Qué
tal. Disculparme por retrasarme en enviar la continuación de mi relato.
(Se aconseja la lectura de las partes
1 y
2 de la historia antes de comenzar a
leer esta nueva parte). Durante la parte final del capítulo anterior,
os conté que mi prima Laura me confesó, después de yo insistirle mucho,
que mi novia me puso los cuernos con mi primo en la playa. Se me rompió
el corazón, sentí una rabia enorme y conseguí dormir y descansar
gracias a que Laura me dio unas pastillas para dormir.
Bueno,
pues al
día siguiente, a la hora del almuerzo, mi madre me despertó. Entró en
la habitación y me preguntó qué tal estaba, si tenía dolores en la
pierna (como recordaréis, me había roto la pierna debido a un accidente
de moto), y me trajo una bandeja con comida, pero casi no comí nada. No
tenía ánimos para levantarme de la cama, y el tener una pierna
escayolada no ayudaba a que sintiera necesidad o motivación de hacer
nada, así que allí me quedé, en mi dormitorio, con la tele encendida y
con las imágenes en mi cabeza de lo que mi prima Laura me había contado
la noche anterior.
Sonó
el móvil, era mi novia Cecilia, pero no se lo cogí. Llamó varias veces
más y me mandó mensajes, pero la ignoré. Pensaba que era una chica
especial y sin embargo me engañó con una de las personas que yo más
odiaba (y sigo odiando): el cabrón de mi primo Rafael. Que por cierto,
ni se asomó a la puerta para preguntarme qué tal estaba ni para decirme
nada, como era de esperar. Laura sí que entró un momento a interesarse por
mí, pero al notar que yo no tenía ganas de nada y que quería estar
solo, se marchó, muy apenada por lo mal que yo lo estaba pasando.
Le
dije a mi madre que me iba a pasar el día entero en la cama y que si
Cecilia iba a visitarme, que no la dejara entrar, que no quería hablar
con ella y que no quería verla nunca más. Mi madre se quedó
sorprendida, quiso saber qué había ocurrido pero no le di ninguna
explicación. Ella se quedó conmigo en casa y los demás (mi prima Laura,
mi primo Rafael, mi padre y mi tío) se fueron a la playa.
Por
la tarde, Laura me mandó un mensaje al móvil para decirme que Cecilia
estaba en la playa con ellos y le había dicho que yo no le cogía el
móvil ni respondía a sus mensajes, y que tenía mucho interés en poder
hablar conmigo. Le respondí que le dijera que no quería volverla a ver,
pero Laura me escribió que no, que no era el momento, que eso era algo
que tenía que hablarlo yo directamente con ella, así que le dijo que yo
me encontraba mal y que no iba a salir en todo el día de la cama y que
no quería hablar ni ver a nadie.
Al
atardecer regresaron a casa y Laura vino a verme a la habitación. Me
contó que Cecilia estaba muy preocupada por mí, y yo solté una forzada
carcajada.
-
"Simón... a veces las personas cometemos errores... Tal vez convendría
que le dieras a Cecilia una segunda oportunidad...".
-
"¿Una segunda oportunidad? ¡Se ha comportado como una zorra! ¡Se dejó
follar por tu hermano! ¡Estuvieron follando en la playa, delante de
todo el mundo! ¡Me ha puesto los cuernos de la forma más descarada y
rastrera!".
-
"Ya, Simón, lo que hizo estuvo muy mal, muy muy mal, pero si tú la
quieres y ella te quiere, podrías hacer un esfuerzo para que la
relación continúe. Sé que te sientes traicionado y muy dolido, pero
piensa que ella actuó bajo los efectos del alcohol, y que hasta el
momento la relación ha funcionado muy bien. Considéralo simplemente
como una piedra en el camino".
-
"¿Una piedra en el camino? ¡Más bien una montaña en el camino! Y lo del
alcohol no es excusa, Laura. Una chica que está enamorada y quiere a su
novio no le pone los cuernos aunque haya bebido alcohol. ¿Piensas de
verdad que una chica que quiere a su novio le pondría los cuernos, y
encima con un tío al que apenas conoce y es primo de su novio? No puedo
darle otra oportunidad, no puedo confiar más en ella".
-
"Bueno, yo en Barcelona tengo una amiga (mi mejor amiga) que le puso
los cuernos a su novio cuando llevaban poco tiempo saliendo y no se los
ha vuelto a poner más, y el mes que viene van a casarse".
-
"Pero es que a mí esta es la tercera vez que me ponen los cuernos,
Laura. Las tres novias que he tenido me los han puesto. ¡Esto no es
normal! ¿Qué coño pasa conmigo? ¿Por qué todas las chicas me ponen los
cuernos si yo me porto tan bien con ellas y nunca las engaño? ¡No me
merezco esto! Soy cariñoso, fiel, atento... ¡y ellas, las muy putas, no
pierden oportunidad en cuanto pueden de meterse otra polla en el
coño y en la boca!".
-
"Tranquilízate... no sé qué ocurrió con tus anteriores novias, pero a
mí Cecilia, a pesar de que te haya sido infiel, me parece una buena
chica. Apenas la conozco, pero por lo que he hablado con ella y por su
personalidad, creo que es una chica que merece la pena, por eso te
aconsejo que le des otra oportunidad. No me parece una guarra, de
verdad. Es inteligente, se puede hablar con ella de cualquier tema, es
muy educada... Yo quiero lo mejor para ti, y si Cecilia me diera mala
impresión, te lo diría claramente".
-
"Ya, ya sé que quieres lo mejor para mí, Laura, y te agradezco tus
consejos. Yo a Cecilia la amo, pero esto que me ha hecho me resulta muy
decepcionante, y volver a confiar en ella me parece imposible".
-
"Cecilia estaba muy preocupada hoy, Simón, si fuera una puta no
habría intentado contactar contigo ni me hubiera preguntado a mí por
ti. La he notado preocupada, muy afectada y arrepentida de lo que
hizo".
-
"¿Pero habéis hablado del tema?".
-
"No, no, ninguna de las dos ha sacado el tema de lo que pasó entre ella
y mi hermano, pero ya te digo que se le notaba afectada y arrepentida".
-
"No estaría tan afectada si ha ido a la playa en vez de quedarse en su
casa, digo yo...".
-
"Hombre, no tiene nada que ver...".
Seguimos hablando un poco más hasta que Laura fue al salón a cenar con
los demás. Mi primo Rafael no estaba, porque cuando regresaron de la
playa, se duchó y volvió a irse. Según me dijo mi madre y mi tía cuando
entraron a mi dormitorio a saludarme y traerme una bandeja con la cena,
había quedado con unos chavales que había conocido en la playa para ir
a tomar unas copas, pero yo no podía evitar pensar que en realidad
había quedado con Cecilia para volvérsela a follar.
Cuando
escuché que todos se disponían a acostarse, me levanté de la cama y me
fui al salón a jugar una partida a la consola. No tenía sueño y estaba
un poco agobiado de haber estado todo el día metido en el dormitorio.
Me venía bien despejarme echando unas partidas.
Vi
en la mesa del salón la cámara de fotos de mi tío, una de esas cámaras
grandes, profesionales, con un objetivo enorme. La cogí y la encendí
para echar un vistazo y entretenerme un poco viendo las fotos que había
estado haciendo, y cuál fue mi sorpresa al encontrar una foto de
Cecilia bañándose en el mar. No me pareció raro porque él le hace fotos
a todo lo que ve y a todo el mundo. Pero al pulsar el botón para ver
las siguientes fotos... me quedé petrificado: ¡un montón de fotos de
Cecilia haciendo topless!
¿Cómo
era posible que Cecilia hiciera topless delante de mi familia? Cuando
hemos estado juntos en la playa, solo se ha quitado la parte de arriba
en zonas donde había poca gente, nunca delante de mis amigos, y también
lo hacía de vez en cuando con sus amigas, sin ningún chico conocido
delante. ¿Cómo era posible tanto descaro, sobre todo después de haberme
puesto los cuernos y estar, supuestamente, muy arrepentida? ¡La muy
zorra se paseó con las tetas al descubierto delante de mi tío, de mi
padre... y por supuesto del hijo de puta de mi primo!
Había
casi 20 fotos de ella en topless, no una ni dos, casi todas las fotos
que hizo esa tarde eran de ella, lo que quiere decir que mi tío las
hizo de forma intencionada, para luego disfrutarlas y seguramente
hacerse una paja mirando las tetas de la novia de su sobrino.
Fui
a la habitación de Laura, que todavía estaba despierta, le enseñé las
fotos y le pregunté que por qué no me había dicho nada de eso.
-
"Pero Simón... hacer topless es normal, Cecilia no es la única que
enseña las tetas en la playa... Además, cuando se quitó la parte de
arriba fue cuando fue a ver a unas amigas, que estaban a unos metros de
nosotros, y todas ellas estaban haciendo topless. Lo que no entiendo es
que mi padre haya estado haciendo esas fotos, aunque bueno, ya sabes
que a él le gusta mucho la fotografía y suele hacer fotos sin parar. Te
aseguro que no ha hecho las fotos con mala intención, aunque la verdad
es que se podía haber cortado un poco, porque le ha hecho un reportaje
completo...".
-
"Tu padre es un pervertido, Laura. Las tetas de Cecilia son grandes y
bonitas, soy consciente de que atraen la mirada de los hombres, es
normal, lo que no es normal es que pretenda masturbarse con fotos de la
novia de su sobrino, que para eso las ha hecho, para masturbarse"...
-
"Jolín, Simón, todos los hombres se masturban, y que mi padre también
lo haga no significa que sea un pervertido".
-
"¡Pero no le ha hecho fotos a una chica o mujer cualquiera, Laura! ¡Le
ha hecho fotos a mi novia, joder! ¡Tu hermano se la folló y ahora tu
padre se quiere masturbar con ella! Y si pudiera se la follaría, por
supuesto, importándole una mierda que sea mi novia".
-
"¡¡¡Si tú te la follaras bien a lo mejor no te hubiera puesto los
cuernos, Simón!!!".
Al
escuchar eso, me quedé paralizado, estupefacto y en silencio durante
varios segundos, hasta que acerté a decir:
-
"¿A qué coño te refieres, Laura? ¿A qué te refieres? ¿Qué quieres decir
con eso?".
-
"Pues que esta tarde, cuando estuve hablando con Cecilia, me estuvo
contando que te quiere mucho, que es feliz contigo, pero que hay un
problema sexual. En resumen: que en la cama no funcionáis".
-
"¿Cómo? ¿Que hay un problema sexual? ¿Que en la cama no funcionamos?".
-
"Así es, Simón, así es. Ella está sufriendo una carencia de
satisfacción sexual. En el terreno sexual tú no le das lo que
necesita".
-
"¿Y por qué no me has contado todo esto cuando hemos estado hablando
por la tarde?".
-
"Pues porque es algo que debe decirte ella, no yo. Ella me lo ha
confesado a mí y tiene pensado decírtelo a ti si le das la oportunidad
de hablar contigo. Todo lo que te dije esta tarde es cierto: puedes
salvar la relación si le das otra oportunidad, porque ella te ama.
Llámala mañana, queda con ella y habláis todo lo que tengáis que
hablar".
-
"Laura... por favor, contéstame de forma sincera a la pregunta:
¿Cecilia me ha puesto los cuernos con más tíos aparte de con tu
hermano?".
-
"Simón, vamos a dejar esta conversación ya, ¿vale? Estoy cansada, tengo
sueño, y todo esto lo tienes que resolver con ella. Habláis mañana y te
contará lo que necesitas saber".
-
"Me has dicho antes que te ha dicho que tenemos un problema sexual, que
sufre una carencia de satisfacción sexual, así que empiezo a intuir que
no es la primera vez que me pone los cuernos. Hablaré mañana con ella,
pero por favor, dime si ha estado con alguien más aparte de con tu
hermano...".
-
"Sí, Simón. Ha tenido sexo anteriormente con otra persona más".
-
"¿¿¿Con quién???".
-
"Con el dueño de la ferretería en la que trabajáis".
-
"¿Con Alfredo? ¿Pero qué dices? ¡Si tiene 60 años! ¿Me tomas el pelo?
¿Me quieres volver loco?".
-
"Tú me has preguntado y yo te he respondido. Y se acabo por hoy, Simón.
He hablado más de lo que debería. A partir de ahora, lo que quieras
saber se lo preguntas a tu novia, no a mí".
Sin
decir nada más, me despedí de mi prima y le di las buenas noches, no
sin antes pedirle una pastilla para poder conciliar el sueño. De camino
a mi dormitorio me crucé con mi primo Rafael, que acababa de llegar.
Estaba borracho como una cuba, casi no podía mantenerse en pie. Me
miró, me dijo "¡Hola cornudo!" y se fue riéndose a carcajadas a su
habitación. No le contesté, sentí indiferencia absoluta.
CONTINUARÁ...
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