.:: RELATOS DE CORNUDOS ::.

  "A mi novia Miriam se la están follando en Tenerife (2)".

 

 Veintinueve de Julio de 2012. Hacía exactamente dos meses que Miriam se había ido a Tenerife, concretamente a la zona de Costa Adeje, en el sur de la isla. Como comenté en la primera parte del relato, curraba en un bar con una amiga llamada Raquel, que es de Málaga como nosotros y llevaba ya varios años currando allí.

 Poco antes de la hora del almuerzo, un repartidor me entregó un paquete enviado por ella que contenía un juego de consola que acababa de salir al mercado junto a una nota escrita con bolígrafo en la que Miriam me decía que me quería mucho, que me echaba de menos, etc. ¡Qué agradable y bonita sorpresa! Me hizo mucha ilusión, (soy un fanático de los juegos y como estaba en el paro me pasaba todo el día con la consola), y leí por lo menos 20 veces seguidas la nota escrita por Miriam.

 Rápidamente cogí el móvil para llamarla, pero no me respondió. Volví a intentarlo más tarde y ni siquiera daba tono de llamada, estaba apagado o fuera de cobertura. Media hora después recibí un SMS con el texto : "Estoy muy ocupada trabajando, cari, no puedo hablar por teléfono ahora, te llamo en cuanto pueda, ¿ok?".

 Pasé la tarde jugando al juego que me había regalado, con el móvil junto a mí deseando que sonara... pero nada. Sobre las 11 de la noche decidí llamarla yo y seguía estando apagado o fuera de cobertura. Me parecía raro que en todo el día no hubiera encontrado un momento para llamarme y empecé a preocuparme por si le había pasado algo o tal vez se le había estropeado el teléfono, así que llamé a su amiga Raquel :

 - "¡Hola Raquel! ¿qué tal? Soy Ernesto, el novio de Miriam".

 - "¡Hola Ernesto! ¡cuánto tiempo sin hablar contigo!".

 - "¿Todo bien por ahí?".

 - "Sí, bueno, ya sabes, mucho curro en estas fechas, me temo que por lo menos hasta la 1 no empezaremos a recoger. Pero bien, bien, todo bien".

 - "Ok, estupendo. Oye, ¿se puede poner Miriam? Es que llevo todo el día intentando hablar con ella y no hay manera... no sé si es que se le ha quedado el móvil sin batería o qué".

 - "¿Miriam? No, hoy Miriam no ha venido a currar, tenía el día libre".

 - "¿El día libre? ¡Pero si me envió un SMS diciéndome que estaba trabajando y que me llamaría en cuanto pudiera!".

 - "................".

 Durante varios segundos Raquel se quedó callada, como sin saber qué decir, y después dijo :

 - "¡Ah! Joder, claro que sí, perdona pero tengo un lío tremendo en la cabeza con tanto curro... Sí, es cierto, perdona, perdona, la que tiene el día libre es otra chavala... Miriam está aquí, está aquí...".

 De repente, la llamada se cortó y no me fue posible volver a hablar con Raquel. Había apagado el teléfono.

 Todo parecía muy raro, y me quedé pensativo, sentado en el sofá. Intenté encontrar una explicación razonable, pero eso de que Raquel me hubiera dicho al principio que Miriam tenía el día libre y luego dijera que se había confundido con otra chavala era muy raro, y más raro aún que se cortara la llamada y hubiera apagado el móvil. Empecé por lo tanto a sospechar que algo no encajaba ahí.

 Al día siguiente, por la mañana, me llamó.

 - "¡Hola mi amor! Menuda putada ayer, me quedé sin batería y llegué muy tarde a casa, porque últimamente estamos cerrando muy tarde el bar, así que preferí no llamarte por si estabas dormido. ¿Recibiste el juego?".

 - "Sí, lo recibí. Oye... me quedé todo el día esperando que me llamaras, eh, y además tú sabes que me acuesto muy tarde, así que me podías haber llamado perfectamente a cualquier hora. ¿Y tampoco pudiste llamarme desde el trabajo con el móvil de Raquel?".

 - "Jo... no te enfades, cari... Tenía pensado llamarte cuando llegara a casa, te lo juro, pero es que era muy tarde... De todas formas, tampoco es para ponerse así, ¿eh? que ya ves que lo primero que he hecho hoy al levantarme es llamarte".

 - "Anoche hablé con Raquel, al principio me dijo que no estabas en el bar, luego me dijo que sí y se cortó la llamada".

 - "Sí, sí, es que se quedó sin batería ella también".

 - "Pues qué puta casualidad que todo el mundo se quedara ayer sin batería, ehh".

 - "Vamos a ver, Ernesto, ¿qué cojones te pasa? ¡Ni que lleváramos sin hablar un mes!".

 - "Vale, Miriam, déjalo, que no tengo ganas de discutir. Bueno, ¿qué tal por ahí? Por cierto, nunca me cuentas qué más cosas haces aparte de trabajar. ¿Está guay aquello? ¿Estás yendo a la playa? ¿Sales de marcha con Raquel?".

 - "¡Si ya te he dicho mil veces lo que suelo hacer! ¿Es que no me escuchas cuando hablo? De marcha nunca salimos. Bueno, ella sí sale alguna vez de marcha con otras amigas que tiene, pero yo no. Como mucho me tomo alguna copilla en algún pub cuando cerramos el bar y tal, camino a casa. Lo que más hago es ir a la playa. Hoy por ejemplo antes de ir a currar me voy a ir a la playa de Los Cristianos a tomar el sol y darme un bañito".

 - "¿Y entonces, tú no sales de marcha con Raquel y esas otras amigas? Porque en esa parte de Tenerife tengo entendido de que hay mucha fiesta, miles de pubs y discotecas... y a ti siempre te ha gustado mucho salir de marcha. No sé, me parece un poco raro que me digas que solo te tomas alguna copilla de vez en cuando".

 - "Uffff... qué pesado eres... Ernesto... qué cansino eres, por favor... ¡Es que me pones de los nervios!".

 - "¿Pero por qué pesado?".

 - "¡Pues porque me preguntas lo mismo miles de veces, coño!".

 Debo hacer un alto en la conversación telefónica, queridos lectores de morbocornudos, para comentaros que Miriam siempre ha sido una tía a la que le ha gustado mucho la fiesta, y una cosa que a mí me parecía raro desde que llegó a Tenerife es que, según me decía, nunca salía. Si bien es cierto que nunca le había prestado demasiada atención a ese detalle, (dicen que el amor nubla la mente) ahora empezaba a parecerme muy raro, porque llevaba allí dos meses.

 Otra cosa que os tengo que decir es que yo siempre he sido muy celoso. Por ejemplo, no me gustaba que hiciera topless en la playa. Me incomodaba mucho que otros tíos le vieran las tetas. Una vez en una playa de Málaga a la que solemos ir estaba haciendo topless y llegaron unos amigos míos de repente, y lo pasé fatal, ¡qué rabia! ¡mis amigos viéndole las tetas a mi amada novia! Tuvimos una gran discusión ese día debido a esto y al final logré convencerla para que nunca más hiciera topless. Le dije que para mí era algo muy importante, que no soportaba ver cómo mostraba sus pechos a otros hombres. Ella lo entendió y finalmente aceptó.

  Bueno, pues la conversación telefónica siguió así :

 - "Miriam, soy tu novio, te quiero, y no tienes que enfadarte porque te pregunte lo que haces allí. A mí no me parece normal que te enfades, vamos".

 - "Ernesto, es que me preguntas lo mismo una y otra vez, hostia. Además, si te dijera que sí que salgo de marcha... ufff... con lo celoso que eres... ¡no me quiero ni imaginar lo pesado que te pondrías! ¡me estarías llamando cada cinco minutos!".

 - "¿Estás insinuando que en realidad sí sales pero no me lo dices?".

 - "No, simplemente te digo que con lo celoso y pesado que eres...".

 - "Miriam, las cosas claras, por favor. ¿Sueles salir de marcha con Raquel? Porque a ti siempre te ha gustado mucho eso, y no me digas que no, ehhh. Incluso te metías farlopa antes de empezar a salir conmigo".

 - "Ernesto, déjalo ya porque como sigas así te mando a tomar porculo y te cuelgo el teléfono".

 - "...................".

 - "Venga, me voy a la playa, que quiero despejarme un poco antes de ir a currar. Ya me has jodido la mañana, ¿estás contento? ¿estás contento, pedazo de gilipollas?".

 - "¿Que te he jodido la mañana yo? ¿Y por qué? ¿Qué he hecho para joderte la mañana, si se puede saber?".

 - "Adiós".

 - "Hey, hey, espera Miriam, no cuelgues, por favor...".

 - "...................".

 - "Esto... venga, vamos a terminar la conversación de buen rollo, ¿vale? No me mola nada discutir, cielo...".

 - "Me voy a la playa. Hablamos otro día".

 - "¿Vas sola o con Raquel?".

 - "Sola. Raquel se ha ido de compras".

 - "Vale. Pásalo bien, cari. Y... en fin, perdóname por ser tan repetitivo, pero es que te quiero con locura. Me da miedo que me dejes. Llevamos ya dos meses sin vernos y me da miedo que te puedas enamorar de otro".

 - "Ernesto, me piro".

 - "Dime que me quieres, porfi".

 - "Te quiero".

 - "Parece como si lo dijeras sin sentirlo realmente, Miriam".

 - "Que te den por el culo, Ernesto. Adiós".

 Y me colgó.

 Sí, sé lo que estáis pensando, amigos. Sé que opináis que soy un idiota, un gilipollas y un subnormal. Pero tenéis que intentar comprenderme: estoy locamente enamorado de Miriam. Es mi media naranja, la princesa con la que siempre soñé, quiero compartir toda mi vida con ella. La amo como nunca pensé que se podía amar a una persona. La posibilidad de perderla, de que me abandonara por otro debido a la distancia, era algo insoportable para mí. Conozco relaciones que se acabaron rompiendo debido a la distancia, y no quería que a nosotros nos pasara eso.

 En fin, media hora después de que me colgara el teléfono le envié un SMS diciéndole de nuevo que me perdonara y que me enviara una fotillo, pues hacía por lo menos una semana que no me enviaba ninguna. Necesitaba ver su rostro, sus ojos, su pelo, su sonrisa. Necesitaba ver a Miriam.

 Y al momento la recibí. No una, sino dos. En la primera aparecía de cerca, de cintura para arriba. Su expresión era burlona y sus tetas estaban en libertad, sin ningún bikini que las ocultara. La segunda foto estaba tomada desde un poco más lejos, ella estaba de espaldas, con la cabeza girada mirando a la cámara, sonriendo picaramente, y lucía una parte de abajo de bikini tipo tanga.

 Una sensación de perplejidad, rabia e impotencia recorrió mi cuerpo, aunque intenté calmarme. Al fin y al cabo, no era tan grave. Miles de mujeres hacen topless, no era la única en esa playa que exhibía sus pechos, evidentemente.  Pero ella sabía que era algo que no me gustaba e incluso me había prometido que no lo haría.

 Y no solo estaba haciendo topless, sino que el bañador tipo tanga era muy atrevido. Nunca antes había utilizado uno así. Nunca. ¡Los cachetes de su culo quedaban completamente a la vista!

 Sin embargo, intenté relajarme y autoconvencerme de que no tenía nada de malo, que hoy en día en las playas es normal ver muchas chicas así. ¡Pero me daba mucha rabia que ni siquiera me lo hubiera consultado! Joder, soy su novio, hablábamos mucho por teléfono... Se supone que tiene que haber una confianza. ¿Por qué no me había dicho que solía hacer topless en Tenerife y que se había comprado un bañador tipo tanga? ¿es que no confiaba en mí? ¡Ella sabía que a mí eso no me gustaba! ¡Me lo tenía que haber consultado!

 Y entonces, un pensamiento me vino de forma repentina a la cabeza: ¿quién le tomó la segunda foto? La primera se la podía haber hecho perfectamente ella, pero la segunda no, ya que estaba varios metros alejada de la cámara. Y me había dicho que iba a ir sola, que Raquel había salido de compras.

 Transferí la foto a mi PC para poder verla más grande y con más detenimiento, cuando observé en un primer plano una sombra. Una sombra de hombre. La silueta dibujada en la arena no dejaba lugar a dudas: era un tío, no una tía. La sombra de su brazo estirado dejaba claro que era el mismo que sujetaba la cámara. ¿Y quién cojones era?

 Pues era David, el macho que se estaba follando a mi princesa, tal y como ella misma me confesó pocos días después.

 PD : Sé que estas dos primeras partes del relato no contienen "acción sexual", y tal vez alguien se sienta decepcionado por ello, pero pido un poco de paciencia. Como esta historia va a ser muy larga he pensado que convenía que al menos dos partes debían ser introductorias, para que así podáis apreciar con todo detalle lo gilipollas que soy y lo engañado que me tenía Miriam. Un saludo. Email.

CONTINUARÁ...

 

 

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