.:: RELATOS DE CORNUDOS ::.

  "Ayudando a mi mujer a comer pollas (1)".

 

 Desde hace bastante tiempo, mi mujer tenía la fantasía de que yo mantuviera relaciones con los machos que se la follan y que la ayudara a comerme sus pollas, y yo, como buen marido que soy, decidí hacer realidad su fantasía. 

 Yo nunca había pensado en la posibilidad de hacer sexo con hombres, pero despues de insistirme mi mujer me empezó a entrar curiosidad. Cuando hacíamos el amor, ella me hacía imaginar pollas entrando en mi boca, imaginar como los dos nos comíamos una buena polla, y el asunto comenzó a excitarme mucho, así que buscamos a un chico por internet para hacer realidad esa fantasía.

 Mi mujer no tiene predilección por ningún tipo de hombre en especial, le da igual la edad, el físico, y al tamaño de sus pollas no le da mucha importancia, lo que sí es muy importante para ella es que sepan hacerla disfrutar, que sean muy machos, y que sepan mover bien la lengua y la polla. Me viene siendo infiel (con mi consentimiento) desde hace 2 años, y siempre estoy presente. A sus 39 años conserva un físico espectacular, y en la cama es una auténtica puta.

 Antes de elegir al chico, le dije que me gustaría que estuviera bien dotado, que si iba a comerme una polla quería que fuera una buena polla, así que elegimos a un chico de 28 años con una polla larga y gruesa. Durante los días que precedieron a la cita, estuve ensayando con un consolador que ella me hacía chupar y me explicaba como debía hacerlo. Mi mujer me dijo tambien que le encantaría ver como me penetraba por el culo, cosa que en un principio no entraba en los planes, así que le dije que no estaba seguro, que ya veríamos. Pero ella insistió y me metió el consolador por el culo para ir preparándomelo, por si acaso luego me apetecía.

 La noche de la cita, antes de que llegara el chico, la ayudé a vestirse y a maquillarse. Se maquilló como una puta, y eligió un conjunto de lencería negro muy excitante, y una minifalda de cuero y una camisa. Me gusta mucho verla con esa pinta de puta. Como siempre, yo actuaría como sumiso y sirviente de ellos, es una cosa que la pone muy cachonda y a mí tambien. Casi siempre soy el que les entrega los condones cuando está con sus machos, el que les ayuda para colocarse en la postura que deben follar, etc. En definitva, soy su esclavo.

 Cuando llamó Rafa, que así se llamaba el chico, yo abrí la puerta, nos saludamos y lo llevé al salón, donde estaba mi mujer. Se dieron dos besos y se sentaron juntos mientras yo iba a la cocina a preparar unas copas. Cuando volví estaban los dos muy juntos y él tenía su mano sobre una de sus piernas.

 - "Anda, ponnos algo entretenido en la tele", dijo mi mujer, refiriéndose a que pusiera una película porno, cosa que hice al instante.

 Me senté en otro sofá y estuvieron bebiendo y hablando entre ellos sin hacerme ningún caso.

 - "Oye, tengo calor, desabróchame la camisa", me dijo mi mujer, así que le desabroché varios botones de la camisa, mientras Rafa la besaba en el cuello y le acariciaba la pierna.

 - "No, tonto, tengo mucho calor, desabróchame todos los botones", me dijo, y le desabroché todos los botones, quedando su camisa totálmente abierta y su sujetador y vientre a la vista de Rafa.

 Él le metió su mano por dentro de la camisa y besaba en el cuello mientras miraban la película.

 Pocos minutos despues, me dijo que seguía teniendo calor, así que le quité la camisa, quedándose en sujetador, un sujetador negro muy sexy que apenas le tapaba la mitad de las tetas, y añadió :

 - "Y creo que Rafa también tiene calor...".

 En un primer momento pensé en quitarle la camiseta, pero opté por quitarle los pantalones, seguro que era más acertado. Se los desabroché mientras se daban un beso con lengua y tiré de ellos, dejándolo en slips. A continuación mi mujer empezó a acariciarle su polla por encima del slip, y yo le quité a ella el sujetador, dejando libres sus tetas para que estuvieran a disposición de Rafa.

 - "Cariño, mira que polla tiene Rafa, ¿te gusta?. Mira como se está poniendo gorda y dura, mira...".

 Entonces yo me senté al otro lado de Rafa y con cierta timidez acerqué mi mano a su polla. Mi mujer me animó a que se la agarrara con mi mano, y así lo hice, agarré la polla de Rafa con mi mano, y me gustó mucho la sensación de su polla caliente.

 - "Juega con ella, siéntela en tus manos, acaricia sus huevos...", me decía mi mujer mientras Rafa le chupaba las tetas.

 Poco a poco me fuí soltando y mientras con una mano lo masturbaba, con la otra le acariciaba los huevos. Sentir como su polla se endurecía en mi mano me pareció una sensación muy excitante.

 Al chico se le veía muy excitado por la forma con la que le chupaba las tetas a mi mujer, y eso era buena señal, significaba que yo lo estaba haciendo bien, a pesar de mi torpeza de principiante. Nunca imaginé que sería tan maravillosa la sensación de tocar una polla que no fuera la mía, sentir como una polla ajena se endurecía en mi mano, acariciar sus huevos calientes sabiendo que cuanto más placer le diera yo a él, más placer le daría a mi mujer con sus chupadas, pues le estaba devorando las tetas y con la otra mano le pajeaba el coño.

 - "Venga, vámonos al dormitorio, que va siendo hora de que saborees esa polla y la prepares para que me folle el coño", me dijo ella, así que nos dirigimos hacia nuestro dormitorio.

 Rafa se tumbó en la cama, mi mujer y yo pusimos nuestras cabezas a la altura de su polla y ella me dijo que mirara bien como se hacía, así que la agarró y empezó a chupársela lentamente mientras me miraba, a la vez que agarró mi mano y la llevó a sus huevos para que se los acariciara, así como la parte de abajo de la polla.

 - "Te toca, cielo, métetela en la boca y chupa, pero primero despacio y con cuidado, no le vayas a hacer daño con los dientes".

 Así lo hice, me metí la polla de Rafa en la boca y comencé a chupar. Primero por los lados, como me dijo ella, y luego metiéndome la cabeza de la polla en la boca y comenzando a tragármela.

 - "Muy bien, muy bien", me decía ella animándome, y tras unos minutos en las que yo me dediqué exclusivamente a chuparla, empezamos a compartirla ambos. Ella se la mamaba y me la pasaba a mí, y así sucesivamente. A veces, mientras uno se la chupaba, el otro le lamía los huevos, y por los gemidos que daba Rafa, creo que lo estábamos haciendo muy bien.

 - "Ahora quédate chupándosela tú solo", me dijo, mientras ella lamía todo el cuerpo de Rafa, desde el vientre hasta su boca, y empezaron a besarse mientras yo seguía con la mamada.

 Tengo que decir que si hubiera sabido lo maravilloso que era chupar una polla, lo hubiera hecho mucho antes, sin esperar a que mi mujer me insistiera tanto. Descubrí que es tan maravilloso como comerse un coño.

 Rafa me pidió parar, porque estaba a punto de correrse, pero mi mujer, que estaba sentada sobre su boca recibiendo una buena lamida de coño, le dijo que daba igual, que se corriera, que la noche era larga y había tiempo para todo, así que ella inclinó su cuerpo hacia alante y le empezó a lamer los huevos y a ayudarme con la mamada, hasta que por fin Rafa se descargó en nuestras caras, cayendo la mayor parte del semen en la mía, pues mi mujer le agarró la polla y apuntaba a mi cara mientras la caliente polla soltaba toda la leche. Ella me chupó la cara y recogió la leche que caía por mi barbilla, y luego me dio un beso, compartiendo ambos el semen.

 - "Bueno, ahora te tienes que encargar de ponerla otra vez dura tú solito para que me folle, ¿vale cariño?", me dijo mi mujer, así que me metí otra vez la polla pringosa de semen en la boca, a la vez que ella empezó a chupármela a mí para que me esmerara en mi trabajo.

 Cuando estuvo totálmente dura, mi mujer se sentó encima de Rafa y empezaron a follar. Yo me puse tumbado junto a él, observándolos y masturbándome. Como sabía que a ella le gusta que se la follen por el culo, cogí un tarro de vaselina de la mesita de noche, pero cuando ella me vio, observé un gesto de picardía en su cara que me dio a entender lo que estaba pasando por su cabeza.

 - "Cariño, ponme vaselina en el culo para que Rafa me folle, y luego ponte tú delante mía, que te voy a poner vaselina yo a tí...".

 Así lo hice, le unté vaselina en el culo, y mientras Rafa se lo follaba, me puse a cuatro patas delante de ella, que me untó la vaselina en el mío, mientras yo me masturbaba. Era tal mi calentura que reconozco que estaba deseando que Rafa me la metiera por el culo.

 - "No te vayas a correr, Rafa, que ahora le vas a follar el culo al cabrón de mi marido".

 Cuando Rafa se la sacó del culo, ella guió su polla hasta el mío y lentamente fue introduciéndola. Al principio sentí dolor, aunque no tanto del que me imaginaba, y comencé a disfrutar de la gran follada que Rafa me proporcionó, mientras mi mujer tenía su cara debajo de él y le chupaba los huevos.

 Yo me masturbaba mientras sentía la gorda polla de Rafa en mi culo, era una sensación nueva para mí, indescriptible y maravillosa. Comprendí entonces el porqué a mi mujer le gusta tanto que se la follen por ahí. De vez en cuando mi mujer la sacaba de mi culo, le daba varios lametazos y me la volvía a meter, hasta que noté como Rafa tensaba sus músculos y se descargaba dentro de mí, llenándome el culo de leche.

 Aquella noche fue la primera en que mi mujer y yo compartimos una polla, pero no la última, puesto que la experiencia me gustó mucho más de lo que nunca me hubiera imaginado, por eso fue solo el comienzo de mi iniciación en la bisexualidad, una opción sexual que me proporciona muchísimo placer, y no solo a mí, sino sobre todo a mi mujer, puesto que ella se vuelve loca compartiendo sus machos conmigo. Espero contaros otras experiencias que hemos tenido en próximos relatos.  Email.

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