Cuando
mi esposa , la Sofi, me dijo que aceptaba el que metiéramos a otro
hombre a nuestra cama (después de años que yo llevaba insistiéndole),
yo mismo le ayudé a buscar hombres por la red.
Y no niego que fue
exquisito poder mirar mientras ella me puso los cuernos con ese
desconocido esa vez. Y también nos gustó esa otra segunda vez, donde
elegimos a otro hombre para esa ocasión. Pero a mi mujer le empezó a
dar vueltas eso de los riesgos que hay en siempre andar probando nuevos
hombres y las posibilidades de contraer enfermedades.
No niego en todo
caso que yo estaba feliz al ver a mi esposa revolcarse en las sábanas
con distintos machos. Pero ahora era ella la que quería parar la cosa o
elegir a un hombre estable. Y como vi que nuestras conversaciones no
parecían llevar a un acuerdo, decidí dar mi brazo a torcer y le prometí
que ella iba a poder elegir a quien quisiera.
Ella se tomó todo
el día para pensarlo, incluso el día siguiente, para elegir a un
corneador estable. Ella me prometió que para compensarme, una vez al
mes podríamos tener cita con algún desconocido que ambos aprobáramos.
Recuerdo que estábamos en la intimidad de la cama, dándonos caricias y
listos para tener sexo. Me subí encima de ella, le metí la verga y me
empecé a mover suavecito, juguetónamente. Fué ahí cuando le hice la
pregunta que cambió nuestras vidas:
Y ya te decidiste por
alguien, mi amor?
Ella gozaba de mi verga y
picaronamente me sonrió asintiendo, pero sin contestar.
Y quien será
el afortunado? le pregunté, mientras me movía dentro de ella.
Ella me recordó que
yo había prometido aceptar a quien fuera que ella eligiera.
Un extraño
escalofríos recorrió mi espalda cuando escuché el nombre de Marcos.
Marcos!? EL MARCOS?
Mi amigo Marcos?! yo no podía creerla, pero a la vez el tener la
verga bien metida en el coño de mi esposa no me permitía más que
continuar dándole y disfrutando de su sabrosa concha. Ella estaba en
ventaja.
Ella bien segura de
su elección me confirmó de que era el mismo Marcos del que estábamos
hablando. "Bueno, tú sabes, él es soltero, atractivo, entretenido, y
bien macho para sus cosas. Tú sabes que él me gusta un poco..."
La Sofi se puso a
argumentar sobre su elejido, y yo, excitado como estaba, sólo veía
imágenes cachondas desfilar delante mío de cómo Marcos se la iba a
gozar. Y la interrumpí en medio de su discurso:
Así es como quieres
que el Marcos te tenga? Y comencé a meterle la verga hasta el fondo
de una manera gozadora. Mi mujer, que también estaba excitada y ahora
incluso conforme de que yo lo asumiera de buen grado, se concentró en
mi verga y cerró los ojos disfrutando de mis movimientos y palabras. No
contestó nada, pero gozó...
Así te va a tener
le dije te va a meter la verga hasta el fondo y te va a chupar las
tetitas así y comencé a mamarle las tetas, besándolas y lamiéndolas.
La Sofi cerró sus ojos y parecía bien metida en la fantasia donde
Marcos era quien se la estaba cogiendo. Ella misma se movía rico y
gemía de placer...
Como aclaración
debo decir que Marcos no sólo es mi mejor amigo, sino que ahora
trabajamos juntos. El es mi compadre y lo conozco desde antes de
casarme con la Sofi. En esa época él y yo éramos atractivos, pero donde
yo me casé me puse algo gordo y yo ya no me arreglo tanto como él. Ni
tampoco niego que en su momento a ambos nos gustó la Sofi. Sólo que yo
ahí me había comprado un auto y tenía trabajo, mientras que él aún era
algo irresponsable.
La Sofi me prefirió
a mí, aunque una cierta atracción a la distancia siempre se sintió en
el aire durante todos estos años. Pero tampoco puedo dejar de lado el
reconocer que en más de una ocasión cuando le pedí a la Sofi que
probáramos un trio, él estuvo en mis pensamientos. Sólo que mi amorcito
ahí ni siquiera me daba la oportunidad de presentarle a un candidato.
Simplemente me trataba de perverso y ahí quedaba el tema. Quizás por
eso se sentía raro el que fuera ahora ella quien lo propusiera a él, y
de hecho hasta ya hubiera decidido que Marcos iba a ser mi corneador.
La decisión estaba
tomada. Y con eso nos pegamos un polvazo de miedo. Ambos fantaseando
con lo mismo: que Marcos estaba encima de la Sofi, metiéndole la verga
hasta el fondo y llenándole el coño con su leche! Nos hicimos
mutuamente reconocerlo cuando terminamos de coger.
Eso pasó un
domingo. Ni el lunes ni el martes tuve oportunidad de hablar con calma
con él. La verdad es que era yo quien aprovechaba cualquier situación
para estimarla como de riesgo y no hablarle a él del tema. La Sofi
empezaba a perder la calma al sospechar que era yo quien dificultaba
que esto se concretara.
Me dió como plazo
el miércoles en la tarde. Si no le traía la respuesta de Marcos,
positiva o negativa, pero una respuesta, ella iba a terminar con los
trios. Recién pasado el mediodía nos tocó salir en una misión en
camioneta, a Marcos y a mí. El pasó por su armario a buscar algo.
Yo iba manejando
cuando lo vi mirar una revista porno que él hojeaba. Ahí él se puso a
hablarme de clubes de parejas y gangbangs y otras cosas. Haciéndo como
que yo estaba más concentrado en conducir, le dije que con la Sofi a
veces pensábamos en probar algo así, en ir a algún club de intercambio
o algo parecido. Pero que como no sabíamos de ninguno, jamás se
concretaba. El me miraba interesadísimo y comenzó a bombardearme a
preguntas y hasta se ofreció gentilmente a darle a la Sofi una
sorpresita entre los dos.
Yo tenía la verga a
mil y me trataba de concentrar en el tráfico, la boca se me secaba, las
manos me transpiraban al escuchar a mi compadre ofrecerse para ir a
darle verga a mi mujer. Yo le respondí que si nos decidíamos por algo,
que se lo haríamos saber. El quedó feliz con mi respuesta, y tanto se
dedicaba a mirar la revista porno, como hacía comentarios de lo
deliciosa que estaba la Sofi. Recuerdo claramente que hasta me preguntó
si la Sofi "se dejaba coger por atrás", y recuerdo su radiante cara
cuando le confirmé que sí. Recuerdo incluso su cachondo tono cuando
fantaseando con eso dijo "Así me la quiero tener!".
Yo cumplí con lo
mío y le di la respuesta a la Sofi. Satisfecha con mi diligencia, me
llevó a la cama a coger, y mientras lo hacíamos me dió instrucciones
para que lo trajera a casa para el viernes. Cuando al día siguiente,
jueves, le dije a Marcos que la cita iba, a él se le hicieron
interminables las horas de ese día y del siguiente.
Yo sentía una rara
mezcla de satisfacción de que faltara tanto para que así el anduviera
como animal en celo pensando en mi mujer, y por otro lado sabía que
cada hora que pasaba llevaba inevitablemente a que mi compadrito me
pusiera los cuernos con mi cachonda mujer y la utilizara sexualmente a
su gusto.
El viernes nos
fuimos volando a casa luego del trabajo. No sé qué nos esperábamos con
Marcos, ya que cuando llegamos a casa ella estaba vestida como siempre,
por así decirlo: una blusa, falda. La casa se veía como siempre.
De hecho ella nos
hizo pasar y nos atendió como de costumbre, cariñosa, algo más tímida
quizás. Eso como que creó una cierta distancia, un principio de
enfriamiento a nuestras expectativas masculinas. Nos sentamos en el
sofá, yo al medio ya que ella estaba sentada a un lado. Sobre la mesita
de centro habían cervezas. Eso era un buen comienzo. Los tres queríamos
que pasara algo, pero no pasaba por ahora...
La hice sentarse al
medio para facilitar la cosa. Ella me informó al oido que en el video
había una pelicula porno que tal vez podríamos ver. La cinta ya había
empezado a correr hacía un rato, y al poner el canal del video, lo
primero que vemos es una pareja dándose duro en la cama. Quejidos y
rugidos, y en pocos segundos el hombre comenzó a correrse en la cara de
ella. Se sentía algo así como un anticlimax por lo rápido de la escena.
Pero como los tres
sabíamos para qué estábamos allí, le dije a Marcos que corriera todas
las cortinas para que todo quedara más oscuro. Más que rápido él lo
hizo, mientras yo adelantaba la cinta para ver la siguiente escena.
Ese era un trio con
dos hombres y una mujer al medio. Mientras la cinta corría, acaricié la
espalda de la Sofi y le di unos ricos besitos en su boca. Ella me los
recibió con gusto, y entre que mirabamos la película y yo la
acariciaba, nos fuimos entusiasmando.
Cuando ella miró a
Marcos, él entendió que era su turno de acariciarle la pierna a la Sofi.
Yo le fui desabotonando la blusa a mi amorcito, y Marcos se dedicó a
manosearle los blancos muslos a mi esposa. Por su actitud, supe de
inmediato cuando a mi amada le estaban acariciando el coño. Pero ahí yo
ya estaba entretenido besándole las tetas y quitándole la blusa. Marcos
se encargó de quitarle las bragas a la Sofi. Para ir a la par con lo
que ocurría en la película, saqué mi verga e hice que mi amorcito
comenzara a mamármela, mientras yo le ordenaba a Marcos que se
desnudara. Cuando él lo hizo, le cedí mi lugar en la boca de mi esposa
para yo poder desnudarme.
Fue exquisito el
ver a mi mujer mamarle la verga a mi mejor amigo. Ella mamaba que era
una delicia. Sus rojos y bonitos labios rodeaban el grueso tronco de la
verga de Marcos. Y ella lo disfrutaba como si llevara años esperando
por ese momento.
Yo me puse a un
lado y también metí mi verga en su boca para que la Sofi gozara de
ambas y no dejara a su marido de lado. De ahí la hice acostarse en el
sofá, algo reclinada contra una esquina, y procedí a darle verga por el
coño a mi amorcito, mientras mi compadre no perdía oportunidad de
seguir cogiéndose a mi mujer por la boca.
Hubiera querido
salirme, pero al levantar la vista luego de besar sus tetas, lo primero
que veo es la verga de Marcos bien metida en la boca de mi amada
esposa, y ella mamando con todas sus fuerzas y sujetando la verga con
una mano como para impedir que ese miembro se le escapara de la boca.
Fue demasiado y no pudiendo contenerme, me corrí en el coño de la Sofi
al ver cómo ella lo mamaba. Ahí le cedí mi lugar a Marcos.
El tenía otros
planes, algo que la Sofi estaba encantada de hacer. El se sentó en el
sofá donde ella había estado, y la hizo cabalgarlo. Como ella aún tenía
la falda puesta, Marcos se encargaba con la mano de sujetarla para que
su culito quedara totalmente expuesto.
Para mí como marido
cornudo esa era una visión celestial: el ver el culo de mi mujer volar
por el aire para ensartar su jugoso coño más y más en la verga de mi
mejor amigo. Y él tanto le daba palmaditas como la acariciaba, incluso
le acariciaba la entrada del culo con uno de sus dedos. Y la Sofi lo
cabalgó rico y duro hasta que ya no pudo más y tuvo su orgasmo en medio
de grandes convulsiones, lo que también provocó que Marcos se corriera
en ella. Y como no habíamos siquiera pensado en condones, toda la leche
de mi compadrito fue recibida en el coño de mi mujer hasta su última
gota.
Está demás decir
que de ahí seguimos viendo la película y cogiendo por toda la casa. Y
aunque en esa ocasión no se concretó, ya para la siguiente Marcos
estaba cogiéndose a mi mujer por el culo, y sin condon. Para mí es
indescriptiblemente exquisito el prestarle mi mujer a mi mejor amigo y
poder ver cuando ellos lo hacen.
Me gusta ver
desaparecer la verga de mi compadrito en el coño de mi mujer, y me
gusta el ver lo llena de leche que me la entrega una vez que él esta
listo con mi esposa. Y me excita enormemente el verla a ella acostarse
en la cama, separar sus piernas para él, y ver cómo se besan
apasionadamente mientras sus sexos se unen en esa lucha donde ambos
ganan y quedan felices. De hecho me encanta lo sumisa que ella se
vuelve para él, obedeciéndole y complaciéndole en todo, mientras él
toma más y más control sobre mi mujer y a veces la hace jugar al rol de
puta, donde él la trata de esa manera y la hace contarle sobre sus
otros clientes y lo que hace con ellos.
Yo mismo tengo un
juego favorito donde soy un marido pasivo y cabrón, un cornudo. Y
Marcos goza diciéndome cosas tales como: "Mira cabrón como tengo a tu
mujer!", o la hace a ella contarme qué tan adentro él le tiene metida
la verga en su culito. Como todos sabemos que es un juego, yo con gusto
participo y me dejo humillar por mi compadre, y gozo viendo a mi mujer
satisfacerlo sexualmente por todos sus hoyitos. Siempre sin condon,
para disfrute de todos.
Desde esa primera
vez se creo una especie de complicidad que nos ha acompañado todos
estos años. La Sofi cumple con su palabra y por lo menos una vez al mes
probamos a un desconocido.
Pero quien conquista su coño y la hace
gozar a fondo, es sin duda alguna Marcos, mi compadrito del alma. A
menudo, cuando estamos trabajando en zonas donde nadie nos escucha, nos
ponemos a hablar de mi mujer y él me pone a mil contándome cómo se la
quisiera estar gozando por todos sus hoyitos, y las cosas humillantes
que me diría mientras se corre en mi amorcito y la trata como a su
esclava sexual.