Elena
ya no tenía a Víctor como amigo y como amante. Pero no paso mucho
tiempo en llevarse bien con un vecino, joven y agradable. Tenía su
familia fuera, así que él también se encontraba solo.
Yo le había preguntado si le gustaba, a lo que ella siempre me decía que
no, que simplemente le caía muy bien y se encontraba a gusto, pero que
no pensaba en acostarse.
Yo lo había dejado así, sin querer meterme para nada en el asunto, aunque
no voy a mentir en decir que estaba deseando que hubiera algo.
Un día, al llegar a casa, les pude ver haciendo el tonto en el salón de
casa. Estaban discutiendo por un mechero. Elena no fumaba, pero no le
quería devolver el mechero al vecino. Este mientras se hacía el tonto,
no dejaba pasar la oportunidad para tocarla. Elena llevaba un vestido,
así que cuando el vecino la tiró encima de la alfombra del salón, esta
empezó a defenderse con las piernas, y no pudo evitar que se le subiera
y mostrara sus braguitas.
Como yo, al pasar por ahí, en vez de decir algo y reprocharles su actitud,
tomé las escaleras para subir a la parte de arriba de la casa, y encima
me reí diciéndole al vecino que no se dejará tomar la delantera, este
lo debió de entender como un beneplácito al juego, por lo que subió la
rapidez del juego y empezó a literalmente meterla mano.
Una vez arriba de las escaleras, no pude dejar de mirar
ellos no dejaban
de reír, y Elena de vez en cuando decía algo como por donde me estas
metiendo las manos, no te pases
pero seguía riendo, por lo que el
vecino no dejo de hacerlo. Este, ya sin cortarse un pelo, llegó a
meterle las manos por encima de las bragas
Elena se daba la vuelta y
dejaba frente a la cara de su vecino el culito
por lo que este,
haciéndose muy bien el tonto, apoyaba su cara contra los glúteos de mi
mujer.
Elena, para evitar que le pudiese quitar el mechero, y a la vez dar por
terminado el juego erótico, lo que hacía era esconderlo entre sus
pechos o entre sus manos, las cuales situaba entre su chochín, por
encima de las bragas. Alex no dejaba de tocarla bien por encima
y se
notaba que se estaba poniendo cachondo, pues estaba totalmente
empalmado.
Cuando pasó un buen rato, dejaron el juego. Se reían, y Elena le decía,
como reproche pero a la vez que no dejaba de reírse, que le había
metido mano.
Así pasaron los días, con tonterías y comentarios de que si estas muy
bien, que si aquello
pero sin llegar a más. Yo prefería no comentar
nada, como no queriéndome meter en el asunto.
En un viaje, me tocó hacerlo con Alex
este ni corto ni perezoso me dijo
que Elena estaba muy bien. Como vio que no me molestaba, me llegó a
preguntar directamente, y le dije bien claro que era liberal, pero que
era un asunto de ella, que yo no podía ni debía inmiscuirme.
En una noche a autentico calor, vinieron a cenar Alex con un amigo a casa.
Elena se puso muy mona, con una faldita azul y una camiseta. Después de
cenar, y haciendo comentarios, no sé como, nos pusimos a jugar a un
juego de mesa, en plan prendas. En cuanto Elena se fue al baño, Alex me
miró fijamente y me dijo que teníamos que hacer trampas, para poder
hacer que Elena se quedara en bolas. El amigo de Alex comentó que
estaba muy buena, y que no le importaba hacer trampas. Así lo
decidimos.
Elena se puso a jugar, y fue perdiendo. Se quedó en bragas y sujetador, y
dijo que ya no jugaba. Le comentamos que eso no valía. Hicimos que el
amigo de Alex se quedara en calzoncillos, para que no sospechara. Le
tocó quitarse otra prenda, y se quitó el sujetador, dejando frente a
todos sus tetas al aire. Veía como Alex y el amigo estaban totalmente
empalmados. Cuando le tocó quitarse las bragas, esta dijo que no le
gustaba, pero que lo aceptaba, pero que no jugaba más
se quitó las
bragas, bajándolas muy rápido hasta sus tobillos, por lo que se le vio
el chochín muy rápidamente y se dio la vuelta mostrando su culito. Se
volvió a agachar y se las subió de una estacada. Después cogió su ropa,
y subió rápidamente por las escaleras.
Otro día, Alex se presentó en casa después de comer, para tomar el café.
Yo me hacía el tonto en la cocina, mientras podía escuchar como
hablaban del día en que ella se había quedado desnuda por el juego. Él
le decía que estaba muy bien, y ella, como mujer que es, le decía sus
supuestos fallos. Notaba que se estaba caldeando el ambiente, así que
decidí decirles que me marchaba con los niños a dar una vuelta, por
fuera de casa. Mientras salía, con la verdadera intención de dejarles
solos, pude escuchar como Elena le decía a Alex que estaba muy cansada,
y que se subía para echarse una pequeña siesta.
Elena subió a la habitación, y mientras se desnudaba me preguntó que si de
verdad no me importaba que se echará una siesta y yo me hiciera cargo
de los niños. Le dije que no, que en absoluto. Mientras se tumbaba, con
solo unas braguitas puestas, me hizo un comentario sobre que no le
comentara nada a Alex, que ya me conocía. El caso es que al bajar al
salón, antes de salir de casa, fue Alex el que me dijo que si podía
subir a la habitación para echarse también una siesta. Era como pedirme
el consentimiento para atreverse a subir. Le dije que a mí no me
importaba, pero que era cosa de Elena. Antes de irme, Alex me hizo que
subiera para preguntarle a ella si le importaba que subiera.
Al hacerlo, Elena me dijo que no le apetecía follar con él (aunque en el
fondo no estaba diciendo eso con su mirada)
pero como le insistí
diciendo que el chico simplemente había pedido permiso para echarse a
su lado, ella accedió comentando que simplemente para echarse la
siesta. En el fondo, era como queriendo dar una buena impresión, en vez
de quedar como una verdadera puta.
Baje y le dije a Alex lo que me había comentado. Este, sin pensárselo, dio
un salto y subió las escaleras. Antes de salir de casa, no pude dejar
de escuchar lo que sucedía
él entró en la habitación y mientras
saludaba se tumbaba en la cama. Elena, de forma tajante, le dijo que le
había dado permiso, pero que no fuera tonto, que ella estaba en bragas,
así que él tenía que estar como mínimo como ella.
Alex volvió a salir de la habitación, se desnudo y volvió a entrar. Como
había dejado la ropa en la entrada, no pudo cerrar la puerta en su
totalidad, así que yo podía ver algo
más bien escuchar.
Al salir con los niños, en la parte de fuera de casa, había otros niños
con las vecinas
les comenté que si les podían vigilar, pues tenía que
hacer cosas en casa. Con el apoyo de ellas, podía de vez en cuando
entrar en casa y espiar por la puerta de la habitación.
Al entrar la primera vez, ya les pude ver como se habían desnudado, y
Elena se encontraba encima de él, metiéndose la polla. Les dejé con la
cabalgada, con la satisfacción de que lo había vuelto a conseguir.
En la siguiente, les pude ver como él se la estaba metiendo en la postura
del misionero. Ella tenía las piernas bien abiertas y jadeaba.
Al rato, y como última vez, pude ver que él la había puesto en el lado de
la cama, en la postura del perro, y con las piernas abiertas le metía
la polla con fuertes golpes
ella jadeaba como una verdadera zorra.
Mi intención era volver a mirar, pero Alex salió de casa, vestido y con
cara de satisfacción. Con la sonrisa en los labios, me dijo que la
había dejado arriba
comentando que creía que se había quedado bien,
que era una gozada poder follársela y correrse dentro. Le pregunté que
tal, y simplemente me lo comentó por encima.
Cuando volví a casa con los niños, Elena se había duchado. Me lo contó
todo con pelos y señales, y me dijo que tampoco había sido una gran
follada
que cuando disfrutó bien fue cuando se la metió estando ella a
cuatros patas, pues lo hacía muy deprisa y golpeándole bien fuerte con
los huevos en el chochín. Pero me reconoció que no le había gustado
demasiado, así que no pensaba follar de nuevo con él.
La
historia con Alex había terminado. Este lo volvió a intentar, pero ella
nunca más quiso, así que las cosas cambiaron. Encima, después llegó la
familia de Alex, por lo que sus visitas terminaron. Fue una historia
corta, pero intensa, ¿no creéis?.
Después empezaría la historia con otro compañero, esta vez más deseado
por ella, pues decía que estaba buenísimo. Pero eso lo dejamos para la
siguiente parte. Un saludo. Email.
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