Elena me había
pedido ir a Madrid para hacer unas cosas, y de paso ir de compras, que
a todas las mujeres les gusta. No teníamos que hacer nada ese fin de
semana, y me pareció buena idea.
Estuvimos comiendo, y por la tarde nos paseamos por varios Cortes
Inglés, ella sin dejar de probarse toda la ropa que caía en sus manos.
Al principio de forma sencilla, pero al final haciéndome que me metiera
en los probadores a ver que tal le quedaba esta falda, estas braguitas,
este sujetador
poniéndome muy malo. Aunque ella veía que mi polla
aumentaba de tamaño, no quería dejar de probarse cosas, así que
simplemente me dejó tocarla varias veces.
Terminamos y nos fuimos a cenar. Después, nos fuimos al hotel, y
mientras se duchaba, yo intentaba follarmela, pero no me dejó, me
indicó que más tarde, que le apetecía salir. Así lo dejamos, pues
insistir era imposible.
Salimos por Madrid, primero tomando unas cervezas. Hacía muy buen
tiempo, y se había vestido para la ocasión. Una faldita, y una camiseta
de tirantes. Estaba guapísima, pues se había cortado el pelo, con media
melena, y le quedaba muy bien. Se la notaba contenta, y disfrutando del
fin de semana. No hacía más que mirar cosas y beber.
Pasaron las horas, y nos metimos en un bar de copas, creo recordar que
por la zona de Fuencarral, algo así como el otro bar o algo parecido.
Había mucha gente, pero sonaba buena música, española, con ambiente.
Tomando el primer cubata, Elena empezó a moverse al ritmo de la música.
Le comenté que tenía que ir al baño, y ella me dijo que bien, como si
no le importara. Al regresar, cual fue mi sorpresa que se encontraba
hablando con un chico
era alto y parecía que a ella no le disgustaba.
Él le decía cosas al oído, y ella se acercaba, sin dejar de bailar. Se
estaban riendo, así que decidí no molestarles, poniéndome en un lado de
la barra.
Cuando había pasado un buen rato, Elena me buscó con la mirada, como
diciendo donde esta este
me miró a los ojos, y le noté enseguida que
me estaba poniendo una mirada de pregunta sobre si podía seguir, como
pidiéndome el permiso para continuar con el baile y la charla con el
chico. Le hice una afirmación, a la vez que con la mano le indiqué que
continuara. Me lo estaba pasando bien, y encima empezaba a estar más
caliente que nunca.
Continuaron un buen rato bailando, y diciéndose cosas al oído. Ella
reía y le agarraba, como un gesto de estar bien mientras le hablaba. El
chico tampoco dejaba pasar la oportunidad de agarrarla por la cintura.
Se fueron hacía la barra y Elena le pidió un cubata
mientras el chico
intentaba que se lo sirvieran, ella se me acercó y disimuladamente me
dijo que le había entrado, cuando estaba esperando, que ella le habló
diciéndole que no era de Madrid y que estaba intentándoselo pasar bien.
El chico, que se llamaba Óscar, le dijo que le parecía una chica muy
maja, y cosas como que olía muy bien, que tenía buen cuerpo, que
bailaba muy bien
vamos, las cosas que le gustan a las mujeres. Elena
no pudo, o no quiso más bien, dejar que le subieran la moral. En un
arranque de sinceridad, ella me reconoció que estaba muy bueno Óscar,
pues era un chico alto, y que si le dejaba que se dejará seducir. Le
contesté que encantado, pero que no quería perderla de vista. Quedamos
que si nos perdíamos, teníamos los móviles para darnos señas. Cuando
Óscar estaba recogiendo los cubatas, Elena me pasó las manos por el
paquete, y me dijo con esa cara de niña mala que solía poner,
tranquilo, que creo que esta noche vas a disfrutar.
Óscar entregó un cubata a Elena, y mientras le agarraba por la cintura
se fueron a un lado del bar (era una especie de pub con música). Yo
cambie de sitio, para tener una buena visión de todo.
La
situación no cambio mucho durante un buen rato, pero después Óscar
empezó a acercarse más a Elena, puesto que mientras hablaban se tenían
que pegar el uno al otro. Yo veía como él le sujetaba por la cintura,
pero poco a poco empezaba a bajar un poco la mano. Como ella no dejaba
de reírse por la conversación, este ya le tocaba el culito de forma
descarada. En un momento él la agarro y le dio un buen morreo
ella
contestó y estuvieron besándose durante un buen rato. Se abrazaban.
La
hora siguiente estuvieron así, dándose algún beso y bailando a la vez.
Se decían cosas y se reían. Estaban pasando un buen momento. Elena no
es que mirará mucho, pero de vez en cuando me miraba y me hacía una
seña, como queriendo confirmar que yo también me lo estaba pasando
bien.
Óscar se marchó al baño, y Elena aprovechó para decirme que estaba
excitadísima, que se lo estaba pasando genial. Yo le dije rápidamente
que disfrutara todo lo que quisiera, que tenía la ventaja de que allí
nadie la podía conocer, que no tenía problemas, pero que tuviera
cuidado pues no conocía de nada a ese chico. Entonces me comentó que
Óscar le había dicho que estaba allí con un amigo, pero que estaría
bailando por el otro sitio del pub, y que tenían pensado ir después a
una especie de discoteca. Quedamos en que si a ella le apetecía, que se
fuera con él, y que o bien me decía donde estaba esa discoteca o me
pasaba un msm con la dirección. Ella no sabe mucho de Madrid, pero
creyó entender que era una discoteca que estaba cerca de la Puerta de
Alcalá, cerca de la Biblioteca Nacional. Le dije que vale, que se fuera
para su sitio, pues tenía miedo de que nos pudiera pillar hablando y
que se fijará mucho en mí.
Regresó Óscar del baño y se puso a hablar con Elena de nuevo, mientras
se daban algún beso. Ella debió de preguntarle por la discoteca, pues
después de unos comentarios, él empezó a buscar a alguien por el pub,
que aún estaba lleno de gente. Como Óscar no podía ver bien, se marchó
hacía el centro del pub, por lo que Elena se me acercó y me dijo el
nombre de la discoteca (no recuerdo ahora el nombre), y la calle, que
Óscar estaba buscando a su amigo para decirle que se marchaban allí.
Óscar regresó al sitio donde estaba Elena, junto con otro chico joven,
también alto y delgado. Se presentaron y se dieron unos besos de
saludo. Hablaron durante un rato los tres y después se dirigieron hacía
la puerta. Elena antes de salir me miró, viendo que yo también marchaba
detrás de ellos, y me hizo una señal como bailando, haciéndome ver que
se iban a la discoteca.
Por esas casualidades de la vida, tenían el coche aparcado cerca del
nuestro. Óscar se reía por la calle, mientras agarraba a Elena por la
cintura. El otro chico, quién después me dijo que se llamaba César,
empezó a entrar en el juego, riéndose de los cometarios de los otros
dos. Mi mujer andaba por las calles de Madrid, escoltada por dos chicos
que acababa de conocer. Les pude seguir hasta el coche de ellos, viendo
como Elena se metía en la parte de atrás, y ellos delante. Yo entonces
apreté el paso y me dirigí hacía nuestro coche. Puse el gps, pues no
tenía ni idea de que calles tenía que seguir, y después de unos
semáforos, pude ponerme detrás del coche de ellos. La suerte continuaba
de mi parte. Podía verles como se movían y no dejaban de hacer el
tonto.
Llegamos a la zona, pues así me lo señalaba el gps. Aunque era
difícil, pude aparcar en una de las calles principales, por lo que me
dirigí hacía la calle que me había dicho donde estaba la discote, y
enseguida pude ver como había gente que entraba y salía del local. Me
quedé esperando un ratito, y pude ver como venían los tres andando por
una calle lateral. Mi sorpresa era que ya no estaba solo agarrado a
ella Óscar, pues César no dejaba de reírse y de agarrarla también.
Entraron en la discoteca, y dejando pasar un rato de seguridad, entré
yo también. El portero me dijo muy amablemente que eran 10 , pero que
la entrada era una consumición. Entré y era un local con una gran pista
de baile, con muebles antiguos y cuadros enormes. Había incluso
sillones, como si fuera un gran palacio. Estaban poniendo buena música,
de la que le gusta a Elena. Había gente, mucha gente, así que me tocó
buscarles durante un rato. Ellos se habían situado en la última barra,
cerca de la entrada al cuarto de baño. Elena bailaba junto a César,
mientras Óscar estaba pidiendo cubatas en la barra. Me situé en el otro
lado de la barra, pidiendo mi consumición mientras no dejaba de
observarlos.
Elena estaba feliz, sin dejar de bailar, hablando con el uno y con el
otro. Estos se reían, y podía verles como se miraban y se hacían señas
cuando ella miraba hacía otro lado.
Yo
pensaba que ella no estaría cómoda, pues eran dos los chicos, y así no
tenía la oportunidad de hablar conmigo. Que ingenio, je, je. Alguna
vez, pero cada vez menos, Elena creo que me buscaba por la zona, pero
no podía encontrarme, estaba bien camuflado.
Cuando estaban en esa situación, vi como ella se marchaba hacía el
baño de mujeres. Ellos aprovecharon para ponerse a hablar, a la vez que
se reían. No es que les escuchará, pero sabía lo que estaban hablando.
Recibí un msm de mi mujer, me decía donde estaba (así es que confirmaba
no me había visto) y que estaba con los dos chicos, que estaban muy
bien y que si la cosa seguía así, haría una locura. Le contesté
rápidamente con un ok, te estoy viendo, no te preocupes por mí.
Entonces salió Elena del baño, con una gran sonrisa en los labios
(sabía que había recibido mi mensaje).
Continuaron bailando y bebiendo. En un momento dado, Óscar le volvió a
dar un gran morreo. Cuando termino, César la agarró por la cintura y la
puso a su lado, ella le agarró y este le dio otro morreo de campeonato.
Para mi sorpresa, ella le correspondió, como si fuera una cosa de lo
más normal.
Como había mucha gente por alrededor, nadie le prestaba atención al
trío. Se pusieron a bailar, y entre los dos encerraron a Elena en
medio
ella se movía, pero ellos empezaron a reírse y a tocarla por los
muslos. Sin cortarse un pelo, empezaron a subir las manos, haciéndola
que se le subiera la faldita
ella reía. Mientras uno de ellos la
besaba, el otro le restregaba su paquete por el culo
después la
giraban y cambiaban de posición. Para mi gran sorpresa Elena se
encontraba bailando entre dos chicos, con la faldita subida hasta la
cintura, mostrando su tanga por los lados, mientras ellos le besaban y
le tocaban las tetas.
Pensé que Elena se cortaría, pero no fue así. De forma disimulada, la
fueron apartando hacía una esquina que estaba algo más oscura, y fueron
aumentado los tocamientos. Cuando tenía las tetas fuera de la blusa,
mientras se besaba con uno de ellos, arqueó su culito hacía fuera, y el
otro le empezó a meter la mano entre el culo. Podía ver perfectamente
como ella se arqueaba más para abrir un poco las piernas. Al rato se
estaba besando con uno de ellos mientras le tocaba las tetas, y el otro
le metía los dedos por el chochín, mientras ella disimuladamente se
abría más y más
La
gente que pasaba por su lado, simplemente miraba y se reía. Ellos
estaban a lo suyo, como si no existiera nadie más. Era todo un
espectáculo, y gratuito.
Cuando el que le besaba intentó sacarse la polla, ella hizo un gesto y
se puso erguida, colocándose bien la minifalda y metiéndose las tetas
en su sitio. Les dio un beso y les comentó algo, entiendo que como
diciendo que allí no, que buscaran otro lugar.
Yo
tenía miedo a perderme la película, pues no tenía mucho espacio para
moverme. Por instinto miré hacía detrás mía y pude observar que había
unos sillones y que la zona era muy oscura
intentándoles no perderles
de vista, me dirigí hacía esa zona, sentándome en un lugar donde tenía
buena visión de la zona. Acerté. Al momento pude verles llegar, sin
dejar de tocarse y reírse, y colocarse en la zona oscura.
Yo
sabía que Elena estaba más caliente que nunca, aunque me sorprendía que
no le importara estar con dos chicos a la vez delante de tanta gente.
Se empezaron a besar, y esta vez de forma brusca uno de ellos le
levantó la minifalda y empezó a meterla mano por delante
podía ver que
ella gozaba, dejándose meter la mano por el tanga, mientras de lado se
besaba con el amigo, que le tocaba por las tetas.
Estaba ella tan caliente, que al lado de ellos había un grupo de
chicos, que miraban y se reían, y era como si no existieran. Tal es
así, que en un momento dado uno de los del grupo, por el lado donde
ella no estaba girada, empezó a tocarle uno de los pechos, y Elena no
se daba ni cuenta. Para mí aumentaba el espectáculo
estaba con tres y
ella ni lo sabía.
Así estuvo un rato. El grupo de chicos no dejaba de reírse, y de vez
en cuando cambiaban de posición y le tocaba otro
como César le estaba
metiendo mano por delante, esta vez incluso apartándole el tanga y
dejando que todos los que estábamos a su alrededor pudiéramos ver parte
del chochín de Elena, uno de los chicos del grupo empezó a tocarle el
culo
tenía la falda levantada, así que simplemente tenía que meterle
la mano por encima, pasando algún dedo por debajo del hilito del tanga.
Pensé que Óscar y César intentarían hacer que ella les chupara la
polla, pero no fue así. Había mucha gente por la zona, y con seguridad
hubieran roto el instante por el que Elena estaba pasando, como de
éxtasis y excitación tan frenética que no se daba cuenta ni quién la
metía mano.
Así las cosas, mientras Óscar le agarraba por la mandíbula y le besaba
con pasión, César se sacó la polla y apartando un poco el tanga, le
abrió un poco las piernas y se la metió. Pensé que yo podría haber
disfrutado mucho más con algunos tocamientos, y con la participación
del grupo de chicos, pero no fue así.
Allí estaba Elena, de pie agarrada por César mientras le metía la
polla, con la cabeza de lado mientras Óscar le besaba con pasión, y
mientras el grupo de chicos aprovechaba para tocarle el culo y alguna
vez las tetas.
Yo
estaba muy excitado, pero en esa situación no podía ni hacerme una
paja, simplemente mirar. No perdía detalle.
Al
rato, como si César se hubiera cansado de metérsela en esa posición, se
la sacó e hizo que Elena se pusiera de lado
de un movimiento brusco,
César le quitó la cara de Elena a su amigo, la agarró de la misma forma
por la mandíbula y le empezó a besar
esta vez Óscar se puso detrás de
ella, se sacó la polla y se la metió desde atrás, sin goma ni nada.
Como César le había bajado la blusa, las tetas se habían quedado al
aire
y para mi sorpresa de nuevo, Óscar miró a los chicos que tenía a
su lado, y con una sonrisa les hizo una señal como dándoles permiso
para tocarla a ella
y aunque Elena no estaba muy tumbada (para
disimular de forma general), los chicos se pusieron alrededor de ellos
y le empezaron a tocar los pechos, agarrándole los pezones. Elena esta
vez no dejaba de gemir, escuchándose alguna vez a pesar de la música.
Creo, por los gestos, que ella se tuvo que correr varias veces
pero
César seguía besándola, como sin dejarla moverse. Elena no oponía
resistencia, gozando del momento.
Volví a creer que así terminarían con el asunto de mi mujer, pero me
volvía a equivocar. Óscar sacó la polla del chochín de Elena, y
agarrándola el culo con las dos manos, se lo abrió bien
miró hacía uno
de los chicos, y este se sacó la polla y se la metió. Elena no sabía ni
quién le estaba metiendo la polla
pero ella seguía gozando.
Al
rato, como cambiando de posición, se fueron colocando y mirando
alrededor, dejaron de follar
Elena se colocó bien la minifalda y la
blusa y agarrando de la mano a uno de ellos volvieron hacía el lugar
donde habían estado la primera vez. El grupo de chicos, que no dejaban
de reírse se quedaron en el lugar, despidiéndose con las manos hacía
Óscar.
Yo
pensé que ella se había corrido y se había quedado saciada, por lo que
había dado por terminado la sesión de sexo. Continuaron hablando,
bebiendo de las bebidas que había sacado uno de ellos, y veía que
continuaban con las risas.
Se
fueron al baño, y cuando le tocó a Elena, me mando un mensaje diciendo
que se había follado a los dos en la discoteca y que esperaba que lo
hubiera visto. No se había dado cuenta, por consiguiente, que le había
follado incluso otro chico desconocido de la discoteca y que le habían
metido mano algunos más.
Después de unos bailes, donde no faltaron algunos tocamientos más
(esta vez no tan descarados) y muchos muerdes, les pude ver como
agarraban sus cosas y se dirigían hacía fuera. Yo les seguí. Esta vez
no tenía ningún dato, así que me dio miedo perderles. Se fueron andando
hasta donde tenían el coche aparcado, y se metieron dentro. Dude de si
dirigirme hacía mi coche, por si salían y poder seguirles, pero no me
quería perder ningún detalle.
Pude ponerme en un portal, desde donde tenía buena visión, con el
escudo de un árbol (no muy grande, pero suficiente para servirme de
protección). Observé que Elena se había colocado detrás del coche, y
que a su lado esta vez estaba uno de ellos. El otro se había sentado en
el asiento del copiloto, mirando hacía detrás. Elena se estaba besando
con su acompañante, y el otro le estaba tocando por las piernas,
subiendo poco a poco hacía su chochín
ella se abría de piernas.
En
un momento dado, le quitaron la ropa a Elena, y el acompañante empezó a
quitársela el mismo
mientras Elena aprovechaba para colocarse en medio
de los asientos y besar apasionadamente al amigo que estaba sentado
delante.
Cuando el de atrás se había quitado toda la ropa, y viendo que Elena
se había inclinado hacía delante para besar a su amigo
la levantó un
poco el culo, se colocó debajo de ella e hizo que esta se sentara
encima de su polla. Al empezar a gemir Elena, el del asiento delantero,
se quito el pantalón y con la polla fuera, se puso de rodillas y
colocándose hizo que Elena se la empezara a chupar. Nunca la había
visto así.
Tenía suerte una vez más
era verano, y en Madrid, dentro de un coche
tres no podían estar muy bien
abrieron las ventanas, por lo que tenía
una visión perfecta de todo lo que estaba sucediendo. Elena sentada
encima de una polla, mientras no dejaba de mover el culito, a la vez
que era agarrada por la cintura, y con una polla dentro de su boca, a
la vez que los dos chicos le agarraban por las tetas
así estuvieron un
buen rato.
Pensé que cambiarían de posición, pero creo que estaban muy calientes
para hacerlo
el primero que se corrió fue el chico de delante
pegó un
estirón y pude ver como le metía bien la polla en la boca
Elena hizo
un gesto como de apartarse, pero César no le dejo
le agarró por la
cabeza y le metió aún más la polla, corriéndose dentro de su boca.
Elena trago, y encima le limpió bien el capullo con su lengua. Cuando
la tenía bien limpia, y como César se retiró hacía el asiento de
delante, de un golpe Óscar la puso en el asiento a cuatro patas,
pegando un buen grito
se estaba corriendo dentro del chochín de Elena.
Ella no se movía, pero yo podía ver como Óscar no sacaba la polla y la
metía más
cuando se corrió bien, se la sacó y se la restregó por el
culín.
Elena se quedó en esa posición un rato, como descansando
con la
cabeza en el asiento trasero, y el culito a cuatro patas levantado
hacía arriba. César y Óscar se reían mientras se limpiaban y se tocaban
sus pollas. Yo podía ver desde fuera como Elena tenía el culito abierto
y por encima de su chochito brillaba algo especial
era la lefa que le
habían dejado.
Pasado un minuto, César desde delante le pasó unos clines a Óscar,
quién sacó uno de la bolsa y se puso a limpiar el chochín de Elena, y
lo que había manchando de su culito
Elena en vez de cambiarse de
posición y limpiarse ella, se dejó hacer por su amigo, creyendo yo que
incluso se abría para dejarse limpiar bien.
Elena me reconocería al día siguiente que estaba tan bien, pero a la
vez algo bebida por lo que había tomado durante toda la noche, que le
había venido un poco el corte, por lo que se encontraba mucho mejor
así, con la cabeza hacía el asiento, sin mirarles a la cara, a la vez
que se dejaba limpiar. Pensó que habían terminado. No tenía fuerzas
para más.
Óscar terminó de limpiarla con otros clines, mientras le abría el culo
con las manos
creo que se dijeron algo entre ellos, pues César de un
golpe se pasó a la parte de atrás
continuaba sin pantalones, pero con
la camiseta. Elena hizo un gesto, como si fuera a ponerse en posición
de sentada, pero no la dejaron
le agarraron por el culo, y César le
metió la polla de un golpe
Elena no hizo absolutamente nada, se quedó
como estaba y se dejó follar de nuevo
así hasta que se corrió dentro
de ella.
Cuando terminaron, se vistieron y hablaban de temas
se dieron los
teléfonos, y ella les dijo que se quedaba allí mismo, pues pillaría un
taxi. Ellos le insistían que le acercaban a su hotel, pero ella no
quiso. Quedaron en darse un toque al día siguiente, pero eso es otra
historia.
Me
quite del lugar, y cuando vi que se habían despedido me acerque a
Elena
me preguntó si lo había visto, y le comenté que por supuesto.
Estaba tan cansada, que quedó en contarme todo al día siguiente. Cuando
le comenté lo del grupo de chicos de la discoteca no se lo podía creer,
pero me reconoció que había disfrutado como hacía mucho tiempo, y que
había sido una bonita experiencia, pero que había sido ayudada por el
alcohol
esa noche me tocó limpiarla bien a mí. Email.
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