Pues continuo con la historia.
Durante los días siguientes hablamos mucho. Ella temía que afectará a
nuestra relación, y yo siempre había tenido el miedo de que le gustase
a Elena una polla más que la mía. Sería machista pensar así, pero era
lo que pensaba en ese momento, y como tal lo expongo.
Víctor me llegó a preguntar, durante el trabajo, pues según decía él, no
quería que afectase a nuestra amistad, aunque reconocía que Elena le
gustaba verdaderamente, y que se lo había pasado genial.
Yo estaba pasando unos días geniales
me masturbaba pensando en lo que
había ocurrido, y sinceramente, estaba deseando que ocurriera otra vez,
que surgiera de nuevo una situación similar.
El día que celebramos nuestro aniversario de bodas, me tocó trabajar,
entrando en el turno cuando Víctor salía. La casualidad hizo que me
preguntará por Elena, y le dije que estaba en casa. Me comentó que
estaba deseando hablar con ella, y le respondí que por mí no había
ningún problema. De nuevo era consciente que era como darle permiso
para volver a atacar a mi mujer.
Según me contaron, Víctor entró en casa. Saludó a Elena y se fueron a
tomar café al salón. Los niños estaban acostados. Se pusieron a hablar
de cosas banales, y cuando Elena le comentó que era nuestro
aniversario, Víctor la felicitó y le fue a dar dos besos
pero la
agarró y le dio un muerde. Como ella le respondió, él se puso encima de
ella en el sofá. Así se estuvieron besando, y tocando por encima de la
ropa.
Cuando Víctor empezó a tocarle las tetas, Elena le comentó que parará, que
estaban muy cerca de la ventana del salón y alguien les podía ver. El
caso es que pasaron unos amigos por fuera y se quedaron mirando. Elle
le agarro por la mano y se desplazaron hacía la cocina, pero al llegar
a la entrada, en el pasillo, él empezó a besarla y tocarla con rapidez.
Como Víctor la empezó a desnudar, ella le comentó que tenía la regla,
pero él le dijo que le daba igual
cuando estaban totalmente desnudos,
y con un movimiento rápido, él le dio la vuelta, la agacho haciéndola
poner las manos sobre una mesilla y le metió la polla de un golpe.
Mientras se la follaba le tocaba las tetas desde atrás. Así hasta que
se corrieron.
A los días, Víctor nos volvió a visitar en casa. Era tarde. Elena estaba
acostada, y después de saludarme a mí, me dejo en el salón y se subió a
la habitación. Ni corto ni perezoso se desnudo y se metió en la cama
con ella. Elena estaba dormida, pero al rato notó que Víctor le estaba
metiendo mano. Pensó que le había mandado yo, y con el calentón se
pusieron a follar. Como estaba metiéndola mano por atrás, desde el
culo, así se la metió.
Después de un tiempo, Elena me comentó que le daba miedo continuar con
Víctor, pues le estaba gustando eso de follar con él. Yo le quité
importancia, y simplemente deje que surgiera de nuevo, sin forzar la
situación. Tengo que reconocer que me excitaba muchísimo que le gustara
follar más con otro que conmigo.
Pasado un tiempo, a la salida del turno, Víctor me vio que me marchaba de
casa, y me preguntó directamente si podía ir a ver a Elena, pues le
apetecía follar con ella. Yo le dije que sí, que estaba en casa sola.
Él subió. Yo no pude dejar de hacer el tonto, y quedarme mirando hacía
la ventana de la habitación, como si quisiera ver algo. Al rato, pude
ver que Elena se asomaba desde la ventana, se quedaba un rato y después
se volvió a meter. Era que había subido a la habitación con Víctor, y
cuando fue a cerrar las contraventanas, este se le acercó por detrás y
comenzó a subirle la falda y meterla mano. La apoyó contra la pared y
le abrió bien las piernas, metiéndole mano entre las braguitas. Cuando
ella se quiso dar la vuelta, este no le dejo, y le hizo que sacara bien
el culito hacía fuera, como si la quisiera poseer en esa posición. Ella
se dejo, cerrando los ojos, como mirando hacía fuera de la ventana.
Elena no lo sabía, pero yo la estaba viendo. Él la continuo tocando,
hasta que le bajo las bragas, y le empezó a tocar el chochín con
fuerza, como masturbandola. Al rato, como Elena veía que no se la
metía, se dio la vuelta y comenzaron a besarse
se tumbaron en la cama
y se pusieron a follar. Así estuvieron hasta que se cansaron.
La última vez que follaron, fue un día que Víctor paso por casa, ya muy
tarde. Elena estaba acostada, así que él me saludó y le dije que me
quedaba viendo una película. Él subió al dormitorio, y dejo un poco
abierta la puerta, así que yo me podía asomar de vez en cuando. Pude
ver que él estaba sentado junto a ella, en el borde de la cama,
mientras ella estaba dentro de ella. Estaban hablando y riendo. Ella se
sentó y empezó a tocarle a él. En un momento dado, él se sacó la polla
y ella empezó a tocársela bien, como estudiándola. Se la subía y se la
bajaba con suavidad, mientras se reía, como haciéndole una paja con
mucho tiempo. Después, mientras no dejaban de hablar, él empezó a
tocarle las tetas. Yo estaba en la puerta, viéndoles perfectamente,
mientras me tocaba. Víctor le quito el camisón, mientras no dejaba de
tocarla por todas partes. Ella continuaba con la polla. De forma
brusca, él la tumbo en la cama, le quito las bragas, le abrió las
piernas y le metió la polla hasta el fondo. Me encantó verlo desde la
puerta, sin que ellos me pudieran ver a mí. Ella gemía, y le pedía que
se la metiera más rápido y fuerte. Fue muy excitante. Cuando se
corrieron, me baje corriendo al salón, haciendo que continuaba viendo
la película. Víctor me contó como fue, aunque yo lo había visto todo, y
se fue a su casa.
Por diversas razones, Víctor fue destinado a otro pueblo y ya no volvió a
acostarse con Elena, pero nuestra amistad continúa. Elena no dejaría
que mi cornamenta dejara de crecer, pero eso es otra historia, la cual
continuaré contando poco a poco.
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