.:: RELATOS DE CORNUDOS ::.

  "Compartiendo a mi novia con un negro maduro".

 

 Mi novia nunca se había acostado con ningún chico que no fuera yo, y por el contrario yo ya había probado con varia tías. Al principio parecía que a ella no le importaba pero desde hace unos meses me echaba en cara eso, que ella no puede comparar y yo si. Ella es algo regordeta, muy morena, una cara angelical y unos pechos grandes aunque no muy exagerados.

 Un día se me ocurrió ponerle fin a sus indirectas (o directas) y prepararle un encuentro de lo más apetecible. Yo sabía que a ella le ponían los tíos negros maduros y fuertes, y tenia un conocido que respondía perfectamente al perfil, era un amigo de sus padres, así que hable con el, tanteándolo, para saber que le parecía ella, y sabía que le gustaba.

 Entonces, un día que salimos varios colegas y ellos, me quedé a solas con el y se lo propuse. Al principio se lo tomó a coña, pensó que lo estaba vacilando, pero acabo accediendo, y con muchas ganas, se le veía pletórico con la idea. Al día siguiente los padres de mi novia no estarían en casa porque tenían trabajo así que lo preparé para que ella me esperara en casa y aparecer Rubén y yo.

 La llamé cuando estaba cerca de su casa y le dije que se fuera preparando que iba para allá y que la quería con un gran escote, un tanguita y una falda cortita, así que ella fue a cambiarse. Como yo sabía donde guardaba la llave de repuesto Rubén entró sigilosamente y se coló hasta su habitación, justo cuando ella estaba desnuda. Desde el piso de abajo la escuche gritar y decirle que saliera de la habitación que se estaba cambiando. La cosa no paso a mayores e hice que entraba y me sorprendía de que Rubén estuviera allí. Le dije que se quedará a ver una peli con nosotros y aceptó, porque sabía lo que había.

 Empezamos a ver la película en el sofá los tres tirados, a mi novia le extrañaba mucho que Rubén se acoplara a nosotros, un tío de cuarenta y tantos con dos chavales de 19 no pegaba mucho, pero como nos llevábamos muy bien lo dejo pasar. De vez en cuando yo le metía mano y ella me frenaba haciéndome gestos de que no estábamos solos. De vez en cuando le soltaba algún beso y ella me seguía unos pocos segundos, pero paraba. Su sorpresa fue grande cuando en un apasionado beso que no pudo reprimir noto las fuertes manos de Rubén acariciándole el culo, se quedó inmóvil y no sabía se recriminárselo y dejar que yo me enterara o dejarlo pasar. Optó por dejarlo pasar, pero la escena se repitió, yo besándola y Rubén acariciando su culo, quería parar pero se sentía a gusto.

 Yo se que Rubén es un tío que le gusta físicamente, así que se dejo ir. Comencé acariciando sus tetas y el introdujo la mano por debajo de su pantalón para seguir acariciándola. Entonces ella volvió en si y se levanto de un salto. ¿Qué pasa aquí? Dijo. Me levante a su lado y le dije que no pasaba nada que simplemente la estaba besando. Entonces se levanto también Rubén y le dijo que a el no le importaba que nos besáramos delante de el, pero que si ella quería que se iba. Entonces le respondí: no hace falta que te vayas, es más, quiero ver como te la follas, quiero que me ayudes a hacerla disfrutar. Ella se quedo perpleja sin saber que responder así que me dirigí a ella y le dije: disfruta del momento, y no vuelvas a decir que nunca probaste con otro hombre.

 Entonces la cara de sorpresa se volvió en sonrisa y me dijo: ¿estas seguro? Y sin esperar respuesta se puso de rodillas y comenzó a acariciar el paquete de Rubén. Le pegaba pequeños mordiscos y mientras, la otra mano acariciaba el mío. Abrió el pantalón de Rubén y descubrió una polla ya empalmada y de un tamaño muy considerable, sin dudarlo se la medio en la boca y comenzó a chuparla, un poco la polla y un poco los huevos, para entonces yo ya la tenia fuera y ella me pajeaba. Después cambio los papeles. Al poco rato le quite el top que llevaba y la levante del suelo, le quite la falda y la deje en tanga y en sujetador. Entre los dos la manoseábamos y le chapábamos todas las partes del cuerpo. Se tiro sentada en el sofá y siguió chupando de las dos. Yo le acariciaba en clítoris, el cual estaba húmedo como si de un grifo se tratara, sabía que estaba disfrutando como una loca, y lo mejor estaba por llegar.

 Le quité el resto de su ropa y nos fuimos para la habitación de sus padres. Y ella se puso a cuatro patas, una postura que le encanta, mientras Rubén se la follaba ella seguía mamándomela. La polla de Rubén entraba y salía acelerada de su coñito y entonces fue cuando él se puso boca arriba y ella se sentó sobre su polla. Empezó a subir y bajar a mi seguía mamandomela, esta vez, yo estaba de pie, para que pudiera alcanzar mi polla. Pero me coloque detrás de ella y sin avisar se la metí por detrás. Nunca lo habíamos hecho así porque ella tenía miedo, y se que al principio le dolió, pero estaba tan caliente que enseguida empezó a disfrutarlo.

 Seguimos así un rato hasta que ella se tiró boca arriba y los dos nos corrimos en su cara. Según nos dijo tuviera tres orgasmos mientras la montábamos.

 Esa noche Rubén se quedo a dormir, y repetimos polvazo, pero eso ya es otra historia. 

 

 

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