relación estable, pero que
evidentemente la decisión era mía y que hiciera lo que creyera
conveniente.
Mientras hablábamos, pude
observar como en el agua Sonia no se separaba de Alberto. Estaba claro
que le gustaba, y mucho. La verdad es que Alberto está mejor que yo
físicamente, aunque tampoco es para tanto. En varias ocasiones ella lo
cogía desde atrás y le refregaba las tetas. Mi hermana también se daba
cuenta y me miraba de reojo como diciendo, ¿pero no te das cuenta de lo
puta que es?.
Aquella tarde estuvieron
prácticamente todo el rato tonteanto, aunque en verdad era Sonia la que
lo perseguía, porque él intentaba ignorarla pero le resultaba difícil. Al
atardecer abandonamos la playa y nos dirigimos de nuevo al hotel, excepto
Sonia, que antes pasó por su casa a coger algo de ropa, aunque llegó
enseguida, porque justo al poco tiempo despues de yo salir de la ducha y
cuando se disponía a entrar Alberto, apareció ella en la habitación.
Entonces, yo decidí decir que
iba un momento a la habitación de mis otros amigos, con el morbo de
dejarlos allí solos a los dos y la intención de que pudiera volver a
pasar algo entre ellos. Alberto me miró con cara de extrañado como
diciendo ¿pero éste está loco o qué?, ¿me dejá aquí solo con su novia con
lo puta que es?. La verdad es que de imaginarme la situación me estaba
poniendo muy cachondo y me marché de la habitación empalmado.
Para darles la posibilidad de
tomárselo con calma, llamé a Sonia desde el móvil y le dije que en vez de
ir a la habitación de mis amigos, había decidido ir a una tienda de
informática que quedaba a unos 30 minutos andando (ida y vuelta), aunque
lo que hice realmente fue meterme en un sexshop para hacerme una buena
paja en las cabinas mientras imaginaba lo que podía estar ocurriendo en
la habitación.
Tras terminar, regresé hacia el
hotel a paso tranquilo, y cuando llegué me los encontré en la cama
tumbados viendo la tele, los dos en la misma cama. Alberto llevaba puesto
sólo unos slips, y Sonia un minúsculo tanga. Menudo putón, menudo putón
de novia tenía, estaba claro que no me tenía respeto alguno y que le
importaba una mierda lo que yo pudiese pensar, y a mí eso me encantaba.
Mi amigo me miraba con cara de apuro como diciendo, tío, yo no tengo la
culpa de que te hayas echado a esta puta por novia.
Los saludé y entré en el cuarto
de baño a echar una meada. Diossssss.... lo que ví dentro del water hizo
que me diera un vuelco el corazón y que la polla se me pusiera dura como
el acero... Allí, dentro del water, ¡había un condón usado!. Supongo que
tirarían de la cadena pero, como sabeis, a veces los condones se atascan
y no se van a la primera, a no ser que la puta de Sonia lo hubiera dejado
con la intención de que yo lo encontrara... La cuestión es que me senté
en la taza del water, me hice una buena paja, tiré de la cadena e hice
desaparecer el condón.
Justo cuando salía del cuarto de
baño, llamaron a la puerta de la habitación. Abrí yo. Era mi hermana y
Ramón, uno de mis amigos. Sus rostros reflejaban la sorpresa de
encontrarse a Sonia con las tetas al aire y con un tanga minúsculo
tumbada en la cama junto a Alberto. Hay que admitir que era una situación
extraña, sobre todo para culturas como la nuestra, me refiero a que en
otro países como Alemania o Estados Unidos quizás es más normal este
comportamiento tan liberal por parte de las chicas, pero en España no es
normal que tu novia esté como si tal cosa tumbada en la cama con las
tetas al aire y en tanga junto a un amigo, aunque no estén haciendo nada
entre ellos, pero vamos que no es lo habitual, al menos en mi círculo de
amistades nunca lo había visto.
Aquella noche el plan era el
mismo que todas las noches anteriores. Salir a cenar y luego a la
discoteca. Sonia durante la cena recibió diversas llamadas y dijo que iba
a pasarse por casa de una amiga que celebraba su cumpleaños y que luego
nos buscaría en la discoteca. A mí no me resultaba muy convincente,
porque cuando sonaba el móvil se levantaba y se iba a hablar a otro
sitio, lo que me hacía pensar que ocultaba algo. ¿Era mentira lo del
cumpleaños y realmente iba a quedar con algún exnovio o amigo?.
Apareció en la discoteca a las 4
de la madrugada y más borracha que una cuba, acompañada por un chico, que
estaba igual de borracho que ella. Me lo presentó y me dijo que esperara
un momento que iban a la barra a por una copa. Los ví alejarse hacia la
barra observando como aquel chico la agarraba de la cintura. Menos mal
que mi hermana y mis amigos no estaban cerca, sino seguro que me hubieran
dicho claramente que yo era un gilipollas.
Al volver me dijo que iban un
momento al coche, que iban a meterse una raya para que se les pasara un
poco la borrachera. ¿Os acompaño?, le dije. No, me contestó... Y allí me
quedé yo, con cara de tonto mientras esperaba a que la puta de mi novia
se metiera una raya con un tío en un coche. En esos momentos me sentí
confundido, no sabía si quedarme allí, irme al servicio a hacerme una
paja o seguirlos para ver lo que hacían. Opté por esta última opción y
los seguí, guardando una prudente distancia para no ser descubierto.
Ví como se metían en un coche, y
tras varios minutos salieron, se quedaron un momento terminándose la copa
hablando de pie junto al coche y luego en lugar de volver a la discoteca
tomaron un camino que unía el aparcamiento de la discoteca con la playa.
Fuí tras ellos, procurando no ser visto. Me crucé con varias parejas, lo
que significaba que debía tratarse de una zona de la playa que las
parejas utilizaban como picadero.
Efectivamente, había una muralla
y una arboleda que hacía que aquel lugar fuera ideal para que las parejas
echaran un polvo con cierta intimidad. No me sentía del todo cómodo, por
miedo a que, al verme allí solo, alguien me tomara por un mirón y recibir
algún puñetazo de un novio violento, pero me arriesgué, porque al fin y
al cabo mi novia estaba allí, aunque fuera a follar con otro...
Por unos momentos los perdí de
vista y casi decido dar la vuelta cuando, de repente, me pareció verlos
sentados en la arena y apoyados en un trozo de muralla derrumbada. Por
suerte, estaban en un sitio donde no había ninguna otra pareja cerca, lo
cual me tranquilizó y me senté en un sitio donde podía verlos
perfectamente sin ser descubierto, donde unos oportunos matorrales me
ayudaban a permanecer aun más oculto.
Me saqué la polla del pantalón
en cuanto empezaron a besarse. Se estaban morreando, y no era el típico
morreo de enamorados precisamente, se morreaban como dos animales en
celo. Él no perdía el tiempo y con ambas manos le subió la minifalda
agarrándole el culo por dentro mientras le metía la lengua hasta la
garganta. Ni en mis fantasías mas morbosas hubiera imaginado que llegaría
a tener una novia tan puta, que en las primeras 24 horas que llevábamos
saliendo juntos me pondría los cuernos con dos chicos diferentes...
Aquello era sumamente excitante y morboso, es algo que no se puede contar
con palabras, hay que vivirlo para sentirlo.
Se pusieron de pie, Sonia le
metió la mano por dentro del paquete mientras seguían besándose, y él le
metió una en el coño, mientras con la otra seguía magreándole el culo. Y
lo bueno era que como estaban de pie los podía ver perfectamente. No
había nadie cerca a mi alrededor, por lo cual estaba tranquilo y
disfrutaba de la escena, masturbándome lentamente.
Acto seguido él se bajó
complétamente los pantalones y los calzoncillos, dejando su polla libre y
a disposición de Sonia, que la agarró con firmeza y empezó a masturbarla.
Dejaron de besarse y él empezó a meter y sacar sus dedos con fuerza en el
coño de mi novia mientras ella seguía haciéndole una buena paja. Luego se
sentaron uno frente a otro, y mientras ella con una mano lo pajeaba y con
la otra le acariciaba los huevos, él le pajeaba su coño cada vez con más
rapidez y violencia. Con la mano que le quedó libre le sacó las tetas y
se las estrujaba.
En un momento determinado, él la
agarró de la cabeza dándole a entender que quería que se metiera su polla
en la boca, cosa que Sonia hizo sin poner ninguna objección. Era
alucinante verla con el culazo en pompa y mamando la polla de aquel tío,
que la agarraba de la cabeza y le marcaba el ritmo que debía seguir.
Sobra decir que yo, a esas alturas, tenía ya la polla que me reventaba y
cada vez me pajeaba con mayor rapidez.
Entonces, me pareció escuchar
que Sonia le decía algo así como "venga tío, fóllame ya, fóllame ya,
joder, que no aguanto más", o algo parecido, y no me equivoco, porque
entonces él se levantó, se colocó detrás de Sonia, que estaba a 4 patas,
y se la clavó con violencia. Empezó a follársela igual que los perros se
follan a las perras, con un movimiento de mete y saca perfecto, sin
compasión, y había un detalle muy importante que no pasó desapercibido
para mí... ¡se la estaba follando sin preservativo!.
Minutos despues, la puta de
Sonia se tumbó en la arena bocarriba, él se puso encima y le taladró el
coño a base de bestiales embestidas. Lástima que con esa postura yo no
podía verlo tan bien, ya que el cuerpo del chico me tapaba el de Sonia,
aunque podía apreciar el frenético movimiento de los cojones y parte de
la polla entrando en su coño.
Mi intención era intentar
correrme a la misma vez que él, para poder disfrutar con la máxima
calentura de toda la escena, sin embargo, no pude evitarlo y de mi polla
salió un gran torrente de leche mientras seguía con la vista clavada en
ellos, que seguían como locos dándole que te pego. Joder, vaya aguante
que tiene este tío, pensé.
Justo despues de haberme
corrido, escuché unos ruidos que me alertaron. Se trataba de gente que se
acercaba. ¡Mierda!. No quería irme sin presenciar el final de la follada,
pero estaba claro que era un riesgo que me pillaran allí escondido
mirando. Al final decidí asumir ese riesgo y me quedé, a pesar de que
escuchaba acercarse gente cada vez mas cerca. No podía perderme como
aquel tío se corría encima de la guarra de mi novia.
¿Encima de mi novia?. Pues va a
ser que no, porque el muy cabrón siguió follándosela hasta el último
momento sin sacarla de su coño... No me lo podía creer... hasta que ví
que no hacía ningún amago de sacar la polla y que dejó caer su cuerpo
sobre el de Sonia, sin sacar la polla del coño en ningún momento. El hijo
de puta le echó la leche dentro, dentro del coño de la guarra de mi
novia, cosa que ella consintió sin oponer resistencia.
Una sensación de morbo,
nerviosismo y confusión invadió mi cuerpo. Mis sueños se habían hecho
realidad, estaba saliendo con la tía más puta que pudiera imaginar y
estaba feliz, muy feliz, pero tenía miedo a que, por cualquier motivo
Sonia me dejara y nuestra relación se fuera al traste... Yo quería ser
cornudo por el resto de mi vida, que ella aceptara mi condición de
cornudo y fuera tan feliz como yo. Era mi chica ideal, y el hecho de que
me abandonara supondría la mayor desgracia de mi vida.
Pero, por suerte, no ha sido
así, y como os dije en la primera parte de mi relato, llevamos 6 años
juntos y estamos incluso casados. Nuestra relación es un camino de rosas,
un camino de rosas que yo recorro orgulloso con estos dos enormes cuernos
que Sonia me da el placer de poder lucir.
En la próxima entrega seguiré
narrando la trayectoria de mis cuernos y contaré los hechos que
ocurrieron durante mi último día de vacaciones allí y el inicio de
nuestra relación a distancia, pues yo vivía en Madrid y solo nos veíamos
cuando mis estudios me lo permitían e iba a verla, o ella venía a Madrid.
Y simplemente añadir, queridos amigos de MorboCornudos.com, que no hay
nada mejor en esta vida que ser cornudo, os lo puedo asegurar, y creo que
todo el mundo debería probarlo. No os arrepentiréis. Palabra de cornudo.
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