.:: RELATOS DE CORNUDOS ::.

  "Un beso con gusto a semen (3)".

 

 Ha pasado más de un año desde aquella vez en que entregué a mi mujer a otro hombre, nuestra relación matrimonial continuó digamos "normal", hasta que, tras una discusión con mi esposa, de esas normales en cualquier matrimonio, ella me grita :

 - "¡Cornudo... no te soporto más!".

 Yo me la quedo mirando y ella, tras una pausa, me dice :

 - "¿Que acaso no es cierto?, ¿no eres un cornudo?".

 Yo bajo la cabeza dolido, y ella se acerca despacio, me acaricia y me susurra :

 - "Si amor, yo te hice cornudo y gracias por haberme permitido gozar tanto aquella vez, ¿me perdonas?".

 Asentí y no nos peleamos más.

 Otra noche en la cama, mientras hacíamos el amor, me pregunta con una seriedad que me preocupó :

 - "¿Cómo te puede gustar que otro tipo se coja a tu esposa?".

 Yo pensé que me venía un sermón, tipo arrepentimiento o algo así, y cuando le contesto :

 - "Lo único que me interesa es verte gozar".

 Me abraza fuerte y excitada me dice :

 - "Entonces quiero darte el gusto", y yo le digo :

 - "Mira, dentro de algún tiempo, unos años, cuando mi impotencia sea total, yo te permitiré todo".  ( Les aclaro que sufro de impotencia sexual temporaria)

 Y me sorprende con su respuesta :

 - "¿Porqué tengo que esperar tanto?... si lo deseas, te puedo hacer cornudo ahora, pero con todas las de la ley, un cornudo total".

 Yo la verdad me asusté un poco por la firmeza de sus palabras, y cuando aun no salía de mi asombro, me aprieta bien fuerte mi pijita (unos 12 cms en estado de erección), y me dice al oído : 

 - "Cuando me propusiste tener sexo con otro hombre, yo te anticipé, mira que despues no puede haber arrepentimientos, ni marcha atrás, mira que una mujer cuando está casada y prueba otra pija que no es la del marido, se termina enviciando y no puede parar, siempre quiere más y más y más... ¿Vos realmente querés verme con otro tipo ?".

 - "¡¡¡Si, si ,si , si, si amor, si, si, deseo verte gozar con otro macho!!!".

 Se hace un silencio... se separa de mí, me mira fijamente a los ojos y me dice :

 - "Perdóname, pero espié tus e-mails, y particularmente esos en que me ofreces a otros hombres que buscan parejas o matrimonios para satisfacer a las damas en presencia de sus maridos, los leí todos... ¿No te da vergüenza suplicar a desconocidos que se cojan a tu esposa?, ¿qué pretendes?, ¿una relación tipo swinger?".

 - "No, yo solo quiero verte gozar a vos".

 Otra vez silencio... Se levanta de la cama, se para cerca de la puerta del dormitorio, me mira, y ante lo que yo esperaba como una fuerte recriminación por mi deseo, me dice sonriente y con carita de degenerada :

 - "Está bien , está bien amorcito, prepárate, porque vas a ser el cornudo más grande, te voy a meter los cuernos hasta que te crezcan tanto que no vas a poder pasar por la puerta... ¿Vos querés que tu mujercita sea una puta?, ¡pues ahora vas a saber lo que es una puta!".

 Yo, un poco titubeando, le digo :

 - "¿Cual de los dos te gustó más?, ¿la foto del italiano que vive en Buenos Aires, o la del chico de Santa fe?", (fotos desnudas de dos hombres que contacté por Internet que me habían enviado y que ella había visto al revisar mi correo.

 Sonrisa lasciva de ella.

 - "Mmmmmm...., las dos amor... qué hermosas pijas que elegiste para mí".

 (Se trataba de un italiano residente en Buenos Aires, con el cual debíamos encontrarnos en una Disco swinger y luego ir a su Depto, previo bailar con ella, etc, etc. y de un joven de unos 35 años que vivía en Santa Fe, una ciudad a unos 200 kms de la ciudad donde vivimos, Bs Aires , que nos ofrecía un fin de semana en su casa).

 - "Decídete por una, amor", le digo.

 Sonríe, me mira y responde :

 - "Elige tú queridito, elige tú la pija que quieres para tu mujercita".

 - "Entonces, el viernes que viene viajamos a Santa fe y pasamos el fin de semana en la casa de Guillermo, ¿si?. Ahora hagamos el amor, y tú cierra los ojos e imagínate el pedazo de Guillermo adentro tuyo, ¿si?".

 Esa noche hicimos el amor toda la noche, y mis erecciones fueron brutales, ella gozó como nunca imaginando esa pija y relamiéndose...

 Y llegó el día tan anhelado, viajamos muy alegres y llegamos un poco cansados, sobre todo despues de 3 horas al volante del auto. Ansioso, nervioso, ella tranquila, al menos eso parecía...

 Llegamos al punto pactado con Guillermo y nos estaba esperando en su auto, nos saludamos, nos presentamos, todo con mucha amabilidad y cordialidad, seguimos a su auto unas 20 cuadras y llegamos a su casa, una casa de dos plantas, muy bonita, sin grandes lujos pero cálida. Él vivía solo, alto, 1,80 de estatura, tez blanca, cabello corto lacio, físico delgado, músculos normales, vestido informal con ropa de jean, ni lindo ni feo, pero de buena presencia.

 Les recuerdo que mi esposa tiene unos 38 años, rellenita, buen culo, bien paradita y carnosa, buenos senos tirando a grandes, algo baja de estatura, 1,55 , blanca, ojos castaños, cabellos ondulados sobre los hombros, un tanto rojizos, con algunos kilitos de más...

 

 Una vez en la casa , nos sentamos en la sala de estar, pone música, nos muestra las habitaciones, dejamos los bolsos. Le susurro a mi esposa :

 - "¿Te gusta?", y sonriente y mordiéndose los labios me dice :

 - "Me encanta... , qué hermoso bulto tiene".

 No habrían pasado 20 minutos desde que llegamos y empezó mi odisea, algo que nunca había soñado vivir... De repente, toma a mi esposa de la cintura y le da un beso en la boca, húmedo y profundo, que la sorprende tanto a ella como a mí. Prácticamente la levantó en el aire, no olviden que él mide unos 1,80 y ella 1,55. Le dice :

 - "Siéntate en el sillón".

 Ella asiente y él se baja el cierre, saca su pija y mirándome me dice :

 - "Ve a la cocina a servir los cafés y tráelos acá... ¿Qué, acaso eres sordo?. Prepara y sirve los cafés, ponlos aquí en esta mesita y luego te sientas a mirar como tu esposa me chupa la pija, ¿entendiste?.

 Dejo de titubear y corro para la cocina...

 - "Si si si Guillermo", le respondo.

 Regreso, sirvo las tacitas en la mesa... mi esposa sonrojada, sentada en el sofá, él de pie, con una pija un tanto flácida, semi-erecta, que le colgaba como una manguera, larga, gruesa, llena de venas desde la base del tronco hasta la punta... Y mientras le tomaba la cabeza a mi mujer con las dos manos, le introducía la pija en la boca... Me dice :

 - "Vení cornudo, acércate y sácale el cabello de la cara a tu esposa, así me la chupa bien".

 Se la saca de la boca, se sienta con la pija afuera del pantalón. Dice :

 - "Tomemos el café, que se enfría".

 Toma la mano de mi esposa, se la lleva a su pija y le dice :

 - "Dale Mabel, quiero que tu marido vea como me acaricias la pija".

  Y en ese clima terminamos los cafés.

 De repente, se para y con firmeza me dice :

 - "¿Qué, no es esto lo que querías, entregarme a tu esposa para que yo me la coja y te haga cornudo?. ¡Contéstame!".

 - "Si si si si Guillermo, vuelve a besar a mi mujer".

 La abraza y lentamente empiezan a subir la escalera que conducía a su dormitorio...

 - "Ven detrás nuestro, cornudo, síguenos".

 Yo subo detrás de ellos y voy mirando a mi esposa, abrazada por Guillermo, que le va a acariciando el culo...

 Al llegar al dormitorio, dice :

 - "Tú te quedas aquí, del otro lado de la puerta, solo vas a entrar cuando yo te lo diga, te quedas parado aquí, escuchando detrás de la puerta, ¿entendiste?".

 - "Si Guillermo, si, entendí".

 Pasan unos minutos, yo a esta altura temblaba, de miedo, de excitación, de ansiedad, de nerviosismo, me invadía el pánico, pero a su vez sentía mi cuerpo afiebrado...

 - "¿Estás ahí?", me pregunta Guillermo.

 - "Si, estoy aquí".

 - "Pues ahora vas a escuchar a tu mujer como goza con otro macho, te prohíbo que entres, quiero que escuches a tu esposa como goza de mi pija, ¿entendiste cornudo?".

 - "¡Si si si Guillermo, lo que tú digas!".

 - "A ver Mabel... dile a tu maridito lo que estás haciendo... ¡vamos hazlo!".

 Y mi esposa dijo con la voz entrecortada :

 - "Él está desnudo tendido en la cama y yo le estoy chupando la pija".

 Yo, con un hilo de voz, me animo a preguntarle :

 - "¿Te gusta como la tiene?, ¿es grande?, ¿así la querías?".

 - "¡Es enorme mi amor, la tiene como la de un caballo, es larga y gruesa , jamás en mi vida vi una pija tan grande!".

 Pasan otros minutos interminables... Suena la voz de Guillermo, que me dice :

 - "¡Entra!".

 La habitación, en penumbras, apenas iluminada por la luz azul de un velador de pie, mi esposa, abierta de piernas, colorada, excitada, mordiéndose los labios, los ojos entrecerrados...

 - "¡Enciende la luz, quiero que vea algo el cornudo!".

 Aprieto la perilla y todo el dormitorio se ilumina bien.

 - "¿Qué es esto?", me grita Guillermo.

 - "E... e... e... es tu pija Guillermo", respondo.

 - "¿La ves bien?".

 - "Si si si, la veo bien".

 Es reálmente enorme, larga y gruesa, venosa, más angosta en la punta, pero de la mitad hasta el tronco es sumamente gruesa, su propia mano no alcanza a rodearla toda, la menea para ambos lados...

 - "¿La ves bien?. Bueno, pues con esta pija me voy a coger a tu esposa, se la voy a enterrar toda, ¿entendiste?. ¡Con este pedazo te voy a hacer cornudo!. Mabel, ¿querés que te coja?, ¡pídemelo por favor puta, vamos!".

 - "Guillermo, por favor, quiero que me cojas, quiero que mi marido vea y escuche como otro macho se coge a su mujer... Quiero hacerlo cornudo con vos... ¡Por favor cógeme, soy tu puta, soy tu puta!".

 
 Y a partir de ese instante, cambió la historia de mi vida... Guillermo me dice :

 - "Apaga la luz, sal y cierra la puerta, pero te quedas detrás, escuchando, ¿entendiste cornudito?".

 
 Escucho jadeos, voces entrecortadas, murmullos... Arrimo bien mi oreja a la puerta para escuchar mejor...

 - "¿Te gusta mi pija?".

 - "¡Me vuelve loca, amor!".

 - "¿La querés toda?".

 Escucho un :

 - "Siiiiiiiiiiiiiiiiii..., la quiero toda Guillermo, dámela todaaaaaaaaa".

 Y una exhalación seguida de una especie de alarido sofocado, me sobresalta... Fue más que evidente, que en ese preciso instante, mi esposa recibió en toda su dimensión la pija de Guillermo hasta el fondo de su conchita... Luego fue todo jadeos, gritos de placer, alaridos de ella, ruidos de la cama... Él le susurraba palabras a ella...

 - "¿Estás gozando, Mabel?, ¿te gusta mi pedazo?, ¿te gusta hacer cornudo a tu marido?".

 - "Siiiiiiiiiiii Guillermo...".

 - "Pues entonces, ¡díselo para que lo escuche de tu propia voz!, ¡díselo puta!".

 - "Amorcito, estoy gozando como una yegua... la siento hasta el fondo, me llena la concha y todavía sobra... es un pedazo enorme... Te estoy haciendo cornudo, ¡te estoy haciendo cornudo!... ¿Viste como te hago cornudo, amorcito?".

 Los movimientos se aceleraban, estaban por acabar... Email.

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