.:: RELATOS DE CORNUDOS ::.

  "Ana y Alex".

 

 Hola amigos, somos pareja ahora liberal, que hemos estado siguiendo esta maravillosa página desde hace años, somos dos abiertos, es cierto que llevamos tiempo sin publicar pero encontrar a alguien que se deje fotografiar o grabar para luego ponerlo en internet no es fácil. El caso es que el otro día haciendo memoria, nos pusimos a reír y tal comentando cosas y entre ellas como empezó todo. Así que nos hemos decidido a contarlo:

 Episodio 1 nuestros comienzos:

 Ni que decir tiene que éramos una pareja normal, siempre morbosos y abiertos a experimentar pero que con los años nos habíamos apagado, la verdad que vuestra página fue como un soplo de aire fresco. Yo me llamo Alex y mi mujer Ana, yo soy un tio que me considero resultón y Ana por su parte tiene su público, si os gustan jaquetonas buenas tetas, labios carnosos y siempre escotadas... Ana os encanatará. Tenemos 40 y 42 años. Vivimos en Andalucía, yo soy funcionario y mi mujer trabaja cuidando personas mayores.

 Todo empezó hace unos cuando el hecho que os voy a relatar nos llevó a cogerle gustito al hecho de introducir a más personas en nuestras vidas por el mero hecho de morbosear y disfrutar del sexo, la verdad era algo con lo que fantaseábamos pero jamás nos atrevíamos a dar el paso, una vez llegábamos a los orgasmos, uno u otro hacía ver que era una fantasía y sólo una fantasía.

 El caso es que un día día mi mujer me vino contando que en su trabajo le daba pena un señor. El señor Paco, que varios días venía observando que cuando le iba a asear tenía su miembro muy colorado. Ella le preguntó si tenía alguna alergia o le pasaba algo, pero él un poco avergonzado no decía nada. Mi mujer le empezó a echar pomada para que se le pasara las erupciones que tenía y él lo agradecía cuando le daba la crema su miembro aumentaba y ella bromeaba diciéndole, Sr. Paco como sube la cosa ehhhhh, está Uds todavía en activo ajjajaa. Él entre sonrisa y un poco avergonzado asentía con la cabeza. Un día mi mujer entró un poco antes a su habitación y se lo encontró en la cama con su miembro fuera Masturbándose. Mi mujer exclamo “Pero Sr. Paco ¿qué hace? Él se tapó con la sábana y se sonrojó. Mi mujer le dijo: Ya entiendo porque tiene usted su cosa tan colorada. Él se armó de valor y le comentó que tenía sus necesidades que todavía le apetecía mucho tener sexo. Ella le contestó: Sr. Paco lo que tiene que hacer es echarse una amiga aquí, que le haga compañía que las hay muy guapas. Pero él contestó que siempre le habían gustado más jóvenes, gorditas y rubias, vamos como mi mujer.

 Ese día cuando llegó a casa mi mujer me lo contó y yo le decía que era normal que los hombres mientras nos funcione la herramienta... ¿Cuantos años tiene? le pregunté. 70 años pero el hombre está estupendo, se ha tenido que cuidar muy bien porque no los aparenta. Esa noche recuerdo que mi mujer estaba, no excitada sino super guarra y follamos como leones.

 A las horas, cuando terminamos le comenté, anda que si coge este cuerpo el Sr. Paco qué bien se lo iba a pasar, seguro que no le costaba tanto llegar a correrse. Ella me dijo, no te burles, ya quisieras tú que se te pusiera dura a esa edad sin tomar nada y dar con una enfermera que te de pomada en la polla. La verdad es que me da pena ese hombre, se nota que lo está pasando mal.

 Pasaron unos días mi mujer le animaba diciéndole que porqué no salía con una señora de la residencia que parecía que lo miraba con ojos golositos. Yo veo que le gusta y que se acerca mucho a Usted le decía mi mujer. Él le comentó a mi mujer que ya habían tenido algún encuentro, le contó que en el parque el otro día me estuvo pajeando pero ella no conseguía hacerlo terminar, así que se fue a la habitación a pensar... en la mujer que de verdad le hace ponerse duro y fue cuando le dijo:

 Doña Ana usted si que es una mujer sexy y me excita como también varias de sus compañeras, sobre todo cuando vienen con esos conjuntos negros que se les transparentan a través de la batas. O se dejan ver entre los botones de las batas los sujetadores. Ande Sr. Paco que nosotras venimos a trabajar y no lo hacemos con esa intención y él replicó o cuando me dan crema para mis rozaduras. Ana se fue un poco entre avergonzada y apenada de la habitación, pero entendiendo el comportamiento del Sr. Paco y sus calentones.

 Al día siguiente Ana volvió a entrar un poco antes a la habitación del Sr. Paco y le encontró otra vez pajeándose como un adolescente ¿otra vez señor Paco? Vengo a darle la pomada vamos quítese el pijama, ella empezó a untársela muy suave y poco a poco fue subiendo el movimiento y ritmo, recordó sus necesidades y empezó a acariciar su miembro con tal dulzura, que el pobre hombre se dejó caer sobre la cama y cerró los ojos. Ana vió como disfrutaba y siguió con sus movimientos viendo como en poco segundos la lechita comenzaba a mancharle las manos y no solo eso incluso la bata.

 Lo limpió, se miraron, él le dio las gracias y ella le dijo: Lo siento. Ana salió de la habitación con una sensación extraña entre confusa y excitada. Esa noche cuando llegó a casa me sentó en el sofá y me lo confesó entre sollozos, con la sensación de que me había sido infiel. Me pilló en toalla, pues salía de la ducha y a mitad de relato reparó en que mi polla se ponía cada vez más dura. Yo la consolé diciéndola que no lo tomara como una infidelidad o un engaño a su pareja. Cariño no me importa si es un favor hecho a alguien que lo necesita y no hay implicación emocional... de hecho mira... y le enseñé todo mi nabo que no es por presumir pero tiene unas buenas medidas. Reconocí que si me pusiera en la situación del Sr. Paco, ya me gustaría que me atendieran igual.

 Ella viendo mi reacción y mi erección, se quedó más tranquila, me sonrió y me preguntó: Cariño y si me lo vuelve a pedir ¿qué hago? Ana cariño si llega ese momento tú sabrás cómo actuar. Sólo te puedo decir que lo que hagas bien hecho está. Sólo te pido que como en esta ocasión seas sincera conmigo y me lo cuentes. Nos besamos y me dijo... guarrete te gusta que te ponga los cuernos ehh, esa creo fue la frase que hizo que nuestras vidas tomaran un punto de inflexión a partir de ese instante, pero eso será otra historia de una larga lista de ellas. Acto seguido nos fuimos a nuestra habitación, volvimos a follar como animales y a la mañana siguiente me dijo, me voy no quiero llegar tarde a la pajita del Sr. Paco... Email.

 Continuará...

 

 

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