Hola
amigos. Me llamo Pamela y quiero contaros mi experiencia en este tema.
Soy
una chica de cuarenta años, con estudios universitarios, casada y con
hijos.
Me cuido
bastante y hago deporte cuando puedo. Tengo los pechos bastante grandes
y no estoy nada mal, dicen.
De lo que
más orgullosa estoy es de mi culo, que está siempre respingón.
Mi vida
sexual siempre fue completamente satisfactoria incluso cuando hace
poco, descubrí una cosa. Descubrí que mi marido es un vicioso. Y que yo
soy una guarra.
Posiblemente
siempre lo fui, pero no lo sabía.
Si se
enteran en mi pueblo de lo que hago, con lo recatadita que fui siempre
Les da algo.
Hasta que
conocí a mi marido, jamás mantuve relaciones sexuales con nadie. Él fue
el primero y éramos muy felices haciendo el amor bastante a menudo.
Comenzamos
follando y a los pocos días, me enseñó como hacerle felaciones. Ahora
él dice que soy muy buena.
Al poco,
comenzamos con el sesenta y nueve, después me tragaba su corrida, poco
a poco me fui volviendo más putilla, si os dais cuenta. Al cabo de un
tiempo, intentamos el sexo anal, pero le dije que me dolía y lo dejamos
de lado. También le hago alguna cubana y dejo que se corra en mi cara,
no me importa.
Con el
tiempo, descubrí (y él también) mi punto débil
Mientras me
estás frotando el clítoris, puedes hacer conmigo todo lo que quieras.
Absolutamente todo.
Hay cosas
de las que después me arrepiento un poquillo, pero en ese momento, me
dan igual. Él dice que es por que soy muy puta. Sé que es cierto pero
no le digo nada.
Una vez
mientras me frotaba el clítoris fuertemente, sentí como poco a poco el
muy pillo me introducía un dedo por el culo. Qué queréis que os diga, a
los tres segundos le supliqué que me lo metiera entero. Casi me desmayo
de gusto. El misterio es que si no hay frotamiento clitoriano, no me
hace ninguna gracia.
Hace poco,
mientras él me masturbaba como a mi me gusta, cuando comencé a gemir,
el muy cabronazo se meó en mi cara. Cuando me corrí, le eché una bronca
monumental, alegándole que eso era una cerdada, pero quiero confesaros,
que en ese momento me dio un morbazo bestial e incluso abrí un poquito
la boca.
Las últimas
sorpresas que me ha dado han sido hacer aparecer de debajo de la
almohada un vibrador y unas bolas chinas.
El vibrador
lo sacó en uno de esos momentos clitorianos. Era algo pequeño pero,
cómo lo disfruté
Él me dijo que me iba a comprar otro más largo y más
grueso. Le dije que no lo hiciera, pero a los pocos días, sin avisar
como siempre, sentí cómo me metía algo más grande de lo habitual
lo
había comprado. El orgasmo fue asombroso
Otro día, descubrí debajo del
almohadón un pepino metido en un preservativo. ¡ Era muy grande ¡
Cuando él salió de la ducha, le dije que lo había pillad y que ni se le
ocurriera meterme el pepino. El sonrió y dijo que vale. Mientras él me
masturbaba, cuando comencé a gemir en las segundas oleadas de placer,
sentí como mi marido me intentaba introducir el pepino y yo no dije
nada y muy discretamente, me abrí de piernas. Como me dolió un poco
pasamos del tema.
Últimamente
me compra ropa muy sexy, y me pide que me ponga las camisetas más
prietas que tengo, algunas incluso me quedan pequeñas, quiere que lleve
unos viejos vaqueros que tengo superceñidos que marcan todo el culo
Era todo muy sospechoso, parecía que quisiera que me mirasen
Hasta que
un día, en pleno orgasmo mío, me comentó que le encantaría verme follar
con otro hombre. Me quedé muy perpleja y le dije que se estaba pasando.
Él me alegó
que me quiere mucho, y que quiere que disfrute al máximo. Dice que he
nacido para follar y que quiere que me follen muchos hombres y que
disfrute muchísimo, que grite y que tenga muchos orgasmos. ¡ Ah ! y que
él quiere verlo. Le dije que se olvidara del tema. Y me contó que hacía
meses que mientras me follaba, miraba mi cara de putilla y se imaginaba
que era otro quien me estaba jodiendo. Me quedé muy sorprendida y le
dije que no me gustaba nada la situación, que no era ninguna
prostituta.
Un día,
mientras él me masturbaba, cuando vio que comenzaban mis oleadas más
fuertes de placer dijo: Pasa, y a nuestro cuarto, entró un negro en
calzoncillos. (Después supe que entró con una llave, cuando mi marido
le hizo una llamada perdida y yo ni me enteré, qué pasada
).
Cuando ví
al chico, ya supe que es lo que ocurría y comencé a gemir más fuerte.
El morbo que me dio fue lo más, que me ha pasado en la vida. Fue
incontrolable. Deseé a ese hombre, como no había deseado nada en toda
mi vida.
Él se
acerco a mi y se bajó los calzoncillos. Descubrió un poderoso pene ante
mí, el cual comencé a mamar sin dudarlo un segundo. Dice mi marido que
le chupe la polla a aquel hombre como si me fuese la vida en ello.
Tenía sus
testículos en mi mano y también los sobé e introduje en mi boca
infinidad de veces. Se me representaron a una pelota de tenis. Mi
marido se masturbaba sin parar.
Dejé de
mamar y el mozo me tumbó larga y recostándose sobre mí me introdujo su
agraciado pene. Aquella venosa verga me hizo gozar. Aquel dios del
sexo, aplastándome con su cuerpo fue algo inolvidable. Recordé que el
chico no se había puesto preservativo, pero no dije nada. Posiblemente
fui algo inconsciente, pero no podía parar de follar, tomo la píldora,
sería mala suerte quedarme preñada de aquel hombre, pero creo que me
dio igual
El pene se
le hinchó mucho y noté que se iba a correr. Mi marido le gritó:
Córrete dentro y el muchacho lo hizo.
Ahogó un
gemido y se corrió dentro de mí. Mi marido se acercó corriendo
volteándome para mirarme la chorreante vagina. Yo era una muñeca,
estaba echa polvo
El chico se
vistió y se marchó, y yo me quedé dormida. Al día siguiente mi marido
me dijo que era el día más feliz de su vida, que había grabado todo y
realizado multitud de fotos y que siempre que los chicos estuvieran en
el pueblo, llamaría a algún profesional para que me follara. Yo me
enfadé mucho y le dije que nunca más haríamos esto. Me encontraba muy
mal y muy arrepentida.
Ahora creo
que hice mal. Quiero decirle que sí. Que quiero follar con muchos
hombres y conocer muchas pollas y más si encima a él le gusta
pero me
da miedo que piense que soy una prostituta.
Estoy
ojeando vuestra página por que me da mucho morbo
Un saludo y
un beso. Pam. Email.
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