Que
tal, bueno quiero contarles las experiencias que suelo tener cada vez
más a menudo. Les diré en primer lugar, que soy un varón de 32 años y
estoy casado con una mujer de la que diría que no es fea, sino de esas
mujeres deseables, apetecibles, aunque no llegan, cuando te fijas bien,
a ser lo que se dice una modelo. Es decir, no es perfecta pero está muy
"buena". También les dire que no tenemos hijos.
Aparte de su
aspecto físico, tiene un carácter tremendo, casi masculino. Tengo que
darles un dato, y es que ella es la que trabaja;yo no lo hago y me
dedico a las "tareas del hogar", es decir, estoy "parao". En esta
situación llevo los cinco años de matrimonio, aunque realizo algunos
trabajos de pasante en un bufete de Notario.
Ella, mi mujer, con
el paso del tiempo se ha ido acostumbrando a plantear las cosas en
forma de órdenes. A imponérmelo todo porque sí. La verdad es que me
encuentro cómodo cumpliendo sus "mandatos" que, a medida que pasa el
tiempo, son cada vez más groseros y despectivos, aunque no siempre,
pues también tiene momentos de dulzura y cariño hacia mí. Probablemente
ese comportamiento generalizado venga determinado, primero, por su
situación preponderante, y segundo porque sexualmente ella es la que
domina.
Yo me dejo hacer,
es decir, cumplo lo que me dice. Voy a ponerles un ejemplo desde este
punto de vista sexual y así sabrán como es la relación que mantenemos,
aunque no sé como comenzar, ni tampoco como calificar este relato
cuando quiera catalogarlo al presentarlo a esa página web.
Yo, no sé si porque
desde los 14 años he tratado con muchas mujeres, debido al trabajo que
tenía o porqué, pero lo cierto es que tengo que admitir que soy, en la
actualidad, un hombre debil mentalmente para algunas cosas, y ésta del
sexo es una de ellas;como decía, estoy alcanzando un punto en el que
cada vez más pienso en hombres. Pienso en ellos pero no en su
personalidad;es decir no me gustaría conocelerlos personalmente, las
imágenes que tengo son de sus pollas;grandes pollas con grandes
capullos que me introduzco en la boca y lamo con suavidad, tranquilidad
y deleite;con tiempo. Así, voy pasando de uno a otro(no les veo la
cara, no los conozco)cuerpo;unos más morenos, belludos y otros más
cetrinos llegando a rubios con inmensas pollas gruesas y blancas que
terminan en un rosado glande.
En fin, estas
visiones las tengo cuando estoy caliente, en casa, sólo y llegado un
momento tengo que masturbarme para quedarme satisfecho. Lo que pasa
después, en mi análisis, es que compruebo que no me arrepiento, que me
atrae la idea.
Llegé a un momento
tal en que un día, de verano, estando con Esther en la cama, a esa hora
que llaman de la "siesta", noto como ella se coloca detrás de mí y
comienza a empujarme y a susurrarme que si me gustaba como entrataba y
salía su polla. En un primer momento, estrañado me volví y le dije que
qué estaba haciendo, que qué pretendía. Ella contestó que me callara(pero
esta vez no era una orden, sino más bien susurraba)y que sientiera
su caliente coño en mí culo y le dijera que si me gustaba, pero que no
contestara en seguida, que esperara un poco. Asi de esa forma continuó,
"entrando y saliendo", apretanto su bulba contra mí. No supe como
reaccionar, al mismo tiempo pensé que cómo sabía ella que me gustaba
esto. ¿Me habría visto en algún momento cuando yo creía que estaba
sólo?;¿sería que esas cosas se notan(que no lo creo)en cualquier
hombre con estas particularidades?.
En fin lo cierto es
que después de pensar, en ese instante, esas cosas y más, pasé a
concentrarme en el calorcillo que sus envestidas dejaban en mi cada vez
que apretaba, llegando un momento en que no pude más, inmediatamente me
puse a buscar el compás con ella y en ese momento se me escapó un "follame".
Momento en el que dijo:¡lo sabía! te gustan las pollas(siguió
susurrando). Eres afeminado.
Sabía que si te
hacía esto cederías y te abrirías como una putita, que es lo que eres,
maricón, guarra, puerca, y caerías derrotado ante mí.
Amador(ese soy
yo), me dijo:ahora no solo trabajo para la casa sino que soy el
macho de ella. Voy a ser tu "hombre" y eso se va a traducir en que vas
a tener que cumplir con todos mís deseos.
Esto lo decía
mientras seguía apretando y aflojando y yo al mismo ritmo y diciendo
cosas como:te gusta?, cuantos tios te han follado?, a cuantos se la has
mamado putilla?, ¿te han dado ya por el culo, mariquita?, te gustan eh?
Y cosas así. ;entonces pasó su mano sobre mí cintura y agarró mi pene y
me masturbó. . . la corrida fue inmediata y pletorica.
Al terminar, los
dos boca arriba y pasado el calor de la contienda(ella follaba
realmente como un hombre)
comenzo a
insultarme y a decir lo desgraciada que era por haberse casado con un
hombre al que le gustan las pollas, con un perfecto maricón. Yo estaba
sin habla, no podía articular palabra, era lógico, acababa de ser
descubierto. Estaba completamente a su merced.
Hubo un silencio
relativamente largo del cual resultó lo siguiente:
Mira Amador a
partir de ahora voy a traer a casa a quien yo quiera, lo digo para que
sepas que si un día aparezco con un hombre no te asustes, guapa, ní te
asustes si me ves que traigo a una mujer;también me gustan y mucho.
Aquello que pasó
entre nosotros me dejó terriblemente triste por un lado, pero por otro
tengo que decir que relajado y satisfecho por haber actuado como lo
hice.
De todas formas
también pensé que lo de ser "maricón" como ella decía no era del todo
cierto, porque cuando estaba en casa la chica de la limpieza, que venía
los sabados, y a la que Esther llama la "criada", era indudable que me
la ponía dura.
Isabel, la chica
cumplidora de su trabajo, ciertamente, es, lo que se suele decir para
describir a una verdadera mujer:"una hembra". Una, no vella, sino
"hermosa" y guapa mujer. Hermosura que sin embargo debía descubrir bajo
su delantal y su ropa, pues no se trata de una chica fríbola, aunque
tampoco denotaba que fuese recatada.
Así las cosas,
decidí, para compensarme a mí mismo, "atacar" a Isabel, lo decidí(se
perfectamente que se trataba de una necesidad inconsciente de
equilibrar lo vivido con mi mujer)y lo hice.
El sabado siguiente
como suele hacer Isabel al llegar a casa a las diez de la mañana y
colgar su abrigo, me dí cuenta de que no iba como siempre(es decir
vestida de pantalón y con el mandilón puesto), no, inauditamente se
encontraba únicamente con el mandilón. Era extraño, no entendía porqué.
Lo cierto es que me preparó el desayuno y me lo sirvió en el salón(Esther
no estaba en ese momento), en el que yo estaba leyendo la prensa
del día. Cuando había tomado la mitad, aproximadamente, entró con los
trapos de limpieza y el quita-polvo junto con la pequeña escalera que
permite acceder al techo para limiparlo.
Estaba rara, no
porque la expresión de su cara fuese distinta, que no lo estaba, sino
por que actuaba más desenvuelta, como sabiendo que tenía el mando de la
situación, o al menos eso fue lo que noté.
Ciertamente(déspues
sabrán porqué)desenvuelta y agil en lo que estaba haciendo, se puso
en un lugar estratégico que me permitía verla aunque debía volver algo
la cabeza para ello. Acto seguido se subió a la escalera, al peldaño
sexto, al más alto, y comenzó a limpiar(todo esto los dos en
silencio en un ambiente que comenzaba a notar ya algo cortante)y de
pronto oigo un ruido como de algo que se cae y vuelvo a oir y es Isabel
que dice: ¡vaya! se me ha caido el quita-polvo. Inmediatamente me
levanto y lo recojo, y al elevar la cabeza dí de bruces con unas pierna
deliciosas que van ascendiendo hasta acabar en un amelocotonado culo en
el que ambos gluteo se encuentran unidos "pretamente", con la fuerza
que da la juventud de la carne nueva.
Ella, miró
sonriendo hacia mí viendo que yo la estaba mirando;le estaba mirando el
culo por debajo del mandilón y era un bello culo que no llevaba bragas.
Ese momento en el que las miradas se cruzan(en esa posición que ella
tenía y en la que tenía yo)nos dijimos que sí, que ibamos a follar
seguramente. Me estaba diciendo con la mirada y con su sonrisa porqué
no llevaba las bragas puestas. No lo pensé más y me atreví a introducir
mí mano, pero no muy alto, sino algo por encima de la rodilla y allí la
dejé posada;noté que se ponía un poquitín, no nerviosa, pero sí
impaciente. Era el momento exacto para continuar o desistir, y actué,
conocía perfectamente a las mujeres ;había estado con muchas en mí
juventud y ahora era yo el que era el mayor y la joven ella. Sabía que
la iba a hacer gozar, pero por experiencia también sabía que debía
hacerlo despacio, lentamente y sin que el celo del momento hiciera que
perdiera el control de la partida que ivamos a comenzar.
Inmediatamente
introduje la otra mano a la misma altura que tenía la derecha y con las
dos al mismo paso le subí el mandilón para arriba al tiempo que
introducía mi lengua por la raja de su culo separándole ambos gluteos.
Mi lengua, lentamente, iba saboreando cada centimetro de su piel y
apretó cuando llegó al orificio deseado;un orificio pequeño y marrón
que parecía que por sí mismo tenía vida;se resistía a aflojarse, pero
yo lo conseguiría. Efectivamente, poco a poco parece que a ella le daba
placer lo que suevemente le estaba haciendo;no se movía de la posición
que mantenía en la escalera. Hice que bajara un peldaño para poder
introducirle aún más mí lengua, ella solícita bajó abriendo ahora mucho
más sus piernas. Conseguí aflojarlo e introducir toda mí lengua en
él(me la estaba follando con la lengua).
Lógicamente me
empalmé enseguida(lo que corroboraba que no era tan maricón como
Esther decía)y mí polla se salió del calzoncillo y traspasó la
abertura de la bata de algodón azul marino que llevaba puesta, momento
en el que la dulce Isabel volvió la cabeza hacía mí y la vió ahí(si
tuviera que describir mi polla diría que es una de esas pollas no
delgadas pero tampoco exageradas;eso sí el capullo que tengo es un
capullo bello y hermoso que bien podría haber sido el final de otra
polla más grande y que bien aprovechado daría gusto a cualquier mujer)fuera
del albornoz y temblerosa aunque iniesta y desafiante.
Sin embargo ella se
dejaba hacer, no se bajó de la escalera hasta que se lo dije.
Pasado ese momento
de excitación inicial nos detuvimos y nos miramos y ella, tomando la
iniciativa, me besó en los labios.
Sabía que no debía
acelerarme, debía tener el control pleno si quería que Isabel fuese
testigo de mi "varonilidad". Saqué sus pechos por encima de su sostén(que
pechos "Dios mio")eran unos pechos rosados y duros, puntiagudos sus
pezones y tersos como ningunos otros. Que puedo decirles en este
momento(el mundo podía acabarse, o mejor detenerse). No sé
porqué pero al instante de saborearlos me quitó de ellos y me pregunto
que qué quería si sentarme o que fuesemos a la cama. Le contesté que a
la cama de matrimonio(sabía que eso le iba a dar morbo)a lo que
en principio puso reparos obligados, pero leves.
Ella fue al cuarto
de baño y cogió unas toallas y yo me acoste excitado en la cama, boca
arriba, esperándola. Vino desnuda y se paseo por la habitación
mirándose en el espejo al tiempo que adoptaba poses excitantes para mí.
Acudió después a la cama, como una niña cuando va a recoger su muñeca,
y se detuvo mirandome la polla. Me dijo que estaba bien, que le
gustaba(pero yo denoté que no era así exactamente y pensé porqué
estaba allí, porque coincidentemente en el tiempo con lo ocurrido con
mi mujer, estaba allí Isabel;no lo entendía:de momento).
Lo cierto es que a
pesar de ese presentimiento, Isabel supo darme el placer que yo(pues
también en mis fantasias soñé con ella)esperaba. Comenzo dándome
besos en el capullo para poco a poco ir tragandosela;la levantaba, la
besaba se la introducía y lamía mis huevos. En ese momento me extraño
que me dijera que quería comerme el culo;que ella sabía que daba mucho
placer a los hombres. Ahí comenzo(probablemente sin fundamento en
ese momento)mi mosqueo, el cual hacía que en cierta medida me
retrayera. Accedí a ello y lo cierto es que me dio una comida de culo
que llegado un momento lo que verdaderamente queria era que una buena
polla me estuviese penetrando.
Esta situación hizo
que(con idea femenina)me quisierá vengar(lógicamente ella no
estaba al tanto de mis pensamientos). Le dije, mira Isabel no sé si
alguien por ahí te habrá dado por el culo o no, pero cariño, yo te lo
voy a follar de todas todas. Sin más ella se volvío y desde la cama,
levantó la toalla del suelo y subió un tarro de crema y cuando me lo
enseño dijo:esto sirve para que las pollas como la tuya y mayores aún
penetren a todo aquél que desee ser penetrado. (nuevo
mosqueo:"penetren a todo aquél":por tanto a mí también, "que dese ser
penetrado"). Lo que escuché lo guarde en mí memoria por si acaso.
En fin, volvió
Isabel a lo suyo, a lo que había dejado a medias:siguió comiendome el
culo y paso a mi polla mamándomela hasta que supo que estaba preparada
para que se la metiese.
Eso hice, se la
introduje suavemente, pero quería hacerle daño(aunque no fuese por
su culpa)por las palabras que dijo, por esa coincidencia que
empezaba a no parecerme tal y que si bien en otro momento no hubieran
sido significativas, ahora para mí sí lo eran. Por tanto, quise hacerle
daño y se lo hice:le dí varias envestidas con tal fuerza que comenzo a
sangrar levemente. Me detuve y se lo dije, pero ella no quiso que
parase, me conminó a seguir, a penetrarla, llegando en un momento dado,
y teniéndola toda dentro, me confiesa que lo que yo le estaba metiendo
y sin ánimo de ofender no era nada para lo que ella se introducía en su
delicioso culo;que estaba acostumbrada a pollas de más calibre que el
mio(ahora parecía que algo vengativa si estaba;se parecía algo a
Esther).
En ese momento se
me aflojó. Sencillamente al oir lo que dijo se me aflojó y se la saque.
Para qué hice eso,
cogió un enfado tal que se le escapó la verdad sin querer. Ahora iba a
saber yo porqué estaba Isabel precisamente en la cama conmigo ese día,
ese sabado en concreto y no otro;porque miradas de deseo habíamos
tenido casi todos los sabados que venía a casa.
Comenzó
preguntándome si no estaba extrañado de lo que había pasado, a lo que
conteste que sí que siempre la había visto con pantalones debajo del
mandilón y le confesé que me costaba algo más imaginarla desnuda cuando
me masturbaba pensando en ella.
¿ Saben que
contesto? ¿y que me dejó sorprendido?:¡qué mariconazo eres pensando en
mí y meneándotela a mi costa!. ¿mariconazo?, ¿porqué? No es lógico que
un hombre piense en una mujer como tú, maxime si únicamente la ve un
dia a la semana?. A esto ella contestó:sí, pero eso será un hombre y no
un mariquita como tú(me dejó helado, sin saber porqué inmediatamente
relacioné a Isabel con mi mujer. ). Continuó y dijo:¿sabes porqué
estoy aquí?. A lo que le respondí que no, que no lo sabía.
Bueno veras Amador,
dijo, tú mujer, de la que soy una de sus amantes y digo una porque no
sólo son mujeres sino también algunos buenos ejemplares("machos",
dijo machos), me ha dicho que tú, su marido erás maricón, y como a
mí siempre me habías gustado no me lo creía. Pero cuando se te ha
aflojado he comprendido que efectivamente lo eres y punto. (se puso
chula, ¿porqué?, pues realmente si se me aflojó fue porque dijo que
estaba acostumbrada a otras pollas mas gordas).
Además, continuó,
pienso que a todos los hombres a los que les gusta dar por el culo a
las mujeres acaban de una u otra manera siendo lo que tú:maricones que
desean que les den a ellos una buena ración de polla otros que muy
probablemente acaben a su vez siendo maricones igualmente, por mucho
que en ese momento lo desconozcan. Pero no te aflijas porque afeminados
que les guste hacer una buena mamada hay miles. Cada día más, por eso
tu mujer te probó y acertó:¡Bingo, Amador es maricón perdido!
No supe que decir,
tenía mil preguntas en la cabeza y no podía hacer ninguna.
En ese momento oí
que la puerta principal de la casa se abría y que entraban varias
personas, al menos dos, ya que se oían varias voces distintas. Miré a
Isabel y ví que se reía, me dijo Amador es tú mujer con un hombre al
que no conoces pero que vas a conocer y probablemente, según lo que
decida la señora, que me lo dijo, podrás chuparsela, aunque en este
punto no me hagas mucho caso. Lo que si es cierto que vas a presenciar
como uno que actualmente es macho, y desde luego con una polla que te
va a sorprender, nos folla a las dos y probablemente a ti también.
No nos movimos de
la cama, entró Esther y riendo, con una sonrisa que si la conoces sabes
que al mismo tiempo es sensura, dijo:Hola Amadorcín, ¿qué pasa, me has
puesto los cuernos con Isabel?, ¿Le has dado buena polla a la mamona de
Isabelita?. (y de pronto dijo:)Isabel, ven aquí ahora mismo,
guarra, que quiero mitrarte a la cara para saber como está mi amor a la
que tanto adoro. ¿no te habrá comido mi coñito, no?
No, no, respondió
Isabel, bueno en tal caso ve al cuarto de baño y ponte esta ropa que he
comprado para ti para este momento tan esperado por mí(dijo Esther)y
que podrás usar en todas las reuniones que tengamos. Mientras tanto yo
estaba callado, sin fuerza, a la espectativa de lo que allí se estaba
cociendo. Sabía que no estabamos sólos, que había un desconocido en
otra parte de la casa y al que yo no conocía y que por un lado no
quería conocer pero por otro lo estaba deseando.
Inmediatamente me
vino un pensamiento a la cabeza que me decía, ¡sueltate y expresa tus
verdaderos sentimientos!¿pero cuales erán?(eran realmente afeminado
y me gustaban los hombres o no?;pronto iba a saberlo).
Esther se dirigió a
mí a continuación y me dijo que me vistiese que quería presentarme a un
hombre, que como me adelantó en su momento, los traería a casa cuando
ella quisiese.
Rápido maricón(primer
latigazo)que no tenemos todo el día, dijo. Aquél "maricón" fue el
detonante para que yo diese un giro mental y me posicionará, sino
definitivamente, si en aquel momento en el papel de un verdadero
efeminado el cual paso de estar cohibido a tener una actitud
complaciente de todos los deseos y requerimientos que pudieran hacerle(ya
estaba chupandole la polla a aquel desconocido sin aún conocerlo ni
haberlo visto nunca;me dabo mucho morbo).
Cuando estaba
vestido con pantalón y camisa, sin darme tiempo a ponerme el jersey
Esther, casi gritando, dijo no, no, Amadorcita, así no te vistas, te
vas a poner(dijo acercandose a mí y comenzando a hablar más bajo)unas
bragas mías que en tu honor acabo de comprar. Saco de una bolsa unas
preciosas bragas de encaje y nylon con ribetes azules(ella sabe que
me gusta el azul)y me las alargo mirándome y dicendo:anda¡ no te
cortes que va a ser tú estreno. Hoy vas, por primera vez, ¿supongo,
no?, a saber que se siente teniendo una verdadera polla en el culito y
así sabrás el placer que puedes llegar a tener en esa circunstancia en
la que te la meten como tú se la has metido a Isabel(¿cómo
lo sabía?).
Ah, Amador el
hombre que está ahí fuera se llama Diego y es un señor que te va a
gustar. Te diré que si sale bien haremos un buen negocio del que tu,
como mi esposo, ¿puedo decir esposa?, saldrás beneficiado.
Te adelanto que le
gustan mucho las mujeres pero se encuentra en una edad en que comienzan
a gustarle los hombres igualmente, de manera que en vez de buscarle
otro hombre he preferido buscarle una maricona fácil como tu para que
no se incomode demasiado con esa experiencia. ¿vale?. A ello le
respondí(ya siendo todo hembra)que sí que lo que ella quisiera.
Bueno, puta, me
dijo, te vas ir a la cocina, así como estas:en bragas, en plan esclava,
y vas a ir preparando unos cocteles para los cinco. ¿para los cinco,
dije?. Si para los cinco, porque también he traido a lo que llaman en
los barrios bajos a "mí chulo", al macho que debería haber tenido en tu
lugar, el que de verdad me da placer. Pero a ese no pienses que podrás
tocarlo si yo no lo digo.
Con miedo fui
despacio a la cocina mientras oía una conversación a lo lejos, al
parecer de los que Esther había traído a casa. Estuve preparando las
bebidas unos quince minutos y cuando estaba terminando apareció Isabel
diciendo:putita dice tu mujer que te des prisa que necesita calentar a
los invitados ahora.
Le dije :Isabel
estoy cortado y me dá vergüenza acudir al salón.
A ello respondió
que no me cortara que los hombres se habían quitado la camisa, por el
calor, y que no habría problema, que solo sentiria lo que me gusta ser,
una puta que espera por primera vez tener un buen nabo en su boquita,
que iba a pasar a formar parte del club de las mamonas de forma
irremediable y que todo eso ocurría por ser como soy:por tener y ser un
culito inquieto. Era verdad.
En fin cogí la
bandeja y entré en el salón. Allí en ambos sofás se encontraban ellos
sentados uno frente al otro hablando y cuando entré, aunque veían que
me encontraba en bragas, se levantaron y me saludaron con toda
normalidad como si tuviese puestos los pantalones igual que ellos.
Puse las bebidas en
la mesa y me retiré a la cocina, pero cuando salía del salón llegaba
Esther. Se había quitado la ropa anterior y venía con un camisón
trasparente debajo del cual llebaba unas bragas también trasparente y
el sujetador igual. Me dijo, pasa no te vayas a la cocina y ven al
salón que nos bebamos esos maravillosos cocteles que has preparado,
esto lo decía mientras hacía su entrada en el salón;yo la seguí y me
senté en una esquina del sofá más grande en el que en la otra esquina
se encontraba el que posiblemente, deduje, sería el señor del que me
había hablado antes, Diego.
Me dí cuenta que
Isabel no estaba, estaba en el dormitorio y no sé porqué no estaba
allí. Lo supe pronto.
La conversación era
intrascendente, todos bebían con transquilidad, incluso yo, maxime en
la situación que estaba.
Pero todo comenzó a
dar un giro cuando Isabel entró, y de esa instrascendencia se paso,
casi de forma violenta, por la visión que estaba dando Isabel, a otra
de puro masoquismo visual y de palabra. Fue un cambio radical, diría.
Me explico, Isabel
venía con un cinturón de esos que cuando se colocan permiten que una
polla de plastico que lleva sujeta quede en la posición que cualquier
hombre tiene cuando está empalmado. Era una muy buena copia,
seguramente de un buen follador. Comenzó, despacio, a pasearse por el
salón mientras los demás enpezaban a sonreir. Lentamente su fue
acercando a nosotros y con aquella polla que parecía de verdad llegó
hasta Esther a la que le dijo:Señora ojalá tuviera usted una como esta
para que yo pudiera chuparsela todos los sabados y me diese placer.
Esther, riendo, dio
un sorbo a la copa y bebió y acto seguido dijo:no necesito tenerla de
verdad porque de verdad ya tengo la de Carlos. Carlos, dijo sacatelá
por favor para que Isabel vea que es muy similar la que ella tiene a la
tuya. Dicho y hecho, Carlos comenzo a desabrocharse el pantalón(estaba
ya empalmado)e introduciendo su varonil mano por la bragueta se la sacó
fuera. Yo nuca ví polla semejante:estaba dura como una piedra, era
larga y gorda de un color setrino que hace que inmediatamente te
atraiga, lo que hizo que todos los presentes desearamos en ese momento
contemplarla con admiración y con tiempo suficiente. El tal Carlos era
un hombre varonil, con bello en los brazos y fuertote. Era guapo, pero
de una guapura deseable. No el guapo afeminado. Diego, parecía nervioso
y de ello Esther se dio cuenta e inmediatamente se levantó y fue hacia
Isabel a la que seguramente dijo que atendiera a Diego.
Con sorpresa para
mí, y delante de todos, Esther en voz alta se dirigió a mí diciendo:Oye,
tú, Amador, putita vuelve a preparar otras bebidas y ven pronto que
alguíen quiere que se la mames. Al oir eso mi respiración se
entrecortaba, no podía respirar y quería salir del salón a toda prisa.
Mientras recogía
las copas ví como Isabel ya estaba de rodillas ante Diego que seguía
sentado en el sofá y le desabrochaba la cremallera del pantalón. Me dio
tiempo e versela, y puedo jurar que me gusto, me gustó mucho aquella
polla, más que la de Carlos. No sé, era distinta y junto con su cuerpo,
el de un hombre de unos cuarenta y nueve o cincuenta años, que muy
probablemente tomara algún extimulante, me excito más que el otro.
Pensé que ya tendría tiempo de probarla, pero antes que yo la cerda de
Isabel la cataría primero. Efectivamente Isabel, sentada en la
alfombra, estiró las piernas y entre las de Diego comenzó a besarle los
huevos que eran ciertamente gordos, como puños. El tal Diego estaba
buenísimo:sin camisa ofrecía un pecho belludo deseable cien por cien.
Caundo estaba
preparando las bebidas oí que Isabel me llamó:!maricona¡(eso hizo
que se me abriera el culo, me gustó ese trato en aquel momento)ven
aquí que tengo una cosa para ti:A lo que contesté:ahora cuando acabe. E
inmediatamente oí la voz de Esther:Amador ¡ven inmediatamente aquí¡, se
oyó.
Lo deje todo y
acudí viendo como Diego estaba de pie con los pantalones de seda gris
bajados e Isabel de rrodillas se la mamaba. Diego le sujetaba con la
mano la mata de pelo que le caía a Isabel por los hombros. Se veía que
la muy puta estaba disfrutando de aquella deliciosa polla que ahora
brillaba cuando podía verse en toda su plenitud. Diego me miraba y
parecía decir:mira que mamada me están haciendo.
Yo, aparte la mía
de él y fui al otro sofá desde el que Esther me había llamado.
De forma soez
Esther me preguntó, oye maricón, dile a Carlos desde cuando te gustan
los nabos, putita.
Que bien te quedan
esas bragitas, ¿verdad?, ¿te gustas con ellas puestas?, ¿te sientes
comoda?, ¿a que sí?, Mira Carlos, Amador se ha empalmado cuando ha
visto la polla de Diego. Inmediatamente Diego me miró y yo agaché la
cabeza. No te cortes guarra, me dijo, no te acuerda del otro día cuando
te estuve dando por el culo en la cama, parecía que sentías como si te
estuviera metiendo una polla de verdad. El culo lo tenías abierto y
sudoroso. Por el cabía un bate de beisbol.
A continuación, sin
esperarlo lo más minimo(parecía que tenía ordenes dadas)Isabel
vino hacia mí, me bajó las bragas y comenzó a chuparmela, al tiempo que
Esther me decía:ves que polla más pequeñita tienes, la propia de una
maricona. Por que tu eres una maricona ¿no?(pregunto mi mujer)e
insistió nuevamente con la misma pregunta a lo que le respondí, por
fin:SÍ me gustan los hombres pero no he estado con ninguno. Confieso
que me gustaría probarlo. A lo que respondió Esther, si eres buena lo
probarás. Por eso cuando traigas las bebidas que has dejado sin
terminar en la cocina ya veremos. Anda¡ corre y cuanto menos tardes
antes podrás saborear la polla de Carlos(me quedé sorprendido, qué
pretendía), Carlos no parecía enfadado, como si estuviera
acostumbrado a ello, cosa que contradecía lo dicho por Esther en el
dormitorio.
Cuando entré, nueva
sorpresa, ahora Esther, junto Isabel, las dos al unisono deban buena
cuenta del miembro de Diego y éste comenzó a quitarle las bragas a
Esther, y cuando se las hubo quitado del todo la levantó, (el volvió a
sentarse)le dio la vuelta y la sentó sobre su polla que, poco a poco se
iba introduciendo en su coño. Vista así, Esther estaba inmensamente
deseable. Me miraba y parecía decirme:mira como un hombre de verdad me
da placer.
Dejé la bandeja
nuevamente en la mesa. Ya no podía más y si bien quería que me dieron
por el culo y mamar las pollas de ambos, en aquél preciso momento lo
que más me atraía era el coño de Isabel. Un coño rasurado, no muy
grande y probablemente con un buen sabor. A él acudí y no fui
rechazado. Verdaderamente aquella Isabel era hermosa(pense en la
relación entre ambas y creo que a la larga sería Isabel la dominante
entre ellas).
Diego no se
cansaba, seguro que tomó algo para poder estar en forma. Esther
comenzaba a gemir placenteramente, una y otra vez, cuando la tenía
introducida del todo. Ahora me daba cuenta que era imposible que esa
mujer gozara conmigo. Ahora comprendo que a las mujeres les va más un
gran miembro que uno que no lo sea, por mucho morbo que el sujeto en
cuestión pueda darles. (donde se ponga un pollón que se quiten
medianias).
Por fin pude
penetrar a Isabel como tantas veces lo hice en pensamiento. Pero era
mejor, su coño muy caliente me daba gusto, mi polla rozaba toda su
pared interior, parecía que nunca se la habían follado.
Acto seguido Esther
levanto su cabeza y salió de Diego para decir¡Atención todos!(a lo que
todos respondieron)ahora se va a estrenar, la declarada nueva maricona
oficial de la casa como mamona. Y le pido a Carlos que fuese paciente
conmigo "porque es novata en esto", aunque yo sé que en sueños a
chupado varios cientos de nabos de los hombres más increibles que
puedan existir.
Ven aquí, dijo, ven
y comienza tu andadura femenina, huele a un macho, quedaté con su olor
y sabor y nunca más volverás a ser hombre. Inicialmente me hallaba
cohibido, no por la situación sino por las miradas de los demás(me
hubiera gustado más con Diego y a solas, la verdad).
Yo reaccioné como
que se me pedía, como se esperaba de una maricona loca. Fui hacia
Carlos y me arrodillé entre sus piernas, agarre su polla y sin pensarlo
dos veces me la introduje en la boca. Era verdaderamente gruesa. Tenía
un sabor metálico que me gustó. Inmediatamente, si me quedaba algo de
hombre se terminó ahí. Que rica estaba, mi boca se introducía en ella
abarcándola todo lo que podía. Atenué la marcha, ahora la miraba y la
saboreaba nuevamente(todos estaban callados y mirándome). me
estaba deleitando. Le bajé los pantalones y le dí la vuelta, hice que
se tumbara en el sofá boca-abajo y comence a comerle el culo. Este
Carlos estaba "rico" de verdad.
En fin. así estuve
un rato, pues ni Carlos ni Diego parecía querer correrse. Podría
apostar que tomaban algo para mantener la erección. Ya cansado un
poco(así estuve unos veinte minutos)lo deje y todos comenzaron a
aplaudir y felicitarme por ello(en el fondo si bien en un principio
Esther me trató mal, ahora parecía contenta;ella sabría porqué).
Por otro lado
pensaba que Carlos no era ese hombre idílio con el que toda mujer
pensaba estar, como me dijo Esther. No, no era ese tipo de hombre, más
bien parecía un profesional del sexo;uno de esos que se alquilan para
estos menesteres. Y en tal caso, pensé, de qué se trata con esta
reunión. No tuve más remedio que llegar a la conclusión de que todo
estaba girando en torno a Diego. Esther habló de negocio.
Me fije en él y
ahora, nuevamente Esther se la estaba chupando, al tiempo que le dijo a
Carlos :"Carlos cariño comemé un poco el culo, quieres, preparamelo
para después, para que puedas "clavarmenla mejor"¿vale?. En esto Carlos
se levantó, dio otro sorbo a la copa y se puso de rodillas detrás de
Esther haciendo lo que ella le pedía.
Si mis conjeturas
parecían ciertas, ahora lo iban a ser mucho más, ya que Isabel,
nuevamente con su polla de latex, se puso detrás de Carlos y tras darle
saliba en el culo comenzó a introducirle aquella descomunal polla de
plastico.
Efectivamente,
Carlos, ese hombre, que realmente estaba buenisimo, era al mismo tiempo
un "hombre para todo". Por tanto, debía concluir que al igual que yo,
no le importaba que le dieran por el culo. No creo que hubiera sido
distinto si quien se la introduce hubiera sido yo o el propio Diego. No
era cierto lo que Esther me dijo en el dormitorio. ;Carlos no era el
tipo de hombre que, en general, podría gustarle a ella. Aunque
sexualmente era un "numero uno". Ya ven. ahí me tienen viéndolos a
ellos después de que ellos me vieran a mí. Sin embargo, para mí, el
mayor placer aún estaba por llegar.
Así, como estaban,
los dejé, era mucho para mí ese comienzo. Decidí ir al dormitorio a
descansar un poco, mientras tanto seguía con las bragas que Esther me
dió, me gustaban, me sentía como una mujer ciertamente.
Dentro ya del
dormitorio pase al cuarto de baño y me alivíe un poco con agua y me
quité las bragas y desnudo ya, nuevamente en el dormitorio me senté en
una butaca que se encontraba al lado de la cama. La persiana de la
ventaja estaba a medio bajar, me levanté y la bajé un poco más, quería
la penumbra para poder reflexionar sobre todo lo que me estaba pasando.
Así estuve una
media hora, interín oía voces y risas provenientes del salón;se lo
estaban pasando bien.
Casí me duermo, si
no fuera porque Diego e Isabel entraron en el dormitorio y tras verme,
como si no estuviera, Diego pasó al cuarto de baño e Isabel se tumbó en
la cama boca-abajo. también parecía algo cansada, pero era joven.
Diego al salir,
parecía como renovado, como si no hubiera estado dandoles gusto a
Esther e Isabel antes en el salón. Es decir, no salió del cuarto de
baño en la misma forma en que entró. (qué tomaría para estar tan
empalmado)Cuando me fijé en su polla la tenía mejor que antes,
ahora podía versela más de cerca y les digo que a cualquier mujer le
hubiera gustado ocupar mi lugar en ese momento.
Me encontraba
espectante, esperaba ver qué iba a ocurrir. Y lo que ocurrió fue que
Isabel, al escuchar que Diego salía del baño se dio media vuelta y
quedó sentada sobre la cama esperándolo.
Éste se acercó y se
puso, de pie, delante de ella. Isabel con una mano comenzó, despacio, a
tocarle suavemente los huevos y sin soltarlos, incluso apretando un
poco, lo que permitió que el miembro subiera hacia arriba y bajando
ella su cabeza se pudo meter esa atrayente polla en su boca. No se oía
nada, algún ruido de fondo que parecía indicar que Esther y Carlos
estaban hablando, pero nada más, lo que permitía escuchar el ruido que
Isabel hacía mientras estaba mamándosela a Diego;éste me miró y yo, ya
sin nada que ocultar lo mire a él sin bajar la cabeza. Sonrió y le dijo
a Isabel si quería que la follara un poco a lo que ésta respondió
dandose la vuelta y "a cuatro pies" se puso en una posicion que
permitía a Diego darle por donde quisiera. Diego eligió, y acertó
plenamente, en follarle el coño.
Yo estaba asombrado
de cómo una polla así podía entrar en un coño(yo ya antes lo había
probado)tan estrecho y como ella comenzaba a dar grititos, esos
grititos de placer que se dan cuando algo es pleno y te llena
completamente de lo que sea, en este caso, de placer. Si bien Diego era
en un principio el que marcaba el ritmo con sus acometidas, poco a poco
fue pausandolas y fue Isabel la que, sin querer que aquello terminara(se
le veía la cara de guarra que tenía;una cara exhultante y llena de
placer)era la que acabó moviéndose, era ella la que ahora marcaba
el ritmo, el cuándo la polla de Diego iba a entrar en ella.
Yo estaba
nuevamente empalmado y dandole algunos masajes a mi polla, que se me
puso como nunca pensaría que llegara a ponerse:ahora podría decir que
la tenía tan gorda como Carlos, aunque era Diego el verdadero"macho"
que estaba en la casa. Cogí la polla de plástico que estaba sobre la
mesilla y comencé a darle lametones e introducirla en mi boca. Mientras
tanto Carlos se hechó en la cama, y Isabel se dirigió a mí y me dijo:¡Chocho!
Ahora vas a ver como lo que te dije antes no era mentira, y acto
seguido se metió el nabo de Diego por el culo, despacio pero hasta el
fondo, y tenedido todo él dentro y sin sacarlo, comenzó como a girar
sobre él y a gritar, sí, a gritar de placer. No lo sacaba de su culo
parecía que quería que nunca se lo sacara de allí. En voz alta comenzó
a decir:Diego, chulo, eres un chulo y voy a ser tu puta, te lo juro,
que polla tienes hijo-puta. Eres un veradero macho sin necesidad de más
adjetivos. Follamé así, que tu polla me reviente, sigue, sigue, sigue.
. . . Gemía y gritaba. Desde luego no era para menos.
Y aquí llega el
momento algido:Diego, que tenía los brazos extendidos sobre la cama,
levantó uno de ellos e hizo un gesto para que me acercara. Me
sorprendió, pero no quería decir no, pero tampoco quería acudir
velozmente. Me levanté y poco a poco me acerqué a él. De pie al lado de
la cama, el acerco un poco su brazo y me cogió la mano. se la llevó a
la boca, con sorpresa para mí, y la beso. En ese momento ya no pude
resistirme, quería comermelo y que fuese él el primero en darme polla
por detrás.
Claro, Isabel se
encontraba(en el quinto?, en el sexto orgasmo?)como les dije con toda
su polla dentro de su culo, lo que indicaba que dicha polla no perdía
fuerza en absoluto. de manera que la única forma de participar e ir
sustituyendo a Isabel era comenzar besandole los huevos, más que
besarlos comencé a chuparselos. Inmediatamente, y con sorpresa para mí,
Isabel se sale y termina corriendo hacia el baño y vuelve con una
toalla mojada con la que limpia la posible suciedad que Diego pudiera
tener en su pene.
(esto me
confirmaba que efectivamente todo giraba en la casa buscando el placer
de Diego y este me estaba requiriendo, sorprendentemente, a mi ahora)
Isabel dijo que no
podía más en ese momento y que nos dejaba solos, y salió de la
habitación.
Diego me levantó de
la postura que tenía, mientras le chupaba sus huevos me posicionó para
que más comodamente pudiera hacerle una mamada. Eso fue precisamente lo
que hice a continuación. Indudablemente esa polla era, no solo algo
mayor y más dura que la de Carlos, sino con un sabor mas varonil, más
seco y metalico que la de Carlos. Le dije:dame tiempo para saborearte y
después hazme lo que quieras.
El se abrió de
piernas y brazos y dejó que yo se la chupara. Aquél glande era
delicioso, lo mordía con cuidado y lo lamía sacándole todo su sabor.
Eran movimientos mecánicos que parecía que siempre los había dado,
cuando realmente ese día fue para mí el primero. Me la introducía todo
lo que podía, me llagaba a la garganta y me daba la sensación de que
iba a vomitar pero lo cierto es que no era así sino que al tenerla toda
en la boca y llegarme hasta la campanilla esa era la sensación que
daba. Después de unos minutos de estas así, mamando como una puta
experta, me dí cuenta de que el orificio de mí culo estaba
completamente abierto. Mientras seguía con mi "trabajo", llevé una de
mis manos hacia ese orificio y con facilidad pude introducirme un dedo,
y otro, pude introducirme dos dedos que entraban y salían con suavidad.
Le dije a Diego que
me disculpara que iba un momento al baño y enseguida volvía. Él no dijo
nada y yo me levanté y fui al baño, donde me lavé bien el sitio, el
único sitio, por donde quería que Diego me "hiciera mujer". Volví,
antes de salir, a ponerme las bragas de Esther y ya con ellas puestas
salí de nuevo dirigiendome hacia la cama. Era extraño pero no había
oido hablar a Diego desde que llegó a casa. Se limitaba a hablar con
los ojos.
Cuando llegué al
pie de la cama me agaché para besar su torso. un torso belludo y
delicioso que desprendía un olor a colonia que hacía, junto con el olor
de su polla, que me extasiara.
Di la vuelta a la
cama y me tumbé dándole la espalda. Diego comenzó a pasar su mano por
mis muslos y por la parte de mis gluteos introduciendo su mano entre
las bragas para abarcar todo el gluteo que estaba magreando. Yo estaba
sintiendo lo que nunca hubiera podido imaginar. Era una sensación
nueva, femenina completamente, de indefensión, y tenía a un macho que
en pocos segundo iba a meter su polla hasta el fondo de mi culo, iba a
hacer conmiigo lo que quisiera. Lo deseaba, lo esperaba, estaba ansioso
porque me quitara las bragas y me la metiera.
Eso fue
precisamente lo que hizo, me las bajó y con mi ayuda desaparecieron de
nuestra vista.
Acto seguido paso
su mano derecha sobre mi garganta y se acercó a mí dándome pequeños
empujones, con su cuerpo y con su polla. La notaba caliente, ardiendo
más bien. Yo volví el brazo hacia atrás y llevé mi mano derecha hacia
su polla, la masajeé y la dirigí hacia el culo. desde luego me
planteaba cómo iba a conseguir introducírmela con aquél diámetro que
tenía.
Me acordé de la
crema de Isabel que estaba sobre la mesilla y facilmente acerqué la
mano izquierda y cogí el bote que la contenía. Pase el bote a Diego y
este lo cogió, lo abrió y se untó dos dedos con aquella especie de
baselina. A continuación los bajó y me restregó la crema por el
orificio la tiempo que poco a poco iba introduciendolos. Como sea que
sus dedos estaban impregnados de lubricante entraban con facilidad.
Por primera vez me
habló:¿te gusta?. A lo que le respondí que inmensamente. Que hacía
tiempo y en secreto, esperaba una situación como aquella, pero que lo
que no sabía era la buena suerte que iba a tener.
Saco los dedos y
agarró su polla y comenzó a metérmela, poco a poco, despacio, con
suavidad y sin darme cuenta la tenía completamente dentro, no me dolía.
Senti gusto, mucho gusto. La notaba toda, cada centrimetro de ella. Me
agarró por la cintura y apretaba. Le gustaba darme por el culo, era
evidente, le gustaba introducir su polla por aquél orifico estrecho que
le daba placer;segunro que más que el coño de Esther. En fin, Diego me
folló de lo lindo durante una media hora. Indudablemente tomaba algo,
pues no era normal mantener una erección durante tanto tiempo y sin
correrse.
Al final conseguí
que eyaculara después de ir al baño trayendo una toalla con agua
caliente y limpiarle sus partes, que una vez limpias comencé, a modo de
agradecimiento, a chupar y a chupar con tanta maestria que no tardó en
expulsar su semen. Un semen copioso y denso que me llenó la boca por
completo.
En fin, hasta aquí
boy a contarles hoy. Probablemente en otra ocasión, si me apetece,
volveré a decirles cómo continuó mi vida en este aspecto. En este
aspecto sexual que tantos quebraderos de cabeza suele dar a las
personas durante su periodo sexual.
Un saludo para
todos de Amador